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p. j. de Torrelavega, prov. de Santander; 627 habits. I V. SAN MARTÍN DE LA ARENA.

SUANES Ó SUANETOS: m. pl. Geog. ant. Pueblo del Cáucaso, sit. en las dos vertientes de

esta cordillera.

SUANETAS: m. pl. Etnog. V. SUANES. SUANO: Geog. Lugar del ayunt. de Hermandad de Campo de Suso, p. j. de Reinosa, provincia de Santander; 189 habits.

SUA-O: Geog. Bahía de la costa oriental de la isla Formosa, Japón, sit. en la parte N. de la isla, al S.S. E. Ke-lung.

SUÁRBOL: Geog. Lugar del ayunt. de Candín, p. j. de Villafranca del Bierzo, prov. de León; 157 habits.

SUARD (JUAN BAUTISTA ANTONIO): Biog. Literato francés. N. en Besanzón en 1733. M. en París en 1817. Su padre era secretario de la Universidad de Besanzón. Juan mostró desde su juventud aptitudes precoces para las letras. Prometía ya ser un escritor serio, cuando un suceso desgraciado sirvió de obstáculo en su carrera. Habiendo sido testigo de uno de sus amigos en un duelo que tuvo con un oficial de la guarnición, fué conducido ante el gobernador y se negó á revelar el punto á donde el amigo acusado se había retirado. Esta negativa motivó su arresto, y con una severidad inaudita fué encerrado en la isla de Santa Margarita, en Provenza, en donde pasó el período de su cautividad leyendo la Biblia y el Diccionario de Bayle. Recobrada su libertad al cabo de un año, se puso á estudiar la lengua inglesa, después marchó á París, en donde recibió distinciones de Marmontel y fué admitido en los salones de madama Geoffrín. Había heredado de sus parientes una renta anual de 2500 libras que, poniéndole al abrigo de la necesidad, no le permitía figurar de un modo brillante en el mundo en que había sido admitido. Madama Geoffrín, que se interesaba por él, lo recomendó á un personaje influyente; pero Suard, al ser recibido con altanería por este señor, renunció su protección. En varias ocasiones dió Suard pruebas de la dignidad de su carácter; el barón de Holbach le ofreció 10 000 libras, que se negó á admitir. Después de sus primeros trabajos en el periodismo, puesto en relación con las notabilidades literarias de la época, obtuvo, por mediación de d'Alembert, del duque de Nivernais y de madama de Maurepás, una pensión de 2500 libras, que le colocó en una situación desahogada. Los tres premios que ganó en varios concursos en las Academias de provincias, y su casamiento con mademoiselle Panckoucke, le dieron suficientemente á conocer. Acababa de hacer un viaje á Inglaterra cuando fué nombrado censor teatral en 1774, cargo que desempeñó hasta 1790 con moderación e imparcia lidad. En 1772 se presentó candidato á la Aca. demia Francesa y fué elegido en el mismo día que Jacobo Delille; pero á instigación del duque de Richelieu, madama Du Barry hizo anular las dos elecciones, pretextando que los dos elegidos pertenecían á la secta de los enciclopedistas.

Suard fué admitido en 1774. Monárquico celoso, vivió durante la Revolución retirado en su casa

de Vaugirard. Perseguido en 1795 y proscrito dos años después, huyó á Suiza, marchó á Cop: pet, á casa de madama de Staël, y de allí pasó á Anspach. Despué del 18 de brumario regresó á Francia. Manifestó en sus escritos con toda franqueza sus simpatías por el gobierno consular, y fué comprendido, al reorganizarse el Instituto, en la clase de la Lengua y de la Literatura de la Academia Francesa, de la que fué nombrado secretario perpetuo en 1803. Luis XVIII, á quien pidió le encargase de la censura de los teatros, lo nombró censor honorario, oficial de la Legión de Honor (1814) y caballero de la Orden de San Miguel (1816). Llevado de su odio político, denunció Suard, é hizo eliminar del Instituto, á nueve de sus compañeros, entre ellos á Garat. Se deben á Suard estas obras: Carta escrita desde el otro mundo por el A. D. F. (el abate des Fontaines) á F. (Frerón); Variedades literarias ó Colección de piezas, ya originales, ya traducidas; Discurso de recepción en la Academia Francesa; Misceláneas de Literatura; De la libertad de imprenta; Clitemnestra, ópera en colaboración con Arnaud; etc. También tradujo varias obras inglesas, solo ó en colaboración.

SUARDI (BARTOLOMÉ): Biog. V. BRAMANTINO (BARTOLOME SUARDI, llamado el).

SUARDIA: f. Bot. Género de plantas perteneciente á la familia de las Gramíneas, tribu de las paniceas, cuyas especies habitan en las regiones tropicales del Brasil, y son plantas herbáceas, ramificadas, con las hojas planas, estrechas, enteras y rectinervias, las cuales tienen las vainas y los limbos erizados de pelitos viscosos; panojas ramificadas, contraídas; espiguillas biHoras, con los pedicelos articulados, la flor inferior neutra y la superior hermafrodita; dos glumas desiguales, mochas, la inferior más pequeña; la flor neutra tiene las glumas bífidas en el ápice y aristadas; la hermafrodita consta de dos glumillas casi iguales, mochas, cóncavas, la inferior bilobulada en el ápice; glumélulas trun cadas, flaveliformes, con los nervios divergentes; tres estambres; ovario sentado, con dos estilos terminales y estigmas apincelados, con los pelos sencillos, y denticulados; cariópside libre.

SUARES: Geog. Lugar de la parroquia de Santa María de Suares, ayunt. de Bimenes, p. j. de Siero, prov. de Oviedo; 143 habits. || V. SANTA MARIA DE SUARES.

SUÁREZ: Geog. Part. de la prov. de Buenos Aires, Rep. Argentina, sit. al S.O. de Buenos Aires; 8790 kms.2 y 3000 habits. Lo riegan los arroyos Pigiié, Guamani, Curumalán, Sauce Corto y otros. Las estaciones Gama, Colina, Sauce Corto, Corumalán y Arroyo Corto, del f. c. del Sur, se hallan dentro de este part. En la estación de Sauce Corto se ha formado el pueblo Suárez. El lado O. del part. se halla ocupado por las sierras de Curumalán y de Pillahuincó.

- SUÁREZ SARAVITA: Geog. Río de Colombia. Nace en la laguna de Fúquene, dep. de Cundinamarca, Colombia; entra en Boyacá y pasa á Santander, recibiendo varios afl. en ambos departamentos; frente á la meseta de Jéridas se encuentra con el Chicamocha, que allí llaman Sube, y reunidos van á tributar sus aguas al caudaloso Magdalena. Los españoles le cambiaron el nombre de Saravita por el de Suárez, por haber arrastrado su rápida corriente el caballo del capitán Gonzalo Suárez Rondón (Esguerra).

-SUÁREZ (RODRIGO): Biog. Jurisconsulto y escritor español. V. JUÁREZ (RODRIGO).

