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Si-ling-chu y que recibe cuatro afl. considerables: Ma-pe-ho, Pe-san-kiang, Me-kian y Pa-sankiang. Desde Sing-cheng, según el inglés Bourne, que ha recorrido parte del curso de Hungchui, sigue la dirección S., pero luego recobra la del E., pasando por Kieng-kiang; la anchura del rio varía aquí de 80 á 200 m. según las estaciola corriente es muy débil y el fondo bastante profundo. Aguas abajo de Kieng-kiang el río se ensancha y recibe un gran tributario, el Lin-kiang, formado de dos brazos, el occidental llamado Lung-kiang, y el oriental Pin-kiang, ambos navegables; engrosado de esta manera el Hung-chui se convierte en un río formidable y corre hacia el S. E. hasta su reunión con el Yukiang, á los 23o 35' lat. N. y 113° 45′ long. E. Madrid.

Se cree que el Yu-kiang, llamado también Po-kiang, Yen-kiang y Yu-chang, tiene su origen en las montañas que separa el Yun-nañ del Kuang-si; cerca de Si-yang tiene unos 50 m. de anchura, pero poca profundidad; su dirección es al S. E., que cambia al E. antes del pueblo de Po-gnai, en donde empieza á ser navegable para embarcaciones pequeñas; entre Po-gnai y Pe-se, en una distancia de 70 kms., la pendiente es de 0,56 por km., lo que explica que se encuentren numerosos rápidos. En Pe-se el río toma el nombre de Yu-kiang ó Yen-kiang y le surcan embarcaciones de mediano calado. De Pe-se à Nanning la dirección que sigue el río es la del S. E.; y aunque también por la excesiva pendiente del cauce se forman muchos rápidos, los barcos los salvan fácilmente. Frente à la ciudad de Pengy-chen el Yu-kiang tiene 120 m. de ancho, y más abajo, en la confluencia del U-yang, llega á 220. Después de pasar por Nan-ning, y en el sitio denominado Sang-kiang-ken (río de la mano derecha), el Yu-kiang recibe el Tso-kiang (río de la mano izquierda), y se forma un imponente curso de agua que algunos viajeros denominan ya Si-kiang; pasa por la ciudad de Huangcheu, después se le une el Ji-tung-kiang y penetra eutre rocas calizas que forman muchas gargantas y tres rápidos muy peligrosos; la garganta de Nan-pai reduce el ancho del río á 180 m. Enfrente de Siun-chu-fu se verifica la confluencia del Yu-kiang con el Hung-chi, llamado allí U-ni-kiang ó río del Norte. Los dos ríos reunidos llevan el nombre de Liao-kiang hasta la frontera oriental del Kuan-si, y el de Si-kiang en adelante. Su curso en un principio está encemado entre rocas y forma muchos rápidos; el de Ku-yung, aguas arriba de Ping-nan, es muy temido por las embarcaciones; más abajo el lecho está sembrado de rocas que dificultan la nave gación en la época del estiaje, y en las crecidas, que alcanzan 15 ó 20 m. sobre el nivel de aquél, la corriente adquiere tal violencia que es punto menos que infranqueable. Antes de llegar á Uchu-fu el Si-kiang recibe el Lun-kiang, y enfrente de aquella población otro afl. más importante, el Kuci-kiang. Entre U-chang y Chaoking el río corre hacia el S. E. y afluyen á él por la izq. el Ho-kian, el Lu-chi y el Jusi-tchan, y por la dra. el Kuei-ho y el Nan-kiang. En Chaoking la anchura del río es de unos 2 kilómetros y se divide en numerosos brazos que forman islas de arena y de rocas; aguas abajo la corrien te penetra en un desfiladero de 200 á á 300 metros de ancho, entre rocas cortadas á pico que alcanzan hasta 900 m. de altura; la profundidad del cance es tal que à 20 m. de la orilla no se encuentra fondo. Al salir de esta garganta el Si-kiang se extiende de nuevo, forma la gran isla Kuang-li, cuya extremidad occidental hay una barra que impide el paso á los buques de gran porte, y unos 20 kms. después, tomando la dirección S. E., se une al Pe-kiang por el canal natural de Jing-chi-chui; este es el principio del delta del río de Cantón, cuyos brazos extremos están formados por dos cursos de agua divergentes. Después del canal de Jing-chi-chui el Si-kiang vuelve bruscamente al S. describiendo, obligado por la cordillera que viene del S.O., una curva que en parte de su extensión toca á otra curva análoga, pero en sentido inverso, que hará el curso del Pe-kiang; continúa luego hacia el S. E. formando el brazo occidental del gran delta, y recibe cerca de la desembocadura el Sinhui, que concurre á formar un delta particular, compuesto de dos brazos principales: el oriental, llamado por los ingleses Brounway, y el occidental, Gaenum, reunidos por más de 20 canales, trazados todos con la misma dirección.

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A pesar de toda su importancia el Si-Kiang no es una vía de comunicación de gran utilidad, pues los barcos de mediano tonelaje no pueden remontarle más allá de su delta; los juncos y vapores con fondo plano podrían llegar fácilmente á recorrer el Si-Kiang y el Yu-Kiang hasta el promedio de distancia entre el mar y Pe-se, ó sean unos 650 kms., siempre que se mejorasen las condiciones actuales del lecho de estos ríos para salvar los rápidos que entorpecen la navegación; pero teniendo en cuenta el futuro desarrollo de las vías férreas en el Tonkín y la apertura de nuevos puertos chinos al comercio europeo, es muy posible que estas vías fluviales que den pronto abandonadas por no ofrecer ventajas positivas. En la actualidad el Si-Kiang es la arteria principal del país; por él llegan á Cantón todas las riquezas minerales del Yuñ-nañ, los productos medicinales del Kuang-si, el bórax del Tibet, el negro de humo para la fabricación de colores, etc., y es la única vía de comunicación con las provs. de Kuang-si, Kuei-cheu y Yunan. El curso total del río es de unos 900 kms. y su cuenca abraza una extensión de 435000 kilómetros cuadrados próximamente.

SIKINOS: Geog. Isla del dist. de Milos, Archipiélago y prov. de las Cícladas, Grecia; 42 kilómetros cuadrados y 1000 habits. Sit. entre Polikandros al O. y Nio ó los al E.

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ningún otro paraje del mundo. En las vertientes meridionales, y á 2100 m., crecen las palmeras y los plátanos; más arriba los pinos y los bambúes enanos, y casi ya en el límite de las nieves perpetuas los sauces; cerca de la misma región bordan los torrentes los rododendros, y en la gran cresta del Himalaya, sobre las vertientes del Sikkim, los bosques empiezan inmediatamente á continuación de las nieves. En los valles y en los espacios despejados se cultiva trigo, cebada y maíz, y un poco de algodón y de arroz, insuficiente para el consumo local. El ganado y los caballos se importan del Tibet. En los terrenos bajos se crían tigres y elefantes; en una zona más alta los ciervos, y en las cumbres elevadas gamos, leopardos y osos. La mineralogía de esta región es completamente desconocida; Edgar lo atribuye á una superstición que impide á los indígenas buscar metales bajo el suelo. Sólo se sabe que cerca de Mintuyong hay minas de cobre que explotan los nepaleses. Entre los pueblos de Sikkim los lepchas son considerados como aborígenas; su tipo es el mongol, de color amarillo claro, de corta estatura (1,53 cuando más), casi imberbes, con los pies y las manos muy pequeños, el pecho ancho y la musculatura muy desarrollada. Los limbus, parientes muy cercanos de los lepchas, poseen el tipo mongol más marcado y son menos vigorosos. Los blotias ó bhutias se dedican allí, como los banyaris en toda la India, guiar los convoyes que atraviesan el Himalaya. Los dialectos de las tribus de Sikkim pertenecen á la gran serie tibetobirmana, y la religión y costumbres son idénticas á las del valle de Dsang-bo. Unos 800 monjes habitan los 20 monasterios que los lamas han edificado en los más hermosos sitios de la comarca; el principal ó de más categoría es el de Labrong, cerca de Tamlong; á las órdenes de su jefe, llamado Kupgaindama, están los superiores de casi todos los demás monasterios. Las dos localidades principales son Tamlong y Gantak; la primera es la capital y residencia oficial del rayá y de su corte.

