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la del O. por ser más accidentada, pedregosa y sembrada de rocas, que en algunos parajes se agrupan en montañas de difícil acceso. También interrumpen la uniformidad del suelo en el extremo N. de la Siberia varios grupos de colinas de bastante altura. Middendorff da el nombre de montañas á la cadena que se desarrolla bajo el círculo polar ártico al O. del Ienisei, y á la arista peñascosa de Birranga, que ocupa la parte septentrional del continente entre el Ienisei y el Jatanga, y que proyecta á lo lejos, en el Océano Glacial, la doble península de Taimir; algunos vértices de la costa oriental de esta península acaso pasen de 900 m. de alt. según Nordenskiold. La división administrativa establecida entre la Siberia occidental y la Siberia oriental está justificada por el contraste físico que existe entre las dos regiones, contraste que también se observa en la fauna, en la flora y en la pobla ción.

po de las islas Anjou, ó de Nueva Siberia propiamente dichas al N. del anterior, compues to de las Bielkof, Kotelnyi, Fadegef y Nueva Siberia; más cerca del polo aún se encuentran las islas de Long, la de Bennet, y al E. las Henriette y Jeannette. Después del Estrecho Merkuckin el litoral se dirige al E. formando las bahías de Omuliaj y del Jroma, y desciende luego al S. por la bahía del Kolima, en cuya extremidad O. están las islas Kamennyée, y á lo largo el archipiélago llamado de los Osos, compuesto de las islas Krestovyi y Chetyrej-Stolbovyi. La bahía del Chaun, que se encuentra después, se abre entre el Cabo Cheliagskii al E. y otro innominado al O.S.O.; las islas Aion, muy próximas entre sí, interceptan la entrada de la bahía. Desde el Cabo Cheliagskii hasta el Cabo Oriental, que es el límite de los océanos Glacial y Pacífico, la costa va casi recta, sin presentar otro accidente que la bahía Koliuchin, gran fiordo cuya entrada señala la isla de su mismo nombre. A partir del Cabo Oriental, Vostochnyi-Noss de los rusos, y al que Nordenskiold dió el nombre de Dejnef, en recuerdo del cosaco que le dobló por primera vez en 1648, la costa va hacia el S.O.; más allá fórmase el Golfo de Anadir, donde se hallan las bahías de Santa Cruz y la de Anadir. La costa oriental tiene una dirección oblicua de N. E. á S. O., y es mucho más accidentada y á veces alta, montañosa y escarpada. Al S. del Estrecho de Bering, que separa el Asia de la América, se encuentra el Cabo Chukotskii, y enfrente la isla de San Lorenzo; entre dicho cabo y el de Navarn se abre el citado Golfo de Anadir. Avanzando un poco la costa, para volverá replegarse después y formar el litoral O de la península de Kamchatka, y donde se alzan elevados volcanes, la costa occidental de la península es de una regularidad casi perfecta; en la opuesta se encuentran, yendo de N. á S. las bahías de Ukinskaya, con la isla Karaguin, la de Kamchatka, entre los Cabos Stolbovyi y Kronotskii, y las de Kronotskaia y Avacha, en la cual está el puerto de Petropavlovsk. Del Mar de Bering emergen las islas de Bering y de Miednyi, con otras menos importantes que forman el Archipiélago de Komandoskyie ó del Comendador. En el Mar de Ojotsk (véase el artículo correspondiente) se forman las bahías de Penyina, de Guiyiga y de Yama. Entre el Cabo Piaguin, que señala la extremidad S. E. de la última, y la c. de Ojotsk, el litoral se dirige casi al O. primeramente y luego al S.O., interrumpido por las bahías de Tani, del Uda, del Tugur y de la Academia; las del Uda y del Tugur están sembradas de islas é islotes; las más importantes son las Grande y Pequeña Chantar y la de Jeklistof. Desviada la costa al S. por la desembocadura del Amur y por la Mancha de Tartaria ó de Tarrakai, que separa la isla Sajalin (véase). El litoral siberiano entra en el Mar del Japón, desarrollándose en su mayor parte en línea recta, en dirección próximamente al S.O. hasta el Cabo Povorotnyi; en este trayecto se encuentran las bahías de San Uladimiro y de Santa Olga. Desde el citado cabo la costa vuelve al N.O., y finalmente recobra su primitiva dirección formando el Golfo de Pedro el Grande, que termina en la frontera ruso-china, y á su vez forma muchas bahías secundarias, como la de América, el Golfo de América y el del Ussuri, separados por la península de Mura-prolongación de la meseta de Mongolia, que en vief, sobre la que está la c. de Vladivostok, casi en el confín meridional de Siberia se encuentra la bahía de Posiet, que se compone de una rada llamada de Pallas y de sus balías interiores, la de Novgorodskain y la de la Expedición.

Los puertos siberianos en la vertiente del Pacífico son: Petropavlovsk en la costa E. de Kamchatka, Ojotsky Agan en el Mar de Ojotsk; Dui y Korsakova-Alexandrovskoie en la isla Sajalm; Nikolaievsk en la Mancha de Tartaria, desembocadura del Amur; Constantinovsk en la bahía Imperial (Mancha de Tartaria), y Vladivostok en el Mar del Japón. En el Mar Glacial no hay ningún puerto; Nordenskiold asegura gran porvenir comercial á uno ó dos de los fondeaderos que ha explorado.

Orografia. - En la forma general del relieve una gran parte de la Rusia asiática no es menos regular que la Rusia europea; entre el Ural y el Ienisei se extiende una planicie inmensa forma da de estepas y llanuras bajas, selvas y pantanos; al E. del último de dichos ríos el terreno cambia de aspecto y la llanura se diferencia de

