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y

quier otra disposición fácil de imaginar y que cumpla el mismo objeto. Para evitar que estos manguitos, por su peso, vayan á caer á la parte más baja de las varillas, y cada vez que se eleve hunda la sonda en el terreno con el trépano sean arrastrados los manguitos dificultando por su peso la operación, disgregando las paredes del taladro, y finalmente no cumpliendo su objeto, que es el servir como de puntos fijos ó cojinetes de deslizamiento, suelen estos manguitos ir provistos de una roldana cónica de cuero que, abriéndose á manera de paracaídas, al descender el manguito, roza contra las paredes del taladro y queda detenido en su descenso. Se comprende que esta detención no sea completa, porque, aparte de que ha de seguir la marcha de la varilla correspondiente, conforme ésta vaya ganando profundidad, siempre en los movimientos alternativos de la sonda, cuando se emplee el trépano, será parcialmente arrastrado el manguito, pero muy poco, y de todas maneras llenará este su objeto, que es guiar la sonda en su movimiento rectilíneo vertical. Con este mismo objeto suele hacerse atravesar la sonda por un manguito ó por una linterna, que permiten el paso de los ensanchamientos de las varillas; estos manguitos ó esta linterna se colocan junto al suelo, y se sujetan con vientos ó con varillas de hierro á estacas.

Otro accesorio necesario del aparato es el destornillador, que sirve para armar y desarmar la sonda; su forma es muy varia, y no se diferencia, en realidad, de los empleados para armar una máquina cualquiera; es decir, que consta de una boca, unas veces en figura de muesca poco profunda y otras formada por un gancho de lados paralelos y dentro del cual se ajustan los cuadradillos de las varillas y demás piezas, y un mango largo que sirve para manejarlos.

Pasemos á ocuparnos de los accesorios que se emplean sólo para remediar un accidente ocurrido en un sondeo, es decir, cuando se rompe la sonda por alguna de sus varillas ó por el útil; como estos accidentes son á veces inevitables, aunque pueden disminuirse mucho por la habilidad de los operarios, de ahí el que dichos accesorios sean indispensables en toda sonda; todos ellos caen bajo la denominación de útiles arrancasondas.

esencia difiere poco esta forma de la descrita. El
empleo de estos útiles es conveniente sobre todo
cuando la rotura se ha hecho muy poco por en-
cima de un ensanchamiento, y ajustándose el
caracol por bajo de aquél queda retenida la son-
da por el ensanche referido.

La campana es un arrancasondas muy pode
roso, y se emplea cuando las tentativas con el
caracol no han dado resultado, y sobre todo la
espiga de la varilla rota es muy larga. Consiste
en un trozo de tubo ligeramente cónico, que en-
vuelve y se ajusta á otro tubo de igual conici-
dad y de acero duro, labrado interiormente en
forma de terraja. Llevando este útil al fondo
del taladro, al final de la sonda, hasta que el
b

n

19

v'

Figs. 9, 10 y 11

extremo de la varilla rota que hay en el fondo
de aquél penetre en el tubo exterior de la
campana, no hay más que dar vueltas á ésta,
oprimiéndola convenientemente contra el fondo,
para que labre un tornillo en la parte rota, que
dando así sujeta ésta al arrancasondas cuando
se conceptúa que éste ha mordido lo suficiente
juzgando por la resistencia que se note en el
trabajo; se eleva la campana, que arrastrará la
sonda rota.

Finalmente hay otros arrancasondas, que son
unas tenazas que cogen el extremo de sonda
rota; entre éstos haremos mención del engancha-
dor de piezas de Kind: consiste en una horquilla
de brazos largos y paralelos, proyectados en a, a'
(fig. 11), que por cerca de su extremidad se en-
lazan y refuerzan con una argolla b, ensanchada
hacia abajo en forma de embudo b, y terminan
en una especie de caracol 1, que sirve para guiar
el aparato cuando toca la parte rota de la sonda
y hacer que penetre ésta en la argolla b; tal es la
parte fija del aparato; la móvil ó tenaza está
constituída por dos ramas, h, h, de la forma que
se ve en la figura, que por su parte superior van
unidas á una argolla e que puede deslizar á lo
largo del vastago de la horquilla desde el punto

Hemos dicho que algunas veces se empleaba una larga cuerda de cáñamo en vez de las varillas y la cabeza de sonda; y aunque ya apenas se recurre á tal procedimiento, que ni guía la sonda, ni permite el empleo de las barrenas, y tiene, en fin, una porción de inconvenientes, sin embargo indicaremos los arrancasondas, necesarios cuando, empleándose la cuerda, se rompe ésta. Es el primero una barquilla arponada (fig. 9) cuyas ramas van separándose poco á poco hacia abajo, é interiormente van provistas de una serie de redientes elásticos, más próximos los de una á los de la otra rama cuanto más arriba se hallan. Cla-a', en que los brazos de ésta se reunen en uno vando este útil en el fondo del taladro donde está caído el trozo de cuerda unido al operador, penetra entre las ramas de la horquilla, y al clavar luego aquél ésta es arrastrada la cuerda por los redientes del arponado. El segundo de los útiles á que hemos hecho referencia es un doble tirabuzón, muy semejante al que a veces se emplea para perforar en terrenos blandos, y que está representado en una de las figuras anejas al artículo ARTESIANO (Pozo) (véase). Pero este útil, que actúa girando, y que suele ser más eficaz que el anteriormente descrito, exige indispensablemente el empleo de una cabeza de sonda y varillas, lo que es un inconveniente grave, cuando por economía se ha recurrido al sondeo con cuerda y trépano.

En el caso, más frecuente, de emplearse la sonda rígida, que hemos descrito minuciosamente, se hace uso de otros útiles, que son el caracol y la campana.

El caracol consiste en una especie de garfio de hierro que se mueve casi horizontalmente describiendo una hélice, al girar el vástago v v', en que termina superiormente (fig. 10); el fondo de este garfio tiene una forma rectangular, con objeto de que se ajuste en su interior el cuadradillo de la varilla inferior á la rota, ó del útil (si es éste el que se hubiera roto); el extremo del referido garfio es más delgado y se dobla en forma de uña, n, para coger fácilmente el trozo de sonda que haya quedado en el taladro. Otras veces el caracol tiene una forma un poco distinta, más puntiaguda, y con el hueco donde se ha de alojar la sonda rota más redondeado, pero en

ten radialmente unas salientes, parecidas por su forma á los pliegues de un papel (fig. 12), y que obran como otras tantas cuchillas. La parte alta de este cilindro tiene un hueco profundo en forma de cono, y en el cual se depositan los fragmentos que, desprendidos por efecto de los gol. pes, son lanzados hacia arriba por el mismo gol. peteo, y pasan por entre las paredes del taladro y las canales del cilindro, sobre todo en terrenos donde hay agua; este efecto puede conseguirse fácilmente por los movimientos que el agua tomará al caer el cilindro.

Para terrenos blandos y semifluidos debe emplearse un útil análogo à las bombas, como en la sonda de Dégousée; pero no siendo posible oprimir aquél contra el fondo lo bastante para que penetren en el interior los productos del sondeo, se ha modificado este útil añadiendo un tubo del ancho del taladro, cerrado inferiormente por una válvula, que es lo que constituye el útil en sí; un vástago superior solidario al tubo, y por el cual puede deslizar verticalmente una maza de hierro, à la cual se ata la cuerda de la sonda, tirando de dicha cuerda para elevar la maza á la altura que lo permita un tope que hay en el extremo superior del vástago, y que impide se separe de éste la maza de hierro, y soltando después la cuerda caerá aquélla sobre el cilindro de válvula y la hará introducirse en el terreno, haciendo á la vez que penetren en él los productos de la perforación; repitiendo esto un cierto nú mero de veces se conseguirá llenar el cilindro, después de lo cual se le elevará para vaciarle y continuar el trabajo en igual forma.