Hist. Dicen las tradiciones que los ascendientes del rayá vinieron á establecerse en Gantak, y que á mediados del siglo XVI Pencho Nangay, jefe de la familia, dió asilo á tres monjes tibe tanos de la secta Dupka, y que estos monjes convirtieron á los lepchas é hicieron de Pencho Nangay un rayá. En 1788 y 1792 los gurkas invadieron el Sikkim, siendo rechazados la segunda vez por un ejército chino, pero se hicieron dueños del Terai, que fué devuelto al principado en 1816 por los ingleses. Estos adquirieron, mediante una pensión de 7 500 pesetas que habían de pagar al rayá, el Daryiling y un territorio de 357 kms.2; pero hubo luego diferencias entre unos y otros, y, habiéndose apoderado el raya de rehenes ingleses, un cuerpo de ejército le obligó á devolverlos, le confiscó el Terai y parte del territorio de principado, y quedó suprimida la pensión.

SIKKIM: Geog. Principado de la región N.O. de la India en el Himalaya oriental; en tibetano su nombre es Dingying, y en gurja Lepcha. Está limitado al N. por el Tibet chino, al E. por el mismo y una parte del Bhutan, al S. por el distrito de Daryiling y al O. por el Tibet chino y el Nepal, y comprendido entre los 27° 5′-28° 4' lat. N. y 91° 45'-92° 41' long. Madrid. Según las estadísticas oficiales, la sup. es de 8000 kilómetros cuadrados y la población 50000 habitantes. La capital es Tamlong, á 51 kms. N. E. de Daryiling. Todo el país, excepto al S. de Tamlong, se encuentra á considerable altitud en la zona himalaya; en la triple frontera de Sikkim, Tibet y Nepal se destaca al E. un enorme contrafuerte, el Kinchinyinga, que termina en la orilla dra. del Tista; otro al S. E. eleva á 6713 y 5838 m. respectivamente los picos Pandim y Narsingh; una tercera cadena montañosa desciende al S.S.O. separando el Sikkim del Nepal; sus puntos culminantes son el Yanu (7715 m.) y el Kabru ó Kubra (7322). Al O. se continúa el Kinchinyinga, entre el Nepal y el Tibet, por la gran cresta del Himalaya meridional, que forma allí un gran recodo alrededor de Sikkim, del N.N. E. al E. AI S.O. de la cordillera de circunvalación, por decirlo así, conduce por el paso de Tanckra (4902 m.) al valle superior del Chumbi hasta el Gniaram, que debe ser el Black Rock de los ingleses; vuelve al S.S.O., y después del collado de Yalap-lu se prolonga por la cordillera que penetra en Daryiling; todos estos montes llevan el nombre general de Chola. Las montañas secundarias que se destacan en el interior se ramifican en estribaciones formando un intrincado laberinto. Todo el principado pertenece á la cuenca superior del Tista, que le atraviesa de N. á S.S.O. y le divide en dos porciones desiguales. Por la orilla izq. afluyen al Tista el Lachung, el Rangri y Rangchu, que nace de cinco ó seis pequeños lagos, y por la dra. el Lachen, el Moing y el Ranyit. Todos estos valles y los de sus tributarios están profundamente encajonados, y sus orillas casi siempre cortadas á pico. Hacia la frontera oriental se encuentran bellísimos lagos en medio de las montañas y entre pintorescas rocas, algunos de los cuales alimentan las fuentes de Rangchu; los principales, descritos por sir R. Temple, se llaman Chokham, Chola, Brusa, etc. El país es extremadamente húmedo por la frecuencia de las lluvias (Hoker calcula la media anual en más de 3 m.); la lluvia es casi continua en el estío de mayo á octubre, y durante el invierno de mediados de diciembre á mediados de enero. Frecuentemente las capas Las costas exteriores trazan dos arcos sobre el de vapor acuoso adquieren tal densidad y espe- Mar Pacífico, cóncavo el del E., convexo el del sor que velan la luz solar, y los paisajes, ilumi- O., y entre ambos una gran escotadura llamada nados por una luz fría y azulada como la de la Golfo de Kotsi por la c. que está emplazada en luna, toman aspecto fantástico; en esta atmósfera su fondo, y Golfo de Tosa por la prov. que forhúmeda la temperatura poco elevada se mantie- ma toda la vertiente; forman los extremos del ne casi invariable; al S. de Tamlong el calor se golfo dos promontorios, el Muroto-Saki al N. E. deja sentir con más fuerza, pero la máxima no y el Satta o Asidsuri-Saki al S. O. La costa opuesllega á 25° y la mínima desciende 2° 50'. Los ta forma en el Mar Interior dos arcos simétricos vientos del S. han llevado á las montañas de con los anteriores, y otra gran bahía central, Sikkim la flora tropical á mayor altitud que en i Bingo-Nada, limitada por puntas avanzadas.

SIKLAO: Geog. V. SICKLAO.

SIKLOS: Geog. C. cap. de dist., comitado de Baranya, Hungría, sit. al S. S. E. de Pecs ó Funfkirchen y al S. del monte Tenkes; 4 500 habitantes. Vinos y mármoles. Castillo de los condes de Batthyany. Cerca se hallan los baños sulfurosos de Harkany.

SIKOHA: Geog. V. SEKUHA.

SIKOK Ó XIKOKU: Geog. Una de las cuatro grandes islas que forman el Japón propio, sit. al S. de la isla Nippón ú Hondo y al E. N. E. de la isla Kiu-xiu, separada de ésta por el Estrecho de Bungo y de aquélla por el Canal de Kii y por el Seto-Utsi; al S. y S. E. la baña el Océano Pacífico; su situación astronómica es 32° 42'-34° 24' lat. N. y 135° 41'-138° 28′ long. E. Madrid. La mayor long., de N. E. á S.O., es de 250 kms.; la anchura varía entre 15 y 95; su sup. es de 18 210 kms.2 y la población de 2 907 208 habits.

Para completar la simetría que presenta la figura ó contorno de la isla, mientras al E. se proyecta sobre el Canal de Bungo la península rocosa de Sata ó, Sala-Nomiraki, al E., en las costas opuestas, avanza sobre el Canal de Kii el promontorio de Kamota-Saki, al abrigo del cual se halla la bahía de Tatsibana. El desarrollo de las costas es de 1800 kms., y 2 700 contando las pequeñas islas adyacentes. El relieve orográfico de la isla lo forman muchas cordilleras paralela mente situadas; la más importante es la central, cuyos vértices principales son, de E. á O., el Nakatsu-Nimé, el Tsurugi-Yama (2240 m.) y el Kiohasire-Yama; la altitud media es de 1200 m. En las montañas del N. E. las alturas llegan á esta misma cifra en el Taisen-Yama, al N. del valle del Yosino Gava; más al S., una cadena simétrica del Taisen-Yama, con relación á la cordillera central, continúa las alturas de Kii; entre la costa septentrional y el valle superior del Yosino-Gava se extiende otra montaña con notable continuidad, y en ella se encuentran el Isitzutsi-San á 2360 m. de alt., punto culminante de la isla, y el collado de Sasaga. En la parte occidental el terreno está formado por macizos montañosos más confusos que parecen continuar los del S.O. de Nipón y forman un conjunto que comienza al N. en la punta Osumihana; el núcleo principal es el Takanava-Yama, entre los valles de los ríos Kamo y Siguenobu. Los cursos de agua más importantes son: el Yosino-Gava, que nace en el Isidsutsi-San; el Monobé-Gava, que corre hacia el O.; y el NakaGava hacia el E., en la parte oriental de Sikok; en la occidental los ríos son menos caudalosos; sin embargo, el Niyodo y el Vatari, que desaguan al S.O. de Kotsi, tienen un curso muy extenso, pero no son practicables como vías de comunicación. Las observaciones sobre el clima de Sikok, hechas en Kotsi en el año de 1886, dieron los resultados siguientes: temperatura máxima del aire 37°,7, mínima 4°, 4, media anual 15°,6; humedad de la atmósfera, término medio, 76 por 100; máximo de lluvia en 24 horas 117,4 milímetros; 153 días de lluvia y nieve. Las producciones son análogas á las de las demás islas del Japón: te bantsa, arroz y cereales. La industria serícola; la fab. de tejidos de seda, algodón y cáñamo; la fab. de papel, sal y azúcar; la destilación del arroz fermentado para obtener el sake; y las explotaciones mineras, son las principales ocupaciones de los habits. En la prov. de Iyo hay minas de cobre y antimonio; de cobre y de carbón en Awa. Los puertos más importantes son los de Tokusima, en el delta del Yosino-Gava; el Takamatsu en Sanuki, el de Kotsi, centro de la fab. del papel, en el fondo del Golfo de Kotsi, sobre la pequeña bahía de Urado. La isla de Sikok se dividía anteriormente en cuatro provincias: Awa al E., Sanuki al N., Iyo al O. y Tosa al S. E., que, con la isla Avadsi del Mar Interior y la prov. de Kii de la isla Hondo, formaba todo el Nankaiado ó Región del Litoral del Sur. Actualmente está repartida en cuatro ken: Tokusima; Kagava, cap. Takamatsu; Ehimé, cap. Matsuyana, y Kotsi. Además de los tres puertos ya citados, la isla cuenta seis c. de 10 000 á 30 000 habits., y también 11 de 5 000 á 10 000.