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Comparado en conjunto el Continente Asiático con un gran tronco de pirámide triangular, cuya base superior sea la gran meseta central formada por los montes de Himalaya, del Tibet, de Pamir, de Thian-xan, etc., y las cuatro caras las cuatro vertientes, la septentrional corresponde á Siberia, inmenso plano regularmente inclinado del S.O al N.O, forma sin embargo dos grandes vertientes una cuyas aguas van al Mar Glacial, y las de la otra al Océano Pacífico; la divisoria entre ambas la constituye el sistema orográfico compuesto de los montes Celestes y Alatau dsúngaro, el Tarbagatai y el Altai, las montañas de Sagan, la meseta de Witim, las aristas paralelas de las regiones elevadas, á las que se ha dado la denominación de Yablonoviyjrebet, y la extremidad N E. de la cordillera que se dirige hacia el Estrecho de Bering, conocida con el nombre de Stanovoi ó cadena dorsal. Esta divisoria se divide en macizos, mesetas, y en grupos de aristas muy diferentes; al E. de Thian-xan se abre el paso ó puerta de Dsungaria, por donde antiguamente pasaba un brazo de mar; el valle alto del Irtich, entre el Tarbagatai y el Altai, forma una ancha brecha que comunica por el E. del país de los kirguis con la Mongolia; entre el Altai y los montes Sagan otras brechas establecen la comunicación de una á otra vertiente; más al E., hacia las fuentes del Ienisei y de sus afl. occidentales, altas tierras, de 2000 à 3000 m. de alt. media, forman la cordillera que limita las mesetas de Mongolia En la frontera de este país se alza el macizo Sojondo, una de las aristas principales de los montes de los Manzanos, y con el Kamardaban otro macizo que se encuentra en la extremidad del Baikal, limita la meseta Transbaikalia, desde la que, por algunos collados de 1000 á 1 200 m., se pasa, sin subir casi, de la cuenca del Selenga á la del Amur, es decir, de la vertiente del Mar Glacial á la del Océano Pacífico. Al N.O. las cimas descienden aún más; única. mente al otro lado del Sojondo una sola cumbre del Yablonoviy ó del Stanovoi alcanza 2815 m. de alt.. Al N. de las cuencas del Amur y del Ud la divisoria está formada de terrenos pantanosos con declives indecisos; á partir de las orillas del Mar de Ojotsk toda la región oriental de Siberia es montañosa y muy accidentada, aun en la misma costa. Al S. de la divisoria la región que atraviesa el Amur y sus afl. es una aristas paralelas forma los montes de Stanovoi; el mismo macizo se dirige al N., hacia la extremidad septentrional, y adelgazando y descendiendo gradualmente del lado del Pacífico forma una serie escalonada de mesetas, sobre las que se alinean en cordilleras paralelas el Grande y el Pequeño Jingan, los montes de Manchuria y la cadena del litoral, al N. de la península de Corea

La parte occidental de la Siberia está casi cubierta de montañas orientadas al E. N. E. en las regiones meridionales, y hacia el N. E. en las más septentrionales; tales son, sucesivamente, la cordillera del Altai, en la frontera del Ferghana y de Pamir; el Kokchal-Tau y el macizo de Jan-Tengri, pertenecientes al sistema del Thian-xan; el Ala-tau dsúngaro, el monte llamado Sailughem y la parte occidental de los montes Sagan, aparte de los Tarbagatai, Altai y otras cordilleras de la Mongolia y del Turquestán, que corren de N.O á'S E. Más allá la estructura orográfica del país se complica por lago Baikal, pero en las montañas que le rodean

el

y se alzan del otro lado siempre se observa la prolongación de las cordilleras que limitan la meseta al N.O.: los Sagan orientales, los JamarDaban, los montes del Baikal y otros, cuyas abruptas pendientes caen hacia los valles del Bargusin, del Muia y del Tchara, mientras que su vertiente S. E. se eleva nuevamente sobre las mesetas del Selenga y del Vitim; la gran meseta se estrecha y desciende hasta 960 m. de altitud más al N., en la cuenca poco conocida del Aldan, y es probable que continúe por el país de los tehuhtchis. Por el lado oriental la limitan la cordillera Yablonoviy y su continuación suroccidental y los montes Kentei, en Mongolia; hacia la meseta las vertientes descienden con poca pendiente; al S. E. caen casi á plomo sobre las estepas siberianas de Nerchinsk y la porción septentrional del Gobi en Mongolia. Volviendo á la vertiente N.O. de la meseta, formada por las montañas antes citadas, se encuentra en ella una faja de regiones alpinas, de 160 á 240 kilómetros de ancha, formando lo que se llama la taiga, sucesión de cordilleras cubiertas de bosques impenetrables y separadas entre sí or depresiones pantanosas. Después de la taiga se extiende una vasta zona de llanuras de 360 á 510 m. de altitud, fértiles, aunque algo faltas de humedad. No se conoce con certeza cuál es el límite N.O. de esta llanura; al S. O siguen á lo largo del Altai, se estrechan entre Barnaul y Semipalatinsk, avanzan al S. E. como formando un gran golfo entre Kansk é Irkutsk, y al N. E. las separa de las llanuras bajas de la Siberia septentrional una ancha faja de tierras elevadas cubiertas de bosques que, desde leniseisk, entre los dos Tunguska, llega á Vilinisk, sobre el Vilini, gran afl. del Lena.

La cordillera de Altai, que se extiende por los confines de la Siberia, entre el gobierno de las Estepas y la Mongolia, es, según unos, todo el conjunto de montañas que hay desde las fuentes del Irtich hasta el Mar de Ojotsk; otros no dan ese nombre más que á la parte occidental de las mismas montañas. Su alt. media no pasa de 1200 á 1500 m., pero algunas de las crestas principales alcanzan á 2700; la porción oriental es la más elevada; el límite de las nieves perpetuas sigue una línea cuya alt. media es de 2600 metros en la vertiente meridional, y de 2300 en la septentrional; ésta, sometida a la influencia de los vientos fríos del N. E., conductores de la lluvia y de la nieve, presenta una vegetación rica y exuberante, aunque no tan variada como la de Europa. Una nota característica de los montes Altai son los grandes valles longitudinales, de los que algunos, como el de Bujtarma, no tienen menos de 300 kms. de largo; desembocan perpendicularmente á éstos otros valles transversales mucho más cortos, por cuyo fondo se deslizan torrentes y ríos secundarios; dichos montes cons. tituyen la divisoria entre los ríos Irtich Negro al S., el Obi superior al N. y el Kara-Usu, lago de Mongolia, al S. E. La cordillera de Sailuguen, que se extiende de S.S.O á N.N.E., entre los 49 y 51° lat. N., con una alt. media de 2500 metros, une los montes Altai á los Sagan; éstos forman, entre el paralelo 87 y el 104, un gran arco de círculo con la convexidad hacia el N.; su altitud máxima, 3498 m., se encuentra en el macizo de Munku-Sardik, en la porción central que lleva el nombre de Equik-Targak. En la vertiente N. nacen numerosos afls. izquierdos del Angara, y otros que van á la orilla izq. del Icnisei; la vertiente S. envía muchos tributarios al Selenga, cuenca del lago Baikal. De la porción occidental de estas montañas se destaca la cordillera de Kusnetsk ó Kusnetskii-Ala-Tau, entre el Biia y el Abakan, pero también se la considera como dependiendo orográficamente de los montes Altai. La parte oriental de los Sagan queda dividida por el valle del Irkut en dos cordilleras paralelas, de las que la más meridional, llamada Gurbi-Daban, continuada por el Jamar-Daban, termina al S. del lago Baikal, y la más septentrional, designada con el nombre de montañas de Tunka, se extiende á lo largo de la orilla izquierda del Irkut y acaba en la depresión en que se verifica lo unión de este río con el Angara. Los montes Baikal corren de S.O. á N. E., siguiendo la orilla occidental del lago del mismo nombre; la alt. de los vértices más elevados es de 1500 m.; la media de 900 á 1200. Se consideran estos montes como la divisoria entre la cuenca del Baikal y las del Lena y del Kirenga; sin embargo, Dibowski y Godlewski han demostrado