breve del Papa (9 de septiembre de 1613), dando las gracias al autor; está dividida en seis libros y dedicada á los príncipes cristianos. El rey de Inglaterra, que la condenó al fuego y prohibió su lectura amenazando con severas penas á los desobedientes, se quejó con viveza á Felipe III de España porque sufría en sus Estados al atrevido escritor que se declaraba enemigo del trono y de la majestad de los reyes; pero Felipe III hizo examinar el libro á los doctores, y basado en el informe de éstos dirigió á Jacobo I una carta que elogiaba á Suárez y exhortaba al monarca inglés à entrar en el camino de la verdad. El Parlamento de París, al que se presentaron extractos de aquel tratado, le condenó al fuego. (26 de junio de 1614) por sus máximas sediciosas, dirigidas á destruir los Estados y atentatorias a los derechos de los soberanos. También dispuso que el Padre Amand, rector, el Padre Cotón, confesor del rey, y los Padres Frontón-Leduc y Sirmond, vigilasen para impedir que sus colegas continuasen enseñando en sus libros proposiciones tan perjudiciales y perniciosas, cuidando en cambio de predicar al pueblo una doctrina contraria á la de Suárez. Los que no obedecieran serían castigados como criminales de lesa ma. jestad. Sin embargo, la obra del Jesuíta se reimprimió en Colonia (1614) y otros puntos. Suárez, llamado á Lisboa para asistir á las confe rencias que debían celebrarse en presencia del legado pontificio, fué allí atacado de una enfer medad que en pocos días causó su muerte. Dotado de una memoria prodigiosa, era, al decir de Grocio, tan profundo filósofo y teólogo, que apenas podía hallarse quien le igualara en mérito. Benedicto XIV y Bossuet hicieron su elogio. Las obras de Suárez, escritas con lógica y con méto do, pero abundantes en cuestiones inútiles y dis cusiones superfluas, fueron recogidas y publicadas en Maguncia y Lyón (1630 y sig., 23 vol. en fol.); en Venecia (1740); en Besanzón (1856-62, 26 t. en 8. mayor), con seis opúsculos inéditos, y en la colección de Migne. De ellas hizo un Compendio, en francés, el Padre Noel (Ginebra, 1732, 2 vol. en fol.). Un tratado De religione Societatis Jesu, anotado (Bruselas, 1857, en folio), completa todas las ediciones de los escritos de Suárez. Suponemos que se refieren al teólogo objeto de este artículo tres manuscritos que en Madrid se guardan en la Biblioteca Nacional, catalogados en esta forma: Suárez (P. Francis co), Jesuíta: Tratado de las pasiones del alma; Copia de un breve que le envió el Papa, año 1617;

Declaración del hermano Jerónimo de Silva, acerca de la señales de santidad que vió en él.

- SUÁREZ (FRANCISCO): Biog. Teólogo espa ñol. N. en Granada á 5 de de enero de 1548. M. en Lisboa á 25 de septiembre de 1617. Fué hijo de Gaspar Suárez de Toledo, abogado granadino, y de Antonia Vázquez de Utiel, ambos de noble familia muy querida en Granada. En su adoles cencia hizo sus estudios en la Universidad de Salamanca. Luego en la misma ciudad ingresó (1564) en la Compañía de Jesús, no sin dificultades, porque se le creía dotado de escaso entendi-pañol. miento. Puesto bajo la dirección del célebre Padre Rodríguez en el noviciado de Monterrey (Orense), realizó progresos tan rápidos que sus superiores le confiaron la enseñanza de la Filosofía en

Segovia, y más tarde la de Teología en Valladolid, Alcalá de Henares, Salamanca y Roma. En Evora obtuvo el grado de Doctor teólogo. Después recibió de Felipe II el nombramiento de profesor de Teología en la Universidad de Coimbra. Se le considera como uno de los jefes del congruismo (V. esta palabra), inventado para hallar el medio de reconocer la predestinación gratuita sin admitir gracia eficaz por sí misma. Suárez, que presentó el sistema desde el punto de vista más favorable á la predestinación gratuita, creyó explicarlo por el concurso simultá neo de Dios y el hombre, diciendo que la gracia realiza infaliblemente su efecto sin que el hombre deje de ser libre para ceder ó para resistir; pero esta asociación de la Divinidad á los actos de la voluntad humana es un misterio tan impenetra ble como todos los demás puntos de la disputa. Compuso Suárez muchas obras, de las que el lector hallará copiosas noticias en la Bibliotheca Nova de Nicolas Antonio (t. I, págs. 480-82). Una de las más notables se titula De legibus ac Deo Legislatore libri X (Coimbra, 1613, en fol., y Amberes, íd.), y mereció los honores de la reimpresión en Inglaterra (1679). No sucedió lo mis. apostolicæ adversus anglicano secta errores cum mo con la que tituló Defensio fidei catholicæ et responsione ad Apologiam pro juramento fidelitatis, et præfationem monitoriam Serenissimi Jacobi magni Britanniæ Regis (Coimbra, 1613, en fol., y Maguncia, 1619). Esta obra, escrita á instancias del Pontífice Paulo V contra el juramento que Jacobo I exigía á sus vasallos, mereció un

- SUÁREZ (EL P. PASCUAL): Biog. Poeta esN. en Albacete en 1765. M. en Villacarriedo (Santander) á 3 de agosto de 1826. De su vida y obras da noticias Baquero Almansa en la obra titulada Hijos ilustres de Albacete (Madrid, 1884, págs. 200 á 208). A los quince años de edad ingresó Suárez en el Instituto Calasancio. Aficio nado al estudio de las Humanidades, dedicóse á ellas especialmente, y con gran aplauso y buen éxito las enseñó en las Escuelas Pías de Villacarriedo y de Archidona y en los dos colegios de Madrid. Ejerció todos los cargos de confianza y honoríficos de su instituto, hasta los más altos: fué sucesivamente secretario de la provincia de Castilla, rector de las Escuelas Pías de San Anto nio Abad en Madrid, provincial, y por último vi cario general. En su juventud se temió que viviera poco, por habersele iniciado una tisis; pero escapó á la terrible enfermedad, restableciéndose de modo tan completo que falleció de apoplejía. Fué predicador de fama, docto humanista y notable poeta. «He podido repasar, escribe Baquero, una veintena de sermones suyos, escritos de su puño en hermosa letra escolapia, predicados, según las fechas, por los años de 1787 á 1805, y me atrevo á calificarlos de buenas piezas de oratoria sagrada. - Juntamente con estos sermones, he examinado á ni sabor (gracias á la amabili dad del P. Pompilio Díaz, de San Antón, en cuyo poder se hallan casi todos los papeles del P. Suárez) su poesías. Componen éstas un abultado tomo en 4.°, á dos columnas, bajo el título de: Curiosidades que libraron de algunas moles tias y pesares á su autor con letra chica... El libro está casi dispuesto para la imprenta. A la muerte del Padre Pascual se pensó imprimirlo. Entonces lo hubieran agradecido las Letras, pues efectiva. mente pocos hay de su tiempo que le aventa jen. El P. Pascual había formado el suyo con 'a

la redacción del Monitor de las Escuelas Prima. rias, primer periódico publicado en Chile sobre educación popular. Suárez, ya en 1875, se hallaba jubilado con una modesta renta, después de haber empleado treinta y tantos años de su vida en la educación del pueblo.

casa del factor, el cual ignoraba que sus parientes se hallasen tan ligados à la causa revolucionaria. Al saberlo el virrey hizo sacar á Illán de la cama, y le dijo: «Traidor! has enviado á tus sobrinos donde los rebeldes.» «No soy traidor, sino tan buen y tan leal servidor del rey como vos,» le contestó Carvajal sin inmutarse. Exal

frecuente lectura de los clásicos latinos y la de sus contemporáneos Meléndez y Moratín. A éste le imita especialmente en sus faciles y alegres romances; al dulce Batilo, en sus églogas y ana creónticas. Alguna vez se eleva hasta la oda horaciana, y en una ocasión al menos, y no por cierto la más infeliz, se atreve á competir con el magnífico cantor de la victoria de Lepanto, inspirándose en el mismo modelo. Aludo á una Canción á la libertad de España de la opresión de los franceses, compuesta con motivo de la gloriosa batalla de Bailen. Es entonada y aparatosa, y trae en seguida á la mente el recuerdo de la célebre de Herrera; pero se recuerda en su daño... El era un poeta de estro templado y ameno, discreto y culto. » Sus mejores composiciones son por el estilo de una graciosa imitación de Inar. co, dedicada A la señora marquesa de la Sonora (1810), reproducida por Baquero. Del mismo corte y tono son las más de las composiciones. Romances, como el citado, de felicitación hay española de libros raros y curiosos (Madrid, colocó en la picota. Gonzalo desaprobó la con