SIKOTÁN Ó CHIKOTÁN: Geog. Isla del Archipiélago de las Kuriles, Japón, sit. en el grupo de las Grandes Kuriles, 65 kms. al N. E. de la extremidad oriental de la isla Yeso y 40 al S.E. de la isla Kunasir; 391 kms2. Es la más pequeña del grupo.

SIKROL: Geog. Arrabal occidental de Benarés, Provincia del Nordeste, India, sit. á orillas del Barna, afl. del Ganges; en él se hallan los centros administrativos ingleses, los acantonamientos y el barrio europeo; 7 000 habits.

SIL (del lat. sil): m. Tierra de que se hacía en pintura el color amarillo.

-SIL: Geog. Río de las prov. de León, Orense y Lugo, el principal de los afls. del Miño. Nace en los montes Galaico-astúricos, al pie de Cueto Albo (León), y con dirección general al S. O. recorre terreno quebradísimo, bañando las faldas meridionales del Pirineo asturiano por bajo de los puertos de Balbarán y Leitariegos y del pico de Miravalles, y recogiendo las vertientes todas de la es paciosa y rica cuenca que forman aquella misma cordillera, y la que va dividiendo el Duero del Miño por los puertos de Manzanal y Fuenceba

de

dón, el Toleno y sierra de la Guiana, cuya unión. con la sierra de la Encina de la Lastra, ramal que se desprende de cerca de Piedrafita, rompe para unirse al Cabrera entre la mencionada sierra de la Guiana y la Negra. En esta vasta cuenca, correspondiente á la prov. de León, asientan los fértiles territorios de Ponferrada y Villafranca del Bierzo, surcados de infinidad de riachuelos, de los cuales los más importantes son el Boeza, afl. del Sil por la izq. y que riega el señorío de Bembibre; el Cúa, que pasa por Cacabelos, y el Valcarce, que, unido al Burbia en Villafranca, corre como el Cúa de N. á S. á unirse también al Sil por la orilla dra. Desde Ponferrada el río corre ya hacia el O., en la confl. del Valcarce toma dirección N.-S. por la frontera entre León y Orense, y desde la confluencia del Cabrera (orilla izq.), junto al puente de Domingo Flores, el Sil avanza de nuevo hacia el O. por la prov. de Orense y por un barranco tajado entre montes elevados y escabrosos, como la sierra de la Guiana, la de los Caballos, la de Caurel, la del Lózara y la del Oribio, que son ramales meridionales de la de Cebrero en las cumbres del Pirineo, y la sierra Negra, Peña Trevinca y sierras Segundera, de Queija San Mamed, que limitan su cuenca por el S. En este espacio, que constituye el valle de Val. deorras, asientan Sobradelo, El Barco, Villamartín, La Rúa y Petín, y en el extremo occidental, poco antes de afluir por la izq. el Bibey, que desciende de las sierras Segundera y de Quieja, por Viana, Bollo y Puebla de Trives, atraviesa aquel río el llamado Monte Jurado, por la apertura de un túnel que los romanos hicieron á fin de desecar el cauce del río y obtener con más facilidad sus arenas auríferas. Conociendo aquéllos la riqueza en oro que encerraba el Sil, desviaron las aguas de su cauce natural dirigiéndolas por el citado túnel ó canal subterráneo, de 376 m. de largo, 15 de ancho mínimo y 10 de alt., pudiendo así beneficiar las arenas del antiguo cauce, como habían beneficiado las de los vecinos montes, en los que se ven las señales de los trabajos mineros. Corre ya el río por el extremo S. E. de la prov. de Lugo, y ásperas montañas cambian bruscamente su dirección hacia el N. por el pie del Cerengo, parte oriental de la sierra de Moa, que es una ramificación de la de San Mamed. Entra en seguida en el valle de Quiroga por Sequeiros y San Clodio, frente á cuya población recibe por la dra. el río de Quiroga, que desciende del pico Pájaro de la sie rra de Caurel, regando el valle mencionado y los pueblos de Jisteros, La Hermida y Quiroga, que asientan en él. Vuelve á su dirección antigua al S.O. por cerca de Ambasmestas, donde afluye también por la dra, el río de Lor, que baja de la sierra de Cebaero, y poco después en la confluencia de un arroyo que viene del S. E. por Castro Caldelas, entra el Sil en un tajo profundo que apenas pueden salvar algunos caminos, de los que el más importante es el de Monforte á Monterrey y Verín. Va ya señalando la frontera entre Lugo y Orense, y después de recibir por la dra. las aguas del río Cabe, que de N. E. á S.O. baja recogiendo las vertientes occidentales y meridionales de la sierra del Oribio, llega el Sil á unir su caudal al menos considerable del Miño, componiendo desde allí ambos una vía fluvial de gran importancia (Gómez de Arteche, Geog. militar de España).

El cauce del Sil es, en general, profundo y tortuoso, y muy ásperas y quebradas las laderas que le determinan, especialmente en la parte que media en su nacimiento y la v. de Ponferrada; y en cuanto á su caudal, basta recordar que rivaliza con el Miño, ó mejor dicho le sobrepuja en la confl. de ambos, según lo demuestran los aforos practicados por la División hidrológica de Orense durante el estiaje de 1868. El desarrollo del cauce del Sil es de 245 kms. próximamente, siendo difícil el aprovechamiento de sus aguas á pesar del considerable volumen de su corriente y de cruzar dos provs. de zonas perfectamente dispuestas para el disfrute del riego, como las importantes vegas de Ponferrada, Valdeorras, Quiroga y otras secundarias, por la incertidumbre en la compensación del excesivo coste de las obras con el mayor rendimiento de las mencionadas vegas (Reseña geográfica y estadística de España). Refiriéndose al valle de este río y á sus arenas auríferas, dice Becerro de Bengoa en su excelente Viaje descriptivo de Palencia á la Coruña: «El lavado y beneficio de las arenas en el

