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cos del claustro de San Severino; San Vicente, en San Pedro Mártir, etc.

- SOLARI (CRISTÓBAL): Biog. Escultor italiano, llamado il Gobbo (el Giboso). Vivía á fines del siglo xv. Artista de gran talento, fué llamado para trabajar en la Cartuja de Pavía, y después en la catedral de Milán, donde existen de él varias estatuas de dimensiones colosales, un precioso Cristo atado á la columna, Lázaro, San Pedro, Santa Lucia, Santa Elena, Santa Agueda, etc. La Cartuja de Pavía posee una estatua de Luis Sforza y Beatriz de Este, su mujer, obras de Solari.

- SOLARI (ANDRÉS): Biog. Pintor italiano, llamado Andrea del Gobbo. N. en 1458. M. en 1510. Discípulo de Leonardo de Vinci, fué uno de los mejores pintores de la escuela lombarda. En 1507 Carlos de Amboise lo llamó á Francia para hacer las pinturas de su castillo de Gaillón, y volvió Solari dos años después à Italia. No se sabe más de su vida. Sus obras son muy notables por la ciencia del dibujo, finura de expresión y encanto del colorido. Citaremos de ellas La Sa

necientes á los diversos períodos de la era paleo-
zoica.

Brehm en 1835 creó un nuevo género de solá-
ridos, el Schizostoma, que fué denominado Ophi-
leta por Vanuxem en 1842, y Pleuronatus por
Hall en 1879, siendo todos ellos en realidad
formas y variedades que sólo difieren del primi-
tivo género típico de que se separaron por la
existencia de una segunda quilla que aparece
en las vueltas de su espira, y por presentar el
labro algún tanto más prolongado; la especie
más típica es la catillus, descrita por Sowerby
como del género Eromphalus, y que pertenece a
las formaciones del terreno carbonífero. El gé-
nero Phymatifer, debido á Koninck desde 1881,
comprende algunas formas específicas que pre-
sentan las quillas tuberculosas, pertenecen tam-
bién á los estratos de la época carbonífera, y es
bastante discutida su colocación dentro de la
familia de los soláridos por especialistas tan
competentes como el mismo Fischer.

grada Familia, que está en el Museo de Milán;
La Asunción, en la Cartuja de Pavía; Cristo con
la Cruz, en el Museo de Berlín; La Virgen lac-phalus,

tando al Niño Jesús, lienzo de hermoso colorido
que se halla en el Louvre, y el retrato de Carlos
de Amboise.

SOLÁRIDOS (de solario): m. pl. Zool. Familia de moluscos gasterópodos del orden de los prosobranquios. Esta familia se caracteriza por ofrecer los tentáculos convergentes, aproximados en su base, surcados en toda su longitud en la cara inferior; la cabeza visiblemente distinta y muy corta; sin apéndices en el lóbulo operculí gero; las maxilas torneadas; la rádula muy variable, unas veces compuesta de series de dientes espiniformes, sin diente central, otras veces de dientes dispuestos sobre siete series, un diente central pequeño; un diente lateral reunido al diente central y al borde pectinado; dos dientes marginales estrechos, digitados en su extremidad; la cavidad respiratoria situada delante y á la izquierda, y en la que desaguan el recto, los riñones y el oviducto, aloja á veces dos branquias; pero á consecuencia de la rotación y asimetría del saco visceral sólo queda la derecha en el lado izquierdo; las venas branquiales entran en el corazón por delante; la comisura forma casi siempre una asa larga y cruzada; los machos son de ordinario más delgados, y es fácil reconocerlos por su gran pene, situado al lado derecho de la parte anterior del cuerpo; en los órganos sexuales faltan de ordinario las glandulas anejas; los huevos están rodeados de una masa albuminosa, y los ponen encerrados en cápsulas ampuliformes que adhieren á los obje. tos exteriores; la concha es concoidea, más ó menos aplastada, algunas veces discoidal, profundamente umbilicada, no nacarada en el interior; el último contorno poco ensanchado; la abertura entera; la columnilla simple; el labro agudo; el opérculo variable, córneo ó calizo, aplastado ó convexo.

Esta familia contiene pocos géneros vivientes en la actualidad, y repartidos por todos los mares cálidos. Los más notables son: Solarium, Torinia y Fluxina.

de sinuoso; el borde de la columnilla es casi recto y no calloso.

Merece citarse también como forma caracterís

tica de los soláridos fósiles las que constituyen el género Eccyliomphalus, creado por Portlock en 1843, y que se encuentra también en los terrenos paleozoicos, representado principalmente por la especie Bucklandi, que tiene una concha espiral y serpuliforme, con las vueltas bastante libres y aplastadas en su parte superior, siendo convexas por la inferior; la abertura es redondeada y el labio simple y sin escotadura. El interior de las vueltas de espira no arrolladas que presenta esta concha reproduce la misma disposición que se hizo notar en las especies del genero Evomphalus, por la disposición de los tabiques, particularmente en la especie denominada circinatus. El género Phanerotinus, creado en 1842 por Sowerby, ha sido considerado como una sinonimia, pero las vueltas de espira presentan en su cara dorsal una cresta que las aproxima á las especies del género Eromphalus, clasificadas actualmente como Pleurotomarias, así como el género Serpularia, creado por Roemer en 1843, y cuyas vueltas se presentan completamente li

neales, es vecino del Straparollus.

SOLARIEGO, GA: adj. Perteneciente al solar de antigüedad y nobleza. U. t. c. s.

La historia representa nuestros SOLARIEGOS arrastrados en pos de sus señores á las grandes conquistas, etc.

JOVELLANOS.

Nuestra casa está arruinada,
De su esplendor SOLARIEGO
Apenas queda otra cosa
Que pergaminos, y pleitos,
Y deudas.

BRETÓN DE LOS HERREROS.
SOLARIEGO: Aplícase á los fundos que per-
tenecen con pleno derecho á sus dueños.
- SOLARIFGO: Antiguo y noble.

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¿vos sois Manzanares el humilde? Huélgome de haberos conocido: pero decidme: jese ilustre renombre de humilde, que os honra ya como proprio y SOLARIEGO, tenéisle, porque pasáis á vista del mayor monarca de la tierra?

COSME GÓMEZ DE TEJADA.