El procedimiento de que estamos ocupándonos es el que se emplea en China, y ha sido importado á Europa hace algunos años, y perfeccionados sus útiles según acabamos de indicar: es un procedimiento muy sencillo y barato; mas á pesar de esto se emplea muy poco, sin duda por no dar tanta fijeza en la dirección y calibre del taladro como con las otras sondas. Hemos indicado los operadores que suelen emplearse; en cuanto al otro elemento de la sonda, esto es, la cuerda, diremos que en China se emplea el bambú trenzado para la construcción de aquélla, y en Europa, donde se dispone de materias tex tiles distintas, se da la preferencia á las cuerdas de pita ó cables de alambres de hierro ó acero con alma de cáñamo. Las cuerdas formadas sólo

duraderas.

Fig. 12

solo hasta un tope v que hay en dicho vástago.
La parte inferior, ó mandíbulas de la tenaza,
deslizan, oprimiéndola, en el interior de la argo-
lla b, y están provistas de un dentellonado d
muy resistente; para hacer uso de este útil se
une con el tornillo t, en que termina el vastago de este último material son menos resistentes y
de la horquilla, al conjunto de las varillas que
sirven para el sondeo, y se coloca un taco de ma-
dera entre la parte inferior de las mandíbulas h
para lograr se mantenga su separación en el des-
censo. Se baja al fondo el útil, dándole vueltas
para que el caracol / abrace el vastago roto, pene-
tre éste por la argolla b y levante el taco de ma-
dera interpuesto entre las mandíbulas h; enton-
ces, por su propio peso, éstas descenderán, suje-
tando la sonda rota; si en este momento se eleva
el enganchador de piezas de que hablamos, la ar-
golla b, al subir, obligará á la mandíbula h á
aproximarse, oprimiendo más y más al trozo
roto de la sonda y arrastrándole consigo.

Sonda de polea y cuerda. - Esta sonda, en esencia, difiere de la de Dégousée en que queda suprimida la cabeza de sonda y las varillas son sustituídas por un cable, que es el que pasa directamente por la polea, de que se suspende tanto una como otra de estas sondas. Los útiles empleados en el sondeo con cuerda pudieran ser trépanos ordinarios, pero suelen diferir algún tanto, según perfeccionamientos debidos á Jobart y algunos otros. Para la perforación en terrenos duros se emplea un pesado cilindro de hierro, acanalado en toda su longitud y terminado inferiormente en una punta muy corta y dura, de la cual par

Sondas huecas. Esta clase de sondas no se emplea casi nunca en la investigación de terrenos propios para cimentar; su aplicación principal es á la perforación de los pozos artesianos (véase); y como allí se ha dicho lo bastante a este respecto, no insistiremos más sobre el mismo asunto. Tampoco indicaremos aquí los entramados de madera ó metálicos que se emplean en los trabajos con la sonda, ni otros varios detalles, por corresponder á otro lugar. V. Sox

DEO.

SONDA MARINA: Nav. y Const. La profundidad de los mares, muy variable, como se comprende, pues al relieve de los terrenos sumergidos sigue la ley general de formación del globo, presentando profundos valles, inmensas llanuras y elevados picos, cuya medida, según los datos que se van adquiriendo de día en día, dan una media de unos kms., se había exagerado notablemente por los medios imperfectos de que se podía disponer para hacer los sondeos, cuyos medios daban resultados llenos de errores, debidos á ellos mismos y á la dificultad de sondar á tan grandes profundidades; estos sondeos son de absoluta necesidad, en primer término para el navegante, que necesita practicarlos, ya

por serle en ocasiones desconocido el paraje por donde navega, ya para asegurarse de dicha profundidad cuando se quieren aproximar á las costas ó navegar por puntos peligrosos, en los que corren el riesgo de embarrancar; en segundo lugar, para los ingenieros y los individuos de los cuerpos de telégrafos; en éstos para la instalación de las líneas submarinas en las comunicaciones transatlánticas, y en aquellos para el establecimiento de las construcciones que tienen que fundar en dichos mares; y por último para el geógrafo, cuyos conocimientos serían incompletos, y por consecuencia sus aplicaciones limitadas, si no tuviera el perfecto relieve de las tierras cubiertas por las aguas, no siendo menos importante para el geólogo que estudia la historia de nuestro planeta, sus movimientos internos, su constitución, etc.; á principios del siglo se practicaron algunos sondeos, como curiosidad científica, para determinar la forma del fondo de los mares y estudiar los vegetales y animales que pueden vivir á las mayores profundidades y bajo presiones de las que no podemos darnos exacta cuenta los que respiramos en la superficie de la Tierra Los medios de sondeo, en un principio muy imperfectos, según hemos apuntado, han tenido que sufrir notables adelantos desde el momento en que las comunicaciones interoceánicas se han hecho una necesidad, pues era forzoso, trazado el itinerario que debían seguir los cables, conocer la profundidad exacta, para calcular la longitud de aquéllos, pues un error cometido en tal sentido podía dar lugar á pérdidas de suma consideración, y tal vez á catástro fes, al observar la diferencia del cable en los momentos en que se extiende, operación sumamenmente delicada y peligrosa, por más que á primera vista no lo parezca; de los sondeos hechos hasta el día, resulta que las mayores profundidades encontradas han sido de 15000, 14000 y 12000 m en el Océano Atlántico Austral, al Sur del paralelo de 25°, mientras que sondeos posteriores y repetidos en los mismos puntos sólo han acusado profundidades de 7 y 5 ki lómetros; en el Norte del Océano Pacífico el buque Tencarora encontró 8513 m., y el Callenger, al Oeste del mismo mar, 8367; el mismo buque, en el Océano Atlántico del Norte, halló 7086 m.; el Blake, en el Mar de las Antillas, 6270; el Alaska, en el Océano Pacífico del Sur, 6160; el Talismán, en el Océano Atlántico del Norte, 6067, mientras que el Essex, en otro punto del mismo, 6006; el Gacette, en el Océano Indico, 5523; el Callenger, antes citado, halló 5120 en el Mar de Banda y 4850 en el Mar de Coral, 3612 en el Océano Índico, 3240 en el Mar de la China y 3060 en otro punto del Océano Indico; el Sofia 4846 en el Océano Glacial del Norte, 4755 en el Mar de las Célebes y 4663 en el de Sulú; el Pomerania 3968 en el Mediterráneo, y en el Golfo de Méjico, el ya citado Blake, 3875; todos estos datos los hemos tomado del Tratado de las construcciones en el mar, del distinguido ingeniero de Caminos, Canales y Puertos D. Pedro Pérez de la Sala.

Los sondeos que se practican sobre los bajos fondos son, por regla general, los que más interesan al ingeniero por las obras de puertos que tiene que construir continuamente, y no ofrecen grandes dificultades, excepto en los puertos en que haya corrientes rápidas, revesas ó grandes marejadas, y en otros puntos con mar gruesa, pudiendo emplearse, si estas circunstancias no existen, la sonda ordinaria; pero cuando se encuentra el sondeo fuera del caso citado se hace necesario acudir á aparatos y procedimientos especiales y más perfeccionados, de los que nos proponemos describir los tipos principales.