Sil y sus afls. no pueden producir grandes rendimientos; lo que se trata de encontrar y explotar son los criaderos. Los filones de oro implantados en el curso en los terrenos paleozoicos, entre las grandes masas de pizarra, deshechos un día por las conmociones geológicas que sufrió la corteza terrestre en sus sucesivas transformaciones, fueron envueltos, mezclados y arrastrados por los grandes diluvios, hasta constituir extensos bancos de conglomerados que ocuparon las hendeduras de las rocas, las cimas y laderas de algunos montes y vertientes por donde los últimos torrentes los arrastraron, y las cuencas en que quedó trazado el curso ordinario de los ríos, formando extensos depósitos entre las arcillas, más o menos cargadas de óxidos de hierro. En esas rocas rojizas arcillosas de las alturas, donde aparecen los conglomerados, se ha buscado con afán el oro, y en los montones arenosos, más sueltos, de aglomerados silíceos, de verdaderos bancos de acarreo, que se extienden á lo largo de las orillas, se han hecho también grandes explotaciones. Dos maneras habría, pues, de dar con el regio metal: ó practicando difíciles exploraciones en estas cordilleras en busca de los yacimientos de masas diluviales conglomeradas, ó continuando el lento, secular y rudo trabajo de rebuscar los depósitos ribereños de aglomerados y de lavar las arenas. El trabajo natural de denudación continúa siempre: las aguas torrenciales lavan y desgastan las laderas, empujan los detritus y acumulan en los cauces de los arroyos y ríos nuevas y nuevas escamas ó trocitos de oro. Y así lentamente, también en busca de esa rica pero rara limosna que da la naturaleza, se vienen ocupando secularmente, desde la época romana acá, en lavar las arenas, multitud de humildes mujeres de todos estos valles, para obtener un reducido jornal generalmente, ó para encontrar, cada cuarenta años, una pepita, que las da un alegrón, pero que no las saca de pobres. En efecto, las aureanas abundan en todos los valles del Sil y sus cercanías. Cuando las aguas disminuyen y los arenales quedan en seco acuden las mujeres á las orillas con unos cuezos, mangas ó concos de forma cónica, donde echan las arenas, sometiéndolas á un lavado constante, que arrastra la tierra, dejando depositar en el fondo de la vasija la arena densa y el oro. Repetidos varias veces los lavados, tratan por el mercurio la última porción recogida, forman una amalgama que une todas las partículas de oro en una masa, la que someten después en una vasija de hierro á la temperatura suficiente para que el mercurio se volatilice y el oro puro quede. Cada grano de peso de este oro puro lo venden á real. En la actualidad (1883) hay constituída una compañía inglesa con el título de The rio Sil Leon Mining Company Limited, que tiene denunciadas numerosas pertenencias en toda esta vega central del Sil, y que se dispone á emprender grandes trabajos de explotación y laboreo. No están conformes los vecinos de estos pueblos acerca de la cantidad total de oro que cada año se recoge manualmente, pero bien puede admitirse la de unos 25 á 30 marcos de peso, esto es, un valor de 10 á 14000 duros.»

- SIL: Geog. Río de la Rumanía. V. JIU.

-SIL DE ABAJO: Geog. Antiguo concejo de la prov. de León, en el p. j. de Ponferrada, compuesto de los pueblos de Anllares, Anllarinos, Argayos, Cariseda, Páramo del Sil, San Pedro de Paradela, Santa Cruz del Sil y Sorbeda.

-SIL DE ARRIBA: Geog. Antiguo concejo de la prov. y p. j. de León, compuesto de los pueblos de Cuevas, Malalavilla, Palacios, Susañe y Valdeprado.

SILA: f. Zool. Género de insectos del orden de los hemipteros, suborden de los homópteros, familia de los sílidos, que se caracterizan por tener las antenas filiformes, más largas que el cuerpo, con sus artejos cilíndricos; la cabeza triangular y muy ancha, con sus bordes anteriores salientes; los ojos grandes y casi globulosos; el borde anterior del coselete arqueado; los élitros casi coriáceos.

La especie tipo de este género es la Sylla ficus, que vive en Europa y se caracteriza por tener la parte superior del cuerpo parda, y verdosa la inferior; las antenas, gruesas y muy vellosas, constan de 10 artejos; los élitros son dos veces más largos que el cuerpo.

Cuando las ninfas de estos hemipteros se disponen á metamorfosearse permanecen inmóvi

les sobre las hojas donde se fijan; la piel se abre después por la cabeza y tórax y sale el individuo perfecto con alas, dejando sobre aquéllas el despojo de la ninfa. Semejantes restos se hallan más a menudo que en ninguna otra planta en las hojas de higuera. El insecto salta con bastante viveza por medio de sus patas posteriores. Cuando se quiere coger á un individuo se escapa más bien saltando que volando.

La hembra, al picar las plantas con su oviscapto para depositar sus huevos, produce la tuberosidad escamosa que se observa en las ramas, y que se forma por el derrame de los jugos que ocasionan las picaduras; las larvas se preservan en las celdillas que contiene la tuberosidad. Geoffroy dice que poco más o menos se produce de la misma manera el vello blanco debajo del cual se encuentran las larvas de la especie que vive en el pino. La del boj no forma esos tubérculos, pero sus picaduras bastan para que se arrollen las hojas y puedan resguardarse en ellas las larvas.

La transformación de la ninfa en insecto perfecto se verifica en los meses de mayo y junio.

-SILA: Geog Meseta montañosa de las provincia de Cosenza y Catanzaro, Calabria, Italia. Alcanza en su punto culminante una altura de 1930 m.,y sus bosques dan mucha resina y buena madera de construcción.

-SILA (LUCIO CORNELIO): Biog. Célebre dictador de Roma. N. en esta cindad en 138 antes de Jesucristo. M. cerca de Puteoli en 78 antes de la era vulgar. Descendía de una rama obscura de la gens Cornelia, y era individuo de una familia patricia. En los autores antiguos, en las medallas y en las incripciones, se le llama siempre Sula ó Sulla, nunca Sylla ó Silla. Recibió una buena educación, pero pasó su juventud en el libertinaje. Sin embargo, su entendimiento no decayó, y cuando se aumentó su fortuna por las liberalidades de su suegra, y de un rico improvisado llamado Nicópolis, buscó los honores y fué cuestor de Mario en Africa, distinguiéndose por su valor, por su habilidad, y, sobre todo, contribuyendo á que Boco pusiera en poder de los romanos á su yerno Yugurta. Segundo de Mario en la guerra contra los cimbrios, le dejó para servir al lado de Catulo, contribuyendo mucho á la victoria de Vercelli (101). Con todo, aún tardó en llegar á los altos honores. Al cabo logró ser pretor (93), después de habersele rehusado este cargo. Propretor en Cilicia, restableció en el trono de Capadocia á Ariobarzanes; trató con Arsaces, rey de los partos; se enriqueció, y desde entonces se preparó á desempeñar un brillante papel. Solía decir que la fortuna le sonreía, tomó el sobrenombre de Félix, y en la guerra social combatió á los italianos con encarnizamiento y buen éxito. Nombrado cónsul (88), como necesitaba una guerra lucrativa que le diera gloria, dinero y soldados, obtuvo del Senado el mando de las fuerzas que debían hacer la guerra á Mitridates. Mario le disputó el mando, y, sostenido por el tribuno Sulpicio, lo obtuvo merced á un plebiscito, en medio de un motín, en el cual corrió gran peligro Sila. Este, á la cabeza de su ejército reunido en Nola, marchó contra Roma, entró en ella, hizo desaparecer á muchos de sus enemigos, repartió los italianos, nuevos ciudadanos, en ocho nuevas tribus, y dejando á sus enemigos, los demócratas, muy poderosos aún en Roma, marchó á luchar contra Mitridates (87). Tomó á Atenas, sublevada por el retórico Atenión; hizo degollar á los habitantes (86); venció á los generales de Mitridates, á Arquelao, cerca de Queronea, á Dorilao en Orcomene de Beocia (85); pasó al Asia, con su segundo Liculo, y encontró allí un ejército romano enviado por los marianistas, nuevamente dueños de Roma, ejército que mandaba Fimbria después de haber asesinado á su general Valerio Flaco. Sila permitió que huyera Mitridates, sitiado en Pitana; impuso al rey del Ponto un tratado oneroso (84), y ganó en Lidia el ejército de Fimbria, obligando á éste á que se diera la muerte. Impuso á la provincia de Asia una contribución de guerra de 6000 talentos; sus soldados se cargaron de botín, y después de haber restablecido á Ariobarzanes en Capadocia, en Nicomedia y en Bitinia, llevó su ejército á Italia para emprender la guerra civil (83). El partido popular había levantado 200 000 hombres, pero no tenían jefes. Sila batió á Norbano cerca de Capua; los ejércicitos de Escipión y de Carbón se desbandaron; el joven Mario fué vencido en Sacriporto, en la Etruria; el samnita Telésino, que había inten