la existencia de una cordillera sublacustre que se desprende de la principal, atraviesa el lago, y vienen á ser su continuación los montes del Bargusin, que se alzan entie éste tributario del lago y el lago mismo, el cual, por lo tanto, ocupa dos cuencas inmediatas: la una, nordoccidental, encerrada entre la cordillera de Baikal al O. y la sublacustre al E.; y la otra, sudoriental, entre esta última y las elevaciones del litoral E. Tanto los montes del Bargusin como los del Muia, que es muy probable que por el N. E., más allá del Vitin, se aproximen mucho á las elevaciones de la orilla izq. del Aldan, alcanzan por término medio una alt. de 1800 á 2100 m., bajo la forma de cúpulas enormes desprovistas de vegetación. La cordillera que de la Transbaikalia se extiende hasta el país de los tchuktchis y lleva el nombre general de Stanovoi Jrebet, comienza al S. E. de la extremidad meridional del lago Baikal. Realmente los montes Stanovoi no forman una sola cordillera de caracteres definidos; son más bien una larga sucesión de montañas, colinas y mesetas que se prolonga en una línea de cerca de 4300 kms. de long., formando, como queda dicho, la divisoria entre las vertientes del Mar Glacial y del Océano Pacífico. La porción más meridional es la que se llama Yablonvoi ó Yablonoviy, compuesta de elevadas aristas más ó menos paralelas poco exploradas. El punto culminante de toda la cordillera es el monte Sojon do ó Chojondo, cuya alt. pasa de 2500 m. La porción de los montes Stanovoi, que continúa al N.E. de los Yablonoviy, es casi desconocida; los montes de Ojotsk, que separan la cuenca de este mar de la del Aldan, forman el reborde criental de los Stanovoi, que por encima del 60° paralelo se dividen en dos ramas: la principal sigue la primitiva dirección al N. E. y la otra va hacia el N.O., entre el Aldan y el Indiguirka, para separar después, bajo el nombre de montes de Verjoyansk, la cuenca del Aldan de la del Jana, y prolongarse por los montes Jaraulaj á la dra, del Lena. Más al E. se desprenden del tronco principal varias estribaciones: los montes Tas-Jaiaktach, entre el Indiguirka y el Kolima; los de Alaseya, nombre del río costero de su vertiente oriental; y los de Kolima, entre el río de este nombre y su afl. el Omolon. Por último, á la extremidad N. E. del Mar de Ojotsk, una serie de colinas forma, aunque mal definido, un enlace orográfico entre los montes Stanovoi y los de Kamchatka. Estos se extienden á lo largo de la península formando primero una cordillera unida, dividiéndose después en dos brazos, uno que costea el Mar de Ojotsk y otro el de Bering. La última dependencia orográfica de los Stanovoi es la que cubre con sus contrafuertes las provs. del Amur y del Litoral ó Primorskaia; parece probable que los repliegues del suelo en la prov. del Amur, tal como las montañas del Bureya, forman la continuación del pequeño Jingan ó Dusé-Alm, en vez de estar unidas á los Stanovoi cerca del nacimiento del Seya y del Uda, como indican algunos mapas. Las innumerables montañas que se encuentran al E. del Amur y del Usuri, a las que generalmente se llama montes Mandehux, empiezan al N. del Golfo de Petchi-li, y en orden más ó menos paralelo hacia el N. E.; la más notable de estas montañas es la de Sijoba-Alin, interrumpida tan sólo por una depresión entre el lago Janka y el río Suifun, tributario del Golfo de Pedro el Grande.

De las montañas aisladas de Siberia deben citarse las de Birranga y de Siverma, entre el Ienisei y Jalanga: la primera se extiende por la península de Taimir de S.O. á N. E. bajo la forma de una arista muy abrupta que proyectó en el mar numerosos promontorios y cortaduras muy elevadas; los montes de Siverma están más al S., en dirección opuesta á los de Birranga, y cortan hacia su mitad el círculo polar.

Hidrografia. - Por efecto de la inclinación del suelo los ríos siberianos corren especialmente al N. y al N.O. en la parte limitada por las mon tañas desde el Tian-xan al Stanovoi. Los ríos Obi, Ienisei, Lena, y casi todos los demás cursos de la misma vertiente del Mar Glacial, siguen aproximadamente la línea del meridiano. Diferenciase, sin embargo, el Lena de los otros dos en que antes de poder correr libremente hacia el N. tiene que describir una extensa curva rodeando el pronunciado saliente de las rocas antiguas de la Siberia central.

Tanto por el caudal de aguas que arrastran, como por la superficie de sus cuencas, los ríos de

Más aún que los ríos de la Rusia europea, los de la Rusia asiática presentan el notable fenó meno del empuje normal de las aguas sobre la orilla dra.

Siberia son los más importantes del globo. Aun-do por los hielos, y por lo tanto se impiden las que la lluvia es poco abundante en el Asia sep filtraciones. Al empezar con el verano la fusión tentrional, pues no pasa de 20 centímetros por de la nieve los ríos renacen á la vida y recobran año el término medio en la vertiente del Mar su libertad, acaso con exceso; pues insuficiente Glacial, se explica la gran masa líquida de los muchas veces su cauce para contener toda el ríos, porque a muy pocos decímetros de profun- agua que á él desciende, se desbordan é inundan didad el suelo está helado, y no absorbiendo el grandes extensiones de terreno. agua, bien sea de la lluvia, bien de la nieve fundida, aquélla tiene por necesidad que ir a buscar los caminos naturales que la llevan al mar; don. de la poca inclinación del suelo no permite el escurrimiento de las aguas éstas se estancan y forman lagos y pantanos, cuyas orillas cambian incesantemente de forma, según la abundancia de las lluvias ó la actividad de la evaporación. Durante el invierno los témpanos de hielo de la superficie retardan la marcha de las aguas profundas, reducidas en esta época del año á la mitad de su caudal ordinario; las pequeñas corrientes se hiclan por completo; en los lagos y en los grandes ríos la capa de hielo alcanza un espesor de 1 á 2 m.; en los sitios en que los ríos presentan profundidad bastante la corriente se desliza bajo el hielo, pero allí donde el fondo es pequeño y la masa helada toca en él se detiene la corriente y el río queda convertido en una serie de balsas incomunicadas unas con otras: los habits. ribereños vense muchas veces obligados á recorrer grandes distancias para proporcionarse el agua bajo la coraza de hielo que le recubre. Exceptuando los ríos que se alimentan de los grandes lagos por arroyos subterráneos, todos los que nacen al N. del círculo polar deben desaparecer por completo en invierno, puesto que no nacen de fuentes, que en estas regiones no existen, y el suelo queda enteramente solidifica

Obi.

NOMBRE DE LOS RÍOS

Afluentes del Obi.. . .

Afluentes del Irtich.

Ienisei...

Afluentes del Ienisei.

Lena.

Afluentes del Lena..

Amur..

Serpenteando de S. á N. las corrientes, la margen oriental es la que recibe el embate de las ondas, en tanto que la occidental, recubierta de aluviones, es cada vez más abandonada por las aguas; de aquí el contraste de relieve que presentan ambas orillas; la que han formado gradualmente los aluviones es unida y su altura casi no excede del nivel de las crecidas; la combatida por la masa de aguas, y que es el suelo primitivo, presenta escarpes y abruptas cortaduduras; de aquí las denominaciones de orilla alla y orilla baja con que los indígenas las distinguen, y por esta causa también se explica el por qué las c., si están cerca de un río, se construyen preferentemente sobre la margen dra., puesto que siendo la más elevada es también la más defendida contra las inundaciones.