muchos en el libro inédito de Suárez. También hay muchas poesías en varios metros, para comienzo ó final de los actos escolares públicos, que con gran pompa solían antes celebrar los dos colegios de Madrid. El P. Pascual fué sin duda el poeta oficial de la Escuela Pía. En las ocasiones solemnes, como en las visitas de los reyes ó en las fiestas religiosas de los patronos, el obsequio poético su musa lo proporcionaba: odas y Sonetos gratulatorios, gozos y villancicos; de estos últimos algunos muy lindos y tiernos. «He indicado antes, agrega Baquero, que las composiciones graves y pretenciosas no suelen ser las más felices del tomo; pero debo hacer una excepción en favor de las escritas en verso blanco. Jovellanos y Moratín habían aclimatado aquí esta forma de versificación á la italiana, tan difícil, no obstante la engañosa facilidad que aparenta permitirle la ausencia de la rima. Muy pocos de nuest ros poetas, aun los clásicos, cuando la han empleado, han salido del empeño airosos. Pues en tre esos pocos puede contarse al P. Suárez... No menos bella es una pintura del Buen Pastor, que hace en una Epístola á un amigo con motivo de haberle nombrado para un curato del obispado de Cartagena. Y en igual forma de versificación, y no inferior en mérito, tiene una égloga, titulada Elpino, de entonación poética y buen estilo bucólico, donde resaltan gallardamente muy acertadas imitaciones de Virgilio. Está dedicada á los condes de PinoHermoso, y fechada en Albacete, año de 1812. Suárez se había retirado á su pueblo natal cuan. do desbandó á los Escolapios José Bonaparte; allí permaneció hasta el regreso de Fernando VII, suceso que celebró con versos castellanos y latinos llenos de entusiasmo patriótico. El P. Suárez confeccionó el libro de las Lecciones escogidas, que todavía sirve de texto en los colegios de Escolapios. La elección está hecha con singular tino; la parte original no desmerece, y puede creerse que es de su pluma.

- SUÁREZ (JOSÉ BERNARDO): Biog. Escritor chileno. N. en Santiago de Chile en 1822. Establecida en dicha capital la Escuela Normal de Preceptores bajo la dirección de Domingo F. Sarmiento, Suárez figuró (1842) entre sus alumnos. Un año después fue mandado á servir la escuela anexa al Liceo de San Felipe de Aconcagua. Desde entonces ocupó distintos puestos en la enseñanza pública y fundó algunos establecimientos de este género. Fué profesor de varios colegios particulares de Santiago; visita dor de escuelas municipales de Valparaíso y Concepción; fundador de las escuelas del regimiento de granaderos á caballo de la brigada de policía de Santiago; de la primera escuela nocturna que en 1848 se estableció en Valparaíso; de la primera escuela superior que en 1857 se abrió en Santiago; y finalmente, ejerció el cargo de visitador general de escuelas durante muchos años, carácter en el cual visitó la mayor parte de las provincias de la Rep. Publicó algu nos libros. Además de otros, Guía del institutor primario; Rasgos biográficos de niños célebres; Tesoro de las niñas; Rasgos biográficos de hombres notables de Chile, y Recreo del soldado chileno. La mayor parte de esos textos fueron reimpresos por la casa de Rosa y Bouret de París, y no sólo ciculan en Chile, sino también en las Repúblicas vecinas. Durante cuatro años, y sin recibir remuneración alguna, Suárez acompañó á Sarmiento y más tarde á Santiago Lindsay en

- SUÁREZ DE ALARCÓN (JUAN): Biog. Pocta portugués. Vivía en 1611. Descendiente de una familia castellana, fué caballero del hábito de Cristo, alcalde mayor de Torres Vedras y maestre-sala de Su Majestad. En versos castellanos dió á las prensas un poema en octavas dividido en seis cantos. Lieva este título: La infanta coronada por el rey D. Pedro, doña Inés de Castro, en octava rima (Lisboa, 1606, en 4.o). También publicó Suárez la Arquimusa de varias rimas y afetos (Madrid, 1611). Es una colección de poesías castellanas y portuguesas. Varias de ellas pueden verse en el Ensayo de una biblioteca 1880, t. IV, col. 645 á 649).

- SUÁREZ DE CARVAJAL (ILLÁN): Biog. Aventurero español. N. en Talavera hacia 1502. M. en Lima (Perú) por los años de 1547. Cuando en 1534 llegó al Perú Hernando Pizarro, llevando para su hermano Francisco el título de marqués, le acompañaba Illán Suárez, nombrado por el rey factor del Perú. Contaba entonces poco más de treinta años, era gentil persona, y, según un cronista, muy entendido en letras y números. El marqués lo recibió con gran deferencia, y en breve se estrechó entre ambos la más franca amistad. Francisco Pizarro puso á su nuevo amigo al corriente de los sucesos, y le comisionó para que pasase al Cuzco á conferenciar con Almagro el Viejo, dándole más tarde igual encargo en la famosa y desleal entrevista de Mala. Mucho trabajó Illán para alcanzar un buen acuerdo; pero la doblez de los Pizarros inutilizó sus esfuerzos. Pizarro confirió después al factor el mando de una fuerza destinada á someter al inca Manco, que con numerosa hueste de indios se hallaba en las alturas de los Andes. Engañado por los informes de un espía, envió Illán una noche al capitán Villadiego con 30 hombres para que se apoderase por sorpresa de la persona de Manco; pero éste, prevenido de la trama, batió á los españoles, muriendo Villadiego y más de 20 de sus soldados. Relevado Illán del mando regresó al Cuzco, de donde escribió al marqués que se cuidase mucho de los de Chile. Pasó después á Lima, y en el mismo día del asesinato de Pizarro fué reducido á prisión por los parciales de Almagro el Mozo. Al retirarse éste de Lima, condujo siempre presos á Suárez de Carvajal y otros; mas en Jauja los puso en libertad. Vaca de Castro envió á Lima al Bachiller Juan Vélez de Guevara con el carácter de teniente gobernador. Pero Illán Suárez y los regidores se negaron á reconocerle y le rompieron la vara en pleno Cabildo, quejosos de que el nombramiento se hubiese hecho en persona recién llegada al Perú. Aunque Vaca de Castro tuvo noticia del desacato no quiso usar de rigor, limitándose á reprender con suavidad á los desobedientes. Verdad es que esto aconteció cuando ya se tenía noticia de la llegada á Panamá del virrey Blasco Núñez. El Cabildo nombró á Illán para ir hasta Trujillo á recibir y felicitar al nuevo representan

te de la corona. En Huaura se informó Suárez de

la severidad con que obraba el virrey, quitando repartimientos y realizando otros actos de justicia, y entonces resolvió regresar á Lima, escri biendo antes á su hermano lo poco que tenían que esperar de Núñez; y que pues les había de quitar los indios, especialmente á él como oficial real, procurase convertir en dinero toda su hacienda para volver á España, antes que las disposiciones del virrey pudiesen dañarles en sus intereses. Súpolo Blasco Núñez, y desde entonces vió de mal ojo á Illán Suárez. Así, cuando en 15 de mayo de 1544 recibió en palacio la visita de los notables de Lima, al abrazar á Illán, á quien había conocido en España, le dijo: «Siento que seáis vos de los pocos á quienes no podré hacer bien ni merced alguna.» Viendo el curso de los sucesos la rebelión de Gonzalo Pizarro, Suárez de Carvajal se mantuvo fiel á la causa del rey, y aun escribió á su hermano que no se comprometiese con los revolucionarios. Pero la impopularidad y los desaciertos de Blasco Núñez eran el mejor auxiliar de la revolución. Una noche, con otros vecinos, se escaparon de Lima dos sobrinos de Illán Suárez que vivían en la misma

tado el virrey con estas palabras, hirió con su daga en el pecho al factor, y ordenó á uno de sus criados que lo acabase de matar. El asesinato alevoso cometido en la persona de Illán Suárez puso colmo á la exasperación pública, y por toducir para el virrey la catástrofe de Iñaquito. das partes brotaron las chispas que debían proGanada la batalla por Gonzalo Pizarro, Benito Suárez de Carvajal, hermano del factor Illán, encontró en el campo al virrey cubierto de heridas, y después de abofetearlo le hizo cortar la cabeza por un negro, la condujo arrastrando á la cola de su caballo hasta la plaza de Quito, y la ducta ruín de Benito, y mandó dar sepultura y hacer honras fúnebres á su vencido adversario.

