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1 Porto-Said: cuenca y entrada del canal en el Mediterráneo. -2 Lago Menzaleh. -3 Kantaro-el-Krasué. -4 Ruinas de Pelusa. - 5 Katieh. -6 Canal de Necos, antiguo canal. -7 Eutrada de el-Guisr. -8 Lago y ciudad de Tinsah. -9 Scheick Ennedech (tumba). -10 Canal de agua dulce, derivado del Nilo. abierto en Ouadeé Toumillat (antigua tierra de Gessen). -11 Desembocadura del antiguo canal. - 12 Lagos Amargos, antiguo golfo del Mar Rojo. - 13 Canteras de Gebel-Geneffé. -14 Camino de Suez al Cairo.-15 Primer campamento de M. Lesseps. -16 Pozos de Suez. - 17 Depósitos de aguas pluviales. - 18 Depósito de las aguas del Nilo. -20 Suez. - 21 Rada de Suez y entrada del canal en el Mar Rojo. - 22 Montes Tieh, al SO., hacia el monte Sinai

de decirse que se extiende á 1,25 milla más allá de la luz roja, pasando por la caleta de Suez, y las otras del nuevo puerto y dársenas á entrar en el Golfo de Suez, con fondos que no bajan de 8,20 m. en la bajamar. Un rompeolas de fiende las escarpas por la parte que mira al mar. El canal presenta un ensanche o rebalsa cada 5 ó 6 millas para que en él pueda acogerse un bu que, con objeto de facilitar el paso de los demás que navegan de vuelta encontrada. Dos buques que lleven opuestas direcciones pueden pasar también por cualquier punto, pero necesitan hacerlo con precauciones, valiéndose de espías, pues de hacerlo navegando hay grave riesgo de que varen, interrumpiendo así la navegación del canal. Un buque sólo puede atravesar el canal en catorce ó dieciséis horas, y dos buques pequeños que lleven direcciones opuestas pueden efectuarlo sin necesidad de disminuir sus velocidades, pero es imposible que en un día lo verifiquen muchos de gran porte. El lago Tinsah, en cuyas orillas está Ismailía, como hemos dicho, tiene la situación y extensión conveniente para servir de punto de escala, y se adoptan disposiciones para que los buques que salgan en el mismo día de ambas entradas del canal fondeen allí

por la noche y partan á la mañana siguiente para continuar su viaje. De este modo, suponiendo que se empleasen ocho horas en llegar á Ismailía y que pasen entre doce fondeados en aquel punto, se puede efectuar el paso del canal en veintiocho. Los buques de buenas condiciones que entren en el canal en noches de plenilunio y lleguen á Ismailía á tiempo oportuno para alcanzar el convoy, consiguen pasar el canal en dieciséis á veinte horas. Es indudable que el paso de los buques causa daños de más o menos consideración en las escarpas del canal; pero los deterioros producidos por los de hélice que anden de 5 à 6 millas serán insignificantes, si se exceptúa el atravesar los lagos, donde las escarpas ó taludes son de arena muy fina. El Pera, vapor de ruedas y grandes dimensiones, que pasó andando 8 millas, agitó las aguas de tal modo en el canal, que causó daños de consideración en los taludes y echó á pique varios botes; así que los buques grandes tienen que reducir más el andar que los pequeños. Las varadas no son peligrosas en la parte del canal que no está sujeta á mareas, ni aun en los trozos practicados en piedra, puesto que el fondo es allí de arena. El único perjuicio que sufre el buque que vara es perder

el número de orden que se le había designado. No sucede lo mismo en las cercanías de Suez, pues si la proa de un buque que navega con la marea á favor ó de popa llega á tocar en una de las orillas está muy expuesto á atravesarse, sufriendo su costado la acción de una corriente de 2 millas. Cuando soplan vientos en dirección perpendicular al canal es fácil que los buques sean aconchados contra la escarpa de sotavento si navegan muy cerca de ella; pero este incidente no puede causarles gran daño. Las precauciones que deben tomarse para navegar por el canal son las mismas que suelen observarse en los ríos, si bien hay la ventaja de que su dirección no cambia de un modo sensible y de que las pocas curvas que hay son muy poco pronunciadas. Con timoneles que sepan manejar el escandallo, y llevando constantemente por el agua uno por cada banda, se puede navegar sin dificultad alguna, manteniéndose siempre á medio canal. La travesía del canal no ofrece absolutamente ninguna dificultad seria; ningún peligro: basta tomar las precauciones necesarias para que la transmisión de las órdenes al timonel y su inmediata ejecución sean instantáneas y sin error posible, y el tener siempre presente que se trata de hacer

pasar un buque de 60, 80 ó más m. de eslora por un canal de sólo 25 de ancho (Derrotero del Mediterráneo, t. III).

zadas por éste en la forma en que se le presenta- | guiente: En 1870 pasaron por él 486 buques con
ban, por corsideraciones puramente políticas, 436 609 toneladas, y en 1891, 4207 buques con
nada se adelantó por entonces. En 1841 hicieron 8 698 777 toneladas. Pasajeros en 1870, 26758;
notar unos oficiales ingleses el error en que ha- en 1891, 194 467.
bía incurrido Lepére respecto de la diferencia de
nivel entre ambos nares, y por entonces tam-
bién formaba el ingeniero del virrey con Ander-|
son y otros capitalistas ingleses una sociedad que
abortó en seguida, y cuyo objeto era hacer un
canal directo de Pelusio á Suez.

