Imágenes de páginas
PDF
EPUB

UMIV. OF MICH.

BRAD

veces contradictorias. Pero la Rota no tiene lo que llamamos arbitrio judicial ni puede interpretar, sino sólo aplicar la ley estrictamente. Como el espíritu de la Iglesia es de caridad, y la equidad es hija de la prudencia y del espíritu sublime del Evangelio, la Iglesia no pierde de vista que la exageración del derecho estricto y escrito á veces no es derecho: Summum jus summa injuria. Por este motivo, en su alta prudencia y caridad, tiene este importantísimo tribunal de la Signatura de Gracia, el cual procede por equidad cristiana, no según la dureza del derecho estricto. Reúnesc la Signatura de Gracia dos veces al año, y se compone de gran número de cardenales y prelados eclesiásticos, curiales de las diferentes dependencias, y teólogos y canonistos notables por su saber y vasta erudicción. Fórmanse en su seno varias comisiones según la naturaleza y gravedad de los asuntos. Por regla general no se admiten los que ya están resueltos por la Signatura de Justicia, los que ofrezcan graves inconvenientes por razones de Estado, y los que han estado paralizados por espacio de diez años. En estos mismos se concede á veces por equidad el que se conozca de aquel asunto, si el suplicante pela que no estuvo en su mano interponer antes el recurso. Dos procedimientos especiales que entre otros varios suelen ocupar á la Signatura, y que conviene conozcan los abogados españoles, darán idea de las atribuciones y equidad de este tribunal importantísimo. Llamase el uno aperitio oris, y tiene lugar en aquellos casos en que por la Rota, ó por alguna concesión especial, se ha impuesto perpetuo silencio sobre algun asunto. El otro, de reductio ad viam, tiene lugar en aquellos casos en que por lo largo del procedimiento, por los muchos que figuran en el proceso, ú otros motivos é incidentes extraordinarios, llega á torcerse de tal manera el curso del expediente que se desvía del asunto que principalmente se trataba. En tal caso hay derecho para pedir á la Signatura lo que se llama reductio ad viam et terminos juris.

[ocr errors]

y gestos) en movimientos defensivos. El gato, ante un peligro, eriza sus pelos y se infla para aparentar mayor volumen, de donde resulta que los pelos del gato forman especie de órgano explorador que dirige hacia adelante como el cie go su bastón. Amenazando con el puño, enseñando los dientes, frunciendo el entrecejo, procuramos revelar una fuerza defensiva.

Papa se refiere siempre á las cualidades expresa-
das en la súplica cuando nada suprimen las cláu-
sulas de la concesión. Otra es que las signaturas,
según el sentido lateral de la palabra, deben ha-
cerse por escrito, y que no se admitiría la prueba
por testigos sino en tres casos: 1.° Si se trataba
solamente de probar la naturaleza y cualidad de
la gracia concedida. 2. Para descargar la con-
ciencia en el foro interno; y 3. Para probar el Merced á la significación, los estados interio-
tenor de la signatura extraviada, en cuyo caso se
res se traducen en movimientos exteriores por
recurre más bien á los registros de la Cancelaría. una correlación constante de lo moral con lo
Es también una máxima de la Cancelaría que la físico, sin que sea suficiente, como pretende Dar-
signatura firmada por el predecesor no se varía win, para explicar la conexión recíproca de lo
nunca por el sucesor. En este caso se obtienen interior con lo exterior, la evolución biológica de
letras de perinde valere, con la cláusula de ra- los organismos (selección). No se puede prescin-
tioni congruit, si se duda de la primera impe- dir de que la significación tiene un aspecto psi-
tración. Se da fe á la signatura sin la bula, cuan-cológico y social (y por tanto moral), en cuanto
do está aprobada y comprobada por el registro la significación misma exige interpretación de
de las signaturas, ó cuida un abreviador de ex- parte de otros seres que forman sociedad con el
tractarlas ó transcribirlas, lo que se llama sump. que se expresa. Más aún, la significación comien-
tum.
za por ser una comunicación del que se expresa
consigo mismo, ya que cada sér vivo es una so-
ciedad de organismos más elementales. Observa-
ción es esta que se comprueba aun en el lengua-
je articulado, lenguaje que aparece lo primero
como una cópula mental, hablando con nosotros
mismos antes de producir el sonido y constitu-
yendo nuestro oído en especie de espejo, en el
cual nos vemos hablando. Las armonías interior-
mente oídas por los compositores musicales, an-
tes de traducirlas en notas del pentagrama, re-
velan el mismo fenómeno. Son innegables los
efectos de la herencia y las causas exteriores (la
selección y el medio) en los fenómenos expresi-
vos. Darwin los pone de relieve con una riqueza
de datos y con una observación tan prolija, que
apenas si podrá hacerse en este respecto más que
ampliar los primeros y especificar la segunda;
pero falta en aquéllos y en ésta la importante

SIGNIA: Geog. ant. C. del Lacio, en el país de los Volscos, Italia, sit. al S. E. de Roma, La fundó Tarquino el Soberbio, y dió nombre al llama. do Signinum opus, especie de cemento compuesto de arena, cal y pequeños guijarros. Hoy Segni.

SIGNIFERO, RA (del lat. signifer; de signum,
señal, y ferre, llevar): adj. poét. Que lleva ó in-
cluye una señal ó insignia.

¿No basta ver que con los cercos de oro
En el centro del sol tronos fabrique?
¿No basta que en las lumbres de su coro
Los SIGNÍFEROS coros puritique?

MIGUEL DE SILVEIRA.

SIGNIFICACIÓN (del lat. significatio): f. Acción, ó efecto, de significar.

- SIGNIFICACIÓN: Sentido de una palabra ó consideración de los efectos diferentes produci

frase.

...

bien se puede usar de palabras indiferentes y equivocas, y poner una cosa en lugar de otra con diversa SIGNIFICACIÓN, no para engañar, sino para cautelarse ó prevenir el engaño, ó para otros fines licitos.

SAAVEDRA FAJARDO.

Hemos dado en atribuir à la palabra igno-
rante una SIGNIFICACIÓN más lata de la que
tiene.
CASTRO Y SERRANO.

En lo relativo á la forma de la signatura y del rescripto, se divide ordinariamente en tres partes, á saber; la súplica, la firma del Papa y la concesión. Cumple explicarse en este lugar la segunda. El prefecto de la Signatura de Gracia firma las materias beneficiales que son ad ordinariam, es decir, que no deben ser firmadas por el Papa. Estas materias son todas las que no tienen nada de extraordinario, con respecto á las dispensas que se deben obtener, ó por razón de la importancia del beneficio. Así, todas las signaturas que contienen dispensa, ó que son para las dignidades in cathedrali vel colegiata, prioratos conventuales y canonicatos in cathedrali, van firmados por el Papa; los demás lo son por el prefecto de la Signatura. Cuando firma el Papa lo suele hacer de tres maneras: 1.a Por fiat ut petitur. 2.a Por fiat, poniendo después la primera letra de su nombre. 3. Por fiat motu proprio, sin añadir ut petitur. Emplea el Papa el fiat ut petitur para todas las primeras gracias reformadas, y, por último, el motu proprio se pone en favor de los cardenales y personas á quienes Su Santidad quiere manifestar afecto. Cuando no está presente el Papa generalmente no pone el delegado in præsentia, aunque algunas veces sí; dice concessum in forma cuando quiere manifestar que la gracia se hace en la forma de derecho, lo que ejecuta el Papa Se refiere en general la significación á la plaspor el fiat in forma. Por último, en las gracias. ticidad externa de lo psíquico, y en este senti reformadas el delegado pone simplemente conces do todo lo vivo (que en cierto grado es psíqui sum y las primeras letras de su nombre. En las co) se expresa y significa, siquiera el lenguaje comisiones no dirigidas á las partes el Papa pone articulado sea privativo del hombre. Las frases placet, y si el asunto pertenece á la cámara pone poéticas alegría de la aurora, melancolía del crerideat camera, y si toca á religión videat protec-púsculo vespertino, lenguaje de las flores, etc., tie-mejantes, de donde surge el carácter, no sólo

tor. Las gracias que van firmadas por fiat son
siempre preferidas á las provisiones por conces
sum, aun cuando se hallase en posesión el pre-
visto en esta última forma. Nadie sino el Papa,
ni el mismo canciller, ni los legados á latere,
pueden firmar las gracias que les está permitido
conceder por fiat, sino solamente por concessum.
Se exceptia el penitenciario, á quien le es lícito
firmar por fiat in forma, fiat in speciali, fiat de
expreso, mas no por fiat motu proprio, porque su
oficio no se refiere sino a las absoluciones que
deben pedir los pecadores, según estas palabras
del Evangelio: petite et accipictis. En la actualidad
se firma por un doble fiat y concessum para evitar
las falsificaciones; el uno se pone en el lugar or
dinario entre la súplica y la concesión, y el otro
al margen de las cláusulas ó de la disposición.
Es una regla establecida que la concesión del