- SUÁREZ DE CHAVES (LORENZO): Biog. Escritor español. Vivía en la segunda mitad del siglo XVI. Era en 1577 vecino de la ciudad de Mérida. Nicolás Antonio dice que Suárez poseía la dignidad de caballero. Escribió Chaves los Diálogos de varias questiones en Diálogos y metro Castellano sobre divuersas materias, con vn romance al cabo del día final del juycio y de sus señales (Alcalá de Henares, 1577, en 8.0), obra dedicada á Felipe II. Los diálogos son 23, á saber: 1. De la vida activa y contemplativa. 2.° Del estado de la perfección en general. 3.° Del episcopal estado. 4. Del estado religioso en general. 5. De las cosas pertenecientes á los religiosos. 6.° De las diferencias de religiones, 7.° Del entrar en religión. 8.° Del matrimonio en general, 9.° De los impedimentos del matrimonio. 10 De las maneras del desposar. 11 De los contratos, votos y vicios del matrimonio. 12 Avisos para vivir en casamiento. 13 De la crianza de los hijos. 14 De los provechos y daños del matrimonio. 15 De

la libertad. 16 Del arte militar. 17 De la elocuencia. 18 De la nobleza y fama. 19 De amor desordenado. 20 De próspera y adversa fortuna. 21 De pobreza. 22. Desprecio del mundo. 23 De la muerte. El Romance del día final del juicio y de sus señales, con que acaba la obra, no es tal romance, sino unas redondillas.

- SUÁREZ DE DEZA Y AVILA (VICENTE): Biog. glo XVII. Era natural de Lisboa, al decir de BarPoeta español. Floreció en los comedios del sibosa Machado, quien agrega que Suárez fué Prestes da Capella Real do Rey D. Joao IV, lo cual tiene Barrera por muy dudoso. Suárez obtuvo (1663) el cargo de ujier de saleta de la reina doña Mariana y de SS. AA., y en el mismo donosos entremeses y comedias burlescas. Con año era fiscal de comedias en la corte. Compuso el título de Parte primera de los donaires de Tersicore (Madrid, 1663, en 4.°) dió á las prensas, dedicada á Juan Martín Vicente, familiar de la Inquisición y criado de S. M., en su guarda de á caballo, una colección de 42 de sus composiciones dramáticas, prometiendo una segunda parte, que no llegó á publicar. El prólogo al lector, diciendo, además de otras cosas, que es un desenfadado romance en que habla el libro comedias nunca representadas; que algunos de se componía de entremeses, bailes, sainetes y sus sainetes se habían oído en la escena, pero que los más de ellos nunca habían visto la cara à los corrales, sino que nacieron para palacio. En efecto, en la mayor parte de los epígrafes de estas piezas consta que fueron escritas para las funciones de palacio. Al frente del libro se hallan versos en alabanza de Suárez, compuestos por los poetas cómicos Diamante, Juan Vélez de Guevara, Avellaneda, Olivares Vadillo, Francisco Bernardo de Quirós, Francisco Salgado y otros ingenios menos conocidos. Antonio de Salazar

escribe esta décima:

Vicente, con gran primor
Une tu agudeza igual,
Lo discreto á lo jovial
Con el donaire mejor.
No tienes competidor
Por único y eminente,
Aplaudiste Benavente,
Cáncer te alabó admirado,
Y el orbe te ha laureado
Muy justificadamente.

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La Parte primera de los donaires de Tersicore contiene: Comedia burlesca de Los amantes de Teruel. - Mojiganga del Mundi Nuevo (para el Retiro, fiesta al nacimiento de Carlos II; 1661). - Baile entremesado de Las mozas de la Galera. - Sainete: El cocinero sordo, fingido por el interés. Sainete de Los titeres (para el Retiro). Mojiganga del Juego del ajedrez (para Palacio). - Baile entremesado del Corcovado de Asturias. - Entremés del Milagro (para Palacio). - Baile entremesado del Pintor (para íd.). – Mojiganga de personajes para títulos de comedias (para el Retiro). Entremés del Para todos (para Palacio). - Mojiganga de Los casamientos (íd.). - Baile entremesado del Platero de amor (íd.) - Mojiganga del Niño y la mujer que acomoda amas. Baile entremesado del Antogero (íd.). - Entremés de La burla de la inocencia (íd.). – Mojiganga de La ronda en noche de Carnestolendas. Entremés de La casa de los Genios y la dama general (íd.). Baile de Las estafas en metáfora de flores. Mojiganga de La encantada (íd.). – Sainete de Las bandoleras del Prado. - Entremés del Mal casado. - Mojiganga de don Gaiferos, con títulos de romances (íd.). - Entremés del Alcalde hablando al rey (íd.). – Mojiganga de lo que pasa en el río de Madrid en el mes de julio (íd.). Sainete del Matemático. - Entremés de Los novios (íd.). - Baile entremesado del Galeote mulato (íd.). - Entremés del Barbero (íd.). – Baile entremesado de Los borrachos. - Entremés de La burla del miserable (íd.). - Baile de Gila y Pascual, zagales (íd.). - Entremés del Caballe ro (íd.). Baile entremesado de Añasquillo. Entremés del Poeta y los matachines (íd.). – Sainete de La casa de dueñas (íd.). - Entremés de Los gorroncillos (íd.). - Baile entremesado de Los esdrújulos (íd.). - Entremés de la Tabaque ría y las paces (íd.). – Mojiganga que se hizo para fiesta de Su Majestad la reina por criados suyos. Baile de Un retrato de la señora infanta Margarita (para Palacio). - Amor, ingenio y mujer en la discreta venganza, comedia famosa, entre burlas y veras, de títulos de comedias. En la parte cuarenta y tres de la colección de Come dias escogidas de los mejores ingenios de España, impresa en Madrid, se halla El principe de la Estrella y Castillo de la vida, comedia cuya tercera jornada escribió Suárez de Deza. Las otras jornadas son de Martínez de Meneses y J. de Zabaleta.

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Nápoles; Breve de Urbano VIII, y respuesta á é por el duque de Alcalá, sobre la prisión del auditor Figueroa. Varias poesias de Suárez se publicaron en los tomos XVI y XLII de la Biblioteca de autores españoles, de Rivadeneira. El nombre del Doctor Cristóbal Suárez de Figueroa fi gura en el Catálogo de autoridades de la lengua publicado por la Academia Española.

- SUÁREZ DE FIGUEROA (GÓMEZ): Biog. Polí tico español. N. en Guadalajara en 1587. M. en Munich en 1634. Poseyó el título de duque de Feria. Fué embajador en Roma y virrey en Va. lencia. Asesinado Enrique IV de Francia marchó Suárez á París (1610) por encargo de Felipe III, para dar el pésame á la viuda del asesi nado y felicitar al nuevo monarca, Luis XIII. Al propio tiempo el duque de Feria negoció el matrimonio del príncipe de Asturias (luego Feliy de María de Médicis, y el de Luis XIII con pe IV) con Isabel de Borbón, hija de Enrique IV Ana Mauricia, hija mayor de Felipe III. Más tarde sucedió al marqués de Villafranca como gobernador del Milanesado. En el ejercicio de este cargo salíó de Milán (1620) para socorrer á los católicos habitantes de la Valtelina contra

los grisones, calvinistas que habían invadido aquel país. Reunidas sus tropas con las de los católicos puestos en armas, los grisones fueron arrojados de la Valtelina. El duque de Feria procuró también extender por el Norte de Italia la influencia española á costa de la de Francia. Aún ejercía dicho cargo cuando apareció repentinamente (1625) en el Monferrato con más de 20 000 hombres y casi tres baterías, fuerzas con

que quitó á los franceses las principales pla zas de aquel territorio. Marchó á socorrer á Bri sach en 1633, y falleció al año siguiente.