- SUEZ (GOLFO DE): Geog. Parte occidental de la bifurcación con que termina al N. el Mar Rojo, sit. entre la península de Sinaí y el Egipto. En su extremo o fin, al N. se halla la c. de Suez, y desde ésta al estrecho S. de la isla Xaduan ó Shaduán el golfo tiene 315 kms. de largo en dirección N. N. O.-S.S. E.; la anchura en la parte S. de la bahía de Suez varía de 20 á 50 kilómetros. Lo más estrecho de la parte navegable al S. de Ras Mesalle está cerca de la isla de Júbal, en el estrecho del mismo nombre, donde sólo tiene 6 millas de ancho. Las costas de ambos lados están guarnecidas en toda su longitud por arrecifes de coral, los cuales, partienlarmente en la parte del E., se extienden a una considerable distancia mar afuera. En la parte del O. el arrecife de costa no alcanza tan lejos hacia la mar como en la del E., y la costa puede, por lo tanto, atracarse con más confianza. Todo el litoral se halla flanqueado de altas tierras, que en algunos puntos tocan en la costa y forman notables marcas. Se requiere mucho cuidado para navegar por el golfo; las mareas son fuertes, y en algunos sitios no siguen exactamente la dirección del canai, tanto que es indispensable tomar buenas situaciones de cada punto bien conocido. En tiempos foscos debe tenerse mucho esmero con las sondas. Hay muchos fondeaderos convenientes en el Golfo de

En 23 de octubre de 1887 se firmó el convenio anglofrancés sobre neutralización del istmo y Canal de Suez, el cual, así en tiempo de guerra como en la paz, estará siempre abierto á los buques mercantes y de guerra, sea cual fuere su pabellón. No podrá ser objeto de bloqueo ni Pocos años después, en 1846, formó Enfantín obstruirse el canal de agua dulce, como indisnueva sociedad con Stephenson, Negrelli y Pau-pensable al marítimo; se respetarán el material, lín Talabot para completar y dar cima á los pro- los establecimientos y obras de ambos canales; yectos de Linant-Bey. Como preliminar se ocu. no se construirá fortificación ninguna que pueda paron de la nivelación de mar á mar, y hallaron, servir para operaciones ofensivas contra el canal de un modo positivo, que entre las aguas de uno marítimo, en el cual tampoco podrá hacer estay otro no había más diferencia de nivel que la ción ningún buque de guerra. Sólo en Suez y que resultaba de la diferencia de las mareas. De Port-Said se consentirá que estacionen, pero no esta fecha data el proyecto del trazado indirecto más de dos por cada nación. En tiempo de guepropuesto por Paulín Talabot, reducido á la cons-rra las potencias beligerantes no podrán desemtrucción de un canal que partiendo de Suez se barcar ni tomar en el canal y en los puertos de dirige al Cairo, donde atraviesa el Nilo, y sigue acceso tropas, municiones ni material de guerra, á desembocar en el puerto de Alejandría después ni se consentirá acto de hostilidad en los puertos de haber recorrido unas 80 leguas y vencido 20 ni á menos de 3 millas marinas de las riberas. ó 24 esclusas y la travesía del Nilo. En tanto mandó hacer el virrey en 1853 nueva nivelación á Linant-Bey, sirviendo para confirmar las operaciones anteriores, pues que sólo resultó una diferencia de 0,1814 m. entre la nueva nivelación y la hecha en 1847. La última sociedad de que hemos hecho mérito tampoco dió resultado, y en este estado las cosas vino á dar nueva faz al negocio la intervención inteligente y espontánea del virrey de Egipto, Mehemet-Alí. En 30 de noviembre de 1854 expidió á favor de Fernando de Lesseps un firmán de concesión, autorizándole para formar una compañía de capitalistas de todas las naciones con el fin de llevar á cabo la obra del canal marítimo á través del ist mo y la explotación del mismo durante un período de noventa años. Para emprender los estudios fueron comisionados, á fines de 1854 y principios de 1855, dos ingenieros de S. A.: Linant. Bey y Mugeb-Bey, residente el primero en Egig. to hacía treinta y cinco años y veinte el segundo, personas de una capacidad reconocida. Desecharon, después de un detenido estudio, el trazado indirecto; aprobó el virrey su informe, y declaró que: «Después de haber examinado los numerosos proyectos presentados á los diversos gobiernos ó al público de cincuenta y más años á esta parte, dejo toda libertad para que puedan aplicarse los medios que la ciencia reconozca ser mejores para poner en comunicación el Mar Rojo v el Mediterráneo por cualquier punto del istmo al E. del curso del Nilo: pero declaro que no autorizaré á la Compañía Universal del Gran Canal Marítimo de Suez para adoptar un trazado enyo punto de partida en la costa del Mediterráneo se halle al O. del brazo de Damieta y que atraviese el Nilo.» Quedaba, pues, reducido el proyecto á atravesar en su menor anchura el istmo de Suez. Se formó el plan con arreglo à estas instrucciones, se abrió una subscripción europea que produjo 200 millones de francos en tres semanas, y en 15 de diciembre de 1858 se declaró constituída la Sociedad del Istmo de Suez. En 25 de abril de 1859 empezaron las obras, y pronto se fundó una c., Port-Said, que en 1861 tenía ya 3000 habits. A las once de la mañana del 23 de noviembre de 1862 el Mediterráneo entraba en el lago Tinsah, y en 17 de noviembre de 1869 se inauguraba solemnemente el canal. Se habían gastado 472 millones de francos, y además el gobierno egipcio había contribuído á la empresa con cesiones de tierras, construcción de faros, dragados. obreros, anticipos sin interés, etc. El negocio superó á las esperanzas de los iniciadores, pues el tráfico del canal adquirió grandes proporciones, y en 1888 decidió la compañía aumentar de 22 m. á 65 la anchura de partes del canal entre Port-Said y los lagos Amargos, á 75