La sonda ordinaria, que fué la primeramente empleada, no es más que una cuerda llamada sondalesa, de gran longitud, que iba antiguamente dividida en brazas y hoy lo está en metros, por medio de unos trozos pequeños de cintas de colores diversos, para señalar los hectometros y decámetros, cogidas aquéllas entre el tejido de la cuerda para que no se pierdan ni cambien de lugar; la sondalesa lleva en la extremidad que ha de sumergirse una plomada ó peso en forma de cono truncado, cuya base inferior presenta una concavidad cilíndrica, á cuya superficie se le da un baño de sebo para que á él se adhieran algunas partículas del fondo del mar, cuando este peso, llamado escandallo, haya llega do á tocar en él, pudiendo así, no sólo asegu. rarse de que se ha tocado al fondo, sino conocer

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la naturaleza de éste, lo que es muy importante para el ingeniero; el escandallo lleva en su parte superior un anillo al que se ata ó sujeta el extremo de la sondalesa; el sondeo requiere alguna práctica y destreza, y debe hacerse con mar tranquila para evitar errores, por más que éstos influyen poco en las obras de puertos, dada la importancia de esta clase de construcciones; no así para la determinación de los bajos fondos, en que un error puede ser causa de graves trastornos para la navegación. Para sondear á grandes profundidades, son muchos los procedimientos usados; antiguamente se ataba una granada ó bala de cañón á la extremidad de un cabo fuerte y de un alambre grueso, que, arrollados á un torno por el que daban tres ó cuatro vueltas, salían por el otro extremo, por cuyo medio se podía graduar el descenso; se suponía que este escandallo llegaba al fondo cuando no pedía más cuerda, absurdo manifiesto que daba siempre mayores profundidades que las verdaderas, pues la velocidad adquirida por el torno y el peso de la cuerda eran suficientes para hacer que continuase desarro llándose cuerda mucho tiempo después de haber llegado la bala al fondo; esto aparte de que las corrientes, tanto superficiales como submarinas, obran sobre la sondalesa, y por tanto sobre el torno; en los Estados Unidos se juzgaba necesa. rio un peso de 50 kilogramos por cada 1000 brazas para tener la cuerda en tensión; el tiempo medio invertido en soltar un kilómetro de cuerda, ó próximamente 500 brazas, se calcula en unos ocho minutos, y de diez á once para recogerla; estas operaciones hay que hacerlas con una locomóvil ó con la fuerza de la máquina del barco.

La sonda del capitán Brook se compone de una bala de cañón (fig. siguiente), atravesada se

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gún uno de sus diámetros por un vastago de hierro, que en la parte superior lleva articula dos dos brazos terminados en horquilla, de los que se suspenden las cuerdas, que van á parar á un anillo, sobre el que la bala se apoya, y que también va atravesado por el vástago, al que se unen por unos ganchos dos cadenas que van á terminar en la sondalesa; al bajar este escandallo y tocar al fondo el extremo inferior del vastago, como la bala sigue deslizando, se bajan las palancas, se separan las cuerdas de las horquillas, y quedando libre el vastago no hay más que recoger la cuerda, que dejará bala y anillo en el fondo, y medir la long. de cuerda desarrollada; el sistema de suspensión ha sufrido algunas modifi. caciones para que se desprenda el escandallo al llegar al fondo; así, Skead usaba una palanca que enganchaba una anilla fija en el escandallo, y al dejar de pesar éste por haber tocado el fondo seguía bajando la palanca, que se doblaba desengalgándose; Baudici hacía uso de una tenaza con bocas como las ordinarias de carpintero, y en que la prolongación de las bocas que forman las palancas, en lugar de reunirse como en aquellas, se abren para formar contrapeso y abrir la tenaza cuando no obra el escandallo, que las obliga á estar cerradas; como las bocas de las tenazas cruzan una sobre otra, se mantienen cerradas cuando se cuelga el escandallo de ellas por me. dio de una anilla, pero al tocar al fondo las tenazas se abren y abandonan el peso.

La sonda de Baillie, usada por el Callenger, se compone de un tubo que sustituye á la varilla de la figura, tubo cerrado en su parte inferior por dos válvulas de charnela que se abren de fuera adentro y sirven para recoger las arenas del fondo; el tubo está agujereado en su parte superior para que el agua pueda entrar salir libremente en él, y lleva dos ranuras longitudinales de alguna longitud, en las que pueden co

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rrer dos aletas del vastago para que pueda entrar en el tubo, y que va suspendido de la sondalesa; estas dos aletas terminan al exterior en los ganchos que sostienen las cuerdas de la anilla; por este medio, al llegar el tubo al fondo, corren las aletas de la varilla dentro de él y se desprende el peso.

El escandallo de la marina francesa, que empleó el Talismán, sólo difiere del anterior en que la varilla de orejas está sustituída por otra que termina en una pieza ojival con dos ranuras, en la que engancha un tope que lleva el tubo de sonda, suyas válvulas van unidas á otro hierro en ángulo recto, formando cada válvula una palanca angular, de cuya parte exterior se suspenden los alambres que sostienen el peso; éste puede cambiar sin más que añadir unos discos metálicos taladrados para el paso de los alambres; funciona este aparato como el anterior.

El comandante Siegsbee, de la marina angloamericana, propuso, y se aceptó, un escandallo automático; el peso que arrastra la cuerda es una bala de cañón perforada según uno de sus diámetros; por el taladro pasa un tubo con una válvula en el fondo y taladrado por su base superior, de la que arranca un vastago que penetra en un segundo tubo concéntrico con el primero y más corto que aquél y que termina en una válvula; un muelle en espiral empuja al segundo tubo hacia abajo, con lo que se cierra la válvula del primero, y el vástago de que hemos hablado se prolonga hacia la parte superior, yendo sus. pendido del escape, pequeño gancho del que pende el peso por el intermedio de un alambre; un muelle empuja al escape, que sólo deja de obrar por el peso de la bala; sobre el escandallo va una cubierta de campana cerrada por la base, pero con algunas aberturas en ella y en los costados para dar paso al agua; mientras el peso desciende el gancho permanece en su posición; pero si aquél toca al fondo, la válvula, que se apoya sobre él, vence la fuerza del muelle en espiral y se abre dejando entrar en el tubo las materias del suelo, y además agua del fondo, que se encuentra así perfectamente aislada y puede sacarse al exterior, y al seguir bajando el peso deja de obrar sobre el escape que, solicitado por el otro muelle, se abre y deja libre el escape y el tubo, dejando en el fondo el peso; al desprenderse éste del tubo cae la cubierta sobre la base superior de éste, se cierran todos los orificios y puede sacarse el aparato del agua.

El empleo de cuerda como sondalesa tiene grandes inconvenientes, dada la profundidad á que se emplea, cuales son: ocupar mucho volumen en el tambor á que va arrollada; tener un peso considerable y no en relación con su resistencia á la rotura, y oponer una gran resistencia transversal á las corrientes por su mucho grueso, y al descenso por su gran superficie lateral, que crece con el diámetro, con la longitud de su vuelta y con las desigualdades que presenta, necesitándoee escandallos de mucho peso para poder vencer todas estas resistencias, y al terminar el descenso es tan lento que cuesta mucho trabajo saber cuándo ha llegado el escandallo al final de su carrera; para evitar esto propuso William Thomsom sustituir la cuerda por alambre de pianos de 0,75 milímetro de diámetro, que posa 4 kilogramos por kilómetro en el aire ó 3,33 dentre del agua, con resistencia comprendida entre 220 y 250 kilogramos por milímetro cuadrado de sección, lo que le permite sostener, sin romperse, de 28 á 30 kilómetros de su longitud; los ca bos varían entre 200 y 800 metros de largo, s bien se han construído especiales de 5 kilómetros y medio con peso de 18,33 kilogramos, los empalmes de unos cabos con otros se hacen por medio de tirabuzones, que ocupan un metro de extensión, calentando los empalmes, bañándolos en cola marina y atando los extremos con hilo de carrete; otras veces se tuercen y sueldan las extremidades.