- SIGNIFICACIÓN: Objeto que se significa.
- SIGNIFICACIÓN: Fil. La significación, ele-
mento propio del lenguaje, consiste en la rela-
ción (V. LENGUAJE) que el que se expresa esta-
blece entre lo significado y el signo. Aunque nos
hallamos dotados de distintas clases de signos
(V. SIGNO) que son simultáneos y los usamos á
veces todos juntos, dada la relación de desigual-
dad que existe entre lo significado, que es por
su naturaleza inagotable, y el signo, que es fini-
to y limitado, la expresión resulta siempre defi-
ciente respecto á lo significado. Así lo comprue.
ba el hecho de que lo que tratamos de expresar
queda como materia inagotable para nuevas re-
laciones con el signo. De ello es ejemplo que
toda lengua viva aumente y se enriquezca á me-
dida que se establecen más exactas relaciones con
lo significado.

nen su parte de verdad. Pero si lo vivo y lo psí-
quico, la existencia para sí, se caracteriza, ante
todo, como ya indicó Aristóteles, por su fondo
apetitivo, cenestesia ó conciencia sorda de los
fisiólogos, deseo de vivir de Schopenhauer, lo
primero que expresan todos los seres es el efecto
de la aversión ó inclinación hacia lo que les
afecta. Primum vivere, deinde philosophare. Fren-
te á lo desconocido que les impresiona, todos los
seres toman y expresan una actitud defensiva ó
negativa, impuesta por las necesidades mismas
de la vida y por la lucha en pro de la conserva-
ción de su existencia. El no y el sí de la inteli-
gencia son resultados de la huída ó de la apro-
ximación del cuerpo á lo que le impresiona. Es,
por tanto, la Mímica, como dice Mantegazza, el
primer lenguaje, el más universal sujestivo y
apostólico. Traduce su energía centrífuga (gritos

dos por el carácter agradable ó doloroso de las emociones. Para apreciar la dirección general de los movimientos expresivos, no basta la cantidad; es necesaria la cualidad de la emoción, aspecto psíquico que no es lícito olvidar. El eleniento subjetivo y psíquico que corresponde á lo central que une los movimientos aferentes con los eferentes, no ha de considerarse diluído en las condiciones biológicas y fisiológicas que acompañan á los fenómenos expresivos. La expansión y la contracción en el aumento de energía que produce el placer y en el movimiento de la misma propio del dolor (V. DOLOR Y PLACER) son los signos originarios de toda Mímica. Movimientos expansivos y movimientos concéntricos se determinan ante todo, según la cualidad de las emociones que tratamos de expresar. Desde la tendencia instintiva á dilatar la parte de la piel agradablemente afectada y á contraer la dolorosamente impresionada, hasta la difusión indefinida, especie de auréola que acompaña a los placeres superiores y la válvula que contrae la ira, corren los movimientos expresivos una trayecto. ria que está determinada por la cualidad subje tiva, con que el sér vivo rehace sobre las impre siones. La cualidad propia, específica, de la tendencia del sér vivo à unirse con lo que gratamente le afecta, ó á desviarse de lo que dolorosamente le impresiona, se significa en los movimientos correlativos de expansión ó concentra. ción, que constituyen el lenguaje mímico. Tales movimientos se propagan por todos los órganos en especie de contagio que explica los fenómenos de la sugestión, lo mismo patológica que normal (V. SUGESTIÓN). Pero la propagación y el contagio se extienden también á los organismos sepsíquico, sino social de la significación. La comunicación mutua de los órganos y la solidaridad recíproca de los organismos se traducen ó expresan en la simpatía y colaboración. «Cuando los hombres trabajan juntos, dice Noiré, cuando los campesinos limpian el trigo, reman los marineros, hilan las mujeres ó marchan los soldados, acompañan sus ocupaciones con articulaciones más o menos vibrantes y rítmicas.» Este fenómeno, y el ritmo, que en él prepondera, á fin de que los esfuerzos recíprocos coincidan, se caracteriza ante todo por la comunicación y contagio, que hacen de la significación un hecho social de simpatía y cooperación. No afecta sólo el contagio á todo el organismo, sino á los organismos semejantes; el grito de alarma que sale de mi garganta conmueve todo mi cuerpo y á la vez à las multitudes que lo oyen (contagio del

pánico). Es, por tanto, la significación un fenómeno social, de simpatía, interior primero en el organismo y extendido después á los próximos. Negar la palabra á una persona, no hablarla ni saludarla, es el signo más expresivo de la antipatía que nos inspira. Hablarla afectuosa y atentamente, es significar la simpatía que nos merece. Como la amistad, que sólo se establece inter pares, la significación exige relación de homogeneidad y de parentesco entre los que se hablan. No es espontáneo el lenguaje, aun en las com. plicadas relaciones sociales, más que entre aqueilos que se consideran iguales. Las jerarquías sociales, sea el que quiera su valor, imponen la clase de lenguaje que ha de usar cada uno. No habla el jefe al subordinado como éste á aquél, ni los términos en que nos dirigimos á las gentes, á todas, son siempre los mismos. La distinción del lenguaje en grave, familiar, oficial, curialesco, etc., obedece al aspecto social que necesariamente le es propio. El vínculo de lo homogéneo con lo homogéneo, comunicación, simpatía, solidaridad, etc., encarna en los movi mientos rítmicos de los órganos corporales y se traduce en los rasgos de la fisonomía que ha estudiado Mantegazza por lo que se refiere á las profesiones, que ha extendido Spencer en un estudio muy ingenioso, á lo que llama las maneras, y que sutilizan algunos psicólogos en el grafismo, ocupándose de los rasgos de la escritura como signos de carácter. Una tendencia apetitiva ó de deseo (también aversión), una comunicación á todo el organismo y á los organismos semejantes de tal tendencia, y un movimiento de simpatía y cooperación, son los elementos propios de los fenómenos expresivos, desde el lenguaje más universal de la Música hasta el más específico, ó sea el articulado. Contagio de simpatías, que acentúan el carácter social de la significación, es lo exigido para interpretar los signos de que nos valemos. Cuando el orador, con el exordio recomendado por los retóricos, procura ganarse el ánimo de los oyentes, paga tributo á este carácter social, de simpatía, propio del lenguaje, lo mismo en la expresión que en la interpretación de los signos: vibrar al unísono, sentir del mismo modo, interpretar los anhelos y aspiraciones del auditorio, es lo que principalmente procura el orador. Poner su pensamiento al nivel del pensamiento del que lee; desarrollar sus ideas sugiriendo otras semejantes con la lectura; estimular, al menos en la representación, estados de ánimo homogéneos con los que hemos sentido, es la misión principal del escritor. Los mejores, los maestros del estilo, los que al arte y á la inspiración añaden la filigrana en el savoir fai re, se identifican con lo que tratan de escribir y expresar, porque presienten que el contagio simpático que ellos sufren se ha de comunicar á sus lectores. Se dice que nuestro Cervantes, apellidado el loco de la guardilla, se contagió de las hermosas mentiras é ilusiones de su héroe, el Ingenioso Hidalgo. Flaubert refiere que sufrió vómitos y cuantos síntomas acompañan al envenenamiento cuando escribía la muerte de madama Bovary, envenenada. Porque en último término, á pesar de que el hombre posee el triste privilegio de poder ser hipócrita, la hipocresía absoluta es una abstracción; no es nunca completa. Llevada al último extremo implicaría la contradicción y la negación. Es, por el contrario, ley primera de la naturaleza, como de la moral, la sinceridad. No representa, por ejemplo, el actor la cólera (se sobreentiende bien representada) sin sentirla, sin identificarse con tal estado, simpatizando con él. Cuando el actor Valero representaba La carcajada, necesitaba (dicen) algunas noches que le sangraran luego que concluía su trabajo. Orador, escritor 6 actor escénico que no se identifican, que no simpatizan con lo que hablan, escriben ó representan, se parece al Comendador ó convidado de piedra que, invitado á mesa suntuosa, rodeado de suculentos manjares, no puede tocar ni gustar ninguno.