Hist. Resumiendo la historia del Canal de Suez, D. Cipriano S. Montesinos, en su obra Rompimiento del istmo de Suez, recuerda que desde la más remota antigüedad se pensó en la unión del Mediterráneo al Mar Rojo por medio de una vía acuática, y tanto los Ptolemeos como los califas en su tiempo, así Albuquerque como Napoleón en épocas más recientes, se ocuparon de la canalización del istmo entre aquéllos interpuesto. Hasta hoy habíase reducido siempre el proyecto á poner el Mar Rojo en comunicación con el Nilo por medio de un canal navegable para barcos, con el fin de llegar al Mediterráneo aprovechando en parte el curso de este río. Creen algunos, apoyados en asertos de Eusebio y Julio Africano, que hacia el siglo XVII antes de nuestra era hizo Amenofis construir un canal que, principiando en el Nilo a la altura de Coptos, a unas 8 leguas más abajo de Tebas, penetraba por Cosseir en el Mar Rojo. Se cegó, á lo que parece, á consecuencia de la bárbara invasión de Cambises. Según Aristóteles, Ramsés II ó Sesostris emprendió la apertura del canal por el istmo; los interrumpió, y luego los continuó Necos y terminó Darío cuando los persas hubieron conquistado el Egipto. Principiaba en Patumos, sobre el Mar Rojo, y terminaba en el Nilo hacia Bubasto. Los Ptolemeos lo mejoraron, y cuenta Estrabón haberlo visto en plena actividad poco antes de la venida de Cristo. Conserváronlǝ tanto los emperadores romanos como los califas cuando dominaron el Egipto, y parece que, en efecto, estuvo en actividad como siglo y medio después de la conquista del país por los árabes, que, habiendo establecido en el Cairo su capital, quisieron también unirla por agua al Mar Rojo. Parece más verosímil que el canal se cegara, como sostienen muchos autores, y que el califa Omar mandó restaurarlo, ó mejor construirlo de nuevo desde Fostat ó Viejo Cairo, y la navegación continuó hasta que el califa Almanzor ordenó cegarlo para impedir que recibiese víveres Mohamed-ben-Abula, que se había rebelado contra él hacia el año 765 de J. C. Perdido el canal primitivo pasaron siglos sin que nadie intentara su reconstrucción, hasta que desembarcó en Egip. to la expedición francesa en 1798. En los últimos días de este año, Bonaparte, ansioso de gloria en todos los terrenos, salió del Cairo para Suez, acompañado de Berthier Caffarelli, Gantheaume, Monge, Berthollet, Costaz, y algunos otros individuos del Instituto que le habían acompañado á Oriente. Su objeto era ver cómo podía restablecer el antiguo canal, con cuyos vestigios tuvo la suerte de tropezar el primero al N. de Suez, á los pocos días, en los primeros de 99, hallolos también en el otro extremo de la línea cerca de Belbcis. De resultas de esta excursión, encargó al ingeniero Lepére la redacción de una Memoria acerca de la comunicación por medio de un canal entre el Mediterráneo y el Mar Rojo. No era fácil desempeñar este encargo en medio de los azares y vicisitudes de una guerra desastrosa en un país semicivilizado; así que no terminó aquél su cometido hasta los últimos días de 1800. De este trabajo procede uno de los errores que más influjo han tenido en retrasar el día de la ruptura del istmo. De las nivelaciones de los ingenieros aparecía que el nivel del Mar Rojo estaba á 9m, 908 sobre el del Mediterráneo, resultado contra el cual, aun entonces, protesta ron algunos genios de primer orden como contrario á las teorías recibidas acerca del equilibrio de las aguas sobre nuestro planeta. Las operaciones emprendidas después en varias ocasiones han venido afortunadamente á dar á éstos la razón. No existe semejante diferencia de nivel; redu. cíase el proyecto de Lepére al restablecimiento del Canal de los Faraones; tomando las aguas del Nilo en Bubasto se dirigía hacia el lago Tiny á 80 en el centro de las curvas, y á 75 y 80 sah por la depresión conocida con el nombre de Uadi Tumilat, y girando al S. venía á desembocar en el Mar Rojo por Suez. Un canal ponía á Bubasto en comunicación con el Cairo, completándose así la vía navegable del mar á esta cindad. En dicho informe se vislumbra la idea del trazado directo de Pelusio á Suez, pero la desecha su autor bajo el peso de supuestas graves dificultades, ó más bien por considerar imposible establecer puertos en dichos dos puntos. Algunas tentativas se hicieron en tiempo de Mehemet Alí para renovar el proyecto; pero recha

también entre los Lagos y Suez. La profundidad
debe aumentarse hasta 8,50 y 9 m. La navega-
ción nocturna se ha facilitado por medio de boyas
y valizas luminosas. Otras muchas obras de me-
jora y ampliación se hallan proyectadas y en
construcción. Estas y otras reformas y el empleo
de la luz eléctrica han contribuído á abreviar
mucho el recorrido del canal, y hay vapores
correos que sólo emplean unas veinte horas, pues
tienen que detenerse mucho menos en los lugares
de cruce. Como dato que demuestra el desarrollo
de la navegación en el canal, basta citar el si-

Suez, que son excelentes para los buques de vela ó de vapor de poca fuerza de máquina, obligados á fondear por el esfuerzo del tiempo, pero como se hallen próximos á los arrecifes se necesita algún cuidado al aproximarse á ellos: debe adoptarse la precaución de navegar á vela ó máquina, con el sol por la popa, y mantener á proa un buen tope. Al extremo N. del golfo se forma la bahía de Suez, pudiendo considerar á Ras el Adabié como su límite S. en la costa del O., y á Ras Mesalle el mismo en la del E. La distancia entre estos dos puntos es 6 millas en dirección S. 61° 30' E., y la long. de la bahía desde la c. de Suez à Ras el Adabié de 6 millas en dirección S. 17° 15' O. Las costas de la bahía, que se hallan festoneadas de arrecifes y bajuras, son, con excepción de aquellas de las partes 0. y S.O. donde las alturas de Ataka tocan la costa, bajas y arenosas. Al N. se halla el desierto, y al E. la costa, aunque baja, se levanta gradualmente á colinas de regular elevación en el interior. La profundidad general de la bahía de Suez es de 18 m. hasta muy cerca de tierra. A la cabeza del golfo se halla sit. la c. de Suez, perteneciente al Bajo Egipio, población de bastante comercio de tránsito; las antiguas ciudades de Arsinoe y Kolzum estuvieron en sus proximidades. La población, rodeada por el desierto, se compone de casas hechas con adobes y calles sin empedrar, como una docenas de mezquitas, una iglesia griega y la aduana, hallándose todo rodeado por un muro ruinoso con muy pocas trincheras. El palacio del jedive se encuentra situado en una altura á la espalda de la c., que va desde el mar, así como el Hotel Suez, que es la edificación de más al E. Se estima la población de Suez en unos 15000 habits., con exclusión de los numerosos peregrinos y otros transeuntes que conti. nuamente pasan hacia la Meca y la India. La dársena se llama puerto Ibraham. La profundidad en el N. de ella varía de 7 á 8 m., y al S. de 6