La sonda Lecoeutre se halla formada por un escandallo ordinario que en su parte superior lleva un motor de hélice, cuya rotación durante el descenso se registra en un contador por medio de un tornillo sin fin montado sobre un eje ; la hélice es loca sobre su eje, y sólo actúa sobre el árbol moviéndose en un sentido, el de la bajada, por medio de un trinquete análogo al que se emplea en algunas máquinas de coser, trinquete reducido á un diente de rodete que engrana en otro de la misma clase del eje.

La sonda Walker está fundada en el mismo

principio, ó sea en el movimiento de una hélice en el descenso del escandallo, pero actúa sobre un sistema de engranajes montado en el contador; estos dos sistemas registran, no la longitud de cuerda ó alambre desarrollado, sino el número de vueltas de la hélice durante el descenso, dependiendo las indicaciones de los cuadrantes de la velocidad que lleve el escandallo, lo que obliga á hacer el descenso con suma regularidad y movimiento uniforme, para poder establecer la relación que liga al giro de la hélice con la longitud de cuerda desarrollada.

La sonda Thomson, de que antes hemos hablado, se funda en la diferente presión ejercida por el agua á profundidades distintas; para esto lleva al extremo de la cuerda, junto al escandallo, una especie de tubo manométrico, es decir, un tubo cerrado por su extremidad superior y abierto por la inferior; el aire contenido en el tubo evita que éste se llene de agua, pero ésta subirá en aquél á niveles variables con la presión, y, siendo preciso conservar una huella del más alto nivel del líquido en el tubo, se le barniza por la parte interior con una substancia atacable por el agua del mar, de modo que haga cambiar la coloración de la parte atacada, y siendo el tubo de vidrio muy fuerte, es fácil observan dicha altura; las substancias empleadas para ello han sido la tinta, la anilina, el prusiato rojo de potasa, y principalmente el cromato de plata, que de amarillo en su estado natural se vuelve blanco en contacto con el agua del mar. Sin embargo, estos tubos químicos tienen varios inconvenientes que conviene evitar, para lo cual se han empleado tubos especiales que puedan sostener la columna líquida que en ellos ha penetrado durante el ascenso, para poderla observar y medir en el exterior; al efec to el tubo lleva una válvula en cada extremo, dispuestas de modo que la inferior permite la entrada del agua en el tubo, comprimiendo el aire que contiene, y la superior se abre al subir la sonda por efecto de la presión interior del aire cuando baja la exterior, á medida que el tubo se aproxima á la superficie, con lo que se evita el peligro de la explosión del tubo, como ocurriría sin semejante precaución; la sondalesa de cuerda de piano, según dijimos antes, se arrolla á un tambor, á cuyo eje pone en movimiento un aparato de relojería que marca al propio tiempo en un cuadrante la longitud de cuerda desarrollada; el tubo indicador de presión se sujeta á un trozo de calabrote que une el peso con el extremo de la cuerda de piano; la parte principal de la sonda de Thomson es el freno, que se reduce á una cuerda arrollada con una sola vuelta á una polea colocada en el mismo eje del tambor en que va colocada la sondalesa, cuerda que en uno de sus extremos lleva suspendido un peso, y cuyo otro extremo se fija en una clavija colocada sobre una polea inmediata, que lleva un contrapeso, que puede tomar varias posiciones, para regular la resistencia producida por el freno; la unión entre el escandallo y la sonda lesa debe siempre hacerse por medio de una materia flexible, y Thomson se vale de una cuerda de 10 á 20 metros, unida al alambre por una anilla. En el sondeo de los bajos fondos se nota el momento en que el escandallo da fondo, porque disminuye inmediatamente el tiro que ejerce la sondalesa; pero para las grandes profundidades hay que determinar por experiencias previas el tiempo necesario para largar una cierta longitud de cuerda, empleando cuerdas y pesos diferentes, la operación se divide en dos tiempos, que consisten en medir la profundidad y en tomar una muestra á la temperatura del fondo; para lo primero se toma un peso de 100 á 150 kilogramos y un cable delgado, observando el tiempo transcurrido mientras se larga el cable hasta que se supone ha tomado fondo; entonces se para y se hala á bordo, hasta que se rompe el cable, en virtud de la resistencia que el peso opone á desprenderse del fondo; basta suspender un peso igual de un cable más resistente, con el que el escandallo pueda volverse á bordo después de tocar fondo, y un termómetro de máxima que acusa la temperatura de aquél.

Los sondeos á grandes profundidades deben hacerse en buques de vapor, y, á ser posible, de hélice, para poder regular bien sus movimientos, para mantenerlos lo más exactamente posible en los mismos puntos en que ha caído el escandallo, pues la deriva del barco por las corrientes superficiales influye notablemente sobre la

profundidad determinada, hasta tal punto que el error que se comete con corrientes cuya velocidad avance sólo á uno ó dos nudos varía entre los 0,20 y 0, 34; las corrientes submarinas también son causa de errores, pero de escasísima importancia; los sondeos deben hacerse por la proa y por sotavento para evitar que pue da abarbetarse la sondalesa en la coda, lo que podría romperla, así como si se enganchara en las paletas de las ruedas ó en las ramas de la hélice ó en el timón; los cabeceos y balances del buque pueden también ser causa de rotura de la sonda al tiempo de halarla á bordo, y para evitarlo se emplean varios procedimientos que atenúan las sacudidas que en el alambre pueden producir aquéllos, siendo el medio más eficaz la compensación automática. En la marina francesa se hizo uso de un contrapeso unido á la sondale. sa que, al inclinarse el buque hacia afuera, aflojando aquélla, desciende y la recoge, en tanto que, al inclinarse hacia adentro, produce una tensión, y esta misma eleva el contrapeso y alar ga ó suelta el alambre; otros aparatos ideados con el mismo fin, y que se llaman acumuladores, se emplean con ventaja, entre los cuales citaremos el acumulador Hodge, compuesto de uno ó varios tubos de caucho que reunen los diferen. tes trozos de la sondalesa, los que por su elasticidad se alargan ó acortan, disminuyendo el efecto de las sacudidas, absorbiendo una gran parte del esfuerzo de tracción desarrollado por la cabezada del buque sobre el alambre; en los Estados Unidos usan como acumulador un muelle de gran fuerza que presta los mismos servi. cios que los tubos Hodge; otros acumuladores se han ideado, mas basta con lo dicho para comprender la manera de funcionar. Es necesario hacer uso de algunos accesorios, como son las dragas, que son unas bolsas, redes ó cajas que bajan hasta el fondo, hallándose abiertas mientras se arrastran por el terreno y que se cierran al levantarlas, siendo su objeto recoger plantas y animales del fondo, así como los objetos que en él puedan hallarse.