A pesar de la aparente fijeza de caracteres de todos los representantes de la familia de los soláprincipal de sus géneros fósiles, que es el Evomridos, debe hacerse constar que las conchas del llevan generalmente distribuídos por toda la longitud de su espira algunos tabiques internos, bastante regulares, cóncavos, y que se parecen á los que presentan los Nautilus, haciéndose notar además la particularidad de que el vértice de la concha se halla relleno por un depósito calizo: una disposición bastante análoga á las citadas se presenta también en las formas pertenecientes al género Peronema, y que por este sólo carácter han sido colocados en una familia especial creada por Lindström, separándola de los soláridos y dándola el nombre de evonfalidos; pero no es posible atribuir un valor suficientemente grande para crear una familia á este carácter del tabicamiento de las primeras vueltas de la concha de algunos moluscos, porque se presentan con bastante frecuencia, pudiendo citarse las especies del género Tritón. Otro de los problemas que se discute respecto á la morfología de los soláridos es el que se plantea por el desconocimiento de la forma de su operculo en los representantes fósiles, especialmente en el género Evomphalus; según el paleontólogo Salter, es de naturaleza caliza, de forma circular, y se halla constituído por numerosas vueltas; pero estos opérculos que han sido encontrados unidos á los fósiles procedentes de Suecia, de algunas formaciones de Bohemia y de otras de la América del Norte, pertenecen á conchas que, si antes habían sido incluídas en el citado género, los estudios posteriores que han llevado a su conocimiento más perfecto permiten afirmar que los citados opérculos forman parte sin duda alguna de individuos del género Oriostoma, cuyas relaciones de parentesco con las formas pertenecientes al género Turbo son bien manifiestas. Puede añadirse además que autoridad tan respetable, en lo que á la resolución de este punto se refiere, como Koninck, considera también como opérculo del citado gey á ella van á parar el recto, los riñones y el nero los extraños y problemáticos cuerpos con los cuales se creó en el año de 1853 el pretendido género Hypodema, y que anteriormente habían sido considerados y descritos como perteneciente al clásico y conocido género Calceola; los Hypodema tienen muchas relaciones en la forma, la disposición y la consistencia con los opérculos de los géneros Neritopsis y Nat copsis, pero sin embargo se separan porque son un poco más largos y triangulares y de aspecto más calceoliforme; para la resolución definitiva de esta cuestión era preciso haber encontrado los citados operenlos adheridos á la correspondiente concha, cosa que hasta hoy no ha sido posible y que deja sin resolver la cuestión que se dis

cute.

La importancia de los representantes fósiles pertenecientes á esta numerosa familia de mo. Juscos es debida, no sólo al género típico Solarium, que se desarrolla con bastante importancia en los terrenos terciarias, sino á otras formas que han sido separadas como géneros completamente aparte y que datan desde los primeros tiempos de la época paleozoica, siendo por tanto una de los familias cuya filogenia es una de las más completas y extensas. Aparecen sus primeros representantes con las especies del género Eromphalus, descritas en 1814 por Sowerby, que se Otra de las más importantes formas de los caracterizan por presentar una concha bastante soláridos es la que constituye el género Platys. deprimida, de aspecto completamente discoidal chisma, creado por Mac-Coy en 1844, y cuya y con la espira plana ó cóncava, especialmente principal especie es la helicomorpha, que perte en la cara inferior, en que aparece completamen- nece, como todo este grupo de soláridos fosiles, te umbilicada; las vueltas que constituyen dicha á los terrenos paleozoicos; puede caracterizarse espira se unen bastante estrechamente las unas por ser una concha estrecha y profundamente á las otras y presentan una quilla dorsal conve- umbilicada, delgada y de superficie lisa ó solaxa hacia la parte periférica; el labro tiene el mente marcadas las estrías de crecimiento; el borde sinuoso, especialmente al nivel de la qui- aspecto general es turbinado ó troquiforme más lla que hemos mencionado. La principal especie ó menos deprimido, á veces globuloso y ventruque representa al género Evomphalus es la pen- do, con la espira poco profunda y la sutura bastangulatus, que se presenta con una relativa tante corta; la abertura es grande, y el labro se abundancia en casi todas las formaciones perte-presenta escotado en su parte superior y de bor

SOLARIELA: f. Zool. Género de moluscos gasquidos. Este género de moluscos se distingue por terópodos del orden prosobranquios, familia tróofrecer los caracteres siguientes: cabeza con dos apéndices intertentaculares reunidos y formando lobulada, con apéndices cortos; tentáculos larun velo frontal multilobulado; la línea epipodial gos; rádula con los dientes centrales impares poco numerosos; el diente lateral muy grande; los dientes marginales reducidos, generalmente ocho ó 10, largos y con el borde no aserrado; la cabeza es visiblemente distinta; la cavidad respiratoria está situada delante y á la izquierda,

oviducto; aloja á veces dos branquias, pero á visceral sólo queda una en el lado izquierdo; consecuencia de la rotación y simetría del saco las venas branquiales entran en el corazón por delante; los individuos machos son ordinariamente más delgados, y es fácil reconocerlos por su gran pene, situado al lado derecho de la parte anterior del cuerpo; en los órganos sexuales suelen faltar las glándulas anexas; los huevos están cubiertos de una masa albuminosa y se encuentran encerrados en unas cápsulas ampuliformes que se adhieren á los objetos exteriores ó llevan consigo adheridas al pie; la concha es umbilicada, conoidal, de variable escultura, adornada generalmente por unos cordones espirales tuberculosos; el ombligo es profundo; la aber. multiespirado y con el núcleo emplazado en el tura casi angulosa; el labro agudo; el opérculo

centro.

el Eumargarita, pero su rádula y la especial or

El género Solariella ha estado confundido con

namentación de su concha son caracteres suficientes para distinguirlos.

El tipo de este género es la Solariella obscura Cant., propia de los mares Articos.

SOLARIO (del lat. solarium, cuadrante): m. Zool. Género de moluscos gasterópodos del orden prosobranquios, familia soláridos. Este género de moluscos se distingue por ofrecer los carac teres siguientes: borde del manto festoneado; el

pie truncado por delante; sin diente central de fa rádula, que está compuesta de numerosas placas espiniformes, contiguas, estrechas, alargadas: las más cortas son bífidas y las más largas son simples; la concha es ampliamente umbilicada, cónico-aplastada, angulosa en la periferia, sólida, de núcleo oblicuo y deprimido; las vueltas apretadas; la abertura algo cuadrangular; el ombligo profundo, limitado por una costilla simple ó aserrada que forma un seno en la base de la columnilla; labro agudo y anguloso; columnilla vertical; el opérculo córneo, espiral, cóncavo ó aplastado exteriormente, con un proceso tuberculoso en su cara interna.

Este género contiene cerca de 15 especies de los mares cálidos, costas de Africa, Océano Indico, mares de China, Australia, Océano Pacífico, Mediterráneo, etc. El tipo del género es el Solarium perspectivum.