De los ríos que en todo ó en parte pertenecen á la Siberia cita Strelbitsky ocho, cuyo curso mide más de 2000 kms. de long., 27 que pasan de 1000 y tres de 650. El siguiente cuadro indica la long, de los cuatro grandes ríos siberianos y de sus principales afls. y la sup. de sus cuencas, según Strelbitsky. V. OBI, IENISEI, LENA Y AMUR.

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Katun (brazo madre).

1 569

Biya (brazo madre).

1265

Tom..

843

57 073

Chulim.

1585

162 171

Ket.

1 088

81 906

Vas-Jugan ó Vasiugan.

851

66 120

Tim.. Vaj.

497

58 465

812

60 553

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la masa líquida que arrastra, comparable á la del Rodano y á la del Rhin; éste es el Anadir, que desemboca en el golfo del mismo nombre, entre el Estrecho de Bering y la península de Kamchatka. Al S. del Mar de Ojotsk las alturas del litoral presentan una brecha por la cual se ha abierto paso el río Amur, desagüe de todas las cuencas lacustres que recubrían anteriormente las mesetas de la Dauria y de la Mongolia.

Muchas regiones siberianas son ricas en cuencas lacustres, como sucede en las llanuras de la Siberia occidental y en la región de las mesetas que separan las cuencas del Lena y del Amur, que parece pasar aún por el período lacustre, pues en cada valle, en cada depresión, existe un lago. Sin embargo la mayor parte de las cuencas cuaternarias han desaparecido, rellenas por los aluviones ó desaguadas por los ríos. Aunque los lagos siberianos disminuyen rápidamente en superficie y profundidad, sobre todo en las estepas, son muy numerosos los de grande extensión; según las investigaciones de Shelbitsky, hay 23 lagos cuya superficie es mayor de 250 kms.

El primer lugar corresponde al lago Baikal, de 34180 kms.2; el mayor depósito de agua dulce del Continente Asiático, que ocupa las profundidades de la cavidades que presenta la meseta entre las vertientes (V. BAIKAL (LAGO). El segundo, por su sup. de 3792 kms.2, es el Janka ó Hanka, entre la prov. del Litoral y la Manchuria, sit. en una depresión formada por dos grupos de montañas casi paralelas, las de la prov. Primors kaia al E. y las de la Manchuria sudoriental al O.; el Chany tiene 3613 kms. superficiales y se encuentra en la región S. de la estepa de Baraba. El Taimir, en la península de su nombre, mide una sup. de 2653 kms. Casi todos los demás lagos se hallan en las provs. del Litoral y del Amur. En la cuenca inferior de este río, en las depresiones de la gran meseta central, en las tundras del N. y especialmente en la confl. de los ríos Obi é Irtich, existen numerosos panta

nos.

Geología y minas. - El estudio de la Geología de Siberia aún está muy incompleto, y sólo pueden darse ideas generales. La gran meseta central y las dos fajas de regiones alpinas que la costean se componen de rocas paleozoicas. Las mesetas del Selenga y del Vitim están formadas casi exclusivamente de granitos, sienitas y otras rocas cristalinas. En la terraza baja del E. de la gran meseta, así como en las cordilleras secundarias que la dominan, se desarrollan las formaciones siluriana y devoniana; las montañas contienen abundantes minerales de oro, plata, cobre y hierro, y se encuentran también piedras preciosas. Los granitos, sienitas y gneis dominan en las regiones alpinas con los esquistos metamórficos. El Altai pertenece a todos los períodos de la Edad Primaria; de esta misma era son los depósitos marinos, siluriano, devoniano y carbonífero, que se encuentran, con algunos trías del período secundario, en las cuencas del Ienisei y del Lena; las areniscas rojas de este último deben atribuirse al devoniano. Los granitos y porfidos que afloran en la vertiente siberiana del Ural proceden de la época permocarbonífe ra. En el fondo de algunos valles y desfiladeros de la región oriental existen depósitos carboníferos y de formación secundaria, desde el terreno triásico al cretáceo. Las areniscas y los extensos yacimientos hulleros de Irkutsk son de formación jurásica; los depósitos terciarios, especialmente los producidos por aguas dulces, se encuentran con frecuencia en los valles de las regiones alpinas y en las llanuras. Las arenas encierran madera petrificada que data de la épo ca terciaria, cuyas capas más modernas, con algunas cuaternarias, forman la inmensa planicie de la Siberia occidental. Aunque no se han encontrado superficies pulimentadas y estriadas por los hielos, los restos del período glacial son numerosos; las mesetas del Vitim y del Selenga, de bloques errantes transportados desde muy lejos; los grandes lagos y pantanos no son otra cosa que restos de antiguas cuencas lacustres. Con probabilidad de acierto, se supone que la alta meseta, las regiones alpinas del Altai, de los Sayansk, etc., estuvieron en un tiempo cubiertas de una gruesa corteza de hielo que des cendía hasta 600 m. sobre el nivel del mar. Las potentes capas de depósitos cuaternarios contie nen en abundancia osamentas de mamut y de colosales rinocerontes (Rhinoceros tichorinus) (V. FAUNA), que parecen indicar que la Siberia

fué la verdadera patria de los dos herbívoros antes del período glacial.

Las rocas volcánicas sólo se encuentran en las montañas que limitan al N.O. la gran meseta, y las lavas basálticas sobre la vertiente S. de aqué llas, así como en la misma meseta, alrededor del lago Kosoyol, en los Sayansk orientales, en el valle del Irkut, en la cuenca del Vitim y en la del Aldan.

La principal riqueza mineral es el oro que contienen las arenas y cuarzos auríferos. Las primeras se encuentran en casi todas las regiones alpinas que rodean la gran meseta; los principales distritos auríferos son el del Altai, el de Nijne-Udinsk, el de Ieniseisk, la región del Olekma, la cuenca del Oldoi y la vertiente oriental del Ural; en 1888 la producción total de oro fué de 34809 kilogramos. Los Urales suministran igualmente platino, con más abundancia en la vertiente siberiana. El Altai y los montes de Nerchinsk, en Transbaikalia, son muy abun dantes en plomo argentífero; en el mismo año de 1888 se han obtenido 12 toneladas de plata y 283 de plomo. Las minas de cobre del Altai y del Ural dan anualmente 2900 toneladas. En Nijne-Taguilsk se explota una mina de manganeso. Los yacimientos de hierro existen en la región uraliana, en el Altai, en las inmediaciones de Irkutsk y en las de Selenguinsk: producen 820000 toneladas por año. Los depósitos hulleros se encuentran en las capas jurásicas depositadas por el agua dulce, y están repartidas en los contrafuertes del Altai, al S. de lenisei, cerca de Irkutsk, en los montes de Nerchinsk, en la prov. del Litoral y en la isla Sajalin; la producción es escasa, pues no llega á 27 000 toneladas al año. El grafito de Siberia, con preferencia el de la mina Alberto en los montes Tunka (Irkutsk), goza de fama universal por su calidad excelente; los depósitos de esta materia son muy abundantes y numerosos. La producción de la sal por la evaporación es muy activa en varios distritos; hay también depósitos importantes de sal gema en la porción siberiana del gobierno de Oremburgo, en la cuenca del Lena y en la Transbaikalia. Las salinas de Usalié y de Uts-Kuts, en el gobierno de Irkutsk, explotadas más de dos siglos y muy abundantes, dan sal de mala calidad.