El ingeniero ruso De-Parville, para evitar los inconvenientes que presentan los sondeos en la forma hasta aquí explicada, ha dado á conocer una sonda en que sólo hay un escandallo, evitando así el empleo de la sondalesa, que hace perder mucho tiempo para desplegarla y recogerla, y salva también la dificultad de saber si ha llegado ó no al fondo el peso, con otra no menor, que es la mayor longitud que resulta por inclinación de la sondalesa; á no dudar, la idea ha nacido del estudio de los escandallos Lecoëutre y Walker, de que hemos hablado antes, pero no por eso tiene menos mérito y originalidad. Consta el aparato de una esfera llena de aire y herméticamente cerrada; hace las veces de globo, del cual pende un cuerpo cilíndrico con pa letas que mueven un contador encerrado en el aparato, y del extremo inferior de éste cuelga un escandallo de dimensiones y peso proporcionados á la profundidad supuesta, y el cual se halla suspendido de un gancho muy abierto; las paletas ponen en movimiento al contador, sólo en el descenso, por un sistema de engalgue semejante al que hemos explicado antes; soltando el aparato así dispuesto en el agua, el peso arrastra al globo y al contador hasta el fondo, pero al llegar á él y tocar en el suelo se desprende del gancho, y, libre el escandallo de este peso, como sólo queda la parte flotante, sube á la superficie con la rapidez posible; puede disponerse el contador de modo que sólo funcione á la subida por el movimiento de la hélice, hallándose en el contador la distancia recorrida según la vertical, aun cuando las corrientes hagan que derive el escandallo, pues entonces las paletas, girando con velocidad menor, resulta el efecto el mismo que si hubiera subido según la vertical; el aparato sólo recorre en su movimiento unos 5 metros por segundo como velocidad media, de modo que su reaparición en la superficie del agua es siempre lenta, pudiendo esto también dar una idea de la profundidad á que ha llegado. Por último, Irish ha ideado un aparato eléctrico de sonda para reemplazar ventajosamente á las de plomada, de que hemos hablado en la mayor parte de este trabajo: se compone de un cilindro vertical lleno de mercurio hasta cierta altura, sujeto á una cuerda que contiene tejido un doble conductor flexible y aislado; los dos extremos de los hilos son los reóforos de una pila, que se halla en el buque que va á practicar el sondeo, y terminan

aquéllos en la caja cilíndrica; en el circuito, y cerca de la pila, se coloca un timbre; el cilindro se halla completamente cerrado; mientras baja este escandallo el mercurio ocupa la parte baja del cilindro, no hay contactos, y el circuito está abierto, pero en el momento en que el cilindro ha tocado al fondo, cuando se inclina y el mercurio viene á cubrir los reóforos, los une eléc tricamente, cierra el circuito y comienza á correr el timbre avisando la llegada al fondo; la cuerda, arrollada á un tambor, como de ordinario, pone, al moverse aquél, en acción un conta. dor que, midiendo las vueltas que ha dado el eje, señala la profundidad que se buscaba, otro aparato de esta especie ha ideado también De la Croix; es semejante á éste.

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- SONDA Ó SUNDA: Geog. C. del dist. de Nord Canara, prov. de Deján, Bombay, India, sit. al E.S. E. de Carvar, en la vertiente meridional de los montes Sahyadri; 5500 habits.

- SONDA (ESTRECHO DE LA): Geog. Estrecho entre las islas de Sumatra y Java, Archip. Asiático; une el Mar de Java con el Océano Indico. Tiene unos 130 kms. de largo por 100 de máxi ma anchura, que se reduce á 26 kms. entre el Cabo Tonva (Sumatra) y la punta Saint Nicolás (Java). En medio de esta entrada del estrecho se halla la isleta Sungueyang, á igual distancia de Java y de Sumatra.

- SONDA (ISLAS DE LA): Geog. Las más occidentales y meridionales del Gran Archip. Asiático, á saber: Sumatra, Java, Bali, Lombok, Sumbava, Flores, Timor y otras, hasta TimorLaut ó Tenimber. Se suele llamar Grandes islas de la Sonda á las de Java y Sumatra, y Pe queñas islas de la Sonda á las restantes. También se amplía el término aplicándolo á todo el Archip., modernamente denominado Insulindia, ó sea India insular.

- SONDA (MAR DE LA): Geog. Parte del Mar de las Indias orientales, entre Célebes al N. y Flores al S. Es continuación oriental del Mar de Java, llamado más al E. Mar de Banda. También se da el nombre de Mar de Flores á la parte occidental del Mar de la Sonda, y en cambio en pasados tiempos llamábase Mar de la Sonda Archip. Asiático. al conjunto de aguas que rodean todo el Gran

SONDABLE: adj. Que se puede sondar.

SONDALESA: f. Mar. Cuerda larga y delgada, con la cual y el escandallo se sonda y se reconocen las brazas que hay de agua desde la superficie hasta el fondo.

SONDANESES Ó SUNDANESES: m. pl. Etnog. Pueblo de la isla de Java, Indias holandesas. parte O. de la isla. Son de origen malayo y muy Son unos 5000 000, y viven en las provs. de la antiguos en el país, de corta estatura, color co

brizo claro, ojos oblicuos y nariz chata.

SONDAR (de sonda): a. Echar la plomada al mar para averiguar la profundidad que allí tiene el agua.

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...

resolvieron enviar por embajadores á Venecia á SONDAR su intención á Guido, Antonio Vespuci, y Bernardo Rucellai, ciudadanos de crédito.

OTÓN EDILO NATO DE BETISSANA.

ductos, naturales ó accidentales, instrumentos - SONDAR: Cir. Introducir por algunos con de formas especiales y de diversas materias, ya sólidos, para combatir estrecheces ó destruir obs táculos que se oponen al libre ejercicio de la fun ción de un órgano, ya huecos, para conducir al interior substancias semilíquidas, líquidas ó gaseosas, ó para extraerlas.

Varios autores citan también casos de haber visto salir esperma mezclada con la orina, en sujetos a quienes estaban SONDANDO por causa de estrecheces.

MONLAU.

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- Oid... Quiero consultaros
Un negocio de interés...
Si no os molesto. - Señora,
Nunca á mí... (¡Cómo ha de ser!)
-(SONDEARE su corazón).

BRETÓN DE LOS HERREROS.

SÖNDENFIELDS: Geog. Una de las tres regiones en que se divide la Noruega, sit. entre el Nordenfields al N. y N.O., el Mar del Norte al O., el Skager-Rack al S. y la Suecia al E. SONDEO: m. Acción, ó efecto, de sondear.

Estas gentes, no sólo tomarán las vistas del puerto, sino que harán el SONDEO de su concha y barra, etc.

JOVELLLANOS.

- SONDEO: Ing. y Const. Perforación de pequeño diámetro y gran profundidad que se practica en los terrenos con diversos objetos. Procedimiento de investigación de la profundidad de los mares y naturaleza de su fondo.

Los sondeos pueden tener objetos muy diversos, practicándose en cada caso según lo exijan las circunstancias. Puede tratarse de reconocer la naturaleza del terreno para levantar las fundaciones de una obra culquiera de alguna importancia, como un puente, un viaducto, un faro, etc., para lo que es necesario conocer en primer término la resistencia del terreno, á fin de ver si pue le soportar el peso que ha de cargar sobre él; en las comarcas mineras para buscar los filones, averiguar su espesor, riqueza de las capas, buzamiento de los filones, minerales que de él se puedan obtener; investigación de aguas subterráneas, punto del que ya sea tratrado en otros artículos (V. ARTESIANO (Pozo); exploración y explotación de los pozos de petróleo en los puntos en que se halle en grandes depósitos subterráneos; exploración y explotación de la venas salinas, etc.

