no de Mahón, sin audiencia del Consejo de Estado y sin la formalidad de dar cuenta á las Cortes. La ley de 20 de agosto de 1870 nada de terminó como regla general sobre nombramiento de subgobernadores; pero dando por existentes, según su art. 14, los de Menorca y Gran Canarias, les señaló sus atribuciones. Un Real decreto de 31 de agosto de 1875 dispuso que el gobierno pudiera restablecer subgobernadores en las poblaciones que lo estimare necesario, á propuesta de los gobernadores, y previo informe de las Diputaciones provinciales, y también en los pueblos que directamente lo soliciten del gobierno por medio de sus Ayuntamientos, asociados á los mayores contribuyentes. Esta disposición hubo de tenerse en consideración al decretarse la reforma de la ley en 16 de diciembre de 1876, y en la ley de 2 de octubre de 1877 fué adicionado convenientemente el referido art. 14, exigiendo que el gobierno diera cuenta á las Cortes en el término de ocho días de los subgobiernos establecidos. Las atribuciones de los subgobernadores fueron más limitadas por las leyes de 1870; pero según éstas y la de 1877, tuvieron las mismas que los gobernadores, entendiéndose directamente con el gobierno, salvo en lo referente á la Adminis tración municipal y á las elecciones de diputados á Cortes y senadores, en que tenían tan sólo el carácter de delegados de los gobernadores. La ley provincial vigente no reconoce los subgobernadores, que han venido á ser reemplazados por los delegados especiales. Las delegaciones especiales fueron suprimidas por el Real decreto de 28 de julio de 1889, pero el de 21 de agosto de 1891 las restableció en Menorca y Gran Canaria, Lanzarote y Fuerte Ventura. Rigiendo la ley de 1863, se aprobó un reglamento deslindando las atribuciones de los subgobernadores, siendo el único que se ha dictado, aun cuando en la ley de 1877 tenían mayor amplitud. SUBHIPOTECA: f. Legisl. Hipoteca del derecho de hipoteca. Con arreglo al art. 107 de la ley de 21 de diciembre de 1869, puede hipotecarse el derecho de hipoteca voluntaria, pero quedan do pendiente la que se constituya de la reso lución del mismo derecho. Según la disposición 4. del Real decreto de 20 de mayo de 1880, la inscripción de subhipotecas á que se refiere el precedente artículo, constituídas sin las formalidades que para las cesiones de créditos hipotecarios establece el art. 153, y las de esta clase comprendidas en el art. 154, podrán cancelarse en virtud de la escritura en que conste la resolución del derecho del subhipotecante ó cedente. SUBHORTAS: Geog. Aldea de la parroquia de Santa María de Pino, ayunt. de Puebla del Brollón, p. j. de Quiroga, prov. de Lugo; 171 habi tantes. SUBI: Geog. ant. Nombre que dieron los romanos al río que pasa próximo á Tarragona y hoy se llama Francolí. El lino que se cultivaba en su vega era tan blanco y tan fino que tuvo renombre en la antigüedad, atribuyéndose dichas propiedades á las aguas del mencionado río. SUBIACO: Geog. C. del dist. y prov. de Roma, Italia, sit. al E. N. E. de Roma y en la orilla dra. del Anio ó Teverone; 7 500 habits. Castillo, en el que han solido habitar los Papas. Alrede. dores muy pintorescos. Cerca se hallan los tres famosos conventos de Santa Escolástica. El primero fue fundado en 530 por San Benito, que habiéndose retirado á esta soledad vivió en una gruta, hoy transformada en capilla, llamada el Sagro Speco. Destruído en el siglo VII, se reedi ficó en 705, pero sus fachadas actuales son com. pletamente modernas. En 1052 fundóse un segundo convento, y un tercero en 1235, por el abad Landus. El primer convento, cuya entrada está más allá del primer patio, en el claustro de la dra., posee algunas antigüedades; cerca de la fuente hay un sarcófago con figuras, columnas, etc. Este convento tenía en otro tiempo una biblioteca rica en manuscritos. Los alemanes Arnoldo Pannartz y Conrado Schweinheim imprimieron en él en 1465 el primer libro publicado en Italia, el Donatus, y luego varias ediciones de Lactancio, Cicerón y San Agustín (1467), cuyos ejemplares se conservan todavía. El segundo convento, reconstruído en estilo gótico, tiene en el patio un notable bajo relieve y dos inscripcio nes de la Edad Media. El tercero, de 1235, tie ne bello claustro románico, con dos mosaicos. La iglesia de Santa Escolástica, fundada en 975 por Benedicto VII, fué reconstruída enteramente en el siglo XVIII, y lo más notable de ella son algunos frescos de 1426, en la capilla de San Beda, y algunas sillas de coro esculpidas. Desde Santa Escolástica se sube á San Benito, el Sagro Speco, adosado á enormes rocas, á la sombra de un bosquecillo de encinas. Entrase primeramente en un corredor adornado con pinturas del siglo XV, relativas à la historia de San Benito y de su hermana Santa Escolástica. Bájase luego á dos capillas, cuyas pinturas, una Virgen, la Degollación de los Santos Inocentes, etc., datan de 1219. La gruta de San Benito, el Sagro Speco, encierra la estatua del santo, hecha por el Bernino. Los muros ostentan pinturas muy antiguas. El jardín del convento está lleno de rosales; en otro tiempo eran éstos, según la tradición, espinos que San Benito cultivaba para mortificarse, y que trocó en rosales San Francisco cuando visitó el convento en 1223. Subiaco es la antigua Subláqueum del país de los equos, y ocupa el emplazamiento de una quinta de Nerón, donde éste había hecho formar tres lagos, en los que pescaba truchas con hilo de oro. SUBIC 6 SUBIG: Geag. Puerto y pueblo en la parte S. de la prov. de Zambales, Luzón, Filipi: nas. El pueblo, con 2 864 habits., está sit. en el fondo de la hermosa bahía de su nombre; abunda en aguas potables, y por sus inmediaciones corren los ríos Balili y Cuagadi. Produce arroz y raíces farináceas; en sus extensos y poblados bosques se crían buenas maderas de construcción; hay abundancia de venados y balate, y otras cazas y pesca. Dedícanse sus vecinos á la industria de la pesca y al tráfico del sobrante de sus productos agrícolas. Tiene cárcel, cuartel de la Guardia civil, escuela, Tribunal, iglesia y convento. Fué fundado por los Recoletos en el año de 1769 (Cañamaque, La prov. de Zambales). La entrada del puerto, comprendido entre la punta Camayán al E. y las tierras altas de la punta Sampaloc al O., está dividida en dos partes por la isla Grande ó Pulo Malaquí, rodeada