Las más célebres minas de piedras preciosas, diamantes, zafiros, esmeraldas, topacios, aguas marinas, etc., se encuentran en la vertiente oriental de los Urales, en los montes de Altai y de Nerchinsk. Del taller de pulimento de Kolivan, en Tamsk, salen soberbios vasos y otros objetos de jaspe pardo y ahumado, mármol, porfido y serpentina; otro establecimiento análogo hay en Catherinenburgo, en la porción siberiana del gobierno de Perm.

Vladivostok.. Blagovexchensk. Nerchinskii Savod. Irkustk.. Petropavlovsk. Nikolaievsk..

Barnaul..

Ayan.
Tomsk.
Iekaterinburgo.

Tobolsk..
Ieniseisk.
Ojotsk (litoral).
Iakutsk..
Turujansk.
Vergoyansk..
Ust-Jansk..

Latitud Altitud Norte Metros

La explotación de la inmensa riqueza de metales preciosos de Siberia ha sufrido grandes oscilaciones, especialmente la del oro. De 1825 á 1850 fué muy próspera, disminuyó hasta 1870, y luego durante un período de cinco años recobró su primitiva importancia, experimentando después un retroceso que aún persiste. Se calcu la que el oro extraído en siglo y medio ha sido por valor de 3 400 millones de francos. Comparado al de las mejores épocas, el número de explotaciones auríferas no ha disminuído, sino que, al contario, ha aumentado, aunque el rendimiento es menor; tal vez la disminución de productos sea debida á los procedimientos tan primitivos que se emplean para la obtención del precioso metal; porque si bien es cierto que las minas de Ieniseisk se han empobrecido, en cambio las de Iakutsk y del Amur cada día son más ricas.

Las minas de plata tienen en la actualidad una importancia secundaria; desde los principios de su explotación han producido más de 800 millones de pesetas, pero en 1888 sólo dieron por valor de 2 160 000, es decir, 4,60 de la producción universal. En cambio las minas de hierro y de carbón progresan de un modo nota. ble, y su porvenir es seguro cuando la Siberia tenga vías férreas que la pongan en comunicación fácil con Europa.

Clima. Siendo la Siberia un país tan extenso, que comprende un espacio de 29° de latitud, necesariamente han de encontrarse en él los más diversos climas. En conjunto, y comparado á Europa, está sometido á temperaturas extremas, calores relativamente fuertes y fríos intentísimos, como que en la Siberia oriental es donde en invierno oscila el polo del frío, que variando según las presiones laterales de Iakutsk á las bocas del Lena, forma el centro meteorológico alrededor del cual se equilibran los vientos, y en él se preparan en gran parte los elementos del clima de la Europa occidental. Durante los inviernos de la Siberia del Norte el termómetro se mantiene á 30° centígrados bajo 0 durante semanas enteras, y desciende á -50°. El último día del año de 1871 la temperatura bajó en Ieniseisk á -58°,6; Neverov ha visto bajar el termómetro en Iakutsk á - 62o. Durante los tres meses de verano la temperatura media es de 15°; en Iakutsk suele pasar de 30, y excep cionalmente llega á 38, de suerte que la diferencia entre las temperaturas extremas es de unos 100, proporción que no existe en ningún otro clima terrestre.

El siguiente cuadro contiene las temperaturas de diversos lugares de Siberia, de S. á N., según los datos suministrados por Middendorff, Wild, Wrangel, Voeikof y otros:

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20°1 - 14°4

34°5

50 16' 119

22°6-26°7

49°3

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1893 -29°4

4797

3196

- 42°0

7396

460

18°4 -29°8

4892 34°9

- 38°4

73°3

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14°8 -10°0'

2498

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Resulta, pues, que casi toda la Siberia pertenece á la zona cuya temperatura es inferior á 0°; esta línea isoterma pasa por Tabolsk, Tara, Kainsk, al S. de Tomsk, al N. de Kransnoiavsk, y desciende rápidamente al S. y envuelve el Baikal, cortando su extremidad meridional; se confunde luego con el 60 paralelo, vuelve al N., pasa por Sajalin y remóntase hacia el N. E. á través del Mar de Ojotsk para cruzar oblicua. mente la península de Kamchatka hacia su mitad próximamente, é ir á buscar el 60o paralelo. Las

- 11°

«

isotermas entre los 2 y 16°, que se suceden al N. de la anterior en curvas bastante regulares, acentúan su convexidad hacia el S. entre los 126 y 146° longitud E. Madrid. ; la isoterma - 18 es una curva cerrada en forma de elipse, cuyo eje mayor tiene la dirección, y uno de sus centros, el más meridional, se encuentra en Verjoyansk, pueblo que goza del poco envidiable privilegio de ser el más frío de la Tierra. Al S. de la isoterma 0°, y buscando estas líneas de 2 en 2°, sólo se encuentran las correspondientes á

+2y +4°; la primera en las porciones meridionales del Tomsk, del Irkutsk y de la Manchuria rusa, y la segunda no hace más que tocar en Siberia al S. del Altai, entra en China y re

aparece en la prov. del Litoral, casi en los límites meridionales; esto es en lo que se refiere á la temperatura media anual. Si se atiende á la mínima, se observa que las isotermas -12, 14 y 16" cruzan las regiones del Mediodía de Siberia, se internan en China y reaparecen al S. de la Manchuria rusa, desde donde se dirige al N. E. hacia el país de los schuktchis. Las isotermas entre 20 y -30°, que se inician en el Mar de Kara, cruzan la Siberia primero de O. á E. y des- ¦ pués de S. á N., y se pierden en la extremidad nordoriental, viéndose ya la tendencia que tienen á describir curvas parabólicas al S., tendencia que se acentúa á medida que se acercan á los -40°, y desde esta línea hasta la de los 48 todas forman círculos concéntricos alrededor de Verjoyansk. Las temperaturas máximas varían entre +10 y +22"; la marcha ordinaria de las líneas isotérmicas, contraria á la de las anteriores, es, en general, de O. á E., y en casi todo su recorrido son casi poco menos que rectas y paralelas entre sí. La línea de +8° pasa por el Mar Glacial sin tocar á la tierra del continente; la de +23 no hace más que rozar el límite meridional de Siberia al S. del Altai.