| pastor Fido y la de Nápoles de 1622 existen notables diferencias, que llevan á sospechar si el Cristóbal Suárez de esta última será diferente autor. Interesante por más de un concepto es la obra titulada Plaza universal de todas ciencias y artes, parte traducida del toscano y parte compuesta por el doctor Cristóbal Suárez de Figueroa (Madrid, 1615, en 4.°, y 1733, en fol.), dedicada á D. Duarte, marqués de Frechilla. Tonó el autor por fuente al italiano Tomás Garzoni de Bagnacavallo, pero agregó mucho de su cosecha. En el prólogo censura la ignorancia y pretensio nes de los que han seguido una carrera. Picatoste, en los Apuntes para una biblioteca científica (Madrid, 1891, pág. 308) ha dicho: «Compónese esta obra de gran número de discursos, entre los cuales hablan de cosas que pertenecen á este libro las siguientes: de los geometras, medidores ó alarifes y pesadores; de los alquimistas, fortificadores, maestros de fuerzas y máquinas é inge. nieros; de los astrónomos y astrólogos; de los boticarios; de los cosmógrafos, geógrafos, coró grafos y topógrafos; de los destiladores; de los formadores de pronósticos, almanaques, repertorios, calendarios y lunarios; de los matemáticos; de los navegantes, y de la perspectiva. - Es un libro sumamente curioso, con noticias muy eruditas acerca de cada ciencia y de los más se han distinguido en ella. Elogia grandemente las Matemáticas, y sobre todo la Geometría, como base, fundamento y maestra de todas las demás ciencias; llama á la Alquimia, como arte de la transmutación, práctica vil, seducción miserable y gramática insulsa de nombres extravagantes, y cita gran número de ingenios españolas les, entre ellos á los grandes matemáticos don Francisco Garnicas y su hijo, á los cuales no hemos visto citados en ninguna otra parte. >> También da idea del contenido de la obra este título, que es el de la edición de 1733: Plaza universal de todas las ciencias y artes, en que se comprende una universal noticia de cada una de las ciencias, sus inventores, origen, introducción en varias provincias y reinos, sus profesores más distinguidos, progresos y utilidades que producen. Figueroa dedicó á D. Juan Andrés Hurtado de Mendoza, quinto marqués de Cañete, su producción titulada España defendida, poema heroyco (Madrid, 1612, en 8.°), en octavas. Escribió además: Hechos de D. García Hurtado de Mendoza, quarto marqués de Cañete (íd., 1613, en 4.o), obra que da muchas noticias de la guerra contra SUÁREZ DE FIGUEROA (CRISTÓBAL): Biog. los araucanos; Historia y anal relación de las Poeta y escritor español. N. en Valladolid á cosas que hicieron los Padres de la Compañía por mediados del siglo XVI. Aún vivía por los años el Oriente en la propagación del Evangelio los de 1621. Estudió Jurisprudencia; obtuvo el gra- años de MDCVII y MDCVIII (íd., 1614, en do de Doctor, y sirvió á su patria por más de 4.); El Passajero, advertencias utilísimas á la cuarenta años, ejerciendo varios cargos de fiscal, vida humana (íd., 1617, en 8.°, y Barcelona, juez, gobernador, comisario contra bandoleros 1618, en íd.), libro dedicado á la República de y auditor de ejército, ya en la península ya en Luca; Varias noticias importantes á la humana los reinos de Italia donde residió bastante tiem- comunicación (Madrid, 1621, en 4.°), dedicadas po y perfeccionó su gusto literario. Poseedor de á D. Alvaro de Alencastro, duque de Avero, y grande ingenio y de un carácter adusto, sombrío en cuya portada declara el autor haber sido fisy maldiciente, escribió en verso y prosa diferen- cal, juez, gobernador, comisario contra bandotes obras, á las que debe su justa fama de exce- leros y auditor de gente de guerra. En el poema lente poeta, feliz inventor, crítico, historiador de España defendida insertó Suárez una lista y filósofo. Sus más celebradas producciones son: de sus obras publicadas hasta aquella fecha. El pastor Fido, tragicomedia pastoral de Baptis- Comprendía en ella: El pastor Fido; La constanta Guarini, traduzida de Toscano en Castellano te Amarilis; España defendida; Plaza universal (Nápoles, 1602, en 8.0; Valencia, 1609, en 8."; de las ciencias; Varias noticias importantes á la y Nápoles, 1622), dedicado á don Vicente Gon- humana consideración; Hechos del marqués de zaga, duque de Mantua y de Monferrato, y La Cañete, obras todas citadas más arriba; Desvaconstante Amarilis, prosas y versos, divididos en ríos de las edades; Olvidos de principes; Historia cuatro discursos (Valencia, 1609, en 8.°, y Ma- de la India Oriental, que no es sin duda obra drid, 1781, en 8.° mayor), novela pastoril dedi- distinta de la Historia yanal relación, etc.; Pusicada á D. Vicente Guerrero, marqués de Monte-lipo, ratos de conversación; El pasajero; La aubelo. El Licenciado Gaspar Escolano, rector de San Esteban y cronista de Valencia, en la apro bación dada en dicha ciudad (1.° de agosto de 1609) á la citada novela, escribió: «Debajo del disfraz pastoril (he hallado en este libro) muchos discursos provechosos y sentencias graves, acompañadas de agudeza de ingenio, elocuencia en el decir y suavidad en el estilo: de donde pueden los mozos aprender á reglar sus antojos, los graves á sentir altamente en sus opiniones, y los aficionados á la poesía á profesarla con la pureza que ella merece.» Y el autor dirigía á los lectores estas palabras: «Si esperas deste libro alguna grande suspensión de ánimo fundada en intrincados sucesos, ciérralo sin pasar adelante... Mi intención ha sido celebrar la constancia y sufrimientos de dos amantes perseguidos desde el principio de sus amores hasta el venturoso casamiento.» Entre las dos primeras ediciones de El

rora; Espejo de juventud y Residencia de talentos.
Acaso el epígrafe de esta lista fué adulterado en
su impresión al agregar la palabra publicadas,
dado que no se conoce edición del Pasajero an-
terior á la de 1617, y teniendo en cuenta que
en esta misma obra dice Suárez que había pu-
blicado siete libros, cuando se citan catorce en
el catálogo referido. El pasajero, según Barre-
ra, «es uno de los más curiosos, porque en él
vierte Suárez de Figueroa todo su veneno, cen-
surando á los ingenios más eminentes.» Nicolás
Antonio cita como obra del mismo escritor una
traducción del italiano titulada: Obras espiri-
tuales de la madre Baptista de Génova, tomo pri
mero: no dice si se imprimió. Con el nombre de
Cristóbal Suárez de Figueroa se hallan en Ma-
drid catalogados en la Biblioteca Nacional estos
tres manuscritos: Noticias de su vida, y carta en
su defensa; Causa que le hizo la Inquisición de

- SUÁREZ DE FIGUEROA (DIEGO): Biog. Escritor español. Ignoramos el lugar y la fecha de su nacimiento. M. á 15 de abril de 1743. Poseyó el titulo de Doctor, y en 1727 se daba los títulos de calificador de la Inquisición, capellán de honor del rey y su teniente de limosnero mayor. En 1728 era, además de esto último, examina. dor sinodal del arzobispado de Toledo y teologo de Cámara del cardenal Borja. Fué individuo numerario de la Academia Española de la Lengua, donde sucedió á Adrián Conink, muerto en 23 de septiembre de 1728. En dicha corporación tuvo Suárez por sucesor á Manuel de Villegas y Oyarvide. Dedicó á la ciudad de Badajoz la obra titulada Vida y excelencias y muerte del gloriosísimo Patriarca San José. Escribióla el Maestro D. José de Valdivieso, mozárabe en la Santa Iglesia de Toledo. Coméntala el Dr. D. Diego Suárez de Figueroa (Madrid, 1727-28, 4 t. en 4.). Y dicen los autores del Ensayo de una biblioteca española de libros raros y curiosos (Madrid, t. IV, 1889, col. 652): «Es curiosa en este libro farraginoso la Historia de Badajoz, que va tejiendo Suárez en las cuatro dedicatorias, y continuó en los once tomos del Ovidio comentado que publicó después (Véase la crítica de esta última obra en las sueltas de D. Juan de Iriarte). - Este Comentario le publicó Suárez (1728) con nombre de su sobrino D. Ignacio, Caballero Guardia ya difunto, á quien celebró el mismo Iriarte en unos versos latinos. En la dedicatoria cuenta Suárez por badajoceño al Inca Garci laso.» El Comentario á que se refieren las líneas copiadas es el que se dió á las prensas con este título: Comento de P. Ovidio Nason, su autor D. Ignacio Suárez de Figueroa (texto latino y castellano) (Madrid, 1733-38, 12 t. en 4.°). El tomo I contiene los libros de Tristes y Ponto. El II Elegías de amores puros, y del nogal. El III y IV Del remedio del amor impuro. El V y VI Epístolas y las Heroidas. El VII, VIII, IX y X, Metamorphoseas, y el XI y XII Los

Fastos.