á 7,3. Los buques que calan 7 m. pueden atracar de costado al muelle, excepto en los parajes que se halla en mal estado el talud de la muralla. La línea del f. c. del Cairo á Alejandría va á lo largo del malecón central que divide las dos dársenas, y los buques pueden alijar y tomar el cargo sobre el muelle sin necesidad de lanchones. El canal que conduce al puerto Ibraham está marcado con las siguientes luces, verdes y rojas. Dos boyas iluminadas flotantes pintadas de ne. gro, colocadas á 819 m. á la parte de la entrada del puerto, desde donde las luces se exhiben proyectadas sobre la capitanía del mismo: la roja à la parte N. del canal y la verde à la del S. Una luz fija roja en la extremidad de la cabeza del muelle del S. Una luz fija blanca en el extremo O. del malecón interior del puerto. Esta luz no es visible cuando demore al E. del N. 34° 10′ E. A la parte E. de la dársena de la punta Kadd-elMarakeb se halla la entrada del Canal de Suez, marcado por boyas negras en la parte del E. y por rojas en la del O. Las oficinas y estaciones de prácticos se hallan situadas convenientemente en la orilla del O.; Suez está en comunicación con el Nilo por medio de un canal de agua dulce que abastece la población. En puerto Ibraham (en las dársenas) el agua se hace por medio de un tubo que parte del canal, y si se solicita puede llevarse á lo largo del canal en tanques. A la parte O. del canal marítimo, á una milla de la entrada, se halla el extremo S. del recodo de Suez, que es un canal de marea que sube hasta la c. de Suez, y se encuentra situada en terreno bajo á la parte O. del recodo. El fondeadero en la parte del N de la bahía de Suez es muy abrigado de todos los vientos, excepto de los de la parte del S., los cuales, no obstante, rara vez soplan allí. Por 10 m. ó 9,1 se tiene un buen tenedero con la boya de Kalah-Kebiré, demorado al S. 40° O., y la extremidad exterior del murallón del canal al S. 89 E. El fondo es de arcilla dura, que forma un excelente tenedero. Pueden también obtenerse buenos fondeaderos por fuera de la dársena y entrada del canal marítimo en profundidades mayores de 5,5 m. con el lazareto situado en el ángulo S. de la dársena (José Hernández, Derrotero del Mar Rojo).

- SUEZ (ISTMO DE): Geog. Parte de tierra comprendida entre el Mediterráneo al N. y el Golfo de Suez al S., por la que se enlazan el Asia y el Africa, ó sea Siria y el Egipto. Mide 113 kms. entre ambos mares. Como dice D. Cipriano Segundo Montesión en su notable obra sobre el Canal de Suez, el suelo del istmo presenta una depresión longitudinal, de Suez à Pelusio, debida a la intersección de las planicies del Egipto con las que descienden del Asia, unas y otras suavemente inclinadas y desiertas hoy, aunque con vestigios que atestiguan la existencia en otros tiempos de numerosa población. Puede decirse que forman casi la totalidad del suelo del istmo tres grandes cuencas: la de los lagos Amargos, la del lago Tinsah y la del lago Menzah. La primera dista unos 30 kms. de Suez; y aun cuando la pendiente del terreno parece insensible, llega á estar el fondo á 12 metros bajo el nivel inferior de las aguas del mar. Estaban en 1857 enteramente secos los lagos Amargos, que cubren una superficie de 330 000 hectáreas; pero los vestigios que en ellos se ha llan y la sal que entra en la composición de su suelo no permiten dudar de que en algún tiempo las aguas del mar tuvieron allí su asiento. Suponiéndolos unidos al Mar Rojo es como mejor se conformarían los hechos, al parecer, con el texto de la Biblia al referir la huída de Moisés con los hebreos y la persecución de Faraón, sepultado con sus egipcios en las aguas de aquel mar, pero en tal caso habría que suponer que las llanuras de Suez han salido de las aguas posteriormente à aquella época, ó sea 1471 años a. de J. C., época harto reciente. Situado el lago Tinsah en la parte céntrica del istmo, su extensa cuenca parecía destinada á constituir un puerto interior excelente. Su fondo, ocupado por agua salobre, se halla á algunos metros bajo el nivel de las aguas del mar, y sus alrededores presentan una vegetación lozana sostenida por las aguas y el limo del Nilo. La circunstancia de haberse hallado aquí conchas idénticas á las del Mar Rojo, y otras que sólo existen en el Mediterráneo, hace creer que fuese éste el límite á que en su día llegaron las aguas del primero de dichos dos mares. Pegando con el Mediterráneo,

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y sólo separada de él por una estrechísima faja de arena, se halla la cuenca del lago Menzaleh, que unida a la del Ballah llega hasta unos 40 kms. del lago Tinsah. Se extiende al O. hasta el brazo de Damieta del Nilo, y comunica con el mar por la boca de Gemileh, de unos 385 m. de ancho y 1,30 de profundidad en bajamar. Al E. se extiende hasta las llanuras de Pelusio, que en las inundaciones cubren las aguas del Nilo y en las grandes tempestades las del mar, de cuya orilla distan 3 kins. las runais de la antigua l'elúsium, reducidas hoy á unos cuantos paredones y una media docena de columnas esparcidas por el suelo. En toda la superficie del istmo, entre Suez y Pelusio, sólo se encuentran arenas con más o menos mezcla de grava, y más o menos estériles. Hasta unos 6 kms. de Suez se halla la

arena sin mezcla de cantos ni guijo, y parece haber sido depositada ó cuando menos extendida por el mar. Poco a poco, según se avanza hacia el N., se principia á ver el guijo, que llega á abundar bastante hacia la parte más elevada del terreno que separa el Mar Rojo de la cuenca de los lagos Amargos, sin penetrar, empero, más allá de la superficie. Se encuentra también, pero más fino, en la misma cuenca, y particularmente en su periferia, en donde forma cordones dejados por las aguas Siguiendo más al N. va desapareciendo hasta que se llega al lago Ballah donde ni vestigios de él se encuentran siquiera. Hasta las inmediaciones de los lagos Amargos, desde Suez presenta el istmo una esterilidad completa; de aquí en adelante, hasta Pelusio, ofrece en mayor o menor abundancia, con más ó menos lozanía, la vegetación peculiar del desierto, que constituye el alimento del útil y paciente camello. El tamarisco abunda tanto en el lago Tinsah como en el Uadi-Tumilat, valle que se dirige al Nilo y por el cual en las crecidas llegan al lago las aguas de este rio. En los alrededores de los lagos Tinsah y Ballah se encuentran algunas dunas movibles; en todo lo demás del istmo la fijeza de las arenas es notable, como lo atestiguan los restos de trabajos ejecutados en la antigüedad, y en particular los del Canal de los Faraones y Califas, y finalmente la forma misma de las ondulaciones prolongadas del terreno, tan distintas de las que da el viento á las