Los aparatos que se emplean para pacticar los sondeos se conocen con el nombre de sondas si se hacen en tierra firme, y si se trata de hallar la profundidad de los mares se llaman sondas ma rinas (V. estas palabras); nada tenemos, por lo tanto, que decir de ellos, y así nos ocuparemos solamente de los sondeos en general, en cuanto se refieren al reconocimiento de terrenos y de minerales, pues en la sonda marina hemos dicho cuanto pertenece á esta otra clase de trabajos. Para practicar un sondeo cuando está perfectamente determinado el punto en que se ha de lle var á cabo, se comienza por hacer una excavación de 4 á 5 metros de profundidad por otro tanto de diámetro ó luz, de modo que su centro corresponda á la boca del pozo, y respetando el punto que ha de ocupar el taladro se recubre el fondo de la excavación con fábrica de mampostería, formando un piso que impida la degradación de la boca y sirva para la instalación de la báscula, con su cilíndro motor y utensilios que hayan de necesitarse; al nivel del suelo natural, y en las aristas de la excavación, se fija un bastidor de gruesos maderos, donde se apoyen los montantes de la cabria, que debe tener unos 15 ó 20 metros y estar invariablemente vertical, para lo cual se sujeta convenientemente con vientos, y que lleva en su parte superior una armadura con dos poleas, colocando en la inferior á alguna altura del suelo un torno, al que se arrolla una cadena cuyos extremos llevan dos llaves; á aquel puede dársele movimiento en dos sentidos opuestos por medio de dos correas que le unen á dos poleas locas y dos correas, una directa y otra cruzada, pudiendo las poleas ponerse en conexión una ú otra con el árbol motor de una locomóvil, paralela al eje del torno y á corta distancia de él; á 4 metros sobre el nivel del suelo se construye un entablonado interrumpido en las inmediaciones del taladro, y sobre aquél se montan vías para el transporte del material necesario, que después ha de bajar al pozo por medio de cuerdas que pasan por las poleas superiores de la cabria; encima de este primer piso se establece un segundo á una altura que no dificulte el movimiento en el prime. TOMO XIX

ro, y esteúltlmo se destina al servicio de las bombas de extración; próxima al eje del taladro se monta una gran polea, de modo que enfile la porción delantera de su cajero con aquél, y sobre esta polea se instala la cadena ó cable de hierro que ha de tener suspendida la bomba, yendo el

retención; cuando el agujero es de escasa profundidad basta agrandarle consolidando las paredes con un revestimiento de arcilla, el que como mejor se hace es retirando la sonda y rellenando el agujero, hasta la parte inferior del banco movedizo, con arcilla fuerte que se apisona con un otro extremo de la cadena á arrollarse á un torno mazo, actuando sobre un atacador y atacando á montado en el mismo piso sobre bastidores ver- la arcilla así apisonada con la sonda; cuando ticales, movido á su vez por la máquina de vapor; esto no basta hay que acudir á los tubos, que se otro tercer piso hay que armar en la proximidad hacen exclusivamente de palastro y con un diáy debajo de las polcas de la cabria para hacer la metro exterior algunos milímetros inferior al maniobra de aquellas; debiendo todo el andamia- del agujero. Dégousée los hace de 5 milímetros je quedar interrumpido en la parte correspon- de espesor para un diámetro de 33 centímetros, diente á la perforación, se hacen descansar las de 3 milímetros para los de 25 centímetros y de viguetas del piso en un castillejo levantado en el 2 milímetros para los de 15 centímetros; los troperímetro de la excavación. Así preparado, se zos de tubo tienen unos 2 metros de longitud y comienza la perforación con la sonda ordinaria, van cerrados longitudinalmente por roblones de que es más fácil de manejar y avanza rápida. hierro dulce, separados de 4 à 5 centímetros, mente en un principio; cuando ésta ya no alcan- con cabezas en gota de sebo; se ensamblan por za se saca, se arma el trépano con la alargadera, medio de manguitos de hierro fundido y pernos corredera y linterna, se levanta una varilla co- de cabeza plana; para colocarlos se fija el mangiéndola por su parte superior con una cuerda guito en el tubo inferior, se levanta el superior que pasa de las poleas de la cabria, y se atornilla por medio del cable de la cabria, se le deja bacon el extremo, linterna y el manguito corresponjar hasta el manguito, y en esta posición se le dientes, y como la longitud total que resulta hace girar hasta que los agujeros del tubo coes menor que la altura de la cabria, pueden ele- rrespondan con los del manguito; en esta dispovarse todas ellas tirando de la cuerda, y llevando sición, se bajan los pernos de unión suspendiénel trépano sobre la boca del taladro se hace des- dolos por medio de una cuerda que lleva un cender la parte de sonda formada hasta que el gancho en su extremidad; estas cuerdas se cogen extremo libre de la varilla quede á una altura con otros ganchos encorvados que pasan por los del suelo, la necesaria para unir una segunda agujeros del manguito, con los que pueden cogervarilla, ó dos ó tres, conveniente y previamente se los pernos, colocarlos en su sitio desde fuera, empalmadas, con las que se procede de la misma y atornillar las tuercas apretándolas todo lo pomanera, elevándolas con otra cuerda que pasa por sible, cortando con la sierra la parte excedente la segunda polea de la cabria, y una vez atorni- del perno que sobresale de la tuerca y remallada se puede desprender la primera cuerda, chando encima; cuando la línea de tubos ha preparando un nuevo empalme por medio de ella, llegado al fondo del agujero en que comienza el continuando de este modo cuanto sea necesario; mal terreno se continúa la operación, perforanpara atornillar una varilla puede también suje do otro pozo bajo el primero, pozo de unos 2 tarse la anterior con la llave de suspensión, pero centímetros menos que el interior de los tubos es más rápida la maniobra en la forma que la por diámetro, y después, ó se entuba con tubos hemos descrito. Así llegará el trépano al fondo de menor diámetro esta parte inferior, ó se va del taladro, y la longitud de la última varilla de ensanchando el agujero à medida que se hace berá ser igual á la distancia que haya entre el descender la tubería, á golpes de mazo sobre la extremo de la penúltima y la parte inferior de cabeza que se coloca en el exterior; los útiles enla cabeza de sonda; ésta debe tener dos movi- sambladores pueden obrar por rotación ó por mientos alternativos de elevación y descenso, que percusión; si lo primero, forman los útiles cise dan por una báscula compuesta por un ma- Îíndricos con acanaladuras en las que se introdero de gran escuadría con su eje de giro hori ducen hojas ó piezas dentadas, movibles alredezontal hacia el medio de su longitud, y que en dor de un eje, que se abren de modo que puedan uno de sus extremos lleva un perno de orejas atacar al terreno cuando se hace girar el til en por donde pasa una cavilla que la articula con un sentido, y se cierran cuando gira en sentido la cabeza de sonda, y cerca del otro extremo otro contrario para retirarlas; los ensanchadores de perno semejantemente dispuesto y articulado con percusión son de formas muy variadas: generaluna biela unida á la varilla de un cilindro de vamente tienen un muelle que abre sus brazos por, ó á una excéntrica ó árbol acedado puesto en cuando llegan á la parte inferior de la columna movimiento por la locomóvil; cuando se haya de los tubos. Cuando los gastos de ensanchade sacar la sonda para emplear la bomba de ex- miento se juzgan excesivos, se coloca en el setracción se separa la brida de la cabeza de sonda, gundo pozo otra columna de tubos de menor se coge con la llave que va á un extremo de la diámetro, que á veces sube hasta el terreno, y su cadena del primer torno la parte superior de la colocación se hace en igual forma, según hemos primera varilla, y haciendo girar aquél eleva la explicado; las columnas se terminan en la parte sonda al paso que desciende el otro extremo de superior por un tubo más grueso que hace de la cadena que se fija á otra varilla, y sustituyen- cabeza, y lleva una tuerca interior en la que do la correa directa por la cruzada en la rueda ajusta un tapón que se fija en la extremidad de del árbol giratorio cambia de sentido la rotación la cabeza de sonda y sirve para bajar la columdel torno, con lo que se eleva el extremo de la ca- na; para hacer marchar en el terreno la columna dena que antes descendió, y con él continúa ele- cuando se profundiza el agujero se fija en una vándose la sonda, en tanto que se desengancha el barra un tapón de madera que penetre hasta primer cabo de cadena y se destornilla con el au- cierta profundidad en el interior de los tubos, y xilio de una cuerda de la cabria la primera vari- que está guarnecido por un reborde más ancho, lla sacada, y se prosigue de este modo hasta que por el que se apoya en la boca del tubo; hace el todo el material que ha entrado en el pozo quede efecto de motor sirve para hincar por percuen el suelo desarmado y perfectamente ordenado. sión aquél; colocada la segunda columna, puede ser necesario enchufar una tercera, que será de menor diametro, y con la que se procede en la misma forma.