[ocr errors]

da dicendi peritus. Con esta última, sin la prime- xión) se descubre en la producción de los signos,
ra, el orador es sólo un sofista. Sin negar cuan- cuando el que habla lo hace sinceramente, por-
tos datos aduce el positivismo al estudio de la que van pari passu el lenguaje articulado y el
expresión de las emociones, podemos afirmar que de acción, y cuando, por el contrario, lo hace al
aún hay más en el fenómeno de la significación modo del cómico en la escena. La relativa opo-
que lo biológico y lo fisiológico; que hay un fac-sición de uno y otro lenguaje, del dominio del
tor psíquico y subjetivo (el de la reacción que articulado y de la rebelde sinceridad del de ac-
implica el apetito), y un factor social y colectivo ción, ha sido un recurso dramático empleado á
en el contagio simpático que supone la interpre- veces con fortuna por nuestros artistas. Sirva de
tación de lo significado. Tal contagio sugiere la ejemplo una de las escenas más culminantes de
adecuada interpretación de lo que significamos,
Un drama nuevo. Ni es la mayor sinceridad de
é infunde á todo lenguaje (aun al individual y la significación en los gestes privilegio que re-
propio, á la revêrie) un carácter social que le sulte inexplicable. Procede de que hay una ma-
convierte en vínculo de toda solidaridad. Por yor semejanza, una semiidentidad del signo con
algo se señala tradicionalmente como medio pa- lo significado. La palabra es signo de todo nues-
ra disolver todo germen de organización social tro sér en cuanto pensado; pasa por tanto á tra-
la confusión de lenguas en la Torre de Babel. vés del mundo de la representación, é implica
Por algo usualmente se llama una Babel reunión que lo significado se reproduce ó convierte en
en la cual todos hablan y nadie se entiende. redivivo mediante el esfuerzo del recuerdo. El
Falta el vínculo principal, y es imposible la aso- gesto es expresión de todo nuestro sér en cuan-
ciación. Efecto del contagio simpático, el que se to sentido: marcha por lo mismo al compás de
significa no vive sólo la vida individual (Sócra- lo significado, que se exterioriza sponte sua, en-
tes hablaba con su Demónium), vive la vida so- carnando en el organismo. La distinción que
cial, la del medio que se asimila, y, si es bastan hace el vulgo entre los que piensan lo que dicen
te inteligente para concebir la idea del Univer- ó hablan con la cabeza, y los que expresan lo
so, vive la vida universal; ejemplo el apostolado que sienten ó hablan con el corazón, autoriza á
con su don de lenguas. Cuantas más y más am- atribuir á los primeros condiciones y circuns-
plías y más universales relaciones nos asimila- tancias para ocultar su propio pensamiento,
mos; cuantos más objetos y seres hacemos par- mientras que de los últimos se dice que obede.
tícipes de nuestras simpatías, más y mejor nos cen á una sinceridad innegable. Quien pone su
expresamos. La causerie, el don de gentes, el án- conciencia en los labios ó habla, como se dice,
gel, la gracia, etc., indican simpatías cada vez con el corazón en la mano, no necesita calenlar
más generales de que nos hacemos eco. En tal reflexivamente el paralelismo que desde luego
sentido, mientras la ciencia percibe sólo las rela- se establece entre la palabra y el gesto. La sin-
ciones exteriores y mecánicas, el arte siente tales ceridad, ley propia de la naturaleza, cs, como
relaciones, simpatiza con ellas, llega al corazón ésta, pródiga de medios sin preocuparse del fin,
de las cosas, nos revela ó nos deja adivinar lo que justifica por sí mismo. El engaño, que á
que de nosotros existe en los demás seres del veces se denuncia por sí, vencido por la ley de
mundo, y es el mejor medio de significación, el la sinceridad, antepone el fin á los medios, se
demiurgo de la vida social, el verbo en el cual ocupa y preocupa de él, y, en la obsesión crecien-
encarna el medio que completa al individuo. te con que camina para prescindir de lo natural,
otra vez se le impone. Gestos, movimientos sim-
ples, contracciones, matices indescriptibles del
juego de la fisonomía, delatan con frecuencia lo
que el hipócrita tiene más interés en ocultar. Es
efecto de la lucha sorda entre nuestra vida emo-
cional y el intelecto. Los criminales, que se con-
vierten de pronto en denunciadores de sí mismos,
convictos y confesos, son ejemplo vivo de los
triunfos que alcanza la vida emocional sobre la
reflexiva. En tales casos se comprueba la verdad
del dicho de Aristóteles: el fondo de todo sér
es lo apetitivo. Triunfa el apetito sobre el cálcu
lo. Hay una especie de impulso inconsciente,
sanción orgánica, dice L. Arreat, que nos esti-
mula, aun contra nuestra voluntad, á restable-
cer el perturbado equilibrio entre nuestra con-
ducta y la ley insita en nuestra propia natura.
leza y en la de todo sér: la de expresarse y sig-
nificarse tal cual es.

No contradice el aspecto social de la significa ción el carácter moral que le imprime la ley de la sinceridad. Es la mejor y más adecuada significación la más moral y la más sincera. Si la palabra es el signo más discreto, mas flexible, y en cierto modo más plástico, es á la vez susceptible de un dominio completo de parte del que la emplea, desde su producción orgánica en el sonido (ventrílocuo) hasta la intención que en ella se pone (hipócrita). Ha podido, por ejemplo, decir de ella Talleyrand que sólo sirve para ocultar ó disimular la verdad, á pesar de ser el signo más adecuado para la expresión del pensamiento. Pero no se agota la significación en la palabra. Hay signos que revelan mayor sinceridad que ella, y que no pueden ser dominados ni aun por la hipocresía más refinada; porque después de todo, el más astuto de los hipócritas, si logra engañar á los demás, no consigue engañarse á sí mismo. El carácter, que, como decía Leibnitz, es lo que el temperamento en Medicina, la causa de todas nuestras acciones, no se revela sólo en la palabra. Aun en los menos sinceros se exterioriza mejor en los actos, y señaladamente en los concomitantes que le acompañan, en los gestos, denominados lenguaje de acción. Empleamos casi siempre la palabra bajo la influencia de la voluntad, que la domina y á veces la altera. Por el contrario, el lenguaje de los gestos es involuntario y lleva grabado el sello de la verdad. Aun la que queremos ocultar se denuncia en los gestos. La sonrisa amarga (risa triste y melancólica), expresa la ironía. La incertidumbre de la mirada, aun acompañada de amenazas, revela timidez. Por su fondo de sinceridad, por lo personalísimo y hondo que revela, es imposible imitar el tono ó copiar el gesto, mientras que las palabras pueden ser repetidas, vicio del psitacismo (de_psitaccus, loro). La discreción, que caracteriza á la palabra, falta por completo en los gestos, cuya producción obedece á una síntesis, no sólo involuntaria, sino hija de la necesidad, que arranca de un impulso inconsResulta, pues, regla fundalmental de la sig- ciente que nos lleva anhelosamente, obedeciennificación (hablando, escribiendo ó representando á la ley de la sinceridad, á buscar el equilido) comenzar por simpatizar con lo que se sig. brio de todo nuestro sér, perturbado por la intennifica (con lo que se escribe, se habla o se repre- sidad de las emociones, que se desbordan como senta). Decir lo que se siente es pagar tributo á un excedente de energía. Ya es difícil (lo pruela ley de la sinceridad; pensar lo que se dice es ba á diario el arte escénico) fingir sentimientos un cálculo de conveniencia que reclama talento, que no experimentamos; pero es punto menos pero carecerá de otras muy valiosas condiciones. que imposible que la fisonomía, gamina del sentiLa sinceridad era lo que recomendaba Quinti- miento y de la pasión, reprima los movimientos liano cuando defiuía el orador, señalándole como á que el uno y la otra la impelen. La perspicaprimera condición vir bonus, y después la segun- cia natural (sin necesidad de estudio ni de refle

[blocks in formation]

-SIGNIFICAR: En sentido menos lato ó genérico, expresar ó dar á entender una palabra la idea de que es signo.