La parte occidental de Siberia participa, sin embargo, del clima de Europa, y viene a ser una zona de transición entre éste y el clima del Asia del Norte, frío y continental, y al que pertene ce la Siberia oriental; las temperaturas extremadamente bajas que en ella se dejan sentir provienen, según Voeikof, de que mientras la Siberia occidental es una planicie la oriental for ma una serie de mesetas y depresiones rodeadas de montañas, y en estos parajes sucede que cuando en invierno el cielo está despejado y sereno, como ocurre casi de continuo, la irradiación del calor terrestre es muy activa, se enfría el aire considerablemente, y adquiriendo más densidad se deposita en el fondo de los valles retenido por las montañas, que impiden se difunda en la atmósfera, y produce una serie de días, y acaso de meses, de terrible frío que hiela el suelo hasta una profundidad de 150 ó 160 m. en determinados sitios. La teoría de Voeikof explica también el extraño fenómeno, pero muy frecuentemente observado, de que se encuentren temperaturas bastante más bajas en el fondo de los grandes valles que en las laderas de las monta ñas que lo forman.

piezan las heladas nocturnas. El otoño es más frío que la primavera; los árboles no conservan el follaje más que hasta mediados de agosto; los ríos comienzan á helarse en los últimos días de

octubre. El clima de la Siberia, aunque frío con extremado rigor, es perfectamente salubre, sobre todo en la parte oriental.

Flora y fauna. - Es natural, como sucede con el clima, que en un país tan vasto el reino vegetal presente muchos y muy diversos caracteres, según las regiones. En la flora siberiana pueden considerarse tres tipos principales: Siberia meridional, continuando en muchos parajes las estepas del Asia central; Siberia boreal, consis tente en tundras sin vegetación forestal; y la zona media, mucho más extensa que las anteriores, prolongación, aunque modificada, de la región europea de los bosques. Pueden distinguirse hasta 15 divisiones y subdivisiones de estos tipos; pero á pesar de toda la diversidad de floras locales, debe hablarse de la flora siberiana en general, á excepción de la cuenca del Amur y de la península de Kamchatka. Las tundras están caracterizadas por su flora especial, compuesta de más de 180 especies de fanerógamas; predominan los musgos amarillo y blanco, é interrumpen la monotonía del suelo algunos oasis, amarillos ó rojizos, de muchas especies de arbustos que avanzan muy lejos hacia el N.; las especies más comunes son: el espino llamado falsa morera (Rubus chameromus), el espino ártico (R. arcticus), el jacinto puntuado (Vaccimum vitis idea), el jacinto mirtila (V. myrtillus), el de los pantanos (V. uliginosum), etc.

La taiga, nombre local que designa los espacios poblados de bosques que se extienden al S. de las tundras hasta las estepas del Asia central, y especialmente en las regiones montañosas al E. del Altai, está cubierta de espesos bosques, generalmente innacesibles por los pantanos que llenan el fondo de los valles. En la taiga no siempre se suceden los bosques sin interrupción; hay grandes espacios en que éste desaparece, y el país toma entonces el carácter de la estepa. Generalmente indican los cartógrafos el límite septentrional de la vegetación forestal á gran distancia del Mar Glacial. En la Siberia este límite, casi siempre formado por el cedro (Larix daurica, sibirica), es muy desigual; lejos de dirigirse de E. á O. sobre un mismo paralelo avanza en muchos lugares hacia el N., describiendo grandes curvas paralelas al contorno general de la costa, y así sucede que en la cuenca del Obi Los mares que bañan las costas siberianas casi coincide con el círculo polar, atraviesa el permanecen helados gran parte del año, y lejos Ienisei hacia los 70° de lat., y en la península de suavizar el clima contribuyen á extremarle de Taimir, sobre las orillas del Jatanga, se apro más, porque vienen á ser como inmensos depóxima al N. cerca de 300 kms. más Al otro lado, sitos refrigerantes que en la época de la fusión de los hielos absorben la mayor parte del calor atmosférico y prolongan la estación invernal.

Las lluvias son muy escasas en la parte del E; en la región occidental caen con más abundancia y la tierra conserva alguna humedad durante el año; en las vertientes de los Urales la precipitación anual es de 477 milímetros; en las provs. del Amur y del Litoral no pasa de 413. En las comarcas continentales de la Siberia oriental el invierno es muy seco, como sucede también en la región cercana al polo del frío, en donde la menor cantidad de precipitación (4 milímetros) corresponde á febrero, y la mayor (112) á agosto, á cuya circunstancia obedece el que tanto la vida animal como la vegetal se desarrollen de un modo tan intenso en tan corto espacio de tiempo como dura el verano.

La marcha y duración de las estaciones en Siberia es la siguiente: en las comarcas más favorecidas, el invierno, extremadamente riguroso, dura de octubre á abril; en diciembre, enero y febrero el mercurio permanece helado casi siempre, el sol adquiere un brillo incomparable, la tierra y el agua se hielan hasta profundidades enormes, y mueren los animales y los pájaros; sólo el hombre soporta, envuelto en pellizas, tan terrible temperatura. La primavera empieza bruscamente en abril, se deja sentir fuertemente el calor, y la naturaleza revive, pero algunas semanas después se produce un enfriamiento intenso y momentáneo, cuyo fenómeno, atribuído al desarrollo de la vegetación, es la causa de que allí no prosperen la mayor parte de los árboles frutales de Europa. Reaparece en seguida la primavera y no tarda mucho en llegar el verano, my corto, pero caluroso. A fines de junio em

TOMO XIX

en la dirección del E., va poco a poco descendiendo hasta volverá coincidir con el círculo polar, y la península de Bering queda ya fuera de la zona de los bosques.

La vegetación arbórea se desarrolla más penosamente à medida que se acerca al N.; pasado el paralelo 60°, en los bosques vírgenes los mayores troncos no tienen más de un metro de diámetro; á los 61° el término medio es de 30 centímetros, y en las inmediaciones de la tundra sólo llegan á la mitad de este diámetro.

Las coníferas son las plantas predominantes en Siberia. Las especies más comunes son el cedro, muy repartido, el pino picta (Abies sibirica, Pinus picta), el pino cembro ó cedro de Siberia (Pinus cembra) y las dos variedades siberianas del abeto (Picea obovata y P. ayanensis). Entre los árboles de hoja caduca el sauce y el olmo son los que mejor soportan los rigores del clima; el sauce de las regiones más septentrionales (Salir polaris) no tiene más corpulencia que la de un arbusto; el olmo prevalece en las más altas montañas y presenta dos variedades (Betula nana y B. fruticosa). Los árboles citados y otros muchos pertenecen a varie la des diferentes de las europeas, como la encina mongolia (Quercus mongolica), el fresno man. churiang (Fraxinus manchurica), etc. En la cuenca del Amur se encuentran especies desconocidas en la Siberia propiamente dicha: alcornoque (Phillododendron amurensis), nogal (Ju. glans manchurica) y otros.