dunas de arenas movedizas Los terrenos del istmo pertenecen á la formación terciaria, que constituye el territorio todo del Bajo Egipto y la meseta del desierto Líbico. Bajo las arenas de la superficie, en el espacio que media entre Suez y los lagos Amargos, se encuentran las arcillas compactas, otras con mezcla de arena, arena y grava y arcillas foliadas. A las inmediaciones de Suez y en los lagos Amargos se da con la arcilla margosa y á poco de pasar El Guisr se halla la marga, pero avanzando más hacia el Mediterráneo sólo se hallan arenas. En los lagos Amargos se encuentran conchas cuyos similares viven hoy en las aguas del Mar Rojo, tales como las Helix, Spondylus, Murex, y sobre todo Mactra, de que puede decirse que está empedrado el fondo en muchos sitios. No parece probable que continuasen estos seres viviendo en las aguas del lago una vez separadas del mar, pues bajo un cielo tan ardiente bien pronto debieron evaporarse aquéllas después de este suceso (C. S. Montesino, Rompimiento del istmo de Suez) Históricamente, el istmo de Suez tiene gran importancia. Paso ó camino entre Asia y Africa, ha sido teatro de casi todos los acontecimientos que pusieron en relación ambas partes del mundo. Por él pasaron los hicsos y los israelitas, y después los ejércitos egipcios, asirios, persas y macedonios. Hoy forma dist. ó prov. dividido en dos gobiernos, Suez y Port Said, con un total de 32471 habits.

SUF Ó GUAD-SUF: Geog. Oasis del Sáhara argelino, en la prov. de Constantina. Tiene por límites: al N. y E. N. E. el Xot Melrir los demás sebjas que cubren el Yerid tunecino; al E., S. E. y S. desiertos arenosos que se extienden hasta las montañas tripolitanas y el país de los tuaregos asgar, y al S.Ó. y O, el Guad-Rir. Es parte de la gran depresión de esta zona del Sáhara, en algunos puntos inferior al nivel del mar. Sin aguas corrientes, es éste un país de dunas de arena que absorben inmediatamente las lluvias más abundantes. Hay varias localidades habitadas, con plantaciones de palmeras, gracias al agua de los pozos, y cuyos dátiles son muy apreciados.

SUFAYIN: Goog. V. SOFEYİN.

SUFFOLK: Goog. Condado de Inglaterra, situado entre el de Norfolk al N., el Mar del Norte al E., el condado de Essex al S. y el de Cambridge al O.; 3 820 kms.2 y 370 000 habitantes. Terreno llano en general, con pequeñas colinas al O. Los ríos son tributarios del Mar del Norte; el Stour forma la frontera meridional; el Warmey y el Litte Ouse la del N.; por la parte O. corre el Lark. Otros ríos del condado son el

y

Blyth, el Alde y el Deben. El litoral es bajo y pantanoso. Los terrenos están dedicados á pastos al cultivo de cereales, y tiene alguna importancia la cría de ganados lanar, vacuno, caballar y de cerda. Las principales industrias son las derivadas de la agricultura y ganadería. La cap. es Ipswich. En lo antiguo el territorio de este condado estuvo habitado por los icenios; en él tuvieron los romanos varios puestos fortificados. En tiempo de los sajones perteneció al reino de Estanglia.

-SUFFOLK: Geog. Condado del est. de Massachusets, Estados Unidos, sit. entre el estero del río Mystic al N. y la bahía de Massachusets al E., y el estero del río Charles al O., 39 kilómetros cuadrados y 30 000 habits., sin comprender los de Boston, cap. del est., que se halla en este condado. | Condado del est. de Nueva York, Estados Unidos; comprende la parte central y oriental de la Long Island, y tiene 1 950 kms." y 60 000 habits. Cereales, patatas y pastos. Capital Riverhead.

SUFFRÉN DE SAINT TROPEZ (PEDRO ANDRÉS DE): Biog. Marino francés, vulgarmente llamado el Baile de Suffrén. N. en el castillo de SaintCannat, cerca de Lamberc, en 1726. M. en París en 1788. Ingresó en la Orden de Malta y se dedicó á la Marina. Guardia marina en 1743, hizo varias campañas; fué nombrado alférez de navío en 1748, y tomó parte en el combate de BelleIsle, en donde, hecho prisionero por los ingleses, recobró la libertad por el tratado de Aquisgrán; peleó por la Orden de Malta hasta 1754; pasó á la marina Real; formó parte de la escuadra de La Galissonnière, que apoyó el sitio de Mahón (1756); cayó otra vez prisionero en 1759, y ascendió á capitán de fragata en 1767. Todavía hizo con las galeras de la Orden varias campañas, á consecuencia de las cuales fué nombrado comendador. El título de baile le fué conferido algunos años después. Capitán de navío en 1772, cruzó en los mares de Levante y sirvió con distinción en la escuadra enviada á proteger el levantamiento de las colonias inglesas de América. Cuando Francia pensó luchar en las Indias contra la avaricia de los ingleses, encargó á Suffrén la defensa en aquellos mares de los intereses y honor de la nación. Partió de Brest con el grado de jefe de escuadra á la cabeza de cinco navíos y dos fragatas, que conducían tropas destinadas á proteger el Cabo de Buena Esperanza; batió una escuadra inglesa á la altura del Cabo Verde (16 de abril de 1781); destruyó cerca de Madrás (17 de febrero de 1782) la escuadra del almirante Hughes, y ajustó un tratado de alianza con el nabab Haïder-Alí, que hacía tiempo luchaba por arrojar de las Indias á los ingleses. Batió otra vez à éstos en Negapatam, se apoderó de Trinquemale, y conservó su superioridad hast la paz de Versalles (1783).

partidario del sufismo. SUFI (del ár. çufi, religioso): adj. Sectario ó

SUFICIENCIA (del lat. sufficientia): f. Capaci dad, aptitud.