La importancia de los representantes fósiles del género Solarium se encuentra en los descubiertos en los terrenos terciarios, durante cuya duración se desarrollaron ampliamente numerosas especies que pueden citarse, pues anteriormente á esta época de la vida del globo no pueden considerarse como pertenecientes á este gé

nero las formas descritas; así, las conocidas é in

dicadas como pertenecientes á los terrenos jurásicos de la época secundaria forman parte, sin duda alguna, del género Straparollus. Hay varios subgéneros separados por cortas diferencias del género típico, cuyas especies son todas fósiles, y puede citarse en primer término el Disculus, creado por Deshayes en 1863, y que se caracteriza especialmente por presentar una concha discoidal, de ombligo muy estrecho y con el ángulo inferior de la abertura largo y oblicuo; la principal especie de este género es la D. disculus, que pertenece á las formaciones terciarias del terreno eoceno, que es un carácter diferencial de yacimiento de los subgéneros y variedades del género típico Solarium con todos los demás de la familia.

El más importante de los subgéneros separados en el grupo de los fósiles es el Homalaxis, creado en 1830 por Deshayes, y que posteriormente fué descrito por el mismo con el nombrde Bifrontia, cuya concha se presenta umbilica

Solarium ornatum

da, muy profunda y muy extensamente, de forma y aspecto discoidal, pero aplastada y ligeramente cóncava en su parte superior; el núcleo es apical, bastante saliente y papiloso, y la última vuelta que abraza á todas las otras es bicarenada; la abertura es de forma subtrígona, con el borde superior escotado y el borde columnar anguloso, especialmente en la parte que se une con el labro, que es agudo y muy arqueado; la quilla umbilical se presenta como lacerada, y la última vuelta de la espira se separa á veces de todas las demás. La más importante de todas las especies de es este subgénero es la bifrons, que pertenece á los terrenos eocenos.

SOLARTE: Geog. Barrio del ayunt. de Ispáster, p. j. de Marquina, prov. de Vizcaya; 59 habitantes.

SOLAS DE BUREBA: Geog. V. con ayunt., al que está agregada la aldea de Movilla, p. j. de Bribiesca, prov. y dióc. de Burgos; 210 habitantes. Sit. cerca de Hermosilla, al O. del partido. Terreno llano en gran parte, regado por arroyos que desaguan en el Oca; cereales, vino y hortalizas.

SOLASI: m. Bot. Nombre vulgar empleado en Filipinas para designar una planta perteneciente á la familia de las Labiadas, y conocida entre los botánicos con el nombre científico de Ocinum canum Sims.

m. Zool. Género de equinodermos de la clase de los asteroideos, orden de los esteléridos, familia de los astéridos, cuyo cuerpo, rodeado de brazos más ó menos numerosos, de 8 á 14, está cubierto en toda su superficie de apéndices en forma de pincel, entre los cuales la piel aparece

Solastro

desnuda y presenta numerosos poros tentacula res. Los surcos ambulacrales no contienen espina en su interior, sino que cada placa ambulacral lleva una cresta formada por estas espinas; el ano es central, y los pedicelarios faltan por completo.

El género Solaster ha sido establecido por Forbes, y designado también por Müller y Froschel bajo el nombre de Crossaster; y en fin, corresponde al género establecido por Gray con el de Polyaster.

Encierra el género Solaster unas seis especies vivas y únicamente una fósil; la más conocida y frecuente de todas es el Solaster papposus Forbes, especie provista de 11 á 14 brazos, aplanados por debajo y puntiagudos en el extremo, de color rojo de sangre y algo más claro en el disco. Esta especie es muy común en los mares de Europa.

Además merece citarse el S. endeca Forb., de las costas inglesas, y el S. decanus M., de Nueva Holanda.

SÖLA-SUND: Geog. V. SELE-SUND. SOLAZ (de solacio): m. Consuelo, placer; esparcimiento, alivio de los trabajos.

Reunidos en un punto por la identidad de deseos, buscaban el SOLAZ en común, etc. JOVELLANOS.

¿Qué á mí de los pastores los SOLACES,
El celoso pesar ni la alegría,
Las falsas guerras ni las blandas paces?
LISTA.

- A SOLAZ: m. adv. Con gusto y placer.

de el lado (de Adán) por artificio de aquel padre soberano fué tomada Eva; y dada á él por mujer... para que fuese junta, y ca. sada con él á SOLAZ.

PEDRO LÓPEZ DE AYALA.

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SOLBEC Ó SOLBOT: Geog. Ensenada en la costa de la prov. de Ilocos Sur, Luzón, Filipinas, sit. al S. E. de Vigán, á unos 12 kms. de San Esteban y á la caída del monte Narbacán; es un fondeadero para embarcaciones pequeñas en el que pueden dejar caer el ancla frente al pueblo al abrigo de todos vientos, excepto de los SOLASTRO (del lat. sol, sol, y aster, estrella): del S.O. La costa E. de esta ensenadita se halla

rodeada de un arrecife que se extiende bastante para fuera. Entre Santa María y esta ensenada se halla el pueblo de Narbacán.

SOLBERGA: Geog. Aldea de la prov. ó län de N.N.O. de Göteborg, cerca de la orilla oriental Göteborg-et-Bohus, Suecia meridional, sit. al del Hakefjord, estrecho que se forma entre el continente y la gran isla Tjorn; 2 500 habitantes todo el municip. Numerosos monumentos megalíticos: menhires, cromlechs y dólmenes. Las excavaciones practicadas en 1860 han dado resultado el descubrimiento de osamentas por humanas calcinadas y de varios objetos de bronce y de hierro.

SOLCUAUTLA: Geog. Congregación de la municipalidad de San Juan, cantón de Acayucán, est. de Veracruz, Méjico; 570 habits.

SOLCHAGA: Geog. Lugar del ayunt. de Olóriz, p. j. de Tafalla, prov. de Navarra; 97 habitantes.

SOLDA: Geog. Lugar de la parroquia de San Juan de Meaño, ayunt. de Meaño, p. j. de Cambados, prov. de Pontevedra; 68 habits.

SOLDADA (de sueldo): f. Sueldo, salario ó estipendio.

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-SOLDADA: Mar. Parte que corresponde á cada marinero de los buques mercantes, en el importe total de los fletes, después de desconta dos los derechos de avería y aparte del salario que cada uno tiene como contrato de matrícula; esta parte es proporcional á los salarios de cada uno, representa en ocasiones una suma de alguna importancia, y su objeto, al establecer la soldada la marina mercante, es interesar á toda la tripulación en el comercio de transporte, tanto para que no omitan trabajo alguno que represente el salvamento de la mercancía, cuanto para procurar el aumento de carga por el interés que cada cual tiene en que ésta sea la mayor que pueda admitir el barco en cada viaje; es además una recompensa justa del trabajo de carga y descarga que tienen que practicar con las mercancías. SOLDADERO, RA: adj. Que gana soldada. SOLDADESCA (del ital. soldatesca): Ejerci cio y profesión de soldado.