- SUÁREZ DEL RONDELO (JOAQUÍN): Biog. Político uruguayo. N. en la villa de Canelones á 18 de agosto de 1781. M. en su quinta de los alrededores de Montevideo á 26 de diciembre de 1868. Era hijo de D. Bernardo Suárez del Rondelo, rico hacendado y de honradez acrisolada. Las virtudes del hogar en que se desarrolló la vida de este célebre ciudadano uruguayo, á quien en estos días su patria le levantará la estatua que merecen sus servicios y su significación política en la Historia, lo prepararon para ser ejem plo de abnegación en la desgracia, ejemplo de rectitud en los actos de su vida pública, y tam bién ejemplo de gobernantes por su alta honra

dez y su criterio siempre justo y prudente. Alzada en armas la campaña uruguaya para sostener la revolución de mayo de 1810, las tomó Joaquín Suárez revistando las fuerzas á las órdenes del entonces teniente coronel D. José Artigas, encontrándose en los combates de San José y de las Piedras (25 y 26 de abril de 1811). Establecido el asedio de Montevideo, fué nombrado comandante militar de Canelones; pero suspendido dicho asedio por el pacto celebrado entre el gobierno de Buenos Aires y el general español Elío, Suárez siguió la suerte de Artigas en su retirada á la costa del Uruguay, para poner en seguridad en el campamento del Ayuy la numerosa población que seguía su destino. Vuelta á encenderse la guerra entre españoles y argentinos, un nuevo ejército de Buenos Aires, á las órdenes de Sarratea, y su vanguardia mandada por el coronel Rondeau, sitió por segunda vez á Montevideo, ganando (31 de diciembre de 1812) la batalla del Cerrito. Diferencias entre Artigas y los jefes argentinos ocasionaron la retirada de aquél con las fuerzas uruguayas de la línea del sitio; pero Suárez, á pesar de ser partidario de la autonomía de la provincia y de participar del disgusto de Artigas, no creyó patriótico abandonar su puesto ante el enemigo común, y continuó prestando sus servicios hasta la rendición de la plaza. Nombrado por el general Alvear comandante de la Colonia, se encontraba allí cuando el general llegó con las tropas destinadas á abrir operaciones contra las fuerzas de Artigas; pero no queriendo Suárez tomar parte en la guerra civil solicitó su retiro, poniendo término por ese acto á su carrera militar. Evacuada la provincia por las fuerzas de Buenos Aires, reapareció Suárez (1816) como regidor en el Cabildo gobernador intendente de la provincia Oriental. Sobrevino (1817) la invasión portuguesa, y en 18 de enero fué tomado Montevideo por el ejército y la escuadra de esa nación; pero en la noche antes Suárez, asociado con el delegado de Artigas, Barreiro, salió de la ciudad con los hombres y elementos de guerra que pudieron los dos reunir, reforzando con ellos la resistencia de Artigas en campaña, que se prolongó hasta 1820. En la época de la dominación portuguesa y brasileña, Suárez no ocupó ninguna posición en la escena pública, en la que figuraron algunos de sus antiguos amigos personales, protestando así contra aquella dominación. La heroica empresa iniciada por 33 patriotas (19 de abril de 1825) tuvo desde luego la cooperación de Joaquín Suárez, cooperación de dinero, de relaciones y de influencias personales. Fué Suárez electo representante por la Florida para componer la Sala de la provincia oriental del Río de la Plata, la cual sancionó por unanimidad la independencia, rompiendo todos los actos de incorporación á Portugal y al Brasil. Este acto de audacia, realizado cuando aún la revolución no había conseguido una sola victoria importante sobre las fuerzas dominadoras, alza ante la Historia la talla de Suárez y de sus compañeros en la primera Asamblea soberana del Uruguay. En 1826 Suárez fué electo gobernador delegado de la provincia, nombrando Ministro á Juan Giró, uno de los patriotas más ilustrados. Durante este primer gobierno, á pesar del estado de guerra contra las fuerzas brasileñas que ocupaban los puntos más importantes del territorio, se adoptó el sistema de la publicidad; se dictaron medidas para hacer efectiva la seguridad individual, comprometidas por el abuso de autoridades militares; se organizaron las policías; se estableció, regularizó y puso en ejercicio la Administración de justicia en todos sus grados; se creó la contaduría general, regularizándose la Administración de Hacienda; se dictó la ley de la libertad de imprenta, y se creó una dirección de escuelas. Declarada la provincia Oriental en Estado independiente por la Convención de Paz de 28 de agosto de 1828, y reunida su Asamblea Constituyente, fué Suárez nombrado gobernador sustituto por el general Rondeau, que lo era interino y estaba ausente. En el breve período de este gobierno firmó las leyes que crearon la escarapela y el pabellón de la nueva República. Constituído el país, Suárez tomó asiento en la Cámara de Diputados de la primera legislatura constitucional. En noviembre de 1831 se encargó del Ministerio de Gobierno é interinamente del de la Guerra, dimitiendo algún tiempo después y retirándose á la vida privada. En 1834 fué nuevamente elegido diputado en la segunda legislatura, y en 1836 fué

TOMO XIX

senador. En 1838 se le comisionó para celebrar | (Madrid, 1889, t. IV, col. 653-54), es pobre,
la paz entre el presidente Oribe y el revolucio- pero el lenguaje es castizo. «La composición ci-
nario general Rivera, firmando la convención tada, escribe Moratín, es muy curiosa, por cuan-
que con tal objeto se realizó en 22 de octubre de to en ella se ve la disposición de estos dramas
aquel año. En las elecciones de 1839 fué elegido sagrados, cuyo uso duró tantos años en las igle-
de nuevo senador por dos dep., y en 1841 ocupó sias de España. En la portada se lee: «Son in-
la presidencia del Senado, que es la vicepresi- terlocutores un ángel y ocho pastores: el prime-
dencia de la República, cuya jefatura asumió en ro se llama Antón, el segundo Rebanado, el ter-
27 de julio de aquel año por ausencia del ti- cero Pascual, el cuarto Toral, el quinto Pelejón,
tular. En esta situación Suárez se vió colocado el sexto Pelayo, el séptimo Rebollo, el octavo
al frente de la defensa de Montevideo (3 de fe- Tereso; y San Josef, Nuestra Señora y el Niño
brero de 1843) contra las fuerzas del general Jesús (éste no habla). Y otros cuatro ángeles que
Oribe, que en 16 del mismo mes y año estable- estarán con cuatro ciriales junto al nacimiento,
cía el sitio, que debía durar hasta octubre de y á su tiempo cantarán un villancino.» Al em-
1851. Suárez no era militar, no poseía una gran pezar la obra se explica la situación y movimien-
ilustración ni era jefe ó caudillo de partido, pero tos de los personajes en esta forma: «Han de sa-
su nombre, conquistado en largos años de hon-lir los pastores en dos hileras repartidos; delante
rados servicios políticos, sirvió como de centro dellos el que tañe el salterio ó tamborino: al son
de unión á los hombres enérgicos y jóvenes que irán danzando hasta en medio de la iglesia, y
habían tomado sobre sus hombros el gran peso allí harán algunos lazos, y tras de los pastores
de sostener la guerra y salvar á Montevideo. Era irán los ángeles con los ciriales, y si hubiere
por consiguiente una fuerza moral que vigoriza aparejo ocho ángeles que llevan el palio del San-
ba las físicas y las mantenía unidas. Terminada tísimo Sacramento, y debajo irá Nuestra Señora
la guerra con la paz de octubre de 1851, Suárez y San José, y llegarán hasta las gradas del altar
entregó el mando á un ciudadano digno, ilus- mayor, y allí estará una cuna á modo de pesebre,
trado y generalmente querido, que se encontra- y allí pondrán al Niño Jesús, y de rodillas Nues-
ba precisamente en las filas del partido contra- tra Señora y San José puestas las manos como
rio, Juan Francisco Giró, y se retiró á la vida contemplando; los ángeles repartidos á un lado
privada.
y á otro, y mirando acia el niño; y estando de
esta manera acabarán los pastores de danzar, y
luego saldrá un ángel al púlpito, y dirá lo si
guiente.. y los pastores oyendo la voz, mostra-
rán espantarse mirando para arriba á una y otra
parte.» El orden del diálogo, la danza y música
es este: «Anuncia el ángel el nacimiento de Je-
sucristo á los pastores, y desaparece; los ángeles
del nacimiento cantan un villancico en alabanza
del hijo de Dios; oyen los pastores aquella mú-
sica, y determinan ir á adorar al recién nacido,
y se van danzando adonde está el pesebre; sigue
después un villancico entre los ángeles y pasto-
res; llegan éstos, y San José les da la bienvenida;
cada uno de ellos dice un par de coplas, ofrece
su presente al niño, y danza; San José agradece
sus dones; la Virgen ruega á su hijo que favorez-
ca á aquellos pastores, y ella por su parte les
promete ampararlos y ser abogada suya. Con-
cluye la fiesta con otro villancico en que cantan
bailan los ángeles y los pastores. >>