tado sorprender á Roma, fué derrotado cerca de la puerta Colina, y Sila hizo degollar en el Circo de Roma á 6000 prisioneros que habían sobrevi vido. Durante este tiempo los jefes de la aristocracia habían secundado las miras de Sila. Metelo le llevó un ejército, y el joven Pompeyo levantó tres legiones. El vencedor había dicho en el Senado: «Ninguno de mis enemigos será perdonado. Entonces comenzaron las proscripciones; todos sus enemigos fueron inscritos en las listas fatales; los bienes de los condenados sin sumario fueron vendidos á vil precio ó dados á los amigos y á las queridas de Sila. Las proscripciones se extendieron por toda Italia; Preneste, á donde se había retirado el joven Mario, que tuvo que darse la muerte, fué arruinada; otras ciudades sufrieron la misma suerte, y la mayor parte de las tierras de Etruria fué repartida entre los soldados vencedores. El terror reinaba en toda Italia; entonces Sila se hizo nombrar dictador por un tiempo indefinido (82), y comenzó sus reformas llamadas Constitución de Sila (leges Cornelia). Estas leyes tienen el carácter aristocrático: ¿quería Sila, dar fuerza á la antigua Constitución, ó más bien asegurar su poder personal, acabando con la democracia, sin mucha preocupación del porvenir? El Senado, compuesto de 400 individuos, tuvo que discutir previamente todas las leyes, antes de que fuesen Îlevadas ante la Asamblea centurial. Designó Sila los gobernadores de provincias que le fueron indicados, pero hizo entrar en el Senado gran número de hombres obscuros. Quitó el poder judicial á los caballeros y se lo devolvió á los senadores; pero suprimió la censura, que siem. pre había sido muy temida por los caballeros. Arrebató á los tribunos el poder de hacer leyes, quedando imposibilitados para ejercer cargos curules, y abolió los comicios por tribus, ó al menos los dejó sin ninguna autoridad. Incansable Sila en reorganizarlo todo, cambió el orden de las magistraturas, y fué preciso pasar por la cuestura y por la pretura para llegar al consulado. Hizo nuevas leyes: de Falso, de Sicariis, de Repetundis, y estableció otros tribunales permanentes (quæstiones perpetua) para castigar esta clase de delitos. Ora fuese por los sinsabores que lleva consigo el gobierno absoluto, ora por cansancio, dimitió la dictadura (79), pero quedó con un inmenso poder; 300 senadores eran hechura suya; 10000 esclavos, los cornelios, le debían su libertad y le eran adictos, mientras que 250000 soldados, establecidos por él en Italia, hubieran acudido a la primera señal para defenderse y defenderle. Retirado en una casa de campo, cerca de Puteoli (Puzzoles), vivió algunos meses en medio de cortesanas y bufones, muriendo de la enfermedad que llaman pedicular, ó sea lleno de piojos, fruto de sus muchos abusos. Se le hicieron en Roma magníficos funerales, y se le enterró en el Campo de Marte, honor que no se había concedido á nadie desde el tiempo de los reyes, y se grabó sobre su sepulcro un epitafio, redactado por él, según parece, y que decía así: Ningún hombre ha hecho más bien á sus amigos ni más daño á sus enemigos. Había redactado, en latín, unas Memorias, que no han llegado hasta nosotros; pero Plutarco, que escribió su Vida, se sirvió de ellas.

SÍLABA (del lat. syllaba; del gr. ovλλaßý): f. Trabazón ó enlace de dos ó más letras que se pronuncian en una sola emisión de voz; v. g.:ta, tra, tan, trans.

Era este su modo de escribir, porque no alcanzaron el uso de las letras, ni supieron fingir aquellas señales ó elementos que inventaron otras naciones para retratar las SÍLABAS Y hacer visibles las palabras.

Representante afamado Has visto, por sólo errar Una SÍLABA, quedar A silbos mosqueteado.

SOLIS.

RUIZ DE ALARCÓN.

- SÍLABA: Vocal que tiene por sí sola significación y oficio, como á preposición, y la que en letra; como en a-mor y di-a. el vocablo de que forme parte no se liga con otra

- SÍLABA: En la Música antigua, las dos ó tres voces que corresponden á cada una de sus siete letras.

- SÍLABA: Gram. La misma voz sílaba, ó reunión, parece denotar, como dice Salvá, cuyas

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reglas acerca de la partición de las sílabas y la separación de las palabras se seguirán, que todas constan de muchas letras; y así es en general, mirándose como una excepción las sílabas llamadas simples, ó formadas de una vocal sola. Todas las demás son compuestas de una vocal y de una ó más consonantes, ó de dos ó tres vocales, que pueden también ir acompañadas de alguna ó algunas consonantes. Si hay en una sílaba dos vocales, decimos que forman diptongo ó sonido de dos vocales, y si tres triptongo, ó sonido de tres vocales. Por cuanto de la exacta división de las sílabas pende en gran parte la recta pronunciación de las palabras, conviene saber que si hay una consonante entre dos vocales se une para formar sílaba con la vocal que la sigue; si hay dos, ó una consonante duplicada, va de ordinario la una con la vocal antecedente y la otra con la siguiente; si tres, las dos se juntan con la vocal primera y la otra con la segunda; y si cuatro, dos acompañan á la una vocal y las dos restantes á la otra. Ejemplos: a-se-gu-rar, docto, am-pa-ro, cons-tan-te, obs-tar, cons-truir.

Como expresa la Gramática de la Academia, la Fisiología analizando el mecanismo de la pronunciación, y la Acústica el de la percepción del sonido, pueden dividir en partes la unidad de tiempo de la emisión de una sílaba; mas para la Prosodia, á lo menos en el actual estado de nuestra lengua, es inapreciable tal subdivisión, como lo prueba el valor de mera unidad que la Métrica da generalmente á la sílaba. La sílaba puede constar de una á cinco letras, como, v. gr., ó, no, vos, crin, trans. En estos ejemplos se han reunido muestras de combinaciones usuales en castellano, de manera que de su estudio pueda inferirse, asociándole al de las letras aisladas, el carácter prosódico, ó, por decirlo así, la índole armónica de nuestra lengua. Estas observaciones, que á primera vista podrían parecer ociosas, contribuyen á inculcar la idea de las propiedades esenciales de nuestro idioma; sirven al orador y al escritor prosista para esmerarse con provecho en la construcción armoniosa de los períodos; dan útil enseñanza al poeta que quiere perfeccionar la estructura de sus versos; y son, por último, una barrera contra las invasiones de neologismos, cuya escabrosidad y dureza repugnan á oídos españoles, como grog, club, whist, groom, rails,

etc.

Antes de explicar cómo se dividen las sílabas, conviene saber que nunca comienzan en español por letra ó letras que no puedan hallarse al principio de las dicciones, y que éstas jamás empiezan por dos consonantes, á no ser la segunda alguna de las líquidas 7, r; aun respecto de la 7, no puede precederla una d ni una h. Por lo mismo, siendo la e un nexo de dos consonantes, no puede principiar por ella ninguna palabra. Las voces gnomon, pneumática, Tlascala, tlascalteca, tmesis, etc., no pertenecen al romance castellano, y algunas han perdido ya las letras de su origen para acomodarse á nuestra ortografía, de modo que escribimos nomon y neumática. La r suave (ere) es la única consonante que da principio á sílabas, aunque las dicciones no principien por ella sino por la r fuerte: ca-ro, ra-ro, tiro. Pero no sucede lo mismo respecto de la conclusión de las sílabas, pues hay muchas que rematan por consonantes que no pueden hallarse al fin de ninguna voz española, como se nota en ab-soluto, ac-ceso, am-paro, ap-to, at-mósfera. La d se pronuncia también mucho más fuerte y clara en ad-quirir, por ejemplo, que en esclavitud ó en libertad.

Como los diptongos y triptongos no forman sino una sílaba, es necesario saber qué reunión de vocales los constituye para silabear bien las palabras y dividirlas bien al fin de cada renglón. Hay en castellano 17 diptongos, que son: ai, au, ea, ei, eo, eu, ia, ie, io, iu, oe, oi, ou, ua, ue, ui y uo; y cuatro triptongos: iai, iei, uai y uei. Si alguna de las vocales lleva puntos diacríticos, está disuelto el diptongo ó triptongo, es decir, que sus vocales forman dos sílabas, como sucede en embaïdor. Pero si la vocal señalada con los puntos diacríticos es la u después de una g, entonces indican sólo que se pronuncia la u y no que el diptongo se ha disuelto, como en halagueño. El acento sobre alguna de las vocales de un diptongo ó triptongo denota en general su disolución, según lo vemos en lei, reunios, deciais. Exceptuándose las segundas personas del plural del presente y futuro del indicativo y del futuro del subjuntivo, cuyas terminaciones ais ó

eis están acentuadas siendo monosílabas, verbigracia, andáis, conocéis, cenaréis, huiréis, olvidéis, paséis, el presente estoy, los pretéritos absolutos dió, fué, no, y algunas otras voces, por razón de la acentuación.