El movimiento alternativo de la bomba de extracción se produce haciendo girar convenientemente el torno y el extremo libre del cable de hierro á él arrollado; cuando se han sacado los detritus se vuelve á armar la sonda por los mismos procedimientos, para continuar avanzando en el taladro. En los numerosos accidentes de piezas rotas que sobrevienen en esta clase de trabajos, en lugar de hacer uso de la campana ó caracol para extraer la parte que ha quedado en el pozo, es preferible pulverizar con el trépano el fragmento de sonda para extraer sus restos con la bomba. Para mayor facilidad y rapidez en el trabajo, cuando el terreno no es roca dura conviene hacer el sondeo á trozos, empleando alternativamente dos trépanos de diferente calibre y menor el primero que el segundo, que da el diámetro definitivo al pozo; la naturaleza de algunas capas atravesadas por la sonda hace muchas veces necesario sostener las paredes del taladro, ya en todo ya en parte, por tubos de

Para sacar las columnas de retención ha empleado con buen éxito Alberti un medio muy sencillo: á las extremidades de las varillas de sonda se baja un tapón troncocónico con la base menor hacia arrriba, y en que la inferior tiene un diámetro algo menor que la columna de tubos que se quiere sacar; se baja por encima, y sirviéndose de una cuerda, un manguito formado por duelas de madera, sostenidas en su parte superior por uno ó dos alambres de hierro y terminados interior é inferiormente en bisel, de modo que formen cuña, de manera que resulta con gran adherencia cuando se quiere subir el tapón, adherencia que es suficiente la mayor parte de las veces para arrastrar consigo y elevar la columna, pero si no se consiguiera es fácil desprender el manguito, con lo que el tapón sale con facilidad. El arrancatubos de Kin está

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formado por un trozo de madera de 50 á 60 centímetros de largo, abultado en su centro en forma de lanzadera, reforzado con fuertes aros en sus extremidades y atravesado por una barra como las de sonda y que se puede ensamblar á ella; se baja este aparato hasta cerca del fondo de la columna que debe extraerse, y se echa después en el agujero una espuerta de piedra machacada ó cascajo grueso, cuyas piedras se meten entre el tubo y la parte superior de la lanzadera, formando cuña entre la madera y los tubos cuando se levanta el aparato que lleva tras de sí la tubería; si hay que extraer una columna perdida, es decir, que no llega hasta la boca del pozo, se pone en la lanzadera descrita, antes de meterla en el agujero de sonda, un tubo de palastro de 2 metros, lleno de cascajo, y que lleva un asa para colgarle de la cuerda; á la profundidad á que se quiere coger la columna se levanta, tirando de la cuerda, el tubo, y cae la piedra en el sitio que debe ocupar; cuando la columna no cede al esfuerzo algo menor que el que pueden soportar las varillas y demás aparatos, se desprende fácilmente el arrancasonda dejándola que caiga hasta debajo de la columna, donde casi siempre hay algunas cavidades ó más anchura en que pueda quedar el cascajo. El blindaje ó revestimiento de los agujeros de sonda se hace generalmente de palastro, según hemos dicho, cuando sólo tiene por objeto impedir el hundimiento de las paredes y cegamiento del agujero; pero si el revestimiento ha de tener un carácter definitivo, como en los pozos artesianos y en los de petróleo, se hace aquél de cobre para impedir la oxidación. Cuando se considera necesario se reviste la boca de mampostería, ensanchando para ello el agujero; siempre ofrece ventajas comenzar el taladro con un diámetro mayor que el fijado como definitivo para toda la extensión de él, porque el rozamiento de las paredes del pozo con los tubos de blindaje hace que á una profundidad determinada no puedan descender aquéllos, continuando entonces el blindaje, según hemos dicho, con tubos de menor diámetro, si los segundos suben hasta la boca rellenando el espacio circular comprendido entre ambas columnas, al menos en las inmediaciones de la boca, con hormigón ó mampostería.

Para sondeos a pequeñas profundidades no se necesita tanto cúmulo de detalles como hemos explicado, siendo las maniobras mucho más fáciles, según se puede comprender dadas la forma y dimensiones de los útiles, como puede verse en el artículo SONDA, que puede consultarse.

SÖNDERBORG Ó SONDERBURG: Geog. C. capital de círculo, prov. de Schleswig-Holstein, Prusia, sit. al N.N. E. de Schleswig, en la costa O. de la isla Alsen y en la entrada meridional del Alseuer Sund; 6000 habits. Puerto seguro y muy activo. Sostiene comunicaciones con los de Flensburg, Kiel y Apenrade. Estación concurrida de baños de mar. Hilado y tejido de lino; fundición de hierro; fábs. de harinas y de cerveza. Escuela Real. Pintorescamente sit. en el paraje más estrecho del Alseuer Sund; un puente de barcas une la c. con la península de Sundewit, del litoral del Schleswig. Antiguo castillo transformado en cuartel, y ameno paseo alrededor de la c.

SONDERSHAUSEN: Geog. C. cap. del principado de Schwarzburgo-Sondershausen, Alemania, sit. al N.N.O. de Erfurt, en pintoresco paraje del valle de Wipper y en el f. c. de Nordhausen á Erfurt; 6500 habits. Fab. de agujas, tapices y telas de lana. Escuelas Real, Superior de niñas, Normal de maestros y de maestras, de mecánicos y de Arboricultura; teatro y hospital. Entre los monumentos es notable el magnífico edif. escolar que contiene el Colegio y la Escuela Real, y sobre todo el palacio del soberano, con hermoso parque, Museo de Historia Natural y colección de antigüedades. Cerca se hallan las aguas sulfurosas de Gunthersbad.

SONDICA: Geog. Anteiglesia con ayunt., al que están agregados el barrio de Sangronis y los caseríos de Archanda, Arestí, Asucoerrota, Basozabal, Beica, Beraza, Berreteaga, Goirico-Crutze, Goiri-Osteingoa, Goirizaga Izarza, Mandas, Olea, Posadas, Torre-Jáuregue y Osúnagas, partido judicial de Guernica y Luno, prov. de Vizcaya y dióc. de Vitoria; 674 habits. Sit. cerca de Deusto y Begoña, en el f. c. de Luchana á Munguía, con estación ó apeadero intermedio entre los de Asua y Ayarza. Terreno llano en parte,

bañado por el brazo de mar que entra de la ría de Bilbao por el puente Luchana; trigo, maíz, hortalizas y frutas. Varias fuentes minerales.

SONDOR: Geog. Dist. de la prov. de Huancabamba, dep. de Piura, Perú; 1900 habits.

SÖNDRE-BERGENHUUS: Geog. Dist. de la prov. de Bergen, Noruega, limitado al N. por el Nordre-Bergenhuus, perteneciente a la misma prov., al E. por el de Buskerud (prov. de Christiansand) y al O. por el Mar de Noruega; 15607 kms.2 y 30000 habits. Es uno de los dists. más montañosos de Noruega, especialmente la parte oriental, en donde hay cumbres que pasan de los 2000 m. La cap. es Bergen.