- SUÁREZ DE PAZ (GONZALO): Biog. Escritor
español. N. probablemente en la prov. de Sala-
manca. M. en Madrid á 16 de julio de 1590. Fué
sacerdote. Hizo sus estudios en la ciudad de Sa-
lamanca, en el colegio llamado de Santa María
Magdalena; obtuvo el grado de Doctor en Dere-
cho eclesiástico; practicó la enseñanza, á la que
renunció, según parece, mucho antes de su muer-
te; fué canónigo en la Coruña, y escribió esta
obra: Praxis Ecclesiastica et Secularis cum ac-

tionum formulis, et actis professorum Hispano
Sermone compositis (Salamanca, 1583, en folio;
Medina del Campo, 1583, en fol.; Valladolid,
1609; Francfort, 1661, en fol.; Valencia, 1731,
3 t. en fol.; y Madrid, 1790, en fol.). Aunque la
obra está escrita en latín, tiene las fórmulas en
castellano. La Academia Española la cita con el
título de Práctica eclesiástica y secular, é incluye
á su autor en el Catálogo de autoridades de la
lengua.

- SUÁREZ DE RIBERA (FRANCISCO): Biog. Mé-
dico español. N. en Salamanca. Vivía en 1738.
Estudió en la famosa Universidad del pueblo que
le vió nacer. A pesar de sus extravagancias y de
haber puesto en ridículo la Medicina, llegó á ser
médico afamado y de cámara. Entre los muchos
escritos, dignos de ser olvidados, que publicó
antes de mediados del siglo XVIII, hállanse al-
gunos que tienen relación con la Botánica, y son
por cierto los menos malos, aunque no exentos
de los rasgos característicos del autor. La Clave
botánica ó Medicina botánica nueva y novísima
(Madrid, 1738) los ofrece hasta en el título, y á
pesar de todo no deja de contener cosas racio-
nales en los primeros capítulos, que abrazan va-
rias generalidades sobre las plantas. Con el nom-
empezado á publicar (íd., 1730) un Diccionario
bre de Clave médicoquirúrgica universal había
con muchos artículos sobre plantas, acompañados
de figuras grabadas, unas en cobre y otras en
madera, presentando, sin embargo, escaso inte-
rés botánico, y en cambio bastantes extravagan-
de Ribera es la del Pedacio Dioscorides, anotado
cias. La mejor publicación que se debe á Suárez
por Laguna, nuevamente ilustrado y añadido
(íd., 1733), donde sustituyó á las figuras graba
das en madera otras en cobre. Haya sido ó
no Suárez de Ribera quien hizo esta edición,
es lo cierto que proporcionó en España á sus
contemporáneos una obra que escaseaba y enton-
ces consultaban muchos. Suárez es también autor
de estas obras: Resoluciones de consultas médicas
(Madrid, 1721, en 4.0); Escrutinio médico, ó me-
dicina experimentada (Zaragoza, 1732, en 4.0);
Academia Chyrurgica, racional de irracionales
(Madrid, 1739, en 4.°, con láminas).

- SUÁREZ DE ROBLES (PEDRO): Biog. Poeta español. N. en Ledesma. Vivía en la segunda mitad del siglo XVI. En la portada de la obra que se cita más abajo el autor declara ser clérigo de Evangelio. Escribió Suárez la Danza del santísimo nacimiento de Nuestro Señor Jesucristo, al modo pastoril (Madrid, 1561 y 1606, en 4.o). El asunto, según los autores del Ensayo de una biblioteca española de libros raros y curiosos

y

- SUÁREZ DE SALAZAR (JUAN BAUTISTA): Biog. Escritor español. N. en Cádiz. Vivía á fines del siglo XVI y en los comienzos del XVII. Fué sacerdote, canónigo y vicario general en la ciudad que le vió nacer. Tuvo gran amor al estudio de las antigüedades, y legó su librería al Franciscano Francisco Guerra, entonces obispo de Cádiz. Sus obras acreditan el profundo conocimiento de los idiomas árabe, griego, hebreo y latino. Escribió Suárez: Mythistoricum Astronomicon, sive de Mytologia terrestri et cælesti. Marci Tullii Ciceronis in Oratione pro Archia Poeta loci aliquot emendati et illustrati. – Explicación de aquel lugar de San Lucas, capítulo II: Exiit Edictum a Cæsare Augusto, que es un estudio de algunas leyes romanas. De la memoria tigüedades de la ciudad de Cádiz, en que se esartificiosa. - Santos de Cádiz. - Grandezas y ancriven muchas ceremonias que usava la Gentilidad, varias costumbres, ritos funerales, con monedas, estatuas, piedras y sepulcros antiguos, é ilustrado de varia erudicion y todas buenas letras (Cádiz, 1610, en 4.0). Al mismo Salazar se debe un manuscrito que en Madrid se guarda en la Biblioteca Nacional con este título: Alabanzas latinas de Cádiz. Mysthistoricon astronomecon. El nombre de Juan Bautista Suárez de Salazar figura en el Catálogo de autoridades de la lengua publicado por la Academia Española.

- SUÁREZ DE TOLEDO (MARTÍN): Biog. Aventurero español. Vivía en los comedios del siglo XVI. Con Alvar Núñez Cabeza de Vaca salió llegó á la isla de Santa Catalina (29 de marzo de del puerto de Cádiz (2 de noviembre de 1540) y 1541). Continuando con el mismo Núñez su viaje por tierra, entró con él en la Asunción (11 de marzo de 1542), no sin haber recorrido 400 leguas. Más tarde se contó entre los conspiradores que se apoderaron de Cabeza de Vaca (25 de abril de 1544) en la Asunción y que nombraron gobernador (día 27) á Domingo Martínez de Irala. Cuando Francisco de Cáceres tomó posesión del gobierno en dicha ciudad (enero de 1569), nombró por su segundo á Martín Suárez de Toledo. Tres años más tarde los antiguos amigos de Or80

tiz de Vergara prendieron á Cáceres. Entonces Suárez de Toledo se apoderó del gobierno (1573), que conservó hasta la llegada de Ortiz de Zárate (1574), el cual se atrajo el odio de los colonos españoles al desaprobar todos los actos de Suárez, de quien no tenemos más noticias.