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SUFIO: m. Zool. Ginero de insectos del orden de los coleópteros, familia de los ditíscidos, tribu de los colimbetinos. Los caracteres más notables de este género de insectos son los siguientes: diente medio del menton corto y redondeado, el último artejo de los palpos labiales de la longitud del precedente, un poco arqueado y fusiforme: el de los maxilares tan largo como los tres anteriores reunidos, bífido en su extremidad; el labro declive, redondeado por delante y estrechamente escotado en su mitad; la cabeza ancha; el epistoma truncado por delante; los ojos poco salientes; las antenas muy largas, muy delgadas y setáceas; sus dos primeres artejos más gruesos que los otros; el protórax muy corto y lobulado en medio de su base; élitros ovalados poco convexos; patas anteriores é intermedias poco robustas; los tres primeros artejos de los tarsos ligeramente ensanchados en los machos y provistos por debajo de algunas cúpulas muy grandes, patas posteriores robustas y comprimidas; tibias notablemente más cortas que los fémures; tarsos largos; los cuatro primeros artejos provistos por debajo de un apéndice dirigido hacia atrás, de donde resulta un surco incompleto y lleno de pestañas; las uñas de estos tarsos desiguales; el apéndice coxal poco pronunciado y rectamente cortado por detrás; el prosternón muy estrecho y comprimido, terminado posteriormente en una punta aguda; el cuerpo ovalado y algo deprimido. Toda esta organización está admirablemente adaptada al género de vida de estos insectos, que viven únicamente en las aguas dulces, y de preferencia en las que están estancadas. La respiración no es necesaria más que á largos intervalos; se les ve subir á la superficie del agua, emergen la parte posterior de su cuerpo, y después penetran en el agua llevando consigo una buena provisión de aire. Durante la primavera muchos salen del agua; su vuelo va acompañado de cierto ruido muy agudo. La cópula de los dos sexos tiene lugar en la primavera. Los huevos son alargados, cilíndricos y se abren al cabo de doce ó quince días. Las larvas son ágiles y muy voraces; su alimento consiste en larvas de otros insectos y hasta de su propia especie, y en moluscos acuáticos, de los cuales sacan la sangre con el auxilio de sus mandibulas. Después de haber cambiado de piel por tres veces

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consecutivas salen del agua y se meten en el suelo, dispuestas á sufrir su metamorfosis. Las larvas, lo mismo que el insecto perfecto, poseen un par de estigmas en la extremidad del octavo y último segmento abdominal, muy cerca de la abertura anal; estos estigmas son los que toman provisión de aire cuando el animal sube á la superficie.

Este género no contiene más que dos especies, descritas por M. Aubé, que son de pequeño tamaño y propias de América. Una de ellas es el Suphis cimicoides, originaria del Brasil y de Cayena, y la otra el Suphis gibbulus, de los Estados Unidos.

SUFISMO (de sufi): m. Doctrina panteística mística entre los mahometanos, principalmente

en Persia.

SUFLACIÓN (del lat. sufflatio): f. ant. SOPLO; acción, ó efecto, de soplar.

SUFLAR (del lat. sufflāre): a. ant. SOPLAR. SUFLI: Geog. V con ayunt., p. j. de Purchena, prov. de Almería, dióc. de ídem; 982 habitantes. Sit. al N. de la sierra de Filabres. Terreno montuoso; cereales, vino, legumbres y fru tas; cría de ganados; fab. de aguardientes. SUFOCACIÓN: f. SOFOCACIÓN.

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y

JOVELLANOS.

SUFOLQUIENSE (de Suffolk, n. pr.): adj. Geol. Dícese de un subpiso ó formación que forma parte del piso astiense, ó sea de la tercera época del período ó terreno plioceno, dentro de la era de los terrenos terciarios, hallándose limitado superiormente por el piso arnusiense y descansando sobre las formaciones del piso plaisanciense, ambas incluídas en el sistema plioceno, y correspondiente al desecamiento de la cuenca del Ródano al establecimiento de un régimen fluvial perfectamente marcado. Ha recibido el nombre de la formación más clásica y que puede servir de tipo para su estudio, que es la del Red crag ó crag rojo de Suffolk, y que está constituído por arenas cuarzosas ferruginosas de 8 á 12 m. de espesor en capas generalmente inclinadas y conteniendo huesos timpánicos de la Balena smarginata, algunos dientes de Carcharodon y de Myliobates, á los que se unen algunos moluscos, tales como el Fusus contrarius, Voluta Lamberti, Purpura tetragona, Nassa granulata y Pectunculus glycimeris. Más de la mitad de las especies son comunes con las del denominado crag blanco, y en su base está formado por un lecho lleno de restos fosfatados, en el cual abundan los dientes de tiburones, las vértebras de peces y los huesos de cetáceos: pero muchos de estos restos provienen de la alteración de la arcilla de Londres, sobre la cual descansan, encontrándose también en este curioso subpiso restos de Hipparion, Equus plicidens, Mastodon arvernensis, Elephas meridionalis y Sus antiquus.

En Bélgica está representado este subpiso por las capas que forman las arenas con Trophon antiquus; en la parte septentrional de Francia, especialmente en el Cotentín, donde se caracteriza por los fósiles del género Nassa; en la cuenca del Rodano pertenecen á estas formaciones las arenas de Mollón y de Treboux y la toba de Meximieux, así como las margas caracterizadas por el Pyrgidium Nodoti. En el Languedoc y el Rosellón existen también formaciones sufolquienses, representadas por las arenas amarillas de Montpellier con Ostrea cucullata, y las arenas de Mastodon arvernensis, que abundan en el Rosellón. En los Alpes marinos representan este subpiso las capas superiores de Cannes y de la Colle. En el plioceno italiano constituyen estas formaciones las margas de Mastodon arvernensis

del valle del Arno, y además las arenas amarillas del Astesán y algunos puntos de Toscana, hallándose por último representando este subpiso en la Europa oriental por las capas llamadas de vivíparos de Rumanía.

Más importante aún que geológicamente es el aspecto paleontológico y prehistórico de la formación de Suffolk, por haberse discutido la existencia del hombre ó de sus restos en sus estratos. En la sesión del 8 de abril de 1872, celebrada en el Instituto Antropológico de la Gran Bretaña, el antropólogo Charlesworth presentó dientes de un escualo del género Carcharodon procedente del piso astiense del crag rojo de Suffolk; hállanse estos dientes agujereados en la ción al trabajo humano, análogamente a los base, y el autor creía que era debida la perforapracticados por los insulares del Mar del Sur con los dientes de pescado que fijan sobre sus armas para hacerlas más dañinas, siendo también de esta opinión el gran anatómico Owen, que realizó un atento estudio de dichos dientes. Los citados agujeros no son parecidos á las perforaciones producidas por ciertos moluscos, tales como las folas y las saxicavas, así como por los agujeros hechos por algunas esponjas, tales como los cliones y algunos anélidos como las teredinas; además fueron hechos en la misma época de la formación del terreno, pues varios contienen en su interior materias calizas depositadas por las aguas de aquella época. La anterior manera de ver ha sido aprobada por Collyer, considerando que las perforaciones son irregulares y presentan un bisel en los bordes, y además ocupan el centro de la parte basilar del diente, es decir, una posición tal que los dientes agujereados han podido fácilmente ser fijados á los mangos de las armas ó formar parte de un collar. Los habitantes de las islas Sandwich y de Nue va Zelanda emplean para los mismos usos dientes de tiburón agujereados de la misma manera, no pudiendo citarse ejemplo alguno de antozoa rios que vivan en la substancia dental, ni tampoco se ha afirmado por nadie hasta el día que los dientes de los escualos estuvieran sujetos á la caries.