de arrecifes que se extienden 3 cables hacia el S. El paso del E. de la isla se halla excesivamente reducido por los arrecifes y los bancos que rodean á la isla y á la punta Camayán, y aunque en medio del canal se sondan 13 m., no es propio limpio, con 52 y 53 m., fondo que va disminusino para pequeñas embarcaciones. El del O. es yendo à medida que se va entrando en el puerto; sin embargo, convendrá atracar la costa de babor cuando se vaya para adentro. Esta bahía se interna hacia el N. 7 millas, siendo su ancho medio de 3, y forma dos puertos excelentes: uno al N.O., llamado seno de Olanapó. Los buques de todos tamaños pueden anclar en el primero, fondeando entre 12 y 18 m. fango, resguardados de todos los vientos, aunque los del S.O. levan: tan alguna marejada. El fondeadero de Olanapó es tan abrigado y seguro que es al que con preferencia deben dirigirse los buques que entran con averías ó huyendo de algún baguio; se fondea en él entre 16 y 25 m. fango hacia la parte N. La isla Grande ó Pulo Malaquí, que divide la entrada de la bahía, es de altura regular, con mucho arbolado, rodeada de arreciles y bajo fondo, que se extiende á distancia de 1 à 2 ca. bles; al S. de ella avanza otra pequeña isla que le está unida por un arenal ó arrecife anegadizo. La punta Binipticán, casi fuera de la entrada del puerto, y primera que se encuentra en la costa occidental, es de regular altura, escarpada de piedras y rodeada de grandísimos pedruscos sueltos. La punta Magnang es de piedra escarpada y con una laja á su frente, que sale á distancia de 16 ó 20 m. La costa comprendida desde Binipticán hasta la punta y río Agosoón, ó sea una extensión de 4 millas, es una alternativa de frontones de piedra y arenales entrantes con riachuelos, coronado todo por colinas con algún arbolado, sin que en todo este espacio se encuentre variación alguna que llame la atención ni salga de la uniformidad expresada hasta punta Agosoón, en donde ya la costa de playa empieza á ser seguida, desembocando por ella varios esteros y el río Agosoón, que forma una isleta baja de arena y mangles, con varios canales que se internan en el interior á través de aquellos manglares y tierras bajas. Al N.O. del puerto se halla la ensenada del Caguán (Derrotero del Archip. Filipino). Se han emprendido obras para hacer de Subig un gran puerto militar y de refugio. SUBIDA: f. Acción, ó efecto, de subir. ... de ahí le traza la muerte, de ahí la resrrección, de ahí la SUBIDA al cielo, de aii el lugar de la gloria, y reclinale en él. FR. HORTENSIO PARAVICINO. -SUBIDA: Sitio ó lugar en declive, que va subiendo. Que en tan ardua SUBIDA, En la SUBIDA (á Sierra Nevada) se advierten fajas de diferente vegetación, etc. OLIVÁN. - SUBIDA: Aumento que toma un mal ó enfermedad. -SUBIDA. fig. Elevación de las cosas en cuan to á su estado ó precio. Se ha querido también ocurrir á la SUBIDA de las rentas manteniendo los colonos en sus arriendos, etc. JOVELLANOS. - CUANTO MAYOR ES LA SUBIDA, TANTO MAYOR ES LA DESCENDIDA. DE GRAN SUBIDA, GRAN CAIDA: refrs. que advierten que cuanto más eleva la fortuna á los hombres, suele ser mayor la caída. SUBIDAMENTE: adv. m. ant. Altamente, elevada ó sublimemente. SUBIDAS: Geog. Aldea de la parroquia de San Pedro de Palmeira, ayunt. de Ribeira, p. j. de Noya, prov. de la Coruña; 557 habits. SUBIDERO, RA: adj. Aplícase á algunos ins trumentos que sirven para subir en alto. -SUBIDERO: m. Lugar ó paraje por donde se sube. SUBIDO, DA: adj. Dícese de lo último, más fino y acendrado en su especie. SUBIDO: Aplícase al olor y color fuerte en su clase. - SUBIDO: Dícese del precio alto de las cosas. SUBIDOR: m. El que por oficio lleva una cosa del lugar bajo al alto. SUBIENTE: p. a. de SUBIR. Que sube. -SUBIENTE: m. Pint. Cada uno de los folla jes que suben adornando un vaciado de pilastras ó cosa semejante. SUBIG: Geog. V. SUBIC. SUBIGLESIA: Geog. Lugar de la parroquia de San Cosme de Cusanca, ayunt. de Irijo, p. j. de Carballino, prov. de Orense; 89 habits. Lugar de la parroquia de Santa Eulalia de Comba ayunt, de Rodeiro, p. j. de Lalín, provincia de Pontevedra; 64 habits. SUBIJANA: Geog. V. con ayunt., al que est in agregadas las v. de Morillas y Ormijana, partido judicial de Vitoria, prov. de Alava, diócesis de Nanclares de la Oca, en terreno fertilizado por el Vitoria: 358 habits. Sit. en un valle cerca de río Bayas; cereales, lino y hortalizas. En esta población se dice que murió en el siglo XII don Sancho, señor de Vizcaya, herido de un saetazo al querer apaciguar una disensión suscitada entre sus tropas. -SUBIJANA DE ALAVA: Geog, Aldea del ayun tamiento y p. j. de Vitoria, prov. de Alava; 66 habits. SUBILLA (del lat. subŭla): f. LEZNA. SUBIMIENTO: m. ant. SUBIDA. SUBINFLAMACIÓN (de sub é inflamación ); f. Fatol. Inflamación poco intensa. Broussais designaba con este nombre: 1.o las irritaciones de los tejidos exteriores en que predomina la parte albuminosa de la sangre, en que hay poco calor y apenas existe rubicundez; 2.o la irritación crónica de la piel que se manifiesta especialmente en los tejidos exteriores, en sus vasos absorbentes, y que modifica esa cubier ta infartándola de albúmina degenerada; 3.° la exaltación de la irritabilidad y de la contractilidad de los ganglios tumefactos, endurecidos ó reblandecidos; 4.° las tumefacciones de aspecto análogo al de estos ganglios, que sobrevienen en tejidos en que normalmente apenas se perciben ganglios linfáticos. En una palabra, las escrófulas, los dartros, la lepra de los griegos, la tuberculosis, eran para Broussais otras tantas subinflamaciones. La inflamación, según el mismo autor, se asocia á la subinflamación, bien como causa, bien como efecto, y algunas veces la acompaña siempre. Toda subinflamación, añade, puede producir el cáncer: la forma crónica casi indolente y apirética de las inflamaciones de las membranas serosas se confunde con las subinflamaciones. Tales eran, entre otras, las opiniones de Broussais, acerca de la subinflamación, palabra que después de todo no significa nada, y que, como decía un clínico ilustre posterior á Broussais, <tiende á crear en la mente de los alumnos y de los prácticos una entidad, á la cual llegarían á atribuir toda alteración de textura, distinta de la supuración y de la induración roja.» SUBINSPECCIÓN: f. Cargo de