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soldados.

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- A LA SOLDADESCA: m. adv. Al uso de los soldados.

SOLDADILLO: m. Bot. Nombre vulgar em. pleado en Méjico para designar una planta perteneciente á la familia de las Asclepiádeas, y cuya denominación sistemática es Asclepias incarnata L.

SOLDADO (de sueldo): m. El que sirve en la milicia.

... entre los cuales... á la sazón era sargento de la compañía del capitán Rivera, y fué un valeroso SOLDADO, y junto con esto muy cris

tiano.

FR. PRUDENCIO DE SANDOVAL.

...; hoy

Mi consejo os ha quitado
A Salerno, defendido

Por vos como gran SOLDADO; etc.
TIRSO DE MOLINA.

algo redondeada y boca abiselada; próximo á la mocha se engasta una varilla BC, de cobre ó hierro, delgada y de bastante longitud, que penetra por un ojo que tiene el útil en la parte posterior, y en el que ajusta exactamente; por el extremo - SOLDADO: El que no tiene grado en la mi- inferior termina el mango en una espiga que entra á presión, fija como pudiera estarlo un clavo, en un mango de madera D, con su virola de hierro ó latón V para que no se abra la madera; el objeto de ser largo el mango es que, como hay B

licia.

... se resolvió de enviar en ayuda de los suyos á aquella provincia en cuatro naves novecientos SOLDADOS, etc.

MARIANA.

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- SOLDADO DESMONTADO: El de Caballería, que no tiene caballo.

- SOLDADO DISTINGUIDO: El que, siendo noble y careciendo de asistencias para subsistir como cadete, gozaba ciertas distinciones en su cuerpo, cuales son el uso de la espada, exención de la mecánica del cuartel, etc.

- SOLDADO RASO: SOLDADO que no tiene grado en la milicia.

- SOLDADO VETERANO, Ó VIEJO: Militar que ha servido muchos años, á distinción del nuevo y bisoño.

El papel de viejo falta
En la comedia, y es cierto,
Que la mejor compañía

Se hace de SOLDADOS viejos.
MANUEL DE LEÓN.

- SOLDADO VOLUNTARIO: El que libremente se alista para el servicio sin ser obligado á ello. - SOLDADO: Mil. En el origen se hacía distinción, y así la gente armada que se levantaba para la guerra entre los habitantes de la ciudad y del campo se llamaba milicia, y al contrario, la gente mercenaria, pagada y forastera eran los soldados. Aunque hoy no se distingue de la misma manera y se llama en efecto soldado en general á todo el que sirve en la milicia ó en el ejército, no puede desconocerse que en el fondo subsiste y subsistirá alguna diferencia entre el soldado y el miliciano.

Los ejércitos modernos, con su servicio obligatorio y su soldado ciudadano, son verdaderas milicias; pero aun así no deben llamarse milicianos, y menos en mal sentido, á los individuos que los componen, pues habrá siempre la diferencia esencial de la organización, de la disciplina, y sobre todo del acuartelamiento y de la oficialidad profesional.

Tal vez en esto consista lo esencial de la diferencia. Soldado es el suizo sometido á muy breve sujeción militar, como que se reduce á algu nos períodos de instrucción, y en cambio era sólo miliciano el guardia nacional francés y los que con diversos nombres existieron en España de 1821 á 1823, de 1833 á 1843, de 1854 á 1856 y de 1868 á 1874, porque todos éstos nombraban sus jefes y oficiales por elección y vivían en sus

casas.

Es inútil hablar aquí largamente del soldado de infantería, caballería y artillería, del zapador, minador, pontonero, telegrafista y ferroviario, como tampoco de los cazadores, granaderos, fusileros, gastadores, lanceros, coraceros, carabineros, dragones, húsares, y los infinitos nom. bres con que se han designado las especialidades que son consecuencia del distinto armamento, del uniforme, del modo de combatir ó de los servicios particulares que prestan.

SOLDADOR: m. El que tiene por oficio soldar. - SOLDADOR: Instrumento con que se suelda. - SOLDADOR: Art. y Ofic. é Ind. Tiene el soldador una forma algo semejante á la de un martillo de mango largo (fig. 1), y constituye uno de los útiles más indispensables al vidriero, plomero y hojalatero; se compone de un útil es una masa de cobre en forma de cuña, de arista TOMO XIX

que

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que calentar el útil en un hornillo, transmitién dose el calor por la varilla de hierro podría quemar aquél inutilizándole en poco tiempo si fuera más corto; el mango ha de ser forzosamente de madera, porque, aun cuando el hierro no queme á ésta, tiene temperatura bastante para que al desnudo no pudiera manejarla el obrero. Hay soldadores de varios tamaños y pesos, según el uso á que se destinan ó volumen de las piezas que deben trabajar, por lo que cada taller ha tener una colección compuesta al menos de tres soldadores de cada uno de los tamaños que pueda necesitar, pues se enfría rápidamente, y si no quiere quedarse parado el obrero necesita tener al fuego dos constantemente, que se calienten en tanto se está trabajando con el tercero; cuanto mayor es el útil del soldador y más delgada su varilla más tarda en enfriarse, pues à medida que aumenta el tamaño del útil la relación entre la superficie y la masa es menor, y por tanto el enfriamiento por radiación, que está en relación con la superficie, tarda más en llegar; y respecto del mango el calor que se propaga por transmisión directa del útil á la varilla tiene menos masa que calentar, y por lo tanto menos pérdida de aquél por enfriamiento del mango; de aquí se deduce que es conveniente, en cuanto se pueda, emplear soldadores grandes; más no siempre es posible, pues para tubos estrechos, para ángulos entrantes, etc., no cabe otro recurso que emplear soldadores pequeños, con los que algunas veces se hace muy difícil trabajar: tal es la rapidez con que pierden la temperatura necesaria para tomar la soldadura del riel que ésta forma; el útil debe ser de cobre para que no se agarre à él la soldadura. El soldador necesita otro útil complemen. tario, que es el hornillo, aparato sumamente sencillo, formado por una capacidad cilíndrica de

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mache (V. esta palabra); esta especie de caldereta lleva además un asa circular de alambre cuyos cabos se enganchan en dos agujeros practicados en los extremos de un diámetro de la boca del cilindro (fig. 2) á la manera de un cubo de zinc, como se ve en M, cuya asa tiene en M un mango de madera enastado en aquélla para que pueda cogerse y transportarse sin sufrir quemaduras; á la mitad de la altura de la parte cilíndrica D lleva en el interior una rejilla para colocar los carbones que han de servir para calentar los soldadores, y por la parte inferior tiene una puertecilla 7, que estando en el ceni. cero y bajo el hogar ó la rejilla sirve para establecer el tiro necesario á la combustión, atizar el fuego y retirar la ceniza. Los soldadores se colocan llevando el útil por la boca superior del hornillo á estar recubierto por las brasas y de modo que la parte de hierro del mango se apoye en los bordes de la boca del hornillo, é inclinados para que los mangos de madera no sean tocados por la llama, si hay alguna, ni por la corriente de aire caliente que se eleva.