A pesar de las anteriores afirmaciones, M. Cob. bold cree que las perforaciones son obra de un antozoario análogo al género Nematogothrium filarina, que vive en las cavidades branquiales de una especie de Sciena. Otra opinión es la de M. Whitaker, que, fundado en las dimensiones variables de las perforaciones y en su particular situación, las ha considerado como producto de la descomposición de la raíz del diente, y aun este autor y Carter Blake suponen que la caries puede haber agujereado la ósteodentina.

El geólogo Hughes ha resumido toda la discusión demostrando que las aberturas de los dos lados del diente no se correspondían exactamente, y que en algunos ejemplares la perforación es incompleta, siendo este un hecho capital, sobre todo si se une al que afirma haberse encontrado perforaciones análogas en huesos pertenecientes á depósitos más antiguos, tales como las areniscas verdes y los terrenos secundarios, en los cuales es imposible suponer la existencia del hombre. Debe afirmarse, por tanto, que las perforaciones de los dientes del crag y de Suffolk pueden atribuirse á litodomos, á gasterópodos ó á espongiarios, ayudadas posteriormente por la descomposición del hueso, habiendo sido confirmada esta demostración por el célebre antropólogo Busk en la discusión tenida en el Congreso Internacional de Antropología y Arqueología Prehistóricas de Bruselas.

SUFRAGÁNEO, NEA (de sufragar): adj. Dependiente de una persona á cuya jurisdicción pertenece.

Urbano segundo pasó la silla episcopal de Iria à Compostela, y la sacó de la sujeción del metropolitano de Braga, de quien era antes SUFRAGANEA.

AMBROSIO DE MORALFS.

- SUFRAGÁNEO. V. OBISPO SUFRAGÁNEO, SUFRAGANO, NA: adj. ant. SUFRAGANEO, Usáb. t. c. s. m.

SUFRAGAR (del lat. suffragāri): a. Ayudar ó favorecer.

Digo bien dotado (el Montepio), porque de otro modo no podrá SUFRAGAR à las necesidades de una cindad tan populosa como Sevilla, etc.

JOVELLANOS.

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Rezando un SUFRAGIO por las almas de sus compañeros ahogados, les dieron un vale eterno, y volviéronse á sumergir en su negra melancolía. QUINTANA.

-SUFRAGIO: VOTO; parecer ó dictamen explicalo en una congregación ó junta en orden á la decisión de un punto ó elección de un sujeto; y el que se da sin fundarlo, diciendo simplemen te sí ó no, ó por medio de bolas, etc.

Se habla mucho de sucesores para las dos secretarias, pero no se atina con señalar uno que reuna la mayor parte de los SUFRAGIOS, JOVELLANOS.

En los países que tienen establecido el su FRAGIO universal, puede haber cierta apariencia de justicia en reclamar el voto para las mu jeres; etc.

MONLAU.

-SUFRAGIO: Dro. can. Esta palabra procede de la latina suffragari, y significa ayudar á alguno; lo cual puede verificarse, ya rogando por él, ya pagando por él las penas debidas, trasladando las propias satisfacciones en beneficio suyo. Se entiende por sufragio, según Gómez de Salazar, á quien seguimos, la traslación de las satisfacciones de uno en poder de otro, pudiendo también definirse como los auxilios espirituales por medio de los cuales la Iglesia socorre á sus individuos, ó sufraga por ellos en orden á la satisfacción.

Los sufragios pueden ser públicos y privados. Los primeros se ofrecen en nombre de la Iglesia por sus ministros. Los privados son las obras piadosas practicadas por los fieles, como personas particulares.

La mancomunidad de la oración no se acaba con la vida de este mundo, y por esta razón, aunque los vivos deben sentir la muerte de los arrebatados de sus brazos, no les está bien abandonarse como los gentiles á un dolor sin límites, menos aún el manifestarlo con pomposas vanidades, porque curatio funeris, conditio sepulturæ, pompa exequiarum, magis vivorum solatio sunt, quam subsidia mortuorum; así que debe tenerse presente respecto á este punto: 1.° Que los fieles pueden rogar á Dios y satisfacer unos por otros. 2.° Que las almas de los difuntos ruegan y piden a Dios por los que viven en este mundo. 3.° Que los sufragios de los vivos aprovechan á los difuntos para satisfacer á Dios por las penas temporales que aún tienen que pagar en la otra vida, ó sea el purgatorio; así que el concilio de Trento enseña de nuevo esta verdad dogmática contra los protestantes.

Las especies de sufragios por los difuntos pueden resumirse en los siguientes: Missa pro defunctis. Las misas por los difuntos se celebran á fin de que sirvan de refrigerio á las almas del Purgatorio para que sean sacadas de allí y conducidas á la patria celestial. Officium defunctorum. Desde los primeros tiempos se halla establecido un oficio especial por los difuntos. Se llevaban sus restos mortales á la iglesia la víspera del entierro, y se empleaba la noche en recitar himnos y salmos, hasta que llegado el día se celebraba el santo sacrificio, durante el cual se hacían oblaciones por el finado. Las oraciones usadas primitivamente se han conservado en el oficio de difuntos con el mismo nombre que tenían; pero ni el oficio ni la misa se acostumbraban á celebrar de cuerpo presente, sino después

del entierro ó ante un catafalco. El oficio de difuntos, establecido por la Iglesia para encomendar á Dios las almas de los finados, á fin de que pasen á gozar cuanto antes de la eterna bien

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aventuranza, se repetía en otro tiempo á los tres, siete, mueve, treinta o cuarenta días, según la costumbre de cada país; pero lo más general, y que se conserva todavía, era celebrarlo al cumiplirse el año de acontecer la defunción.