subinspector. -SUBINSPECCIÓN: Oficina del subinspector. SUBINSPECTOR: m. Jefe inmediato después del inspector. SUBINTRACIÓN: f. Med. y Cir. Acción, ó efccto, de subintrar. tratando algunos doctores de la SUBINTRACIÓN de los huesos de la cabeza... dicen que el enfermo sueña, que arremeten á él enemigos. JUAN FRAGOSO. SUBINTRANTE: p. a. de SUBINTRAR. Med. y Cir. Que subintra. - SUBINTRANTE: Med. V. FIEBRE SUBINTRANTE. antes que se acabe una accesión, empieza otra con otro nuevo rigor, guardando orden; las cuales se llaman SUBINTRANTES. MARTIN MARTÍNEZ. SUBINTRAR (del lat. subintrare): n. Entrar uno después ó en lugar de otro. -SUBINTRAR: Cir. Colocarse un hueso ó fragmento de él debajo de otro, como sucede en algunas fracturas del cráneo. SUBINTRAR: Med. Comenzar una accesión febril antes de terminar la anterior. SUBIÓN: Geog. Lugar de la ayuda de parroquia de Santa María de Frades, ayunt. y p. j. de La Estrada, prov. de Pontevedra; 92 habits. SUBIR (del lat. subire, llegar, avanzar, arribar): n. Pasar de un sitio ó lugar á otro superior ó más alto. Quien va tan enamorado... Al SUBIR, al apear, En el camino, en la venta, etc. En la calle le esperad, Y SUBÁMONOS las dos Al balcón para aguardalle. TIRSO DE MOLINA. Con cláusulas desiguales, FRANCISCO DE LA TORRE. -SUBIR: a. Levantar una cosa del lugar que tenía. SUBIR una pintura, los trastos. Diccionario de la Academia. -SUBIR: Hacer más alta una cosa ó irla aumentando hacia arriba. SUBIR una torre, una pared. Diccionario de la Academia. SUBIR: Enderezar ó poner derecha una cosa que estaba inclinada hacia abajo. SUBE esa cabeza, esos brazos. Diccionario de la Academia. - SUBIR: fig. Dar más precio ó mayor estimación á las cosas de la que tenían. SUBIR la moneda, el tocino. U. t. c. ǹ. HA SUBIDO el pan. - SUBIRSE Á PREDICAR: fr. fig. y fam. Dicho del vino, SUBIRSE Á LA CABEZA. SUBIRANA (LA): Geog. Caserío del ayunt. de Cabrils, p. j. de Mataró, prov. de Barcelona; 170 habits. SUBIRÁNEGAS: Geog. Lugar del ayunt. de San Jordi de Desvalls, p. j. y prov. de Gerona; 128 habits. SUBIRÁNS: Geog. Caserío del ayunt. de Arénys de Munt, p. j. de Arénys de Mar, prov. de Barcelona; 152 habits. SUBIRATS: Geog. Ayunt. formado por los lugares de El Labern ó Carrer de Labern, Ordal, San Pablo de Ordal, que es la cab., y La Torre Ramona y varios caseríos, entre ellos los llamados El Portazgo, que tiene 200 habits., y los de Can Rossell, Las Casas de Cal Avi, Las Casas del Batista y Las Casas del Cartro, que tienen más de 100 habits., p. j. de Villafranca del Panadés, prov. y dióc. de Barcelona; 3194 habitantes. Sit. en la montaña de Ordal, al S. de Martorell y cerca del río Noya. Terreno montuoso; cereales, vino y legumbres; fab, de papel. Se encuentran en el término subterráneos y cisternas que pertenecieron á castillos ya derruídos, y varias sepulturas del tiempo de los árabes. Hubo una fuente termal, cuyas aguas desaparecieron repentinamente en 1811. Este y otros manantiales han vuelto á aparecer y desaparecer en varias ocasiones. Algunos autores suponen que esta población corresponde á la antigua Subur de los cosetanos. A poca distancia de Subirats se halla la estación de f. c. de San Saturnino. SUBIRAT Y CODORNIU (RAMÓN): Biog. Escultor español. N. en Mora del Ebro (Tarragona) hacia 1828. Alumno de la Escuela de Bellas Artes de Barcelona y discípulo de Damián Campeny, continuó más tarde en Madrid sus estudios en las clases superiores dependientes de la Academia de San Fernando, en las que obtuvo diferentes premios de fin de curso. En la capital de España, en las Exposiciones públicas verifi cadas en 1858, 1862 y 1866, presentó diferentes bustos en mármol y yeso, y en esta materia una estatua de Frey Felix Lope de Vega, que fue muy elogiada por la prensa. En la última de dichas Exposiciones ganó una mención honorífica. A la de 1871 envió un Santo Cristo, Tres bustos y Una medalla (retrato en yeso). Al mismo artista se deben: el Busto de Manuel José Quintana, en el monumento sepulcral del mismo; La estatua del divino Vallés, en el peristilo del Museo Antropológico del Dr. Velasco (Madrid); Busto de Adelardo López de Ayala, para el salón de Conferencias del Congreso de los Diputados; Busto de Estanislao Figueras; Sepulcro del arzobispo Francés Caballero en Zaragoza, y diferentes retratos de celebridades médicas en el patio del edificio que ocupa la Facultad de Medicina de Madrid. En 1879 recibió el nombramiento de escultor anatómico en propiedad de dicha Fa cultad de Medicina, cargo que desempeñaba interinamente desde muchos años antes. SÚBITAMENTE: adv. m. De improviso, repentinamente. tañendo Timoteo cierto género de músi ca, que llamaban orteo, Alejandro, vestido SÚBITAMENTE de furor, se levantó de la mesa y arrebató las armas en guisa de pelear, etc. MARIANA. Faltándonos la tierra debajo los pies, SÚBITAMENTE se abrió una profunda boca. VALBUENA. Pero ¿pasaremos SÚBITAMENTE de la sujeción á la libertad? JOVELLANOS. SUBITÁNEAMENTE: adv. m. SÚBITAMENTE. SUBITÁNEO, NEA (del lat. subitaneus): adj. Que sucede repentinamente y sin esperarse. ... es imposible percibir perfricción dolorifica en todo el cuerpo sin que el frío sea intensísimo y SUBITÁNEO. MARTIN MARTÍNEZ, (El vapor) amenazó no ha mucho de lastimosa y SUBITÁNEA muerte á la industria inmemorial del lavado en detalle. BRETÓN DE LOS HERREROS. SUBITARIO (del lat. subitarius): n. Entre los romanos, soldado que se ponía súbitamente sobre las armas en caso necesario. SÚBITO, TA (del lat. subitus): adj. Improvi so, repentino. una fuerza SÚBITA de viento no pudo á intento igual LO SUBITO deste mal RUIZ DE ALARCÓN. - SUBITO: Precipitado, impetuoso ó violento en las obras ó palabras. - SÚBITO: adv. t. SÚBITAMENTE. que en el acabar SÚBITO se ahorran los miedos y los temores que la muerte trae consigo. CERVANTES. - DE SÚBITO: m. adv. SÚBITAMENTE. ... lo ordinario es enfermar un hombre antes que venga á morir, puesto que alguna vez acaezca que muere de solo un golpe y de SÚBITO; MALON DE CHAIDE. etc. ... tu conducta me SUBLEVA, etc. SUBLEYRÁS (PEDRO): Biog. Pintor y grabador francés. N. en Uzés en 1699. M. en Roma en 1749. Aprendió Dibujo bajo la dirección de su padre; después fué á París en 1724 á seguir los cursos de la Academia, y ganó el primer premio. A consecuencia de este éxito marchó á Roma, donde se casó y fijó su