Si se halla entre dos vocales una consonante, forma sílaba con la vocal que la sigue; y si dos (contando como tal para este fin á la há pesar de que no suena), ó una consonante duplicada (que sólo puede estarlo la c, la n y la r puesto que la ll es una verdadera letra y no una duplicada), la una pertenece á la vocal anterior y la otra á la siguiente, á no ser que la última de las dos consonantes sea la ló la r, en cuyo caso ambas pertenecen á la vocal que las sigue; así ac-ci-den-te, ad-he-rir, a-le-tar-gar, al-ha-ja, a-prie-to, ca-llar, ha-blar, sin-nú-me-ro.

Exceptúanse de esta regla las voces compues. tas, las cuales se dividen separando las simples de que constan; v. gr., sub-arriendo, des-acordar; y todas las que tienen una s antes de la lór, pues entonces, no pudiendo las con otra consonante empezar sílaba, porque no conocemos la s líquida en castellano, tiene que unirse á la vocal anterior, v. gr., is-leño, Is-rael. Lo mismo debe entenderse de las que principian por la sílaba at, como at-le-ta, at-lan-te. De-ser-tar, deso-llar, etc., se parten de distinto modo que des-acor-dar, por no ser verbos compuestos. Pero si la primera parte del componente acaba por la misma consonante por que empieza la segunda, en cuyo caso se quita una, la consonante se une á la vocal siguiente, como en de-semejante, deservicio, di-sentir.

Cuando hay tres consonantes juntas, dos van con la vocal anterior y la tercera con la siguiente, si dicha tercera no es alguna de las líquidas l, r, pues en tal caso se juntan las dos últimas con la vocal que las sigue. Por esto silabeamos de un modo á cons-tante, obs-tar, y de otro á des-truir, ejem-plo. Si hubiere cuatro, que es lo más que puede suceder, dos acompañan a la una y dos á la otra vocal, como en construcción, trans-florar.

Las frases adverbiales ó conjuncionales, á fin que ó á fin de que, á más de, á pesar de, así que, con todo, en fin, en tanto, no obstante, para que, sin embargo y varias otras se escriben separadas; y lo propio sucede respecto de tan bien, tan poco, que se diferencian perfectamente de este modo de las conjunciones también, tampoco. Van unidas, por el contrario, acaso, adelante, además, ahora, alrededor, asimismo, aunque, conque (equivalente á de manera que), defuera, enfrente, otros; todos los afijos que están después de los verbos, v. gr., adorarla, disputárselo, y el verbo haber, cuando ocupa el mismo lugar que los afijos, como casármele. Sino va junto equivaliendo á más, más que, más también ó á excepción de, v. gr. Tú no le pierdas de vista, sino (mas) que has de traerle preso; no lo exigía sino (esto es, más que) como una muestra de afecto; le dió no sólo de comer sino (más también) dinero; todos lo extrañaron, sino (fuera de) su padre; y separado cuando es la partícula condicional si y el adverbio no; verbi gracia, me lo llevaré si no lo guardas. Porque se une cuando es partícula causal, y se separa si equivale á para que, ó si se refiere á causa, motivo, ú otro sustantivo semejante, expreso, ó sobreentendido. Esto se hace patente con un ejemplo: la carta de Ud. no ha llegado hasta esta mañana, porque las lluvias han retardado el correo. No comprendo el fin por qué me lo envía Ud. abierto ni por qué me ordena haga saber su contenido á mi hermano. Confin, sinfín, sinnú mero y sobretodo, tomados como sustantivos (v. gr., no me importaría el sinnúmero de convidados, si aquel buen señor del sobretodo no me hubiese molido con un sinfin de preguntas), deben ir juntos, y separados cuando se descubran claros los oficios de las preposiciones con, sin, sobre y de los nombres que se les juntan; v. gr., hubo convidados sin número, sobre todo de sus parientes. Lo mismo ha de entenderse de enhorabuena y en hora buena, de mediodía, que se escribe junto para denotar el punto del mundo opuesto al Norte, ó el viento que sopla de aquella parte, y medio día para indicar la doce del día, al modo que escribimos media noche y no medianoche; de pormenor y por menor, de porvenir y por venir, de socolor y so color y de algunas otras voces, que desempeñan en ciertos casos el oficio de un solo sustantivo, cuando en otro se ve maniliesto el de la preposición que rige al nombre.

El número de sílabas constituye, con la colocación de los acentos y el elemento accesorio de la rima, la base de la versificación. Atendiendo al número de sílabas hay versos desde cuatro hasta 14 inclusive, aun cuando se han escrito versos de 15 sílabas, y de 16, suponiendo que merezcan tal nombre combinaciones tan enarmónicas; y en realidad, como dice Campillo, sólo deben citarse como tales los de cinco, seis, siete, ocho y 11 sílabas, pues tienen carácter propio y han sido usados por nuestros mejores poetas, constituyendo desde la sencilla endecha hasta el grandioso poema épico. Esto no quiere decir que los poetas tengan en absoluto cerrada la puerta para hacer versos de 16 y aun de 18 sílabas, mas es menester para esto que tengan el mayor cuidado en darles á su estructura un ritmo que resulte agradable para el oído. Hácese la clasificación de los versos por el número de sus sílabas, y quizá fuera conveniente adoptar la proposición de Salvá en su Gramática, proposición cuya utilidad se limita el autor á indicar. Consistiría en denominar los versos por el número de sus pies, que son invariables, mejor que por el de sus sílabas, y llamar eptámetro al octosílabo, decámetro al endecasílabo, etc.

SILABAR: n. SILABEAR.

SILABARIO: m. Cuaderno pequeño de pocas hojas, con sílabas sueltas y palabras divididas en sílabas, que sirve para enseñar á leer. SILABEAR. n. Ir pronunciando separadamente cada sílaba. U. t. c. a.

SILABEO: m. Acción, ó efecto, de silabear. SILABICO, CA: adj. Perteneciente á la sílaba. 9ILABIZAR (del lat. syllabizāre): n. ant. SI

LABEAR.

SILACAYOAPÁN: Geog. Dist. del est. de Oaxaca, Méjico; 27440 habits. Confina al N. con los dists. de Acatlán y Chiautla, del est. de Puebla de Zaragoza; al O. con el dist. de Morelos Tlapa, del est. de Guerrero, al S. con el dist. de Juxtlahuaca, y al E. con el de Huajuapán de León. Consta de una v., 27 pueblos, una hacienda y 17 ranchos. || V. cab. de la municip. y distrito de su nombre, est. de Oaxaca, Méjico, 2950 habits. Se halla sit. en la falda de una loma, á 330 kms. al O. de la cap. del est., y á 1750 m. sobre el nivel del mar.

SILAGO: m. Zool. Género de peces del orden de los acantopterigios, familia de los traquínidos, que se caracterizan por su cabeza de forma cónica, por su boca pequeña guarnecida de labios carnosos, y por tener dos dorsales contiguas, siendo los radios de la primera bastante delgados y la segunda un poco alta; la mandíbula

Silago

superior es algo protráctil; la inferior tiene su articulación fuerte por delante del ojo, y ambas están guarnecidas de dientes filiformes, presentando algunas veces una línea exterior de otros que son cónicos; también los hay delante del vómer; el opérculo termina en una punta bastante aguda; el preopérculo dentado en su borde montante, se encorva por debajo; en los oídos se cuentan seis radios; el cuerpo, ligeramente comprimido, está cubierto de escamas medianas y un poco oblicuas.

Dos son las especies más conocidas de este género: el Sillago aguta y el S. domina.