Para hacer uso del soldador hay que calentarle fuertemente, de modo que la maza esté casi al rojo, en cuyo momento se puede usar, restregándole primero con fuerza en un trozo de madera para que deje la ceniza que pudiera llevar adherida, limpiarle después en un pedazo de fieltro, luego restregarle sobre una torta de pez griega, ó bien directamente teniéndole en la mano derecha, y con la izquierda un riel de soldadura, aplicar el bisel á éste, y tomando con él la cantiapretando con fuerza y corriendo repetidas veces dad necesaria llevarla al sitio que deba ocupar, sobre la junta; en ocasiones el riel está tocando á la junta misma y el soldador pasa oprimiendo el extremo de aquel contra la parte que se desea soldar. Como el soldador se halla siempre que trabaja á elevada temperatura en contacto con el aire, tiene que ser de cobre para que no se oxide.

Soldadores eléctricos. - El ilustre Volt, de Filadelfia, fundado sin duda en que la resistencia de un conductor eléctrico aumenta la temperatura de éste, pudiendo llegar á ser tal aquélla que el calor producido sea un manantial de luz, ha ideado un soldador que se ha hecho de un como ocurre con las lámparas de incandescencia,

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uso práctico, al que se llama soldador eléctrico; este útil, de forma semejante á la de los soldadores ordinarios que acabamos de describír, tiene la cabeza también en forma de cuña y es una punta de platino, que cierra circuito con dos varillas de madera que, aisladas una de otra, van encerradas en un estuche, de madera también, que constituye el mango de la herramienta, mango formado de dos partes que pueden girar una sobre otra alrededor del eje de aquél; á la extremidad inferior se unen los reóforos de un poderoso manantial eléctrico, perfectamente aislados entre sí (fig. 3); al efecto la parte inferior del mango, representada en la figura en corte vertical en 2, y en proyección horizontal sobre el plano de separación en 1, lleva embutido en la madera, y enrasando con el plano superior, una plancha de marfil m-m' en la que van incrustadas dos pequeñas placas de cobre a-a' y b-b' en comunicación eléctrica con dos botones de contacto A y B, á los que cuando es necesario hacer uso del soldador se unen los electrodos del manantial; el eje E-E', de hierro, es el de giro del mango, cuya parte superior termina en un plano como el de la inferior, de marfil también, con sus dos placas metálicas en correspondencia con las

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a y ben determinadas posiciones, y á las que vienen á parar las varillas de cobre, que con la punta de platino completan el circuito; como se ve este mango es un verdadero interruptor de corriente, pues según se pongan en contacto las placas de cobre de las dos porciones del mango por un pequeño giro de la parte extrema de éste, ó se haga que toquen al marfil, se establecerá la corriente ó se interrumpirá. Cuando se cierra el circuito por el giro del interruptor se establece la corriente, que siendo intensa, y encontrando una gran resistencia en la punta de platino del soldador, la enrojece lo suficiente para soldar cualquier metal, con la ventaja inapreciable de que no se enfría en tanto dure la corriente. Este soldador es aplicable en poblaciones ó fábricas en que hay una instalación de electricidad, bien para el alumbrado, bien para emplear el fluido como motor, bastando hacer una derivación en la línea, cuyos dos reóforos, perfectamente separados, sólo pueden ponerse en contacto eléctrico al colocarse en los botones A y B del soldador, que por lo demás se usa como un soldador ordinario de vidriero.

nientemente; da 2500 vueltas por minuto, que
producen 20 volts y de 4000 á 6000 amperes;
sobre la máquina, y unida á ella, va colocada
una mesa de soldar, que lleva dos mandíbulas de
muelle, puesta cada una en comunicación con
una de las dos escobillas, una por cada campo
que la máquina tiene, cuyas mandíbulas ó tena.
zas sostienen y sujetan los hilos, varillas ó ba-
rras que hay que soldar; estas tenazas pueden
cambiarse, empleándose de diversos tamaños en
relación con las piezas sometidas á la soldadura;
otras veces lleva sólo unas tenazas grandes, á las
que se adaptan las mandíbulas que convenga
emplear; sobre el circuito inductor se coloca un
reostato para poder modificar la intensidad de
la corriente á voluntad; se emplea, según antes
hemos dicho, el método directo para piezas pe-
queñas é hilos ó varillas, cuyo diámetro puede
variar entre medio milímetro y un centímetro.
Las tenazas de que antes hemos hablado cogen
las cabezas de los dos alambres y las sujetan po-
niéndolas en contacto y presión; deben ser muy
sólidas y homogéneas para favorecer el paso de
la corriente, y en conexión con las escobillas por
medio de alambres de cobre; la máquina no
funciona en tanto que se colocan las piezas que
deben soldarse en la posición que hayan de ocu-
par, y conseguido esto se pasa la correa que vie-
ne del árbol motor por la polea y se establece
una corriente de tal intensidad que funde el
metal hace que se unan las dos puntas, que-
dando hecha la soldadura casi instantánea-

mente.

Para seguir el llamado método indirecto se emplean varios sistemas, de los que vamos á dar á conocer algunos. El procedimiento Bernardos es uno de los más usados: emplea como manantial una batería de acumuladores formados por varios grupos reunidos en cantidad, y que está constantemente cargada por una dinamo; para arreglar la intensidad á las necesidades de la operación lleva un conmutador que permite hacer obrar el número de grupos que sea necesario y un reostato de carbón; utiliza el calor de un arco voltaico producido por una corriente de 110 volts y 750 amperes; los acumuladores que emplea son del sistema Planté, en número de 500,