residencia. Subleyras contaba en Italia numerosos admiradores, pero no es en realidad más que un pintor de segundo orden, á pesar de su grandeza en la composición. Sus principales cuadros son: El emperador Valente desmayándose delante de San Benito, en San Pedro de Roma; La serpiente de bronce; Jesús en casa de Simón; El martirio de San Hipólito, etc. SUBLIMACIÓN: f. Acción, ó efecto, de subli mar. si se hace hasta cinco veces esta SUBLIMACIÓN, será más perfectamente purificado. JUAN DE VIDÓS. -SUBLIMACIÓN: Quím. Tránsito de un cuerpo del estado sólido directamente al del vapor. En Química se aprovecha este fenómeno como operación de análisis inmediato, siempre que en un material sólido y complejo existan cuerpos sublimables, y que por lo tanto pueden separarse de los fijos, sin más que someter aquél á la acción del calor; para efectuar la sublimación exígese como condición indispensable disponer un aparato que, pudiendo calentarse por la parte inferior, permita mantener la superior á temperatura suficientemente baja para que se condensen los vapores producidos en la primera. Esto se consigue con disposiciones variables, según la temperatura á que la operación debe realizarse, y así unas veces se emplean las vasijas de vidrio denominadas sublimatorias, y otras dos crisoles superpuestos por su boca y destinados el uno á recibir directamente la acción del fuego y el otro á condensar el cuerpo que se sublima; en este caso el crisol superior debe estar agujereado en su fondo para dar salida al aire dilatado por el calor, y la unión de ambos se enloda de manera que el cierre sea hermético é impida la salida de los vapores. Cuando se trata de aplicar la sublimación á la separación de materias orgánicas capaces de dar productos empireumáticos, como sucede al extraer el ácido benzoico contenido en el benjuí, el aparato consta de una vasija metálica cilíndrica y de poca altura, cerrada en su parte superior con una hoja de papel de filtro, sobre la que se coloca un cono de cartulina abierto por su vértice; de este modo los vapores tienen que atravesar los poros del papel, y por lo tanto sufren una especie de filtración que los purifica deteniendo dichos productos empireumáticos. Los cuerpos que resultan de la sublimación, que reciben el nombre de sublimados, se presentan casi siempre en estado cristalino, á menos que el enfriamiento sea lo suficientemente rápido para que la condensación de los vapores tonga lugar de una manera tan brusca que impida la agregación regular de las moléculas. Como ejemplo de cuerpos que se subliman pueden citarse en Química inorgánica el arsénico y el cloruro mercurioso, y en orgánica el ácido benzoico el aldehido canfólico ó alcanfor ordinay rio. SUBLIMADO (de sublimar): m. Substancia medicinal muy venenosa, pesada, incolora, soluble en el agua y volátil, que se compone de cloro y mercurio. ... es preciso para hacer las flores y los SUBLIMADOS un fuego inmediato suficiente, y proporcionado á la materia, que se sublima. FÉLIX PALACIOS. -SUBLIMADO CORROSIVO: SUBLIMADO. SUBLIMAR (del lat. sublimāre); a. Engrandecer, exaltar, ensalzar ó poner en altura. valiera á la armonía perdida, quedaría sólo en el objeto el desorden, que por sí es feo, y el contraste entre la perturbación causada y la escasa grandeza manifestada podría producir el electo cómico. Por eso suele decirse que de lo subline á lo ridículo no hay más que un paso. Lo sublime aparece, por lo tanto, como lo bello perturbado en su armonía por la manifes tación de una extraordinaria grandeza; como una belleza de tal fuerza y extensión que á sí propia se niega en parte por no hallar forma adecuada en que producirse. Por lo que tiene de positivamente bello produce, pues, la emoción estética; su grandeza engendra el sentimiento de asombro que su contemplación causa, y la perturbación que revela, el choque violento que su pone entre una fuerza que intenta manifestarse y una forma que no alcanza á manifestarla, el desorden y la desarmonía que esto produce, son también el origen de lo que hay de penoso y desagradable en la emoción. El abatimiento, ei anonadamiento que el espíritu experimenta en presencia de lo sublime, débese á que cree ver cu él algo de lo infinito (ó de indefinido á lo menos), que no puede comprender ni abarcar en una representación sensible, y esta impotencia para representarle le humilla y desconsuela, y aumenta la parte desagradable de la emoción refe rida. Si atentamente consideramos ahora las diver. sas formas de lo sublime, fácilmente compren deremos que en la noción de éste preponderan los elementos subjetivos sobre los objetivos, has ta el punto de que pudiera decirse que lo su blime es una creación de nuestro espíritu. El dato real que lo sublime nos ofrece es única. mente un grado extraordinario de grandeza en fuerza ó extensión, esto es, lo que hay de objetivo en él. El resto es creación subjetiva de nuestra mente, debida á una apariencia que nos engaña. Demostrando esta afirmación, comprenderemos mejor la íntima relación de lo sublime con lo bello. Es de notar, con efecto, que la oposición SUBLIMATORIO, RIA: adj. Quim. Pertene- perturbadora en que descansa lo sublime puede ciente, ó que sirve, á la sublimación. elevadas del mismo modo que las flores de los vegetales, mediante la sublimación que las hace ascender à la parte superior de los vasos SUBLIMATORIOS. FELIX PALACIOS. SUBLIME (del lat. sublimis); adj. Excelso, eminente, de elevación extraordinaria. Se emplea más en sentido figurado aplicado á cosas morales ó intelectuales, y dícese especialmente de las producciones literarias y artísticas ó de lo que en ellas tiene por caracteres distintivos grandeza y sencillez admirables. Aplícase también á las personas. ... habló con tan SUBLIME y tan tierno espíritu, que la marquesa no pudo contener las lágrimas. P. BARTOLOMÉ ALCÁZAR. TIRSO DE MOLINA. revestir formas diferentes que originan grados distintos de emoción. La grandeza incompara ble que lo constituye puede consistir igualmen te en la extensión ó magnitud del objeto y en la cantidad ó intensidad de la fuerza desplegada (sublime de extensión, ó matemático, y de fuer za, ó dinámico); así como la perturbación, el desequilibrio puede originarse en el objeto mis mo entre sus varios elementos (entre su forma y su fuerza), ó fuera de él, esto es, por