El Sillago aguta tiene la cabeza en forma de cono aplanado por debajo, y de punta obtusa y un poco deprimida, en la cual se halla la boca; la mandíbula superior forma casi un semicírculo y es un poco protráctil, sobresaliendo algo de la inferior; los labios poco carnosos; los dientes ocupan una línea en cada una de ellas, y por

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delante del vómer forman una media luna ancha; el maxilar es pequeño y endeble, ocultándose del todo debajo del suborbitario; el opérculo mide una quinta parte del largo de la cabeza y tiene doble altura; el subopérculo es fuerte y pequeño, pero el interoperculo muy largo; las aletas pectorales son puntiagudas y constan de 15 radios; las ventrales están situadas un poco más atrás que aquéllas; la primera dorsal es triangular; á la segunda corresponde exactamente la anal, que tiene una espina muy pequeña y 23 radios blandos; la caudal afecta la forma de media luna; la extremidad del hocico, por delante de los ojos, carece de escamas, pero las hay en el cráneo, en la frente, en el opérculo y los subopérculos, siendo muy grandes las del limbo del opérculo y medianas las del cuerpo; se cuentan 70 en una línea longitudinal, y 15 en otra vertical por encima de las ventrales; su forma es rectangular, tienen más altura que largo, y su borde exterior, algo convexo, forma recortes muy finos en su parte visible; los individuos jóvenes tienen el lomo y las mejillas de un color gris aceituna y el vientre plateado muy brillante; las pectorales, las ventrales y la caudal son de un amarillo de limón; las dos dorsales del mismo color, aunque más pálido, y á lo largo del borde anterior de cada espina de la primera dorsal se ve una raya negruzca pequeña.

Generalmente este pez mide 28 centímetros, aunque se encuentran algunos individuos que pasan de 56.

El esqueleto de este pez es notable por las láminas salientes de sus suborbitarios y la que forma todo el limbo de su preopérculo, dejando un gran espacio entre ésta y el borde; en el espinazo se cuentan 34 vértebras: pero como los interespinosos anteriores de la canal no se fijan en las apófisis espinosas de aquéllas, es difícil decir dónde comienza la cola; el cráneo es convexo por debajo; los huesos de la pelvis son anchos y están separados uno de otro por una escotadura entre los pedículos que los suspenden del humeral.

Esta especie se encuentra en todas las costas de la India, más allá del Ganges y en la rada de Pondichery.

A principios de mayo llega á la costa de Malabar, y se deja coger en las mismas olas que van á estrellarse en la ribera, donde el animal busca para su alimento las abundantes lombrices que se encuentran ocultas en la arena, y de las cuales se valen los pescadores para cebar los anzuelos.

La carne de este pez es un gran recurso para los europeos, que estan privados de grandes peces durante la mala estación; en la India se considera como una de las más sanas y agradables. Los europeos residentes en Batavia no aprecian mucho este pez, pero los indígenas hacen una salsa llamada kari, con la que le comen.

El Sillago domina difiere del anterior por tener los ojos más pequeños, los dientes de la línea exterior más fuertes, el hocico más ancho y deprimido, y todas las formas más prolongadas, sin contar el filete que forma el segundo radio de su aleta dorsal; el hocico, más plano y obtuso, tiene el contorno horizontal parabólico; las pectorales son mayores que en la otra especie; las ventrales una tercera parte más cortas, y la anal tiene dos espinas y 26 radios blandos; el número de escamas de la línea longitudinal varía entre 85 y 90, y en la línea vertical, sobre las ventrales, tiene de 15 á 16; el color de este pez es pardo uniforme con un reflejo amarillento; su tamaño varía de 24 á 28 centímetros.

Este pez se encuentra en varios puntos, desde el Mar Rojo á la costa de Australia, y en todas las aguas de la India, así como en la bahía de Bengala y cerca de la embocadura del Ganges. Su carne es digerible y sabrosa, por lo cual es muy apreciada.

SILÁN: Geog. V. SAN ESTEBAN DE SILÁN.

- SILÁN: Geog. Pueblo de la prov. de Cavite, Luzón, Filipinas; 7 272 habits. Sit. en el interior, al E. de Indang, no lejos de la laguna de Taal.

SILANES: Geog. V. del ayunt. de Miraveche, p. j. de Miranda de Ebro, prov. de Burgos; 144 habits.

SILANGA: Geog. Bahía en la costa E. de la parte septentrional de la isla de la Paragua, Filipinas. Está formada por la isla Maitiaguit y la costa; tiene 2 millas de ancho y casi lo mismo

de fondo; en éste y sobre la costa de la Paragua hay un pequeño establecimiento que comprende una cota y algunas casas, sit. inmediatamente debajo del pico Silanga, de 518 m. de elevación. Al N. de este establecimiento queda un paso entre la isla Maitiagui y la Paragua, que es prac ticable sólo para botes, y conduce al fondo de la bahía de las Aletas de Tiburón. La costa E. de la bahía ó S.O. de Maitiaguit, está dominada por una colina de laderas muy suaves, y delante é inmediata hay una islita en la que se ve una antigua cota y varias casas junto à ella. En esta bahia se puede encontrar buen fondeadero para los vientos del N. E. en 22 y 27 m. al O. de la colina, procurando atracarse más á la costa del E., pues la del O. despide bajo fondo de coral hasta media milla. La punta Negra, que es el límite N. E. de la bahía de Tay Tay, puede considerarse también como el extremo S. E. de la bahia Silanga. Hay tres islas llamadas Silangas y sit á la entrada de la bahía; á cada una la rodea un arrecife de un cable de extensión (Derrotero del Archip. Filipino).

SILANGUÍN: Geog. Punta de la costa S. de la prov. de Bataán, Luzón, Filipinas. Es elevada, de piedra, sin árboles y muy limpia, sondeándose 42 m. muy cerca de ella. Allí la elevada y acantilada costa de Capones está entrecortada por cuatro pequeños, limpios y hondables senos, todos ellos abiertos al O. y S.O., con malos tenederos llamados de Silanguín, Najajá, Talisain y Calaguaguín; los peñascos, los Frailes, Tabones y Capones, que se encuentran delante de este trozo de costa, desatracan menos de 2 millas de tierra, son elevados y puede navegarse entre ellos sin temor, exceptuando las proximidades de los Frailes, que despiden arrecifes de coral y conviene darles resguardo á menos que no se pase entre éstos y la tierra, muy próximo de la puerta Silanguín. La ensenada de Silanguín tiene en su boca 5 cables de ancho y profundiza 1 milla hacia el E.; sus costas son escarpadas y limpias y el braceaje de más de 33 m., piedra hasta media ensenada, disminuye á 16 y 6 metros muy cerca de la playa del fondo, en donde desaguan dos arroyuelos. La punta S. de esta ensenada, que toma el nombre de ella, está formada por un gran islote, limpio y acantilado, que se une a tierra firme por un arrecife de piedras muy estrecho; alrededor de este islote de Silanguín, y en el recodo que hay á su parte E., se encuentran 42 m. de fondo. En el fondo de esta ensenada hay un manantial de buen agua potable (Derrotero del Archip. Filipino).

SILAO: m. Bot. Género de plantas (Silaus) perteneciente á la familia de las Umbelíferas, tribu de las seselíneas, cuyas especies habitan en Europa, y especialmente en su parte oriental y en Asia, y son plantas herbáceas, perennes, lampiñas, con las hojas bipinnadas, los segmentos lineales, el involucro nulo ó con pocas folíolas, los involucrillos formados por brácteas numerosas y las flores de color amarillento ocráceo ó verdoso; cáliz con el limbo borroso; pétalos unguiculados ó sentados, trasovado-oblongos, con la lacínula terminal estrechada en la base y vuelta hacia dentro, entera ó escotada; fruto casi cilindrico, con cinco costillas en los mericarpios, agudas, iguales, casi aladas, las laterales marginantes y los vallecitos con varias bandas glandulosas tan aproximadas que parecen una sola: en la cara comisural cuatro ó seis; semillas semicilindricas; carpóforo libre, bipartido.