La oración, limosna y ayuno es otro de los medios que se emplean desde la más remota antigüedad en favor de los difuntos, cuyos medios están reconocidos y recomendados por la Iglesia, como que se hallan fundados en la fuente más importante del Derecho canónico, que es la Sagrada Escritura.

El Sumo Pontífice, en virtud de la potestad de las llaves que le está concedida, y en el deseo de favorecer á los difuntos, concede indulgencia plenaria aneja á un altar, que por esto se llama privilegiado, en el que haya de celebrarse el santo sacrificio de la misa, cuya gracia, según la mente del que la concede, libra de todas las penas del Purgatorio; pero su efecto mayor o menor pende en un todo del beneplácito y aceptación de la misericordia divina. Esto depende de que estas indulgencias recaen sobre sus súbditos, y por esta razón se les aplican á manera de sufragios.

Los sufragios hechos en favor de los difuntos han de reunir por parte del que los hace las condiciones siguientes: 1.° Que tenga intención de aplicarlos en favor de otro, ó sea del difunto ó difuntos, porque de otro modo cederá en beneficio propio por ser obra suya. 2.° Que la obra practicada sea voluntaria. 3. Que se halle en estado de gracia, cuya condición es de necesidad tratándose de obras á las que no va anejo el que produzcan su efecto, independientemente de las cualidades del sujeto, como el sacrificio de la misa. Respecto á las personas por quienes se aplican, es de necesidad que se hallen en estado de gracia. En este supuesto los sufragios aprove chan á los difuntos, siempre que éstos no se hallen en estado de pecado mortal, y se hallen, en su consecuencia, pagando en el Purgatorio la pena debida por los pecados ya perdonados en cuanto á la culpa.

-SUFRAGIO: Pol. V. ELECCIÓN.

de plantas (Suffrenia) perteneciente á la familia SUFRENIA (de Suffren, n. pr.): f. Bot. Género de las Litrariáceas, cuyas especies habitan en el Norte de Italia, y son plantas herbáceas, casi sencillas, delicadas, con las hojas opuestas, elíp ticas, sentadas, enterísimas, y las flores axilares, solitarias, sentadas y blanquecinas; cáliz tubuloso-acampanado, provisto en su limbo de ocho dientes alternos, los cuatro exteriores muy pequeños y los cuatro interiores aovados, agudos y casi erguidos; corola de cuatro pétalos insertos en la parte superior del cáliz, opuestos á los dientes menores de éste, muy pequeños y caedizos; dos estambres insertos en el tubo calicinal, opuestos entre sí é incluídos, con los filamentos filiformes, y las anteras introrsas, biloculares, con óvulos numerosos, anátropos, insertos sobre placentas hemisféricas; estilo muy corto y estig. ma acabezuelado; el fruto es una cápsula oblonga, pedicelada dentro del cáliz y casi unilateral por reabsorción parcial del tabique medianero, bivalva y con la placenta central libre; semillas numerosas, aovadas, planoconvexas, con la testa coriácea y lisa; embrión sin albumen, con los cotiledones orbiculados, casi planos, ortótropos, y con la raicilla obtusa, basilar y prolongándose hasta el ombligo.

SUFRIBLE: adj. Que se puede sufrir y tole

rar.

decían (los indios) que los más valientes de su tierra sólo se atrevían á visitar alguna vez unas ermitas de sus dioses que estaban á la mitad de la eminencia, pero que de alli adelante no se hallaría huella de humano pie, ni eran SUFRIBLES los temblores y bramidos con que se defendia la montaña.

SOLÍS.

... no fueron SUFRIBLES la sed, hambre, desnudez, ni los rigores... sino comprendieron á los unos y á los otros.

B. L. DE ARGENSOLA.

SUFRIDA: f. Germ. CAMA; armazón de madera, bronce ó hierro en que generalmente se ponen jergón ó colchón de muelles, colchones de lana, sábanas, mantas, colcha y almohadas, etc.

SUFRIDERA (de sufrir): f. Pieza de hierro que ponen los herreros debajo de la que quieren penetrar con el punzón, para que éste no se melle contra la bigornia y dé lugar á sepa

rarse la pepita ó pedazo de hierro que saca el punzón.

- SUFRIDERA: Art. y Of. La sufridera tiene varias formas, según el trabajo á que está destinada, pues para hacer taladros basta una masa plana de hierro con uno ó varios agujeros circulares de diferentes diámetros, en relación con el tamaño de la broca del perforador, pero siempre bastante mayor que él; es plana y de algún espesor, que se coloca sobre el yunque y debajo de la pieza en obra, de modo que el centro del hueco se corresponda con el eje de la herramienta; cuando es el punzón el que ha de obrar, necesita la sufridera en tanto que se golpea; en muchas tener un mango largo para que un obrero sujete ocasiones, el yunque, la bigornia ó el tas tienen un taladro rectangular ó circular, con lo que resulta el trabajo mucho más cómodo. También se llama sufridera una masa de hierro, con su mango, que se usa para sufrir el golpe dado por un macho ó un martillo sobre un roblón para remacharle, empleándose muchas veces para este objeto un martillo grande; su objeto es, como se comprende, evitar que, al ser el roblón golpeado por la punta, se salga de su sitio; y como es este útil el que recibe el golpe, el que le sufre, por esto, se le ha llamado de este modo.

Los carpinteros también usan la sufridera para clavar en los cercos y en los sitios en que la obra no puede apoyarse en el banco, á fin de que resista la obra y de que no haya rechazo, que arrojaría fuera el clavo por efecto de la reac

ción.

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de todos los pueblos del continente, éste (el español) era acaso el más á propósito para recibir con fruto el germen de la libertad. Templado, frugal, SUFRIDOR de trabajo y de fatiga, etc.

QUINTANA. SUFRIENTE: p. a. de SUFRIR. Que sufre. todo pretendiente se da por SUFRIENTE primero á solas. FR. HORTENSIO PARAVICINO, SUFRIMIENTO: m. Paciencia, conformidad, tolerancia con que se sufre una cosa.

Ni hay hombre que el SUFRIMIENTO
No le sea muy necesario.
ALONSO DE BARROS.

- Don Iñigo, ya ha llegado
A extremo mi SUFRIMIENTO,
Que pasar dél no consiento
A mis celos y cuidados.

TIRSO DE MOLINA.

Se abandonaron á toda la alegría que debía inspirarles el gusto de verse socorridos y la satisfacción de no perder el fruto de tantos

SUFRIMIENTOS.

QUINTANA.

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