el conla traste entre la grandeza del objeto y peque. ñez de su posible representación en nuestro espíritu. En la emocion dominaran, según estos diversos casos, el terror, el asombro o el abati miento. Hay que tener en cuenta también que lo su blime aparece en ocasiones como permanente eu el objeto ó como accidental y transitorio, á la manera de lo cómico, esto es, como propiedad é como estado. El espacio celeste, el Océano en calma, las grandes montañas, son ejemplos de lo que puede llamarse sublime permanente; la tempestad, el huracán, las erupciones volcánicas, lo son de sublime transitorio. En lo sublime per· manente no hay oposición ni lucha; el desorden se produce por el desequilibrio entre la cantidad de materia ó de fuerza y su manifestación for mal, ó mejor aún entre el objeto y su represen tación. En lo sublime transitorio el desorden se origina de la oposición y lucha entre diversos elementos, que a veces suelen darse en un objeto solo y otras en un conjunto de objetos que, refe ridos á cierta unidad, causan en el alma una impresión única y total. - SUBLIME: Lit. Es lo sublime un grado ó manifestación de lo bello, que se origina por el extraordinario predominio de la grandeza, grado de que son precedentes ciertos aspectos de lo bello, considerado bajo el punto de vista de la grandeza, denominados lo grandioso, lo majes tuoso, lo magnífico, etc., que son como puntos intermedios entre lo bello propiamente dicho y lo sublime. Este puede considerarse como el más alto grado posible de grandeza, como la grandeza En lo sublime cuantitativo ó de extensión incomparable, a tal extremo llevada, que rompe (matemático, que decía Kant), que también p la armonía de la forma por no caber en ella. No diera llamarse sublime estático ó en reposo, la es, pues, una mera limitación, una simple caren- emoción no es penosa como en el otro género de cia la que produce lo sublime (pues, si tal fuera, sublime, y sólo la caracteriza un inmenso asomconfundiríase con lo feo), sino un extraordinario bro y cierto anonadamiento del ánimo ante tanta predominio de una cualidad del objeto que des- grandeza. Aunque en este género de sublime truye (ó al menos altera) la armonía de éste. aparece también la fuerza (reflejada en la extenEn los efectos feos, la pérdida de la armonía ósión ó cantidad), como quiera que se manifiesta de la expresión no está compensada por el desarrollo de otra cualidad; pero el objeto sublime gana en grandeza (y á veces en expresión) lo que en armonía pierde. Por eso lo sublime no se confunde con lo feo, ni menos con lo ridículo, que siempre supone la pequeñez. Sin embargo, si la grandeza desplegada en lo sublime no equi en reposo, no produce el choque y la lucha violenta propias del otro sublime, y la falta de ar monía del objeto es más bien carencia de forma concreta y limitada en que la fuerza cuantitati va se expresa. Pero semejante carencia no tiene realidad fuera de nosotros; en el mundo real no hay fuerza que no se manifieste en forma ade cuada. Lo que sucede aquí es que nuestra limitada comprensión no alcanza á abarcar toda la forma del objeto que nos aparece como indefinida, y en este caso referimos á aquél una oposición entre su esencia y su forma manifestativa, que sólo existe realmente entre el objeto y su representación en nuestro espíritu; ó lo que es lo mismo, transformamos en oposición real en el objeto lo que es impotencia de una facultad de representación. Lo sublime de fuerza, ó dinámico, no es permanente, es decir, no reside en la naturaleza del objeto, sino en sus estados transitorios. La fuerza en reposo constituye más bien lo sublime matemático que lo dinámico; la fuerza en acción y movimiento engendra lo sublime propiamente llamado así, de donde se infiere que lo sublime matemático y el dinámico no son más que aspectos distintos de una misma cosa. En lo sublime dinámico el desorden se produce por una lucha de elementos que rompe la armonía de la forma, ó por el desarrollo de una fuerza extraordinaria que también la rompe, observándose que en muchos casos este género de sublime no reside en un solo objeto, sino en un conjunto cuya relación armónica aparece quebrantada por la oposición de los elementos que lo constituyen. En este género de sublime se observa lo mismo que en el anterior. Cierto que, cuando es debido á una lucha de elementos reales (de las olas del mar con el viento en una tempestad, por ejemplo), el desorden tiene algo de objetivo; pero, aparte de que en la naturaleza todo desorden es aparente, pues está sometido á ley, y es manifestación, por tanto, de un orden general á cuya realización contribuye, tampoco existe en este caso oposición real de esencias y formas, sino oposición entre el objeto y su representación en nuestra inteligencia, que no acierta á medir el grado de fuerza desarrollada ni á encerrarla en adecuada representación, ni alcanza á reducir á verdadero orden el aparente desorden que contempla. Todas las manifestaciones de lo sublime contienen, pues, un elemento objetivo: el desarrollo de una grandeza extraordinaria, matemática ó dinámica; pero la desarmonía y el desorden que ofrecen no tienen realidad fuera de nosotros, ni son otra cosa que el fruto de una limitación de nuestras facultades conceptivas y representativas que atribuímos al objeto. Así se comprende como lo sublime puede causar emoción estética, careciendo al parecer de. una cualidad de lo bello. Lo sublime es, por consiguiente, un grado máximo de belleza, en que predomina la grandeza sobre la armonía hasta el punto de producir un aparente desorden; ó en términos más breves, es una belleza que no puede ser objeto de una exacta representación en nuestra mente. También es posible explicar ahora el carácter especial de la emoción que lo sublime causa, la cual no es otra que la misma emoción estética, alterada por un movimiento de asombro, de terror ó de abatimiento, debido á la grandeza del objeto, y más todavía á nues tra impotencia para representárnoslo adecuada. mente. Lo sublime aparece en el espíritu como en la naturaleza. A lo sublime material se aplica principalmente la división en matemático y dinámi co á que antes nos hemos referido; pero también puede aplicarse por traslación á lo sublime intelectual y moral. La grandeza extraordinaria de una concepción intelectual puede