- SIGNIFICAR: Hacer saber, declarar ó manifestar una cosa.

... pidieron audiencia al rey de Egipto, y dándosela le SIGNIFICARON de parte de Dios que su voluntad era que el pueblo saliese por tres días de la ciudad al desierto.

FR. JUAN MÁRQUEZ.

... me SIGNIFICÓ (Campomanes) que estaba pronto á recomendar la instancia del Principado eficazmente á la superioridad. JOVELLANOS.

SIGNIFICATIVAMENTE: adv. m. Con significación y expresión.

SIGNIFICATIVO, VA (del lat. significativus): adj. Que da á entender ó conocer con propiedad

una cosa.

nombre á su parecer músico y peregrino

y SIGNIFICATIVO, etc.

CERVANTES.

¡Sencilla

ta cada uno de los sonidos, á que se da más comúnmente el nombre de nota.

- SIGNO ARBITRARIO: SIGNO POR COSTUMBRE. - SIGNO NATURAL: El que nos hace venir en conocimiento de una cosa por la analogía ó dependencia natural que tiene con ella.

- SIGNO NEGATIVO: Mat. MENOS; signo de sustración ó resta que se representa por una rayita horizontal (−).

SIGNO POR COSTUMBRE: Aquel que por el uso ya introducido significa cosa diversa de sí; como el ramo delante de la taberna.

- SIGNO POSITIVO: Mat. Más; signo de la suma ó adición, que se representa por una crucecita ( + ).

DE SIGNO SERVICIO: loc. V. VASALLO DE SIGNO SERVICIO.

-SIGNO: Fil. El signo es uno de los elementos del lenguaje, y mejor su contenido (V. LENGUAJE). El signo expresa relaciones de semejanza y á la vez de diferencia con lo significado, relaciones el intelecto investiga y declara. que Al mezclarías, lo mismo que antes al investigarlas, obedece la inteligencia á su propia ley, pues busca lo mismo unas que otras relaciones en la sensibilidad, y en ella y en sus formas hace plástica la expresión (V. SIGNIFICACIÓN). El signo equivale á la penetración íntima de la sensibilidad con la inteligencia (V. SENSIBILIDAD), y por tanto á la tendencia ingénita en lo vivo de exte. riorizar lo psíquico en lo fisiológico. Son conse cuencias de tal exteriorización y aspiraciones á no hay SIGNO en la medicina que no ejer fijarla en signos que procedan de la naturaleza

Demostración, pero bien
Justa y SIGNIFICATIVA!
-¡Viva nuestra madre Honoria!
¡Viva muchos años! ¡Viva!

HARTZENBUSCH.

SIGNO (del lat. signum): m. Señal, indicio, nota ó representación de una cosa.

za nuestra conjetura.

MARTIN MARTÍNEZ.

- SIGNO: Señal que se hace por modo de bendición; como las que se hacen en la misa.

Santo Tomás dice que las bendiciones, ó SIGNOS, que se ejecutan en la misa, no son propiamente bendiciones, sino unos SIGNOS que hacen para señalar la ofrenda.

FRUTOS BARTOLOMÉ DE OLALLA. -SIGNO: Ciertas rayas y señales que al fin de la escritura ú otro instrumento ponen los escribanos y notarios en medio del papel con una cruz arriba.

por la presentación de una escritura, no lleven los escribanos más derechos de los que pueden llevar por una escritura, aunque en ella estén insertas é incorporadas muchas escrituras de diversos SIGNOS.

Recopilación de las leyes de Indias.

Y aquí el secretario me hizo una fiel lectura de todo el testamento, desde el In Dei nomine hasta el SIGNO y rúbrica acostumbrados. MESONERO ROMANOS,

- SIGNO: Hado ó destino determinado por el influjo de los astros, según vulgar y vana creencia ó suposición.

por hurtar por otra parte, como hacen los de Egipto, cuando el SIGNO nos buscan en La Celestina.

la mano.

-¡Qué boda! Y achacarán
A su mal SIGNO... ¡Mentira!
Antes que te cases, mira

Lo que haces, dice el refrán.

BRETÓN DE LOS HERREROS.

SIGNO: Astron. Cada una de las doce partes iguales en que se considera dividido el Zodíaco, y son: Aries, Tauro, etc.

- En las celestes alturas,
Siendo Géminis su nombre,
Hay un SIGNO en dos figuras,
Una mujer, otra hombre,
Pegados en carnes puras.
LOPE DE VEGA.

Si no la Luna ni el SIGNO, por lo menos el mes, que va al cabo, fué de buen influjo para las musas viejo-asturianas.

JOVELLANOS.

-SIGNO: Mat. Señal ó figura de que se usa en los cálculos para indicar, ya la naturaleza de las cantidades, ya las operaciones que se han de ejecutar con ellas.

- SIGNO: Mús. Cualquiera de los caracteres con que se escribe la música.

-SIGNO: Mús. En particular, el que represen

misma de las cosas; el ángulo facial como signo aproximado de toda capacidad espiritual (apli cado á la distinción de las razas); los estudios de Fisiognómica de Lavater, que pretendía inferir del aspecto exterior de la fisonomía á las condiciones morales de un sujeto (cara de santo, de malvado, etc.), olvidando que el hombre puede dominar la expresión exterior (tiene el triste privilegio de ser hipócrita) para que no revele su condición interna; la localización de las facultades anímicas (V ALMA); el pretendido hallazgo del órgano central del alma, como si lo dinámico de su energía no excediera lo mecánico; y finalmente, el lenguaje, medio general de expresión. Si la tendencia expresiva (á la significación, y por tanto à usar y emplear el signo) es propiedad de todo lo vivo (todo sér se significa y expresa, aunque sólo el hombre habla), y el signo sólo se toma de la sensibilidad y de sus formas, pues únicamente lo que nos afecta é impresiona constituye el material significable en el caso, resulta evidente que de la intelectualización de la sensibilidad, de convertirla en inteligible procede la mayor riqueza expresiva de los seres y la cantidad escasa ó abundante de signos que cada uno posee. De igual modo es patente que la educación rítmica de la sensibilidad aumenta la potencia expresiva de los seres, y que éstos se expresan y significan más y mejor á medida que su sensibilidad llega á la emoción estética, es decir, á la vida del arte. Aun la palabra es signo más perfecto cuando á su producción espontánea añade el ritmo y cadencia del Arte (Oratoria Poesía). El Arte es el signo más propio y adecuado de toda expresión, porque obedece á la necesidad urgentemente sentida de interpretar la vida en la medida que le es dable, según las ideas que predominan de momento ó las que se presienten como mejores y más progresivas. Véa

SO FANTASÍA.

y

En su acepción general y más amplia, el signo como concreción de lo sensible, que nos representa algo que no tenemos delante ó que por el momento no percibimos directamente, abraza, no ya sólo todos los fenómenos de la naturaleza, los movimientos de todo lo vivo, sino todos los actos humanos, que son siempre signo de algo. Así se dice que el relámpago es signo de la tempestad, la respiración signo de la vida, tal ó cual obra de arte, institución, etc., expresión de estados de cultura de los pueblos. Cuando un conjunto de signos revisten cierto carácter de homogeneidad, obedeciendo en su información y desarrollo á determinadas leyes, constituyen un lenguaje ó idioma.