SONDRIO: Geog. Prov. de la Lombardía, Italia, formada por la Valtelina y por el valle del Liro ó Maira, limitada al N. E. por el Tirol, al N. y O. por el cantón de los Grisones (Suiza), al S.O. por la prov. de Como, al S. E. por la de Brescia y al E. y S. E. por la de Bérgamo; 3268 kms.2 y 130000 habits. Tiene 78 municips. y sólo forma un dist. Hay en esta prov. aguas minerales muy afamadas, tales como las de Bormio y de Santa Caterina; buenos vinos, que se exportan principalmente á Suiza; cría de gusanos de seda y de ganados, y elaboración de quesos y mantecas. La cap. es Sondrio. | C. cap. de la prov. de su nombre, Lombardía, Italia, sit. en la Valtelina, al N. E. de Milán, á 347 m. de altura, á orillas del Malero y cerca de la orilla derecha del Adda; 7000 habits. Vinos y cría del gusano de seda, elaboración, hilado y comercio de la misma. Hermoso hospital, Liceo, Colegio y Escuela Técnica. Bellas excursiones á los alrededores, á la garganta del Gombaro, á la cascada de Arquino, etc. Antiguo convento convertido en cárcel, y antiguo castillo transformado en cuartel.

SONE: Geog, V. SON ó SONE, río de la India. SONEBAIT: Geog. Estado indígena de la isla Timor, Archip. Asiático, sometido al protectorado holandés. Está limitado al O. por los principados de Amfuang y de Amabi, al S. por el de Amanubang, al E. por el est. de Vaïviku-Vaïhali y al N. por el territorio de Ambenu, del protectorado portugués. Es país montañoso, poco

conocido todavía.

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- SONECILLO: Son alegre, vivo y ligero. SONEJA: Geog. V. con ayunt., p. j. de Segorbe, prov. de Castellón de la Plana, dióc. de Segorbe; 1903 habits. Sit. á la dra. del río Palancia, en los confines de la prov. de Valencia y en la carretera de Teruel á Sagunto. Terreno montuoso en parte; maíz, aceite, vino, cáñamo, almendra, algarrobas y corcho; fab. de aguardiente. En julio de 1836 los carlistas saquearon y

quemaron esta v.

semillas geminadas en las celdas ó solitarias por aborto, ascendentes hasta las márgenes del tabique y provistas de un arilo membranoso; embrión carnoso, ortótropo, incluído dentro del albumen y tan largo como éste, con los cotiledones foliáceos y la raicilla ínfera.

- SONERACIA: Bot. Género de plantas (Sonne ratia) perteneciente á la familia de las Mirtaceas, cuyas especies habitan en la India, y son plantas arbustivas con las ramas tetragonales, las hojas opuestas, sin estípulas, ovales, carnodulosos, enteras, y las flores grandes y solita sitas, uninerviadas, desprovistas de puntos glanrias; cáliz con el tubo acampanado, soldado en su base con el ovario y partido en cuatro ó seis pétalos insertos en la garganta del cáliz, alternos con los lóbulos del mismo y rara vez nulos; estambres numerosos insertos con los pétalos, pluriseriados, con los filamentos filiformes y libres, y las anteras biloculares insertas por el dorso y longitudinalmente dehiscentes; ovario semisúpero, multilocular, con las celdas multiovuladas; estilo sencillo y estigma casi acabezuelado. El fruto es una baya semisúpera, multilocular, casi globosa, con las celdas membra náceas, cuyas cavidades pueden variar de 10 á 15 y están separadas entre sí por tabiques delgados; semillas numerosas, curvas y alojadas en una pulpa carnosa; embrión curvo dentro de un albumen carnoso, con los cotiledones foliáceos, cortos, acanalado-arrollados, desiguales, y con las raicillas largas y cilíndricas.

- SONERACIA: Paleont. Género de la tribu

normales, familia estefanocerátidos, suborden prosifonados, orden ammonites, clase cefalópo dos y tipo moluscos. Caracterízase este ammoni. tes por presentar una concha discoidal arrollada normalmente, por lo cual se le ha incluído en la subfamilia ó grupo de los normales, en que fignra. Dada la complicación é infinita variedad de formas que afectan los adornos de la superficie de este grupo de ammonites, es preciso aquilatar con extremada delicadeza y minuciosidad los propios y característicos para la distinción de cada género, pudiendo considerarse como excluguientes: presenta la concha adornada toda ella sivos únicamente del género Sonneratia los side costillas gruesas, desarrolladas fuertes, dis puestas de un modo radiante y que llevan una especie de tubérculos ó eminencias de pequeño tamaño distribuídas en dos zonas ó regiones: una de ellas, la umbilical, que es en la que más ge neralmente se presentan, y la otra que se halla colocada hacia la mitad de la superficie externa de la última vuelta; presentan también como particularidad estas costillas radiantes el que generalmente se interrumpen en la parte periférica, ensanchándose además en sus extremidades y debilitándose hasta llegar á veces á desapare cer en los costados de la concha. La línea sutural, que es uno de los caracteres más usados para la clasificación genérica de los ammonites, se presenta aquí bastante complicada, y los lóbulos axilares alcanzan un número muy crecido.

Procede el género Sonneratia de la primitiva especie de Ammonites Dutemplcanus, descrita por el célebre paleontólogo D'Orbigny y trans formada en 1878 en género por Bayle, siendo bastante numeroso en especies, que pertenecen todas á las formaciones del terreno cretaceo, siendo la más importante la S. Deluci.

SONERACIA (de Sonnerat, n. pr.): f. Bot. Géfamilia de las Celastráceas, cuyas especies habinero de plantas (Sonneratia) perteneciente á la tan las regiones tropicales de Asia y Africa, y son plantas arbustivas ó fruticosas, con las hojas SONERILA: f. Bot. Género de plantas perteneciente á la familia de las Melastomáceas, cuyas esparcidas, generalmente fasciculadas en las rado-aserradas; estípulas reducidas á haces de pemitas jóvenes, coriáceas, enterísimas y festonea- especies habitan en las regiones tropicales de Asia, y son plantas herbáceas anuales ó fruticulitos pestañosos; corimbos axilares casi dicóto- losas, con las ramas cilíndricas, las hojas opues blancas y hermafroditas; cáliz plano, quinquelomos, con las flores pediceladas ó casi fasciculadas, tas, generalmente una mayor que otra y aun á veces una de ellas completamente abortada, bulado; corola de cinco pétalos insertos debajo oblicuas en su base, enteras ó dentadas, menide un disco perigino orbicular, alternos con las branáceas, nerviadas y erizadas; pedúnculos axilacinias del cáliz, mayores que éstas, aovados y lares y terminales dispuestos en hacecillos ó en muy patentes; cinco estambres insertos debajo racimo y con flores numerosas ó escasas de color de la margen del disco, alternos con los pétalos, rosado; cáliz con el tubo oblongo ó casi trigono, más cortos que éstos, con los filamentos alezna generalmente espinosito, con los tres nervios de dos, y las anteras introrsas, biloculares y longi- su sépalo soldados con el ovario, y el limbo trí tudinalmente dehiscentes; ovario libre casi em- fido con las lacinias caedizas; corola de tres potrado en el disco, trilocular, con los óvulos pétalos insertos en la garganta del cáliz, alter geminados, ascendentes y anátropos, sin cúpula nos con las lacinias de éste, aovadolanceolados carnosa é insertos en una sola serie en los ángu- y agudos; tres estambres insertos con los pétalos centrales; estilo muy corto y estigma tripar-los, alternos con éstos, con las anteras lineales tido; el fruto es una cápsula coriacea, tríqueta, con tres surcos y tres celdas, que se abre por dehiscencia loculicida en tres valvas, las cuales llevan los tabiques adheridos á sus líneas medias;

oblongas, escotadas en la base, desprovistas de apéndices y abiertas por dos poros situados en el ápice; ovario soldado con los nervios del tubo calicinal, truncado en la parte superior, lampi

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