considerarse como un sublime de extensión ó de fuerza, según la caractericen lo vasto ó lo profundo del movimiento. Pero donde más se manifiesta lo sublime espiritual es en la actividad humana, en la lucha de las pasiones y de los sentimientos, en la opo. sición entre los diversos móviles á que puede obedecer la voluntad. En la terrible y dramática lucha de las pasiones entre sí ó entre las pasiones y la ley moral, en el choque y conflicto de los afectos ó de los deberes, puede manifestarse lo sublime dinámico con caracteres análogos los la naturaleza ofrece. En tales casos pueque de aparecer quebrantada la armonía de la vida y desarrollada una fuerza tal de pasión ó de voluntad que apenas sea concebible ni representable. En lo sublime espiritual, como en el natural, la perturbación de la fuerza bella es también aparente y subjetiva. Es más: la belleza de la vida espiritual aumenta la excelencia cuando en ella aparece lo sublime moral, pues nada hay, más bello que el triunfo de la ley moral sobre las pasiones. Cuando el héroe ó el mártir sacri. fican á una noble idea, á un puro sentimiento ó la ley imperiosa del deber, sus más caros afectos y sus más vitales intereses, y aun su propia vida, la aparente perturbación de la armonía de su vida se resuelve en una armonía más verdadera, cual es la que nace del triunfo del bien. Pero á los ojos del contemplador la acción aparece perturbadora y engendra el desorden propio de lo sublime. La abnegación y el sacrificio en todas sus formas son las más altas é importantes manifestaciones de lo sublime moral; el heroísmo y el martirio constituyen también su mayor grado de excelencia. Pero al lado estos grandiosos ejemplos de sublimidad pueden reconocerse otros en todos esos terribles conflictos de la vida á que se da el nombre de trágicos, y que juegan papel tan importante en la poesía dramática. Dondequiera que la voluntad ó la presión se desarrollan con fuerza suficiente para perturbar la normalidad de la vida, puede aparecer lo sublime, siempre con el caráter de su blime transitorio, y bajo la condición de que el acto moral tenga la grandeza necesaria para lleá la sublimidad (Revilla). gar Expondremos ahora ejemplos de diferente especie de sublimidad consignados por el Sr. Campillo. Ejemplos de sublimidad física. - El Océano inmenso azotado por las alas de la tempestad; un volcán en erupción haciendo estremecer la tierra, hermoso y terrible á la vez con su penacho de fuego y los anchos ríos de lava que en espantosas convulsiones arroja; las esparcidas ruinas de ciudades un día populosas y grandes, y, más que todo, el firmamento azul cuajado de estrellas. Al contemplarlo con ojos de poeta ó filósofo, nos sentimos lanzados en espíritu á su altura; asistimos al armonioso concierto de millones de mundos; imaginamos más allá nuevos é inexplorados universos, éstos jóvenes y brillantes, aquéllos decrépitos ya y próximos á disolverse, mientras otros en tropel brotan recién llamados á la existencia palpitante todavía bajo el soplo del Creador, volteando por vez primera sobre sus ejes de oro y ensayando un himno colosal proporcionado á su grandeza. Nos asombramos del acordado movimiento de estos ejér citos de astros, y al concebirlos superiores á todo número y poblados de extrañas humanidades, más sabias tal vez y felices que la nuestra, sentimos desfallecer la mente y caemos de rodillas ante lo infinito. Ejemplos de sublimidad intelectual. - Colón desafiando durante largos años la pobreza, las amargas burlas, el menosprecio de los doctos y descubriendo al fin un nuevo continente; Nicolás Copérnico explicando el sistema planetario; Newton las leyes de la gravitación universal; Guttemberg inventando la Imprenta para dar al pensamiento un vuelo infatigable y una duración eterna; Homero, Dante, Milton, produciendo sus maravillosos poemas; Galileo investigando con su telescopio los misterios de la mecánica celeste; Franklin desarmando el rayo y trazándole determinado sendero; Fulton aplicando el vapor á la navegación y libertando á los buques del viento y de la ola... En suma, todas las extraordinarias invenciones, todas las grandes obras hijas del genio, pueden citarse como pertenecientes á la esfera de lo sublime en el orden de la inteligencia. Ejemplos de sublimidad moral. - Codro en las llanuras de Atica, y más tarde Leónidas en las Termópilas sacrificándose por la patria; Sócra tes muriendo por defender la verdad contra el error triunfante; Alejandro al entregar con una mano á su médico la carta acusadora mientras con la otra lleva á sus labios la copa que se suponía envenenada; los mártires caminando tranquilos á las llamas por sostener sus creencias; Régulo volviendo á Cartago después de aconse jar la guerra á sus compatriotas; Guzmán el Bueno arrojando su espada desde los muros de Tarifa: Hernán Cortés quemando en las playas de Méjico sus naves para no dejar término medio alguno entre la muerte y la victoria; Balmis sufriendo mil trabajos y peligros para llevar á todas las razas de uno y otro continente los beneficios de la vacuna, son otros tantos ejemplos de esa fuerza y grandeza moral cuyo resultado es lo sublime. En el escrito, y respectivamente á la forma, observamos que si ésta es bella y superior al pensamiento la composición será una futilidad brillante, un juguete de escaso mérito; si la forma y el pensamiento son suntuosamente adecuados entre sí y con relación al fin propuesto, será bello el escrito; si siendo bella la forma el pensamiento le excede y sobrepuja, entonces hay sublimidad en la obra literaria ó en la parte de obra donde tal se verifique. Porque el pensamiento vulgar suele quedarse por bajo de la forma; el bello la iguala en todo su esplendor, y no existe ninguna bastante amplia para contener holgadamente lo sublime. Este se desborda como el agua de un vaso demasiado lleno, dejando al espíritu adivinar mucho más de lo que se dice. Qui tangit montes et fumigant: el que toca los montes y humean. Estas palabras expresan mucho más de lo que su sentido literal encierra; lo mismo puede asegurarse de la heroica respuesta: Ven a tomarlas, dada por Leónidas al general persa que le envió un heraldo mandándole entregar las armas. Y si examináramos prolijamense centenares de rasgos sublimes, hallaríamos en todos ellos esta superioridad de la idea