- SIGNO: Astron. Los signos ó partes iguales en que se considera dividido el Zodíaco son los 12 siguientes: Aries, Tauro, Géminis, Cancer. Leo, Virgo, Libra, Escorpio, Sagitario, Capricornio, Acuario y Piscis.

Cada uno de estos signos comprende 30o de longitud celeste, y el primero, Aries, principia en el punto equinoccial de primavera.

No deben confundirse los signos del Zodíaco con las constelaciones zodiacales; pues aunque unos y otras son 12, llevan el mismo nombre y comprenden en su conjunto la zona zodiacal, están como dislocados ó corridos unos respecto de otras, y no coincide individualmente cada signo con la constelación del mismo nombre. Los signos están como retrasados respecto de las constelaciones, y así el signo Aries casi coincide actualmente con la constelación Piscis, el signo Tauro con la constelación Aries, y así sucesivamente.

La causa de esto es lo siguiente. En tiempo de Hiparco, el más grande astrónomo de la antigüedad, los signos y constelaciones zodiacales coincidían, y en su consecuencia estas dos palabras podían tomarse como sinónimas; pero en virtud del fenómeno de la retrogradación de los equinoccios, originado por la precesión, los signos se han dislocado respecto de las constelaciones; porque siendo el punto de partida del primer signo, Aries, el equinoccio de primavera, y teniendo este punto equinoccial un movimiento retrógrado, dicho signo Aries también participa de este movimiento retrógrado, y con él son arrastrados todos los demás signos. Pero las estrellas permanecen inmoviles, y los grupos de éstas, que constituyen desde los comienzos las constelaciones zodiacales, conservau sensiblemente en la bóveda celeste la misma situación. De aquí resulta una desviación de le signos respecto de las constelaciones exactamente igual á la retrogradación de los equinoccios; y como ésta es de unos 50" por año, desde la época de Hiparco hasta los tiempos actuales suma ya ahora más de 27°, es decir, casi lo que abraza un signo, y por consiguiente cada signo ocupa ahora en la eclíptica próximamente el mismo lugar que ocupaba el precedente en tiempo de Hiparco.

Los signos del Zodíaco se deberían llamar más propiamente signos de la eclíptica, pues realmente no indican sino los 12 arcos de 30° en que puede dividirse la proyección de ésta sobre la esfera estrellada, y no sirven más que para indicar en qué porción de dicha ecliptica se halla el Sol. Así, el signo Aries empieza en el equinoccio de primavera, que es el cero de las longitudes celestes, y termina en la longitud 30°; y se dice por tanto que el Sol entra en Aries cuando llega á dicho punto equinoccial, manteniéndose en el mismo signo, mientras su longiud varía de 0 à 30° Cuando la longitud del Sol alcanza el valor preciso de 30° se dice que entra en Tauro, y en este signo subsiste hasta que su longitud llega á valer 60°, y así sucesivamente. El curso anual del Sol se halla repartido entre los 12 signos, cada uno de los cuales lo viene á recorrer en un mes, y cada tres signos componen una estación: Aries, Tauro y Géminis la primavera; Cáncer, Leo y Virgo el verano; Libra, Escorpio y Sagitario el otoño, y Capricornio, Acuario y Piscis el invierno.

Los símbolos, por medio de los cuales se representan ordinariamente los signos del Zodíaco, son: Aries, T ; Tauro, 8; Géminis,; Cáncer, ; Leo,

; Virgo, mg; Libra,; Escorpio, m, Sagitario, 1; Capricornio, ; Acuario, ; Piscis, X.

SIGNO: Mat. Las señales ó figuras, llamadas signos, se usan en los cálculos para indicar, ya la naturaleza de la cantidad, ya las operaciones que se han de ejecutar con ellas.

Dos, en efecto, son las clases de signos que se emplean en el lenguaje matemático escrito, que corresponden á los dos elementos absolutamente necesarios é indefectibles de la enunciación de de todo pensamiento: el nombre y el verbo; unos para representar las cantidades en sí mismas ó el resultado de operaciones que se han de hacer con ellas, y otros para indicar la relación de igualdad ó desigualdad que entre las anteriores existe.

Represéntanse las cantidades conocidas por las letras primeras del abecedario, acentuadas si es preciso, y utilizando el alfabeto griego si la abundancia de datos ó la claridad de la exposición lo hiciere necesario, y las cantidades des. conocidas ó incógnitas por las últimas letras del abecedario. Diofanto, en la segunda mitad del siglo v después de J. C., fue el primero que representó las cantidades indeterminadas por las primeras letras del alfabeto. A Descartes se

debe la importante idea de usar una simple letra para denotar una cantidad, que lo mismo puede ser positiva que negativa, siendo reconocida la utilidad de esta notación por Newton en carta dirigida á Leibnitz.

La historia de los símbolos representativos de los números fué hecha en el artículo ARITME

TICA.

Las palabras más y menos, indicadoras de adición y sustracción, se expresaron en Italia y Francia por sus iniciales py m, y no aparecen representadas por los signos + y en Alemania hasta la segunda mitad del siglo xv. Estos signos no pueden atribuirse á ningún inventor en particular, siendo lo más probable que provengan de las letras p y m deformadas.

[ocr errors]

ras. Signorelli ejecutó gran número de obras, ya
al óleo, ya al fresco, tanto en su ciudad natal
como en otras varias ciudades de Italia, espe-
cialmente en Roma, á donde en 1474 fué llamado
por el Papa Sixto IV para que adornase con pin-
turas la Capilla Sixtina, y en Orvieto, en donde
terminó el decorado de la capilla de la Madona.
di-San-Brizio, que fra Angélico había dejado sin
concluir. Conto Lucas Signorelli varios discípu-
los distinguidos, entre ellos Arcángelo Berna-
bei, T. Zaccagni y su hijo Antonio. Llevó una
vida austera y gozó de gran consideración como
hombre y como artista. Entre sus frescos se citan
los

que ejecutó en 1472 en San Lorenzo de Arezzo, hoy destruídos; Viaje de Moisés á Egipto; Muerte de Moisés; Una Circuncisión; La Resurrección La unión de los factores de un producto sin universal; El Juicio final, etc. De sus lienzos signo alguno de cálculo ú operatorio se encuen- merecen mencionarse: El Huerto de los Olivos; La tra en Stiefel (1544); el uso del aspa (x) comio Flagelación; La Cena; La Virgen; San Agustín signo de multiplicación es debido á Oughtred y la Trinidad; La Sagrada Familia; La Anun(1631), y Leibnitz, hacia la mitad del siglo XVII, ciación; La Adoración de los magos; La Nativifué quien simplificó este signo de la multiplica-dad de la Virgen; La Adoración de los pastoción reduciéndolo á un punto (.).

a

La notación como expresiva del cocien, b te de los números a y b, aparece simultáneamente con las cifras índicas, y se halló ya en el Liber Abaci de Leonardo de Pisa. El colon se usaba como signo de separación ó diéresis entre los ingleses en el siglo XVII, pero su empleo actual como signo de división data de Leibnitz. El signo de Pell, que debía posponerse al dividendo, aparece en Inglaterra en el siglo XVII, pero no tuvo aceptación.

La notación de las potencias fué preparada por Stiefel, que escribió, sobre los términos de la serie 1, 14, 144, 14AA, ... los números 0, 1, 2, 3..., á los cuales dió el nombre de exponentes. Después que Stevin, en 1585, hubo introducido las denominaciones de las potencias según sus exponentes, fué extendido el uso de la designación actual de las potencias por Herigogne y por

Descartes.