Máquina de soldar ó soldador electromecánico. - Hace pocos años se leyó por Mr. Woodbury, de Boston, una Memoria, en la Sociedad Americana de Ingenieros Mecánicos sobre la soldadura eléc trica por el método directo, esto es, la producción eléctrica de la soldadura autógena, por la cual las piezas de pequeñas dimensiones se suel dan instantáneamente; el profesor Dolbear dijo que había sometido á ensayos de resistencia soldaduras de esta clase practicadas con distintos metales y dimensiones diferentes, resultando que la operación se había hecho con toda perfección; por otra parte El Mundo Eléctrico (Electrical World) decía que el profesor Thomson, de la Compañía Eléctrica Thomson-Houston, había inventado el método de soldar dos alambres por sus extremos sin emplear otro manantial de calor que el desarrollado por la electricidad en una corriente de gran fuerza, quedando los alambres perfectamente unidos; estos primeros ensayos han sido la base de esta nueva aplicación de la electricidad, que se debe á los Sres. Thomson y Bernardos, que hoy hacen la soldadura autógena de los metales por el procedimiento descubierto la temperatura desarrollada varía, según Lefépor el primero, y que consiste en apoyar fuerte- vre, entre 3000 y 6000° centígrados, con la que mente y una contra otra las dos piezas que se se pueden fabricar por soldadura de sus partes quieren soldar, haciéndolas formar parte de un depósitos metálicos de agua y gas, vasijas hercircuito de corriente muy intensa que las enro- méticamente cerradas para el transporte de cuerjece, reblandeciéndolas del mismo modo que pu- pos peligrosos, etc., siendo el sistema que se emdiera hacerlo una calda sudosa en la fragua y plea en Francia en la Compañía de Ferrocarriles quedan íntimamente unidas formando un solo del Norte y en la fábrica del Creusot para la recuerpo, y esto sin deformaciones y sin que el paración de algunas piezas; las que se tratan de obrero, puede decirse, tenga que poner nada de soldar se colocan sobre una mesa de fundición su parte para conseguirlo; en un principio se llamada yunque eléctrico, que comunica con el empleaban para este objeto transformadores de polo negativo de la batería, y el positivo con un energía eléctrica, completamente especiales (Véa- carbón de los que se emplean en el alumbrado, se TRANSFORMADOR), cuyo circuito secundario el que se pasea á mano sobre las juntas que se ofrecía una resistencia despreciable, pero ya en desean soldar, yendo unido á un conductor flela Exposición de 1889 se presentaron modifica-xible para que sea de fácil manejo, pero el que dos estos aparatos, constituyendo verdaderas máquinas de soldar, que son aplicables á trabajos de esta especie en grande escala; dos son los métodos empleados para hacer esta clase de soldaduras: uno directo, más conveniente para objetos pequeños, los que reciben la corriente directamente de la dinamo ó manantial; y otro indirecto para trabajos de mayor importancia, en que las piezas que se van á soldar se unen á un transformador que convierte la corriente de la dinamo en otra secundaria de fuerza electromotriz más débil, pero de una gran intensidad. Para hacer la soldadura por el método directo se hace uso de una dinamo bipolar, de corrientes alternativas del tipo superior, esto es, para que se comprenda bien lo que queremos decir, que en lugar de dos polos magnéticos tiene cuatro, dispuestos dos á dos en los extremos de un mismo diámetro, con lo que los carretes sufren en cada revolución la acción de los dos campos producidos, de corriente alternativa, en que el cambio de sentido de ésta se produce con un cierto número de carretes distintos, en los que la corriente se anula determinado número de veces en cada vuelta, y de tipo superior, definido por Gramme, porque el anillo se encuentra en la parte superior de la máquina; el inducido lleva dos arrollamientos distintos, de los cuales uno proporciona las corrientes alternativas que han de producir la soldadura, y el otro está destinado á producir corrientes cuyo objeto es excitar los inductores, á cuyo efecto se les dispone conve.

no se puede usar sin grandes precauciones; pues
si bien en tanto que no toca á la pieza metálica
no hay corriente, en el momento que á aquélla
se aproxima se produce una luz vivísima, verda-
dero foco de arco voltaico de intensidad incon-
cebible, que hace palidecer la luz del Sol y que
puede ser causa de graves enfermedades á la vis-
ta y á la cabeza y cara del individuo; además, y
por esto mismo, la piel de la mano que tiene el
carbón desaparecería pronto bajo forma de esca-
mas, por lo que se hace necesario guarnecer las
manos con guantes de goma suficientemente
gruesos, y preservar la cabeza y cara con caperuza
y mascarilla, especie de gorra de tafetán amari
llo y engomado que rodea toda la cabeza, fija
aquélla à un aro á medida del obrero y con una
visera cubierta con una placa de vidrio gris, for-
mado este color por una mezcla de verde y rojo.

El sistema Thomson se compone de dos piezas
completamente separadas: la dinamo y la mesa;
la dinamo es autoexcitatriz, ó que ella misma
produce la corriente que ha de producir la exci-
tación de los electros; es de corrientes alternati-
vas con cuatro polos ó tetrapolar, funciona á una
velocidad de 1500 vueltas por minuto, produ-
ciendo hasta 60 amperes y 300 volts; como en la
primera máquina explicada, la armadura lleva
dos arrollamientos diferentes, de los que uno está
destinado á la corriente que ha de producir la
excitación que va á parar á un conmutador de
cuatro divisiones montado sobre un árbol frente
á la plataforma; el árbol es hueco y encierra dos

hilos, de los cuales uno abarca las divisiones de orden par del conmutador y el otro las impares, y las corrientes se recogen en dos escobillas; los núcleos de los inductores los forman láminas de fundición y de hierro alternadas y separadas por hojas de papel, y el inducido se compone de láminas de hierro separadas también por papel; el devanado de los hilos está calculado para que el campo magnético tome muy pronto su intensidad máxima; el hierro de los electroimanes no puede ser hierro dulce puro, pues es preciso que después de cesar la corriente quede algo magne

M

Fig. 4

m

a b

tizado, pues esto es lo que ha de comenzar á producir la excitación.

La mesa (fig. 4) llamada de soldar, porque en ella se practican las soldaduras, se compone de una caja de fundición ó hierro M, en cuyo interior va un transformador de corriente, sobre el que están dispuestas las tenazas A y B, de las

Soldador

que una se ve de frente en la parte N de la figura y en mayor escala, semejando á las bocas de un alicate: la tenaza A es fija y la B móvil, para lo cual va montada sobre una cremallera y puede correr en una ranura de la mesa; su piñón engrana con aquélla, y con éste un tornillo sin fin movido por el eje de un volante que a mano se da vueltas por la manivela m; el transformador está constituído por una serie de discos de hierro dulce, taladrados en su centro y unidos por sus caras planas con pernos ó roblones bien apretados formando un núcleo, al que se arrolla, en dirección de las generatrices del cilindro que

forma, un hilo que es el que constituye el circuito primario, siendo el secundario un tubo de cobre que pasa por el hueco del primer cilindro y se une á las mandíbulas de la tenaza por dos barras de cobre también.