sobre su manifestación. Poro, monarca de la India, cae vencido y prisionero en poder de Alejandro; éste le pregunta: ¿Cómo quieres ser tratado? - Como rey. Et cuncta terrarum subacta, Y sujeto ya todo el orbe, menos el ánimo indomable de Catón: Levantas el brazo, ya todo es abismo; dice Arolas, describiendo de una sola y valentísima pincelada los efectos de la indignación de Jehová. Nótese bien que siempre lo breve de la expresión hermana con lo sublime del pensamiento; por el contrario, lo desleído y difuso le daña, así como el excesivo ornato, quitándole mucha parte de su vigor y energía. Si explanáramos los ejemplos citados, valiéndonos de redondeadas y pomposas cláusulas, las veríamos ir degenerando en sublimidad y fuerza á medida que se relajaba el nervio y la grandiosa sencillez de la frase. Para servirnos de un símil exacto, diremos que el pensamiento sublime diluído en muchas palabras se asemeja al vino mezclado con agua, que pierde color, fuerza y aroma. Por último, siendo lo sublime la belleza misma en su grado superior y sorprendente, enlaza sus tres órdenes con el vínculo común de un principio eterno y absoluto, que es Dios, en cuyo infinito de ciencia, bondad, hermosura y poder se abisma nuestro limitado entendimiento, considerándole como prototipo de lo verdadero, lo bueno y lo bello, engendrando sin cesar armoniosos universos y reflejándose en sus in numerables creaciones. - SUBLIME: Anat. Músculo sublime. Nace de la parte anterior del cóndilo interno del húmero, de la parte interna del ligamento capsular, de la articulación húmerocubital y del borde interno de la apófisis coronoides del cúbito. Una pequeña lengüeta lo inserta también á la cara interna del radio, pero mucho antes se divide en tres vientres, de los cuales el interno se bifurca á su vez más hacia abajo. Cada uno de estos cuatro vientres termina por un tendón. Los cuatro tendones pasan unidos sobre el ligamento anular del carpo y llegan hasta la palma de la mano. Cada uno de ellos, al llegar próximamente á la parte media de la primera falange, se divide en lenguetas, que se reunen después en la segunda falange, de modo que sus fibras internas se entrecruzan, y que se separan de nuevo, por debajo de este punto, para ir á insertarse, poco más o menos, por detrás de la parte media de la segunda falange, á su borde radial y á su borde cubital. Este músculo dobla las segundas falanges de los dedos. el del quinto dedo, que entonces reemplaza uno Algunas veces carece de un tendón, sobre todo de los del flexor profundo. Tampoco es raro que uno de sus vientres, en particular el que pertenece al índice, esté separado de los demás en toda su longitud y dividido además por un tendón medio, en dos porciones carnosas, una superior y otra inferior. SUBLIMEMENTE: adv. m. Alta ó elevada mente. SUBLIMIA: f. Bot. Género de plantas perteneciente á la familia de las Palmáceas, tribu de las arecíneas, cuyas especies habitan en la isla de Borbón, y son plantas arborescentes, con el tallo semejante á una caña ancha y anillada; las frondes terminales pinnadas, con las pinnas largar y agudas, planas ó con los bordes algo vueltos hacia dentro; espádices sencillos ó poco ramificados, naciendo entre las frondes, con las espatas membranáceas, basilares, solitarias, numerosas en alguna de las especies; flores blanquecinas; frutos del tamaño y forma de una aceituna; las flores son dióicas en espádices distintos, con una sola espata basilar, ó polígamas por existir entre las flores masculinas un corto número de flores femeninas, en cuyo caso las inflorescencias carecen de brácteas; las flores masculinas tienen el cáliz trígono-acampanado y trilobulado; la corola gamopétala, trifida, con las lacinias aovadooblongas, valvadas en la estivación; seis estambres insertos en el fondo de la corola, con los filamentos aleznados, ligeramente soldados en la base y las anteras fijas por el dorso, ovario rudimentario; las flores femeninas tienen el cáliz y la corola dispuestos de igual manera que en las masculinas; los estambres quedan en ellas rudimentarios y soldados formando una cúpula partida en seis lacinias; el ovario es aovado, trilocular, coronado por tres estigmas sentados; el fruto es una baya monosperma con el sarcocarpio fibrosocarnoso; albumen cartilaginoso, homogéneo, con el embrión situado en el vértice. SUBLIMIDAD (del lat. sublimitas): f. Calidad de sublime. SUBLINGUAL (del lat. sub, debajo, y lingua, lengua: adj. Anat. Perteneciente á la región inferior de la lengua. Arteria sublingual. - Esta arteria, de un calibre bastante considerable, nace de la lingual en el momento en que llega al borde anterior del músculo hiogloso. Pasa por encima de este mús culo, entre él y la glándula sublingual; da ramificaciones á esta última, al hiogloso, al lingual y á la membrana mucosa de la boca; atraviesa el músculo milohióideo, y se anastomosa con la rama maxilar inferior de la facial. Algunas veces procede de esta última. Glándula sublingual. - Esta glándula saliva!, más pequeña que la submaxilar, oblonga de atrás á adelante y aplanada de arriba á abajo, está situada sobre el músculo milohióideo, por debajo de la membrana del suelo de la boca, y por consiguien te debajo de la lengua. Se relaciona por detrás con la glándula submaxilar, de la cual parece ser una prolongación; por delante con su compañera del otro lado; por dentro con el músculo geniogloso, el nervio lingual y el conducto de Warthon, y por fuera con la fosita sublingual del cuerpo de la mandíbula. Los conductos excretores, llamados conductos de Rabino, son en número de seis ú ocho, que se abren separadamente en la membrana mucosa del suelo de la boca, á los lados del frenillo de la lengua. Algunos abocan principalmente al que se ha dado el nombre de conducto de Bartholino. SUBLUNAR (del lat. sub, debajo, y luna, la luna): adj. Que está debajo de la Luna. Se suele aplicar al globo que habitamos. ... hay muchos que, aunque confiesan la crea ción del mundo SUBLUNAR, y angélica, ponen otros mundos, que salieron de Dios por via emanación. SUBMAXILAR (de sub, debajo, y maxilar): adj. Anat. Que está por debajo de la mandíbula. Glándula submaxilar. - Esta glándula salival par, mucho menos voluminosa que la parótida, y generalmente algo más que la sublingual, tiene figura irregularmente ovoide, oblonga