A principios del siglo XVI usaban algunos matemáticos para las raíces signos particulares, mientras otros ya comenzaron á colocar los índices al lado ó encima del sigo radical √

Las cantidades polinómicas se encierran muchas veces en un paréntesis cuando se quiere indicar que una cierta operación afecta á toda ella. Vieta trazó líneas sobre los términos pertenecientes á una forma, como hoy se usa en las raíces de los polinomios. El uso de los paréntesis, que comenzó en el siglo XVII, no se generalizó hasta el siguiente.

Otros varios signos se emplean para la representación de formas analíticas determinadas y para la indicación de operaciones más complejas que las fundamentales, pero es imposible hacer una descripción completa de todos estos signos particulares que, por otra parte, en su lugar correspondiente quedan indicados.

res, etc.

SIGNY-L-ABBAYE: Geog. Cantón del dist. de Mezieres, dep. de las Ardenas, Francia; 12 municipios y 8500 habits. Restos de una abadía fundada por San Bernardo en 1134.

SIGNY-LE PETIT: Geog. Cantón del dist. de Rocroi, dep. de los Ardenas, Francia; 10 municipios y 7500 habits.

SIGOFKA: Geog. V. SIG.

SIGONIO (CARLOS): Biog. Arqueólogo italiano.
N. en Módena en 1524. M. en 1584. Tomó lec-

ciones de griego de Portici ó Porto; estudió Fi-
losofía y Medicina en Bolonia, y estuvo duran-
te algún tiempo al servicio del cardenal Gri-
mani (1545). A los veintidós años de edad era
profesor de Letras griegas en su ciudad natal.
En 1552 fué á enseñar Literatura á Venecia, en
donde estuvo ocho años; entró en relaciones con
Panvinio, y adquirió como erudito una reputación
que le valió ser llamado á Padua en 1560 á en-
señar Elocuencia. Allí fundó, bajo los auspicios
de la República de Venecia, una escuela que pron-
to llegó á ser célebre (Gymnasium patavinum),
y tuvo por compañero al ilustre latinista Bon-
amico. En 1563, á consecuencia de altercados con
Robertello, abandonó á Padua para ir á residir
en Bolonia. Estudió especialmente las antigue-
dades políticas, y prestó en el dominio de la
Historia excelentes servicios á la Ciencia. Fué el
primero que puso en claro las cuestiones relati-
vas al Derecho antiguo y á las instituciones de
Italia y de Roma Además se le deben notables
trabajos sobre Tito Livio. Sus principales obras
son: Regum, consulum, dictatorum ac censorum
romanorum fasti; De nominibus romanorum;
Fragmenta e libris deperditis Ciceronis collecta;
Orationes VII; De antiquo jure civium romano-
rum; De antiquo jure Italia; De dialogo; Dispu
tationum patavinarum libri II, De republica
atheniensium; De judiciis romanorum; De regno
Italiæ libri XX; De occidentali imperio; Histo-
riarum bononiensium libri VI; De republica he-
bræorum, etc.

SIGOULES: Geog. Cantón del dist. de Berge-
rac, dep, del Dordoña, Francia; 17 municips. y

9500 habits.

Los signos principales para relacionar las cantidades son: el de igualdad, y los de desigualdad: mayor que >, menor que, no mayor que , no menor que . El signo de igualdad fué empleado primeramente por Recorde en 1552, pero no se generalizó su uso hasta cien años después. Los signos de desigualdad > y aparecen á principios del siglo XVII en Harriot. El empleo de todos estos signos facilita extraordinariamente el enlace de las ideas en los raciocinios que hay que hacer para demostrar un teorema o para hallar la solución de un proble-p. ma, y este lenguaje especial tan sencillo de las Matemáticas ha influído poderosamente, tanto en el gran desarrollo de estas ciencias como en el rigorismo de sus conclusiones.

-SIGNO: Geog. Aldea de la ayuda de parro quia de Santa Marina de Villar, ayunt. de Serantes, p. j. del Ferrol, prov. de la Coruña;

68 habits.

- SIGNO (EL) 6 TANQUILLO: Geog. Caserío del ayunt. de Realejo Alto, p. j. de La Orotava, provincia de Canarias; 55 habits.

SIGNORELLI (LUCAS): Biog. Pintor italiano llamado Luca de Cortona. N. en Cortona hacia 1440. M. en 1525. Discípulo de Mateo de Siena, y después de Pietro della Francesca, fué uno de los primeros pintores de la escuela florentina que dibujaron el cuerpo humano con verdadero conocimiento de la Anatomía, y supo juntar á la corrección del dibujo la expresión en las figu

SIGRÁS: Geog. V. SANTIAGO DE Sigrás.

- SIGRÁS DE ABAJO. Geog. Aldea de la parroquia de Santiago de Sigrás, ayunt. de Cambre, j. y prov. de la Coruña; 149 habits.

- SIGRÁS DE ARRIBA: Geog. Aldea de la pa rroquia de Santiago de Sigrás, ayunt. de Cambre, P. j. y prov. de la Coruña; 27 habits.

unos

SIGTUNA: Geog. C. de la prov. de Estocolmo,
Suecia, sit. al O. de la entrada del Garnviken,
que es una bahía del Sigtunafjord, ramificación
N. E. del lago Mälar. Hoy no tiene más
que
600 habits., pero ha sido una de las principales
c. de Suecia, fundada á principios del siglo XI
por el rey Olaf Ericsson, y destruída por los es-
tonios en 1187. Aún se ven ruinas de varias
iglesias.

SIGUA: Geog. Puerto en la costa N.E. de la
prov. de Santiago de Cuba, cerca de Maraví. Sólo
puede servir de abrigo á embarcaciones muy chi-
cas que se dirijan á él en circunstancias de mar
Ilana y brisas flojas; presenta al N. E. una boca
de medio cable de ancho con 2,2 m. de agua
sobre piedra en los dos tercios de barlovento,

que es su parte hondable, la cual apenas refresca la brisa se cierra completamente formando una rompiente corrida; figura un sector de 2 cables escasos de radio; es de fondo escaso y desigual, se halla dividido en dos mitades, de las cuales en la primera hay, entre piedras, pozas de arena con 3,3 á 5 m. de agua encima, al lado de otras de 1,1 á 1,4, mientras que en la segunda la profundidad media sólo es de 0,84 y está todo cercado de orillas de soboruco, si se exceptúa en su cabecera un corto trecho de manglar y una playi ta como de 170 m. de largo, en cuya medianía se encuentra un estero llamado embarcadero de Sigua. La costa, desde el puerto de Sigua hasta la punta de Maraví, extremidad oriental de la boca del puerto de este nombre, corre media milla como al O.; es toda de piedra, y forma un caletón que se llama de Sigua (Derrotero de las Antillas).

SIGUANEA (LA): Geog. Río de la isla de Pinos, Antillas españolas. Nace al S.O. de la sierra de la Cañada, corre al S.O. y luego al S. hasta la gran ciénaga en que derrama, formando varios esteros y lagunatos. Gran ensenada en la costa occidental de la isla de Pinos, Antillas españolas. La ensenada de la Siguanea tiene 25 kms. de abra, se interna 33 al S. E. con 5 á 11,7 m. de agua sobre hierba; desde Cayo Francés tiende de N.O. á S. E., en distancia de 30 kilómetros, su costa S.O., que es toda anegadiza y sembrada de multitud de cayos, y desde la punta de Buenavista, extremidad N.E. de la boca, tiende la costa opuesta, primero 17 kms. al S. 30° E. hasta la puntilla oriental del río de los Indios, luego 12 kms. al S. 16. E. hasta la punta del estero de la Siguanea, y últimamente 13 kms. al S.S.O. hasta la cab.; ofrece abrigo de los vientos generales á su banda N. E., especialmente ante el río de los Indios y el estero de la Siguanea. El río de los Indios, que por 5 m. de agua, y como á 7 cables al S.S.E. de su boca, ofrece buen fondeadero, expuesto únicamente al O.S.O., descarga en la ensenada por los 21° 42' lat. N., aunque se halla cerrado por una barra de fango que ni botes pueden salvar sin ayuda de marea, dentro profundiza de 1,6 á 5 m., permitiendo así que suban por él hasta 7 kms.; en los 4 primeros corre por entre manglares anegadizos, que luego hacen lugar á pinares, en que pueden cortarse muy buenas perchas para mas. teleros, y en seguida ofrece en sus orillas gran abundancia de cocodrilos, jutias y palomas, y en los bosques de sus riberas grandes piaras de cochinos cimarrones. El estero de la Siguanea, que es el desagüe de la ciénaga que corriendo de É. á O. divide la isla por mitad, sale á corta distancia al S. de los cerros de su nombre; y didad, en su boca no tiene más de 2,5 de agua. aunque dentro tiene de 6,7 á 10 m. de profun