Otros muchos tipos pudiéramos indicar; pero no difieren notablemente de los dos explicados, y con cualquiera de ellos se pueden obtener soldaduras, casi instantáneas, de metales que es sumamente difícil unir por los procedimientos ordinarios; el único inconveniente que presentan estos sistemas, si puede tenerse por tal, es que por cable más que en las grandes fábricas y talleres el coste de instalación y alimentación no es aplide importancia, por lo que su uso está limitado; no sucede lo propio con el soldador eléctrico descrito en un principio, pues es fácil hacer uso de él dondequiera que haya una instalación eléctrica é pasen cables de distribución de electricidad, lo que no es difícil encontrar, hoy que la luz producida por las corrientes de que nos estamos ocupando se halla tan generalizada.

SOLDADURA: f. Acción, ó efecto, de soldar.
Una vez rota la espada, no admite SOLDA
DURAS.
SAAVEDRA FAJARDO.

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una cosa.

Este desacierto no tiene SOLDADURA. Diccionario de la Academia.

- SOLDADURA: Art. y Of. Cuando dos piezas ó partes distintas de una misma, generalmente metálicas, se unen invariablemente bajo la acción del fuego para formar una sola pieza, ya directamente ó sin intermedio alguno, ya por el de otro metal, se forma la soldadura, que en el primer caso recibe el nombre de soldadura autógena ó pegadura, la que puede hacerse de tres maneras distintas, que se llaman unión de tope, liar y juntar de patilla.

- SOLDADURA: fig. Enmienda ó corrección de lo cual el forjador y su ayudante sacan cada uno una de las piezas que se van a unir y la mueven en el aire para desprender el carbón que puedan llevar adherido; el segundo presenta la pieza en el yunque y el maestro coloca la suya encima, golpeando suavemente sobre ella, y terminando como en las operaciones anteriores. Antiguamente se creía que las pegaduras sólo podían hacerse entre los hierros dulces, pero hoy ya se pega el acero con el acero, el hierro ó la fundición, y ésta consigo misma y con el hierro. La soldadura de los palastros requiere un trabajo especial: es la soldadura de liar o de acopladura obra sumamente delicada, pero que da excelentes resultados cuando se ha hecho bien, lo que hace que no se confíe sino á buenos obreros qus se dediquen especialmente á dicho trabajo, que por cierto no son muchos, lo que hace resultar el trabajo algo caro: para palastros de poca anchura se calientan y ceban pequeñas fajas de los trozos que se van á reunir y que ocupen todo el ancho del palastro, y se colocan solapando una sobre otra dichas fajas; para palastros muy anchos el trabajo se hace por trozos de unos 30 centímetros de longitud solamente; se ceban las extremidades de las planchas que se van á reunir y se fijan una á otra las partes cebadas por medio de dos ó más roblones pequeños, embridando el conjunto para evitar toda desviación ó cambio de posición de las piezas; preparadas las últimas de este modo se va calentando la unión á pequeñas porciones, soldando primero por un lado y después por el opuesto, de manera que al llegar al medio de la junta resulte que las dos piezas conservan su posición de montaje; esta operación se hace de ordinario sobre un yunque especial llamado tas (véase), dispuesto al lado ó encima de la fragua, con objeto de que no haya que transportar la pieza para trabajarla, soldándola en el momento en que llega á la calda sudosa, sin lo cual se enfriaría por el pequeño espesor de la plancha; las calderas y depósitos de vapor de las locomotoras y locomóviles, y los generadores de toda clase de máquinas ó depósitos de vapor ó gases que se han pegado por este procedimiento, son muy preferibles á las que se han cerrado por medio de un cosido de roblones, resultando aquéllas á un precio muy superior á éstas, siendo preciso emplear para ello, según hemos dicho, buenos obreros, cuyo elevado jornal no es dudoso pagar atendiendo á la buena ejecución de la obra; en España hay algunos soldadores de palastros que pueden competir, y á veces exceden en la bondad y perfección de su obra, á los de otros países.

Soldadura autógena. - Según hemos dicho, no interviene en ella otra acción que la del calor; así, tomando como ejemplo el plomo, consiste la soldadura autógena de este metal en juntarle consigo mismo, formando su unión una sola pie za, lo que se consigue elevando la temperatura hasta fundir las superficies reunidas que se han de enlazar, de modo que, en rigor, según hemos dicho, es una pegadura, puesto que forma un todo homogéneo, sin que pueda distinguirse que tal soldadura se ha efectuado, sometiendo la pegadura al análisis químico; esta soldadura ofrece una gran ventaja, especialmente en determinados casos, como, por ejemplo, para la construcción de las cámaras de plomo que se emplean en las fábricas de ácido sulfúrico, porque no empleando otro metal atacable por dicho ácido, como sería preciso en otro caso, las reparaciones son menos frecuentes y costosas, y el ácido resulta más purificado. En cuanto a la operación mecánica de hacer la soldadura, varía algo según los metales á que se aplique: otro de los metales á que más conviene esta soldadura es el hierro, y a él nos vamos á referir en primer término. Se llama unión de tope la que tiene por objeto unir dos barras por sus extremos haciendo un empalme, es decir, de modo que después de soldadas formen una sola barra, y para conseguirlo con el hierro se caldean al rojo blanco los extremos de las dos barras que se van á unir y se las deja caer desde cierta altura sobre la tabla del yunque verticalmente, con lo que aquellos se ensanchan, operación que recibe el nombre de cebar, y que es indispensable si la barra ha de quedar con el grueso primitivo después del adelgazamiento producido por el forjado de la unión; antes de unir las dos barras se las calienta al rojo blanco, ó más bien á la llamada calda sudosa, en que comienza á sudar, es decir, á reblandecerse el hierro, y en este estado se espolvorean los extremos que se han de unir con arena silícea, que al fundirse se apodera de los óxidos de hierro que pueda tener éste, para formar silicatos fusibles; se colocan horizontalmente las dos barras sobre el yunque, tocándose por los extremos que se han de unir y en exacta prolongación una de otra, golpeando la junta con los machos, primero con poca fuerza, que va creciendo, y después á golpe fuerte, con lo que los silicatos formados saltan en escorias y queda el hierro perfectamente pegado, dando á la unión las caídas necesarias y batiendo la soldadura por toda la superficie para que quede de iguales dimensiones que el resto de las barras. Se dice liar á la operación de unir dos barras en toda su longitud para formar otra más gruesa que las primitivas; es, como se ve, una acopladura, y para hacerla se calientan perfectamente y con gran igualdad las barras en toda su longitud á la calda sudosa, operación difícil y pesada; se espolvorean por todas partes con arena silícea seca, y se unen sujetándolas con las tenazas, ó mejor con un alambre en espiral bien apretada que las envuelva, y se golpean sobre el yunque hasta formar un todo unido y bien calibrado. Juntar de patilla es unir dos piezas diferentes en cualquier otro sentido que los que acabamos de definir y explicar: para hacer esta operación se comienza por cebar las partes que hay que unir en la forma dicha antes, pero con el macho y al rojo blanco, en forma de pico de flauta ó de bisel, haciéndola con ambas piezas á la vez y sobre el yunque, con el macho, según hemos dicho, y en caso necesario con la lima se cubren los cortes de pluma ó pico de flauta así sacados, con biborato sódico (bórax) y una pequeña porción de cloruro amónico (sal amonía co) se da á las piezas la calda sudosa, llevándolas al yunque y haciendo los ajustes entre los cortes; se espolvorea con arena seca y se forja, para