En las estepas se suele hallar una especie de cerezo (Prunus fructicosa), y en las altas montañas abundan los rododendros (Rhododendron dauricum). En las elevadas planicies de la vertiente occidental de la gran meseta las pruleras

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ocupan extensos espacios, y en la terraza oriental, menos elevada, es donde la flora dauriana se manifiesta en todo su esplendor. Las estepas del Ichin y del Baraba presentan igualmente una rica vegetación. Hacia el S. las praderas son más pobres; al O., en las inmediaciones de la depresión aralocaspiana, y al E. cerca de los desiertos de la Manchuria, el suelo arcilloso é impregnado de sal sólo produce algunas gramíneas y naholáceas.

Aunque las condiciones del clima son poco ó nada favorables para el desarrollo de las plantas cultivadas, y, como dice von Baer, el habitante de los trópicos debe buscar el alimento en los trópicos, el de la zona templada en el suelo y el de las inmediaciones de los polos en el agua, los siberianos se han emancipado de esta ley general por medio del cultivo, consiguiendo producir en el N. algunas legumbres, y aquí debe consig narse una observación curiosa: en la región forestal son raras las plantas venenosas, pero las especies que se encuentran ofrecen la particula ridad de que, según se avanza de S. á N., pierden gradualmente sus propiedades tóxicas hasta ser completamente inofensivas, y aun hay algunas, como el veratrum del Alto Ienisei, que en la región polar es una de las legumbres más estimadas. En la zona media se produce cebada y en la meridional trigo, y casi todas las especies alimenticias de la región templada de Europa, que los calores del estío y la abundancia de luz desarrollan con extraordinaria rapidez. En las tundras y en los campamentos de las orillas del Mar Glacial se ha logrado introducir el cultivo de algunas plantas. La flora siberiana es extraordinariamente rica en bayas de todas clases, que sirven de alimento á los hombres y á las bestias; en las cercanías de los lugares habitados se producen en cantidad extraordinaria, y los indígenas las emplean para preparar licores y conservas, que en cierto modo reemplazan á las frutas; pues como se ha dicho, los árboles frutales no tienen allí vida: sólo prosperan trabajosamente algunos manzanos silvestres, cerezos, albaricoques y groselleros, que dan un fruto raquítico y desabrido. Las patatas se producen bastante bien en grandes extensiones de la porción meridional, pero hacia el N. degeneran en tamaño y calidad. En todas las lagunas de agua dulce se crían en abundancia unas bolas gelatinosas comestibles, llamadas ciruelas de agua (Nestoe pruniforme).

En una época geológica reciente la Siberia estaba habitada por el rinoceronte y por el mamut, elefante mucho más grande y más fuerte que los de nuestros días. También recorrían estos poderosos animales las selvas y praderas de Europa, y se han encontrado sus osamentas por millares en las grutas y en los aluviones fluviales de Francia y Alemania; fueron, como en Siberia, contemporáneos del hombre en el Viejo Mundo; pero los restos encontrados en el suelo europeo no son más que fragmentos de esqueletos, mientras que en Siberia se han hallado osamentas completas de mamuts y rinocerontes enormes recubiertos de carne y piel. En 1771 Pallas vió transportar el cadáver de un rinoceronte, del cual se conservan algunos trozos de carne de la cabeza y de un pie en San Petersburgo, junto a otros restos análogos recogidos en 1877 cerca del río Jana. En 1799 un témpano de hielo, arra-trado por la corriente del Lena, se detuvo en la desembocadura del río, y al fundirse en el estio dejó al descubierto la forma de un mamut, y reconocido el cadáver por el naturalista Adams encontró algunos trozos de carne, los ojos y la masa encefálica; este esqueleto se halla ahora en el Museo de San Petersburgo, y otro idéntico, aunque no tan bien conservado, descubierto en 1839, está en el Museo de Moscú. Una expedición científica dirigida por Schmiof partió en 1866 para apoderarse de otro mamut hallado en las orillas del Tas, cerca del estuario del mismo nombre, pero no estaba completo. La abundancia de osamentas de estos paquidermos es tal en las orillas del Océano Glacial y en el Archipiélago de Nueva Siberia, que se calcula en más de 6000 kilogramos la cantidad de marfil que se ha encontrado.

Lo que no se sabe, y éste es el problema discutido por los geólogos, es si en la época en que vivió el mamut el clima de la comarca que habitaba era más teinplado que en la actualidad. Ciertamente que el pelo largo que le recubría le ponía en condiciones de resistir los fríos más intensos; pero en las orillas del Océano Glacial

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y en las tundras, donde los cazadores recogen el marfil, no podían encontrar, puesto que están desprovistas de vegetación, el follaje de los árboles, que era su alimento, y si allí vivieron es preciso convenir en que el país estuvo en otro tiempo cubierto de bosques, ó de lo contrario que el mamut no vivió en aquellos parajes, sino en la zona templada, y que las osamentas encontradas han sido transportadas por las corrientes fluviales. Vistos con el microscopio los fragmentos de vegetales recogidos en las estrías de los molares de rinoceronte siberiano que se conservan en el Museo de Irkutsk, han reconocido los naturalistas fibras de álamo blanco, sauce y otras especies perfectamente semejantes á las que actualmente crecen en las regiones meridionales, lo que confirma la opinión de que los grandes paquidermos hallados entre las tierras aluviales del N. habitaron la comarca de la Siberia central ó media, al S. del límite extremo de las regiones boreales, en donde se han recogido

sus restos.

El mamut y el rinoceronte han desapare cido por completo, y en la actualidad puede decirse que la fauna siberiana es continuación de la de la Europa central, exceptuando la región S. del Ural, que forma como un islote. De las cinco zonas que Sievertzof estableció para la región septentrional del Antiguo Continente, tres se continúan en la Siberia propiamente dicha: la zona ártica, la zona boreal y la zona media; la de los desiertos asiáticos sólo toca á las comarcas meridionales del O. de Siberia, y la de la fauna china á ciertas porciones de la cuenca del Amur y á la Manchuria rusa.

La zona ártica se extiende por una ancha faja á lo largo del litoral siberiano del Mar Glacial hasta la península de Kamchatka; comprende unas 30 especies de mamíferos, de las que siete pertenecen á la fauna marina; el reno salvaje, el zorro isatis ó azul, el zorro común, el lobo, el perro, el lemming y dos especies de ratones de campo, son los más comunes. El oso siberiano se encuentra muy raramente. Las focas pueblan el Océano Artico, y la foca del Baikal debe ser descendiente de las especies marinas. Entre las aves las palmípedas son muy numerosas, pero sólo un pequeño número de especies invernan en aquellos parajes; son éstas el mochuelo de las nieves (Strix nyctea), el cuervo, la perdiz y dos ó tres más.

La zona boreal ocupa la mayor parte del territorio siberiano, enriquecida sobre la de Europa con algunas especies uralianas. Entre los maniíferos se encuentran osos comunes, lobos, linces, topos, martas cibelinas, liebres, renos, ciervos, zorros, tejones, vesos, roedores que pertenecen á la familia de las martas, garduñas, cuatro especies de musarañas, tres de ratones, dos de ardillas, etc. En la Siberia oriental se encuentran, además de éstas, otras especies originarias de las mesetas del Asia central, como la marta alpina (Mustela alpina), el antilope del desierto (Egocerus sibiricus), el zokor ó lemming siberiano (Siphneus aspulax) y otros. En la terraza baja de la gran meseta aparecen algunas especies mongolas: el antilope argali (Egocerus argali) y el caballo ó yiguetai de los mongoles (Equus hemionus). Los tigres pasan con frecuencia á la cuenca del Amur, hacia el lago Baikal, y algu nas veces en Sajalin.