Al pie de dichos cerros, y á corta distancia de la playa, hay buen agua en dos manantiales, y otro tanto sucede con las cacimbas de la falda del monte de San Pedro, que está inmediato (Derrotero de las Antillas). Gran valle de la isla de Cuba, prov. de Santa Clara, sit. en los grupos del Guamuhaya. Tiene unos 15 kms. de E. á O. desde el abra por donde sale el Jibacoa (río del Ay) hasta el Saltadero ó cascada de la Siguanea, por donde corre el río de la Hanabanilla para confluir con el Arimao. La mayor anchura del valle es de una legua, y está sumamente cerrado por varias cadenas de lomas: las cadenas Siguanea por el S., las del Alcalde y de la Helladura del Cuabal al O., la sierra de la Jara por el N. y las lomas de Orano al E.; limitan también al valle el abra del río Negro, por donde entra éste y le baña; el abra de Guanayaro al E.N.E., entre la sierra de Jara y las lo mas de Orano, y el abra largo y sinuoso de Jibacoa, que se halla separado del de Siguanea por dichas lomas de Orano. Como el valle es muy bajo con respecto á las alturas que le ciñen, y le riegan, además del Hanabanillo, del río de los Negros y de los arroyos Siguanea y de Guanayara varios manantiales, está casi siempre anegado y lleno de lagunas, por lo que apenas es habitable. En las guerras modernas promovi das por los filibusteros contra España, este valle, sus pantanos y los montes que lo rodean, han sido refugio de las bandas de forajidos del país y de aventureros y presidiarios extranjeros cuyos jefes pretenden vender la isla á los Estados Unidos de América. Allí establecieron campamentos y obras de defensa, fiados en que las pésimas

condiciones del terreno para la guerra habían de hacerlas inexpugnables. No obstante, a principios de 1896 unos cuantos centenares de soldados españoles, á las órdenes del bravo coro el Segura, penetraron en la Siguanea, destruyeron campamentos y defensas y causaron más de 500 bajas al enemigo, salvándose el resto por haber apelado á la desbandada. || Río del part. de Cárdenas, Cuba. Es una corriente muy sinuosa y de bastante long. Nace, con el nombre de río del Hȧtico, al S. E., cerca de la loma del Cautel; corre al S.E. por los corrales de la sierra del Sabango y de Lagunitas; recibe por la dra. el arroyo de la Majagua, en cuyo lugar se le conoce con el nombre de la Siguanea, y dobla al N. directamente para desaguar, formando una zanja, en la ensenada del Júcaro, entre este embarcadero y Cárdenas. Algunos afluentes del río de San Antón le envían varios brazos. | Pequeña ensenada en la prov. de Cárdenas, 2 millas a barlovento del embarcadero del Júcaro. || Laguna de Cuba, en la prov. de Pinar del Río, la mayor de la isla y de las muchas que ocupan el istmo de la península de Guanacabibes. Su forma es casi cuadrada y se levantan en ella algunos cayos. | Ciénaga en la misma prov., en la costa occidental del Golfo de Guaniguanico, entre la punta de Piedra y la boca del Cuyaguatege. En parte profundiza en el interior de la sierra, ocupando no pequeña porción de las de la hacienda Serranos (Pezuela, Dic. de la isla de Cuba).

SIGUAPA (LA): Geog. Pequeño cerro del grupo camagüeyano, Cuba, sit. no lejos y al N. de Puerto Príncipe, á la izq. del Caunao. | Embarcadero, en el seno occidental de la ensenada de Cárdenas, Cuba, resguardado por el cayo de su nombre, también llamado de los Guaumos.

SIGUAS: Geog. Río del Perú, nace en los cerros de Ampato, corre hacia el S. hasta el pueblo de Siguas y luego al S.O., y se une al río Vitor ó Chili. Dist. de la prov. de Caylloma, dep. Arequipa, Perú; 1300 habits. Su cap., el pueblo del mismo nombre, tiene 700 habits. li Dist. de la prov. de Camaná, dep. Arequipa, Perú; 400 habits.

SIGUATANEJO: Geog. V. SIHUATANEJO. SIGUATEPEQUE: Geoy. Dist. del dep. de Comayagua, Honduras; 1950 habits. en los dos municips. de Siguatepeque y San José. Siguatepeque está á orillas del río Guaratoro, tiene 1050 habits., y en su término, muy fértil y ameno, hay minas de cobre y níquel.

-SIGUATEPEQUE: Geog. Volcán de la Rep. del Salvador, en el dep. de San Vicente, sit. al N. de la confl. del Acahuapa y el Lempa; mide 1300 m. de alt. sobre el nivel del mar.

SIGUEIRO: Geog. Aldea de la parroquia de San Andrés de Barciela, ayunt. de Enfesta, p. j.de Santiago, prov. de la Coruña; 93 habits. Lugar de la parroquia de San Martín de Oroso, p. j. de Ordenes, prov. de la Coruña; 97 habits.

SIGUENZA: Geog. Dióc. episcopal sufraganea del arzobispado de Toledo. Comprende territorios de las provs. de Guadalajara, Soria, Segovia y Zaragoza, distribuídos en los arciprestazgos de Siguenza, Almazán, Ariza, Atienza, Ayllón, Barahona, Berlanga, Caracena, Cifuentes, Galves, Hiendelaencina, Hortezuela de Océn, Jadraque, Maranchón, Medinaceli, Milmarcos, Molina y Tordecilos. Hay conventos de Ursulinas en Sigenza y Molina, de Franciscanas en Sigüenza, Medinaceli y Cifuentes, de Clarisas en Molina y Almazán, de Jerónimas en Medinaceli, de Concepcionistas en Berlanga y Ayllón, de Benedictinas en Valfermoso y de Bernardas en Buenafuente. El primer obispo de que se conserva memoria es Protógenes, cuyo nombre figura entre los asistentes al concilio III de Toledo. Alfonso VI restauró la sede, y D. Bernardo reanudó la serie de los prelados de Siguenza.

de

-SIGÜENZA: Geog. Part. jud. de la prov. Guadalajara. Comprende los ayunts. de Aguilar de Anguita, Alboreca, Alcolea del Pinar, Aleuneza, Algora, Almadrones, Anguita, Atance, Baides, Bujalaro, Bujarrabal, Carabias, Castejón de Henares, Castilblanco, Cendajas de Enmedio, Cendajas de la Torre, Cortes, Fuensavinán (La), Carvajosa, Guijosa, Huérmeces, Imón, Jadraque, Jiruegue, Laranueva, Luzaga, Mandayona, Mirabueno, Moratilla de Henares, Navaljotro, Negredo, Olmeda de Jadraque (La), Olmedillas. Or na, Palazuelos, Pelegrina, Pinilla de Jadraque,

[blocks in formation]

sepulcrales. Las naves de ambas iglesias han sufrido restauración, especialmente la de Santiago, que agregada desde el siglo XVI al convento de monjas Franciscas, y cesando en su parroquial destino, sin duda por aquel tiempo revistió su bóveda de crucería. A la dra. yace el fundador del convento, D. Francisco de Villanuño, arcediano de Soria, cuya tendida estatua en traje sacerdotal cobija un nicho plateresco (Castilla la Nueva, por D. José María Quadrado).