de atrás á adelante, y dividida en dos ó tres lobulitos por su parte anterior; está situada por dentro del ángulo de la mandíbula y encima y como circunscrita por la curva del tendón del músculo digastrico. Está relacionada por fuera con el ángulo del maxilar y el músculo terigoideo interno; por dentro y hacia arriba con el vientre posterior del músculo digástrico, el milohióideo y hiogloso y músculo cutaneo mediante la aponeurosis cerviel nervio hipogloso; por bajo con la piel y el cal; por delante con el vientre anterior del digástrico, el milohiúideo y la glándula sublingual, y por detrás con los músculos estilogloso y hiogloso, el nervio lingual y la glándula paróti da, de la que está separada por un tabique aponeurótico. Un surco profundo excavado en la extremidad posterior de la glándula submaxilar recibe á la arteria facial. El conducto excretor, llamado conducto de Warthon, que resulta de la unión de todos los conductillos procedentes de los acini glandulares, sale del lóbulo superior anterior de la glán dula y marcha paralelo á los nervios hipogloso y lingual, oblicuo hacia delante y adentro, primero por entre los músculos milohióideo y hiogloso, y después por entre el geniogloso y la glándula sublingual, subyacente siempre à la membrana mucosa de la boca, en cuya cavidad se abre al lado del frenillo de la lengua por un orificio muy estrecho rodeado de un tubérculo. SUBMENTAL (de sub, debajo, y mental): adj. Anat. Que está por debajo del menton ó barbilla. Arteria submental. - Es una rama de la facial ó de la maxilar externa, según los casos, que nace cerca del borde inferior de la mandíbula, marchando á lo largo de ésta, inmediatamente por debajo de la inserción del músculo milohióideo y por encima del vientre anterior del digástrico; da ramificaciones á estos dos músculos, se anastomosa con la ranura y se dirige hacia adelante, donde se anastomosa con la del lado opuesto, en la parte media del borde interno de la mandíbula. Subiendo después entre la substancia del labio inferior, al cual da algunas arteriolas, lo mismo que á la piel de la barba, se anastomosa con la coronaria inferior y la dentaria inferior. Vena submental. - Sigue un trayecto análogo y va á abocar á la labial. SUBMINISTRACIÓN: f. SUMINISTRACIÓN. SUBMINISTRADOR, RA: adj. SUMINISTRADOR, U. t. c. s. SUBMINISTRAR: a. SUMINISTRAR. SUBMULTIPLO, PLA (del lat. submultiplex): adj. Arit. Aplícase al número contenido en otro varias veces exactamente. U. t. c. s. SUBNORMAL: f. Geom. Cuando una curva está referida á dos ejes coordenados rectilíneos, si se traza por uno de sus puntos la normal, la porción de esta línea comprendida entre el pun to de la curva y el eje de abscisas se llama longitud de la normal, ó sencillamente normal, y la proyección de esta normal sobre el mismo eje de las abscisas toma el nombre de subnormal. Para hallar la expresión general de la subnordey=7(2), que supondremos referida á coordenadas mal de una curva representada por la ecuación rectangulares, sea (fig. anterior) el punto á que corresponde la normal, MP su ordenada y Nel punto en que dicha normal encuentra al eje de los r. GABRIEL ALVAREZ DE TOLEDO. SUBMARINO, NA (de sub, debajo, y marino): adj. Que está bajo la superficie del mar. Esta expresión de la subnormal es positiva negativa, según que la dirección PN coincide con la dirección Ox ó con la opuesta. Según la fórmula anterior, para hallar el valor de la subnormal correspondiente à un punto de una curva cuya ecuación está referida a multiplicar el valor de la ordenada por el coeff coordenadas rectangulares, no hay más que ciente diferencial de esta ordenada con relación á la abscisa. Como ejemplo, hallemos la subnormal de un punto de la parábola. La ecuación de esta curva es y=2pr, de donde Arteria suborbitaria. – Rama de la maxilar interna, que nace de ésta en las inmediaciones del fondo de la órbita y no tarda en introducirse en la canal y conducto del mismo nombre. Al recorrer ese trayecto envía algunas ramificacio nes á la órbita y al seno maxilar. A su salida por el agujero suborbitario, por detrás del mús culo elevador propio del labio superior, se divide en gran número de ramificaciones, que van á los músculos de esta región y se anastomosan con las de la dentaria superior, la dorsal de la nariz y la orbitaria. Nervio suborbitario. Procede del maxilar superior que emana á la vez del quinto par. Es su segunda rama y se dirige de atrás á delante, de dentro á fuera y de arriba á abajo hacia la hendedura esfenomaxilar, para ganar el conducto suborbitario. Antes de llegar á él da el nervio dentario posterior y superior; después se introduce por dicho conducto sale y por el agujero del mismo nombre; en su interior se divide en dos ramas, una interna y otra externa, que luego se subdividen en ramificaciones subalternas. Al llegar á la cara se divide en considerable numero de filetes que terminan en la piel y múscu los de la nariz y del labio superior, y se anasto quinto par, lo mismo que con los filetes del nermosan con los de la primera rama principal del vio facial. Estos filetes pueden dividirse en tres grupos. El grupo superior suele comprender uno solo, que a veces sale por un agujero particular, situado encima del suborbitario, sube de fuera á dentro, hacia la parte anterior del músculo orbicular de los párpados, y se divide en dos ramillos. El externo va al ángulo externo del ojo y se anastomosa, tanto con el interno como con los ner vios temporales del facial. El interno se dirige hacia el ángulo mayor del ojo, envía un ramo a la nariz, se anastomosa con el externo y con el infraocular, y termina en el músculo palpebral, lo mismo que en la piel del párpado inferior, la carúncula lagrimal y el saco del mismo nombre. El grupo anterior comprende los nervios nasales superficiales ó cutáneos, que también se distinguen en interno y externo. El primero sube por debajo del músculo elevador del labio superior, y distribuye en este músculo, lo mismo que en el depresor del ala de la nariz y los tegumen filetes, que se extienden hasta el dorso y panta tos de las partes media é inferior de la nariz, sus del órgano, donde comunican con el ramo nasal de la primera rama del quinto par. El externo desciende por debajo del elevador común, al cual da ramificaciones, lo mismo que al orbicular de |