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SILAO: Geog. Part. y municip. del est. de Guanajuato, Mejico; 37000 habits., distribuídos en las siguientes localidades: c. Victoria de Silao, dos congregaciones, 14 haciendas y 74 ranchos. C. cab. del part. y municip. de su nom. bre, est. de Guanajuato, Méjico; 15 140 habitantes. Sit. á 23 kms. al O.S.O. de la c. de Guanajusto y á 1857 m. sobre el nivel del mar, casi al pie de la falda del cerro del Cubilete. Era una miserable aldea de indios chichimecas antes de la conquista. Verificada ésta, emprendió Nuño de Guzmán la reducción de Nueva Galicia llegó hasta las inmediaciones de Silao, tomando antes posesión de los terrenos donde están hoy sit. las poblaciones de Penjamo é Irapuato, en nombre del rey de España, D. Juan de Villaseñor Cervantes, uno de los primeros españoles que fueron á radicarse á Méjico, se opuso judicialmente á aquella posesión, alegando tenersele encomendados aquellos pueblos que habían dado

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obediencia á Cortés; sin embargo de esta oposición Guzmán se apoderó de ellos en nombre del monarca, y quedaron desde entonces como conquista de la corona. Por el año de 1553 se avecindaron allí siete familias de españoles bajo la dirección de D. Francisco Cervantes Rendón; se agregaron algunos indios otomíes y se fundó una pequeña congregación, que fué erigida en curato secular por D. Vasco Quiroga en el año de 1560; este prelado nombró para primer párroco á uno de los clérigos que había llevado consigo de España; después, por los años de 1599, en que se llevó adelante con todo rigor la cédula llamada de congregaciones, se aunientó notablemente el vecindario. El nombre de Silao le fué puesto por los vecinos á la nueva congregación por la hierba de aquel nombre que abundaba en sus inmediaciones; esta hierba es un género de planta cuya especie típica crece en los prados húmedos. Silao tuvo el título de congregación hasta el año de 1833, en que el Congreso de Guanajuato le dió el de v.; el año de 1861 fué elevado á la categoría de c.; cuenta hoy con una buena plaza, cinco plazuelas, 120 calles, muchas casas cómodas y decentes, escuelas públicas para niños, mesones, almacenes de efectos extranjeros y gran número de tiendas de comercio (García Cubas, Diccionario Geográfico, Histórico y Biográfico de Méjico).

SILAOS: m. pl. Geog. ant. Pueblo celtíbero, elogiado por Marcial por su destreza y tino en arrojar las flechas. Cortés, buscando en los territorios próximos á Calatayud (de donde aquel escritor festivo era natural) un nombre parecido, propone su reducción á Cella, que dice pudo llamarse Sila, ó á los campos regados por el Jiloca, que nombra Xilao ó Jiloca. Su verdadera situación es desconocida.

SILARIA: f. Zool. Género de insectos del orden tribu de los anaspinos. Sus caracteres principade los coleópteros, familia de los mordélidos, les son los siguientes: el último artejo de los palpos maxilares más o menos alargado; el de los labiales ligeramente triangular; las mandí bulas bífidas en su extremo; el labro en forma de un cuadrado transversal; cabeza casi redonda; epistoma separado de la frente por un surco más ó menos distinto; los ojos ovalados, oblicuos, contiguos al protórax, escotados en la mayor parte de las especies; las antenas medianas, casi filiformes ó algo gruesas ligeramente en su extremo; el protórax transversal, casi plano por encima, truncado por delante, cortado rectamente en su base, con un lóbulo muy corto; el escudo pequeño, en forma de triángulo rectilíneo; los élitros truncados en su base, gradualmente atenuados hacia atrás y arqueados por encima; tibias posteriores más o menos triangulares, más cortas que los tarsos; el cuarto artejo de los tarsos muy corto y está recibido por el tercero, que es bilobado; episternones metatorácicos gradual mente estrechados hacia atrás; el cuerpo arqueado por encima y finamente pubescente.

Los tegumentos de estos insectos son siempre sólidos y revestidos de una fina pubescencia que tiene generalmente un aspecto sedoso; cuando presentan algún dibujo éste se limita á manchas ó bandas blancas ó amarillentas, que pueden existir á la vez sobre los élitros, el protórax los lados del cuerpo.

A parte de algunas especies que generalmente no se encuentran más que sobre los troncos de los árboles, estos insectos frecuentan habitualmente las flores, dando la preferencia á las umbelíferas. Durante el calor del día sus movimientos son de una extrema vivacidad, pero bruscos y giratorios.

La larva de la Silaria maculata, descrita en estos últimos tiempos, tiene el cuerpo carnoso, de forma lineal; sus antenas son largas, con el último artejo delgado y terminado por una larga seda; los segmentos torácicos son más largos que los del abdomen, y á lo largo de esta parte del cuerpo poseen una especie de casquete cuadrado que se termina por dos ganchos córneos, encorvados hacia arriba, divergentes y provistos por dentro, cerca de su base, de un diente ganchudo. Faltan por completo los órganos de la visión. A consecuencia de la brevedad de sus patas, estas larvas se mueven con lentitud y caen hacia un lado cuando se las saca de sus escondites. Viven en los troncos y tallos desecados de diversos árboles, tales como el castaño, la vid, etc., en los cuales forman sus galerías. Su metamorfosis

tiene lugar sin ninguna preparación, y sus ninfas no ofrecen nada de notable.

SILARO: Geog. ant. Río de la Lucania septentrional. Procedente del Apenino, tributa sus aguas al Golfo de Paestum en el Mar Tirreno. Según los antiguos sus aguas petrificaban las hojas. En sus orillas dióse setenta y un años antes de J. C. la célebre batalla entre las huestes romanas que acaudillaba Licinio Craso los y esclavos dirigidos por Espartaco. Craso había rodeado con un gran foso el campamento enemigo. Espartaco, aprovechando la obscuridad de una noche tempestuosa, cegó parte del foso, ocupó una gran llanura. Después las dos huestes cruzó con los suyos el campamento romano y vinieron á las manos; pero Espartaco, á de pesar sus heroicos esfuerzos, se vió obligado á retirarse, no sin haber ocasionado un grande estrago en el campo enemigo. Los suyos, manifestándose todavía audaces, por haber conseguido vencer en algunas escaramuzas á dos oficiales de Craso, le instigaron á entrar nuevamente en batalla, y Espartaco no se negó á sus exigencias, tanto para complacerlos como porque no tenía más recursos á que apelar, hallándose rodeado por doquiera del ejército romano. Resuelto á combatir, cuentan dijo á sus compañeros: «Camaradas: del éxito de esta batalla pende toda nuestra suerte; los suplicios más crueles os reservan vuestros desa piadados dueños si tenéis la desventura de

caer en sus manos; os es menester combatir hasta el último suspiro; ó siempre libertad, ó una muerte gloriosa. » Respondieron todos á este breve discurso con ruidosas aclamaciones; juraron todos volar al combate y morir sobre los mismos cadáveres de los que inmolaran. En tanto Espartaco, para ofrecer una imagen más viva de los suplicios terribles que aguardaban á los vencidos, había mandado colocar ante sus filas á un prisionero de guerra puesto en cruz; y para resolución, mató al caballo que debía montar, dar un último testimonio de su valor, audacia y diciendo: «Si yo consigo la victoria, tendré un crecido número de caballos mejores; si quedo vencido, no me hace falta caballo ninguno.> la cabeza de su infantería, y entonces comenzó Apenas pronunciadas estas palabras se puso

á

una encarnizada lucha entre las dos huestes. lor; la victoria quedó indecisa por algún tiempo, Espartaco y los suyos hicieron prodigios de vay los esclavos, que parecían cobrar nuevas fuerzas á cada instante, dieron á conocer á los romanos lo mucho que puede el amor á la libertad y la desesperación. Fueron derrotados, pero Espartaco siguió peleando con indomable furor, aunque abandonado de los suyos; é impidiéndole sostenerse de pie una grave herida, que había recibido, combatió de rodillas, teniendo con una mano el escudo y con la otra la espada, hasta que estrechado por gran número de enemigos, y cubierto de otras heridas mortales, expiró sobre un montón de cadáveres romanos que había inmolado á su ira. Los historiadores afirman que en esta batalla perdieron la vida 40 000 rebeldes y tan sólo 1 000 romanos, cálculo desproporcionado si consideramos el fiero encarnizamiento con que se batieron los esclavos, y recordando da del enemigo y la grandeza de sus propios los romanos exageraron siempre la pérdique triunfos.

SILAY: Geog. Pueblo de Isla de Negros, Filipinas; 7 762 habits. Sit. en la parte N. de la costa O. de la isla.

SILBA (de silbar): f. Manifestación de desagrado ó desprecio expresada con silbidos en espectáculos ú otras reuniones.

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