SIGUENZA: Geog. C. con ayunt., al que se halla agregado el lugar de Barbatona, cap. de La catedral, sit. en uno de los frentes de la pladióc. episcopal y cab. de p. j., prov. de Guada- za Mayor, es un edif. gótico muy sólido, construílajara; 4930 habits. Sit. al N. E. de Guadalajara, do con piedra de sillería y de grandísimo mérito. cerca de la prov. de Soria, en el f. c. de Madrid Su fachada principal tiene tres puertas precedidas á Zaragoza, con estación intermedia entre las de de un espacioso atrio enverjado, en cuyos pies Baides y Alcuneza, bañada al O. por el río He- se ven leones y otras figuras de piedra. Un prenares, que fecundiza su vega, y defendida al N. cioso medallón, bajo relieve, representando la por un barranco á cuyo pie hay hermosas huer- aparición de la Virgen á San Ildefonso, corona tas. Al Poniente y al S. ha rebasado la población la puerta central; á los costados de la fachada de su primer recinto, dejando de pie é incrustada se clevan dos cuadradas y macizas torres, con en sus edifs. la fuerte cerca de sus murallas, y almenas terminadas en gruesas bolas, y ambas metidas en lo interior, á la entrada de angostas se comunican por una balaustrada de piedra socalles, sus antiguas puertas, flanqueadas de to- bre la fachada. El interior del templo, también rreones. Descuella en la cúspide de la c. el im- de estilo gótico, recibe luz en primer término ponente alcázar, destinado desde remotos tiem. por una vistosa claraboya colocada en la parte pos á palacio de los obispos. En una de sus al superior de la puerta del medio; tiene tres naves menadas torres se halla el gabinete, adornado sostenidas por robustos pilares revestidos de más tarde con labores del Renacimiento, en que multitud de columnitas, algunos á media altura estuvo recluída la infortunada reina doña Blan- engalanados con doble capitel, otros torneados ca. Las pendientes calles y tortuosas travesías y macizos, ceñidos de una guirnalda ó modillode la c. alta, y lo general del caserío, aun cuando nes. Las naves laterales, iguales en amplitud á desnudo de arquitectónicos detalles, opaco y seve la mayor y en altura inferiores, la acompañan ro, le imprimen un grave sello de antigüedad. Al- hasta su intersección con el crucero. Según Ponz rededor de San Vicente nótanse casas de remotí- y Ceán Bermúdez, tiene la nave principal 98 sima fecha, cuyos arcos semicirculares parecen pies de alt. y las laterales 63; la longitud del los unos remontarse al género bizantino, los otros templo es de 313 pies; su total anchura 112, y tocar ya al Renacimiento, con molduras de per- cada uno de sus 10 pilares aislados tiene 50 de las en los tres cuerpos del edif. No lejos de allí circunferencia. En el mismo crucero empieza la se forma una irregular plazuela cercada de so- capilla Mayor como continuación de la nave portales, en la cual estuvo la antigua casa del principal; linda verja cierra la entrada, y arrimaConsistorio. Sobre todo en la espaciosa plaza de dos á los pilares de ésta hay dos púlpitos de alala Catedral abundan las fachadas de la decaden- bastro, en uno de los cuales se ven las armas del cia gótica ó plateresca, levantadas sobre arquea- cardenal Mendoza, que lo mandó construir. El do pórtico y fabricadas en su mayor parte por altar mayor está formado de tres cuerpos, jóniel opulento cabildo. Entre ellas se distingue la co, corintio y compuesto, con un antiguo y predel Ayuntamiento. Más nuevo y desahogado as- cioso tabernáculo, adornados con sepulcros, estapecto presenta la parte baja de la población, com- tuas y esculturas perfectamente trabajadas y de puesta de uniformes manzanas, que á fines del grandísimo mérito artístico. En el crucero hay pasado siglo hizo levantar el obispo D. Juan una capilla con un retablo magnífico dedicado á Díaz de la Guerra, y cuya propiedad cedió gene- Santa Librada, patrona de la c., en la que se rosamente al hospital. Una grata y frondosa ala- veneran sus reliquias, y allí también, contigua meda tiende allí sus umbrías calles á las márge-á la puerta del Mercado, la capilla de Santa Canes del río, bordando la opuesta orilla huertos amenísimos al pie de eriales cuestas. De ellos toma su nombre la antigua ermita de Nuestra Señora, que á un lado del paseo ostenta su portada del Renacimiento y el flanco de su larga nave, cuyos estribos adornan en vez de botareles toscas figuras, y cuya fábrica del siglo XVI no fué sino reedificación de otra que, según tradiciones, sirvió interinamente de catedral. Varios templos y edifs. rodean aquel sitio espacioso por donde principió a remozarse Sigiienza; el Humilladero, pequeña ermita gótica contemporánea de la de los Huertos; el churrigueresco convento de Franciscanos con su convexa fachada; el moderno de Ursulinas, antes casas de los infantes de coro; el Hospicio y el Cuartel de Milicias, obras ambas episcopales; más adelante el renovado Colegio de Jerónimos y el contiguo de San Antonio, fundado por 13 colegiales en 1477 por el arcediano de Almazán Juan López de Medina, criado del car denal Mendoza, en los cuales residió Universidad de estudios por más de tres siglos, y en el centro del arrabal la nueva parroquia de Santa María, erigida á expensas de un obispo en la presente centuria. Las parroquias primitivas de Santiago y San Vicente conservan su monumental carácter en armonía con el de la antigua c.: paredones denegridos, torres bajas y gruesas, portadas de arcos semicirculares en degradación, esculpidos con estrellas, tableros y entrelazos, sostenidos ya por seis, ya por tres columnas á cada lado con capiteles de tosco follaje; en el testero de la de San Vicente una estatua gótica de la Virgen bajo afiligranado doselete, y en el de la portada de Santiago un busto del Apóstol de escultura más adelantada. Una y otra capilla mayor, de cuadrada forma, apoya el arco ojivo de su entrada sobre pareadas columnas bizantinas, y los cruzados arcos de su bóveda sobre otras semejantes en los ángulos colocadas; en sus muros laterales, ábrense rosetones ó ventanas de medio punto flanqueadas también de columnitas, y en la parte inferior de ellos nótanse vestigios de hornacinas

talina, antes dedicada á Santo Tomás de Cantorbery. El coro está situado en el centro de la iglesia, tiene preciosas sillerías con profusión de adornos tallados con mucha maestría, con dos excelentes órganos en los arcos laterales; detrás del coro está el suntuoso altar de Nuestra Señora la Mayor, de jaspes negros y rojos, y por sus inmediaciones y el crucero de la iglesia se comunica con el hermoso claustro, de estilo gótico florido y de bellísimo dibujo, con menudos y exquisitos calados en todas sus ventanas cubiertas de cristales. Hay otras capillas de mucho mérito, con varios enterramientos, y por la Mayor se va á la sacristía ó sagrario, espaciosa sala cubierta de esculturas y mascarones labrados en piedra arenisca, preciosos en su mayoría y cuya bóveda está primorosamente cincelada; en su interior está la capilla de las Reliquias, que contiene una escogida colección, preciosos ornamentos y alhajas, entre ellas la riquísima custodia y viril, regalo del cardenal Mendoza. Su Sala Capitular posee muy notables pinturas, y otros buenos cuadros están repartidos por todas sus capillas y dependencias. No hay noticia exacta de la época en que empezó á construirse este magnífico templo, si bien se supone que fué en el siglo XII; lo que queda es muy posterior. En el siglo XV se construyó el altar mayor, de mármol blanco, que yace destrozado detrás del construído á fines del XVI y principios del XVII. La efigie llamada de Santa María la Mayor, que fué la titular, se talló en el siglo XI; á fines del xv se la llevó al trascoro, sustituyéndola en el nuevo retablo de madera con una efigie en el misterio de la Asunción.

El término de Sigüenza, fertilizado por el Henares, presenta algunos montes y bastante amenidad. Las producciones principales son: cereales, hortalizas, legumbres, frutas, cera y miel; críase algún ganado, y hay tábs, de bebidas gaseosas, chocolates, jabón, curtidos, tejidos de hilo y lana y alfarerías. Los establecimientos de enseñanza son: el Seminario Conciliar de San

« AnteriorContinuar »