De las 57 especies de mamíferos y 285 de aves que cuenta la Siberia, 41 y 240 respectivamente son comunes de Europa. Esta igualdad de espe cies, aunque con la diferencia de que los ejem plares de las siberianas tienen mayores proporciones, se encuentra principalmente en la zona media, que empieza en el S. de Rusia y avanza al E. sobre las regiones meridionales de Siberia, abrazando la región de las estepas al O. y la de los montes de Dauria al E.

Los peces abundan en las aguas estancadas y corrientes, especialmente en el Obi. Según Czekanowski, la cuenca del Amur contiene más de 150 especies. Las del lago Baikal son en su mayoría análogas á las de Europa, predominando los crustáceos, de los que hay más de 200 especies, mientras que sólo se han encontrado 40 de moluscos, 20 de lombrices, cuatro de esponjas y una sola de mamíferos. Los insectos son casi los mismos de Rusia; solamente en la Transbaikalia y en el Amur existen algunas especies de coleóp teros tropicales, y en la extremidad N. E. otras que proceden de América.

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Etnografia. Aunque son muy incompletos

los datos etnográficos y arqueológicos para reconstituir la población prehistórica de la Siberia, es indudable que este país estuvo habitado desde el período glacial (V. ASIA). Las tradiciones locales y los objetos hallados en las antiguas sepulturas hablan de pueblos civilizados que en otro tiempo habitaron la Siberia; «estos pueblos se comprenden bajo el nombre general de chudos, de procedencia aria, turca, fenicia ó mongola. En las vertientes meridionales del Ural, en los valles del Altai, en las orillas del Ienisei, y, especialmente, en el círculo de Minusinsk, los kurgan ó sepulcros chudas son muy numerosos; en las regiones mineras las excavaciones abandonadas se designan generalmente con el nombre de minas de los chudos; en los contrafuertes occidentales del Altai los mojones de piedra, que se elevan á la altura de un hombre y ostentan caracteres aún no descifrados, son para los habitantes actuales del país los límites de los chudos, y se ven también en la orilla del lago sagrado del Altai dos caballeros de piedra groseramente tallados que parecen custodiar las aguas; estos son los dioses de los chudos. Diversos obje tos, sobre todo armas y armaduras de cobre, halladas bajo las capas de turba, prueban que los artistas de estos pueblos antiguos poseían cierto buen gusto y gran habilidad. Además, los restos de canales de muchos kms. de longitud, la construcción de esclusas subterráneas y las piedras de molino, atestiguan un estado de civilización verdaderamente avanzado. Se cree que el núcleo principal de la cultura indígena se hallaba en las montañas próximas al Ienisei, porque en las tumbas de esta región es donde se han encontrado los objetos de más valor y con mayor arte trabajados. Actualmente los chudos han perdido su nombre; sin duda alguna viven mezclados con los pueblos indígenas semibárbaros destinados á desaparecer ó á confundirsee con los rusos>> (E. Reclús).

Todos los objetos hallados pertenecientes á la época paleolítica (del mamut) y á la neolítica, así como las tumbas, dólmenes, menhires de todas formas, armas de madera, hueso, hierro, bronce y cobre, etc., indican la presencia del hombre du rante todas las épocas prehistóricas conocidas en Europa; y aunque la del mamut es, según Ouvarof, más antigua en Siberia, cuando los rusos penetraron en este país en el siglo XVIII muchos pueblos de la Siberia oriental estaban aún en plena Edad de Piedra: la Edad de Bronce de los pueblos de la Siberia oriental se remonta todo lo más al principio de la era cristiana.

Fuera de duda parece que los primitivos pobladores fueron de raza finesa en el O., y en el E. los pueblos que Schrenck califica de paleoasiáticos. Los pueblos fineses de la Siberia occidental estaban compuestos de orientales de la cuenca del Obi, samoyedos de la cuenca del Ie

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nisei medio y samoyedos tuba ó tuva del Alto Ienisei, del Altai y de la Mongolia nordoccidental. Parece probable que los ostiacos sean la descendencia degenerada de los ugrianos, y que los ostiacos llamados del Ienisei son los restos de los sasmoyedos que habitaron las orillas de este río. Los diversos pueblos que formaban la nación Tuba, los matores, los arimas y los kottas, los assanes, han desaparecido casi totalmente absorbidos por otros pueblos. De los paleo-asiáticos sólo quedan algunos restos hacia las costas; los tchuktchis, y acaso los guiliakos, forman aún una población compacta y se extienden por otras comarcas á medida que su número aumenta; los kamchatdales, los koriacos y los namollos están próximos á desaparecer totalmente. Los ainos son poco numerosos en Siberia; por la semejanza de instrumentos, armas, cráneos y otros objetos encontrados en distintos lugares es fácil seguirles en su emigración, y parece indudable que desde su país se dirigieron a las inmediaciones de Vladivostok y á la parte septentrional de Corea; desde allí se encaminaron al S. para pasar la isla Nipón, y volviéndose luego otra vez al N., á Jero, siguieron la cordillera de los Kuriles y la isla Sajalin hasta llegar à la desembocadura del Amur, no lejos del punto de partida. Este camino lo confirman las leyendas y la circunstancia de que entre los coreanos, japoneses y guiliakos todavía actuales se encuentran algunos tipos ainos.

Los chelagos ó chielagos, que aún existían á fines de siglo último junto al Golfo de Chann; los omokos y los anaules del Golfo de Anadir, que formaba otro pueblo páleo-asiático, han desapa recido totalmente. Por lo que antecede se ve que de la población actual de Siberia sólo una pe queña porción está formada por los pueblos aborígenas, y éstos han sido reemplazados por otros extranjeros, cuya invasión puede dividirse en tres épocas principales: del siglo II al XII los turcos, diseminándose por el O. de Sileria, absorben casi por completo la raza finesa, mientras los tungusos, procedentes como aquéllos de otros paí ses meridionales, empujan y dispersan á los pueblos paleo-asiáticos; en los seis siglos siguientes los mongoles, estableciéndose en la región baikaliana primero y extendiéndose después por los montes Sayank y Altai, se interponen entre los tungusos y los turcos; y por último, en el siglo XVI comienza la invasión rusa, que en menos de cien años llegó á las costas del Pacífico.

Mediante estas infiltraciones lentas y seguras la Siberia es un mosaico de razas y de nacionalidades, cuya estadística es muy deficiente. El número total de habits., incluyendo las comarcas asiáticas del Perm, de Ufa y del Oremburgo, es de 6215463, que se descompone del modo siguiente, según las evaluaciones de Middendorf, Koppen, Sommier, Semenof y otros:

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