Las escuadras y T de palastro son tan difíciles de ejecutar á mano ó acaso más que hacer la soldadura de los palastros, y pocos son los obreros que lo hacen bien, necesitando á la vez gusto, inteligencia, paciencia, y una gran práctica para conseguir un buen resultado; la soldadura de las dos ramas tiene que hacerse á una calda fuerte, siendo preferible que se comience por cebar las extremidades y ensamblarlas con roblones pequeños, y después calentarlas á la calda sudosa y hacer la soldadura forjando la unión; para las gruesas escuadras de hierro, con 10 centímetros de espesor al menos, se necesitan dos forjadores; uno moldea el ala ó brazo vertical y el otro el horizontal. Para las piezas muy gruesas de forma de escuadra, para cinchos, bastidores, etc., se ponen las piezas que se han de soldar cebando en forma de cuña cada brazo y em bridando antes de hacer la soldadura, de modo que adquiera la forma que debe tener, para evitar toda clase de deformaciones durante el trabajo.

Siendo la fundición muy quebradiza, ocurre con suma frecuencia tener que soldar los pedazos que se han partido; si uno de ellos es pequeño ó no hay utilidad en conservarle es muy fácil al que se ha de utilizar agregarle la parte que falta, para lo que se coloca el pedazo útil en una caja de arena verde, ó, según los casos, se moldea sobre ésta la parte que falta, y en el molde se dejan dos agujeros, uno inferior en donde comienza la porción que hay que componer, y otro encima para cortar la fundición, con más el agujero que siempre deja el molde para dar paso al aire en él contenido; en esta disposición se vierte el hierro fundido en estado completamente líquido, que se escapa por el orificio inferior, donde le reciben otros moldes, ó bien en un lecho de arena, y se continúa vertiendo fundición hasta que la parte fracturada se reblandece poniéndose al estado que la parte líquida, lo que se cono

ce tanteando de tiempo en tiempo por el agujero superior con una aguja gruesa, y en el momento que esto se ha conseguido se cierra el agujero inferior del molde y se llena éste, dejando después enfriar la masa, en cuyo momento se desmonta el molde y queda hecha la reparación. Si hay que utilizar los dos trozos de una pieza rota la operación es muy semejante, sin más que colocar los dos trozos en el molde en la posición que deban ocupar, pero algo separados para que por el espacio vacío corra la fundición hasta calentar las fracturas, y entonces se cierra el agujero de salida del molde y se llena, ocupando la nueva fundición el espacio que entre ambos trozos quedaba.

El acero consigo mismo, ó con la fundición ó el hierro, estos dos últimos, pueden soldarse cebando los extremos que se van á soldar presentando las piezas en su posición definitiva, en que se las sujeta, se recubre el enlace con bórax como de ordinario y se vuelven á la fragua á fin de que se funda aquél; se recubre nuevamente de bórax y se bate la unión.

Para hacer toda esta clase de soldaduras ha ideado Lafitte unas placas que llevan su nombre y que facilitan mucho la operación: se reducen á una tela metálica de mallas muy claras, entre las que se coloca el bórax, y que no tiene más objeto que servir á éste de soporte, pues se comienza por fundirle para que quede vitrificado entre las mallas de la placa; para hacer uso de las placas Lafitte se calientan las dos piezas al rojo sangre, se coloca entre ambas piezas que hay que soldar un trozo de la placa perfectamente cortado á la forma y dimensión de la soldadura, y unidas las piezas se golpea sobre el extremo de una de ellas para aproximar las superficies y facilitar la adherencia; se vuelve el conjunto al fuego, calentando al rojo sudoso, terminando por batir la soldadura para darle la forma que ha de tener, consolidar el enlace y desalojar las materias extrañas. También puede emplearse para esta clase de soldaduras el llamado polvo Lafitte, debido al mismo autor de las placas, y que sirve para soldar aceros entre sí y con el hierro: se compone de 100 gramos de sal amoníaco del comercio, 340 de bórax, 20 de resina y otro tanto de alumbre, 13 de sulfato de zinc y 7 de sal común, que dan un total de medio kilogramo, que pulverizado se emplea como el bórax, después de haber fundido la mezcla en un crisol por espacio de poco más de media hora, pasada la cual se deja enfriar y pulveriza de nuevo. Para soldar el acero fundido, los polvos Lafitte se componen, para un kilogramo de polvo, de 540 gramos de bórax, 200 de sal amoníaco, 97 de cal viva, 96 de prusiato potásico, 48 de resina y 19 de limaduras de hierro; para prepararle se comienza por disolver todo, excepto la cal, con 220 gramos de alcohol ó aguardiente fuerte en una vasija proporcionada, removiéndolo bien hasta que se forme una pasta, calentándolo entonces para que se evapore el alcohol, con lo que queda la masa sólida y con el aspecto de piedra pómez, que después de fría se pulveriza y tamiza, añadiendo la cal, también pulverizada y tamizada, y después de bien mezclado todo se puede emplear como el bérax. Otra preparación muy semejante á la anterior se puede emplear para unir hierro con hierro, éste con acero, ó acero con acero mismo; consiste aquélla en mezclar, después de bien pulverizadas las substancias, á un kilogramo de borax 140 gramos de sal amoníaco y otro tanto de prusiato de potasa con 70 de limaduras de hierro, substancias que, bien mezcladas, se ponen en un crisol, y agregando agua para formar una pasta espesa que se pone á la acción de la llama de leña seca, removiendo constantemente el contenido del crisol con una espátula, para que sea más íntima la mezcla, hasta que evaporada el agua tome consistencia sólida pasando á la piedra pómez, y después de dejarla enfriar se pulveriza, empleándola en la misma forma que antes hemos dicho. Del mismo modo, para el acero fundido se puede emplear otra preparación análoga á la citadada en primer término de polvos Lafitte; el acero fundido se juzgaba imposible de soldar, porque de los varios ensayos hechos el que parecía aproximarse más al objeto consistía en espolvorear las superficies que debían unirse con arena arcillosa; pero cuando ésta llegaba á fundirse el acero resultaba demasiado blando para resistir el trabajo en el yunque, aparte de la decarburación sufrida por la acción oxidante del aire, aun seco, á esta tem

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