- SUÁREZ LLANOS (IGNACIO): Biog. Pintor español. N. en Gijón á 31 de julio de 1830. M. en Madrid á 25 de diciembre de 1881. Fué discípulo de Bernardino Montañés y alumno de la Escuela Superior de Pintura, en Madrid. Concurrió á varias Exposiciones nacionales. En la de 1856 presentó Seis retratos, por los que alcanzó mención honorífica; en la de 1858 El lazarillo de Tormes, premiado con medalla de tercera clase; Cayo Graco despidiéndose de su familia, cuadro que pintó en las oposiciones á una plaza de pensionado en el extranjero, y del que se hizo honorífico mérito por el tribunal, y Dos retratos. Llevó á la Exposición de 1860 una Escena de la Tia fingida, que adquirió Sebastián Gabriel de Borbón; Venus y el Amor y Dos retratos, siendo también premiada la primera obra por el jurado calificador. La escena de la novela de Cervantes alcanzó grandes elogios de la crítica. Pero su obra principal, a juicio de Ossorio, es la que figuró en la Exposición Nacional de 1862, y hoy se encuentra en el Museo del Prado, representando á Sor Marcela de San Félix, monja en las Trinitarias Descalzas de Madrid, viendo pasar el entierro de su padre, Lope de Vega. «Y si nuestra opinión no estuviese ratificada por haber sido premiado dicho cuadro con una medalla de primera clase, escribe Ossorio, las diferentes críticas publicadas acerca de esta obra nos darían la razón.» Llanos presentó Tres retratos en dicha Exposición de 1862 y otros cinco en las de 1864. A Llanos se debieron además el Retrato de Atanagildo, existente en el Museo del Prado en la serie cronológica de los reyes de España; el retrato de D Gaspar Melchor de Jovellanos, por encargo del Ayuntamiento de Gijón para colocarle en el salón de Sesiones; el de José Posada Herrera, para la colección de retratos de los presidentes que ha tenido el Ateneo Científico y Literario de Madrid; el de Claudio Alvargonzález, comandante de la villa de Madrid, en el combate de Abtao, para el Ayuntamiento de Gijón; el de Domingo Alvarez Arenas, rector que fué de la Universidad de Oviedo, donde hoy se conserva; el de Casto Méndez Núñez, para el Ateneo de Madrid; el del general Infante; el de J. M. Orense, marqués de Albaida; el de la esposa del artista; el del marqués de Gerona, pintado para el Palacio del Congreso; el de Manuel Ruiz Zorrilla, con destino al mismo palacio; el de la reina María Cristina; los de los escritores Federico Balart, Manuel Cañete y Fernando Martínez Pedrosa; los de los reyes Alfonso y Cristina, en busto, para el palacio de López en Comillas; los de José Posada Herrera y Práxedes Mateo Sagasta, para el Congreso de los Diputados; el de su padre político Zuloaga; los de los niños del artista; el de Elduayen, marqués del Pazo de la Merced, para el Ministerio de Ultramar; los de Emilio Castelar, Manuel García Gallardo, Gaspar Núñez de Arce, José Moreno Nieto y Antonio García Gutiérez, para el Ateneo de Madrid; y otros muchos, así como numerosos estudios, caprichos y cuadritos de caballete, y uno de grandes dimensiones que dejó sin terminar al tiempo de su muerte, y que representaba El último viaje de Felipe II en litera al monasterio del Escorial. Llanos fué juez en diferentes oposiciones y jurado en Exposiciones públicas. En 1866 se le nombró profesor interino de los estudios elementales de la Escuela de Madrid; en 1868 catedrático numerario de la Escuela Superior, y en 1873 profesor de Anatomía pictórica; en marzo de 1880 fué elegido individuo de número de la Real Academia de San Fernando.

- SUÁREZ RONDÓN (GONZALO): Biog. Conquistador español. N. en Málaga en año que ignoramos. M. en Tunja (Colombia) en septiembre de 1579. Descendiente de una antigua familia castellana que adquirió el apellido Rondón en los días de Sancho IV, era hijo de Rodrigo Suárez Rondón y de Isabel Jiménez Suárez, su esposa. Cuando apenas le apuntaba el bozo se alistó en los ejércitos reales l'asó con ellos á Alemania, y asistió (1519) á la coronación de Carlos V en Aquisgrán. Sirvió en las campañas contra los franceses, y se halló (1525) en el sitio de Pavía, en donde cayó prisionero Francisco I; estuvo en

Alemania é Italia con Pedro de Guzmán, y permaneció cuatro años en Hungría con el hermano de Carlos V, D. Fernando. Con el emperador volvió Rondón á España (después de haber estado con él en la campaña contra Solimán I, que fué derrotado por los cristianos). Al regresar á España, Carlos I se preparó á ir contra el pirata Barbarroja, que se había apoderado de Túnez, despojando á Muley-Hacén, feudatario de los reyes de Castilla. Suárez Rondón levantó una compañía de infantería por su cuenta, la que mandaba como capitán en la expedición contra el pirata, y llevaba como caudillo al mismo emperador. Los españoles se apoderaron de las fortalezas en que se había guarecido el pirata; y aunque éste tenía 90000 hombres á sus órdenes, Carlos I le venció, desalojó y obligó á devolver la ciudad de Túnez á Muley-Hacén. Aquella fué la última campaña á que asistió Rondón en España. Al regresar á su patria (1535) supo que Pedro Fernández de Lugo, nombrado gobernador de Santa Marta, aprestaba una armada para atravesar el Océano y buscaba gente de armas que le acompañase en las conquistas de Tierra Firme que se proponía llevar á cabo. Gonzalo Suárez Rondón empleó entonces cuantos ahorros había hecho durante diecisiete años de campañas por una gran parte de Europa y Africa, en preparar una compañía de á caballo, que levantó á su costa, con el objeto de acompañar á Pedro Fernández á Santa Marta. Se cree que poco después de haber llegado á Santa Marta Gonzalo Suárez se casó con Mencía de Figueroa, hija de Alvaro de Figueroa, uno de los primeros colonizadores de aquella ciudad. En las empresas militares por el interior se hizo notar por su caballerosidad, audacia y experiencia en toda suerte de guerras; y aunque enseñado á pelear con gente civilizada y en países repletos de recursos y comodidades, en breve se hizo á las costumbres del Nuevo Mundo y á las guazabaras indígenas. Por este motivo, y por su importancia como antiguo militar de los ejércitos del emperador, fué nombrado tercero de la tropa que, á las órdenes de Gonzalo Jiménez de Quesada, envió el gobernador á hacer descubrimientos por las márgenes del río Grande de la Magdalena, saliendo de Santa Marta como capitán de jinetes en abril de 1536. Durante toda aquella penosísima jornada, Gonzalo Suárez, con la caballería, infundía tal terror á los indígenas, que bastaba que se presentase para ponerlos en derrota. Al pasar por el caudaloso río que los indígenas llamaban Saravita el caballo que mandaba Rondón fué arrastrado por la corriente y se ahogó, aunque el capitán logró salvarse. Por este motivo los españoles llamaron á aquel río el de Suárez, nombre que conserva todavía. Distinguióse el conquistador por su brío, fuerza moral y paciencia á toda prueba en las diferentes expediciones. Una vez partido Gonzalo Jiménez de Quesada para España, habiendo quedado en su lugar Hernán Pérez, éste se apresuró á fundar dos ciudades en las provincias del Norte, como se lo dejó ordenado su hermano. Tocó á Suárez Rondón hacerse cargo de establecer una ciudad española en el cercado del Zarque de Tunja, partió de Santa Fe á fines del mes de julio de 1539 y llegó á su destino, á la cabeza de una lucida tropa de caballería, en los primeros días de agosto. Hizo la fundación con las ceremonias que se usaban, tomando posesión del terreno en nombre del rey de España. Trazó el área de la población, que se llamó Tunja; repartió los solares entre los españoles que le acompañaban, puso horca y picota, y señaló el sitio en donde se debía levantar una fortaleza. Esto se hacía á 6 de agosto de 1539. Durante cuatro años consecutivos gobernó Gonzalo Suárez Rondón á Tunja y los territorios adyacentes. Hombre pacífico, a pesar de ser militar, era buen padre de familia, y labró para la suya una casa muy ostentosa al lado de la iglesia mayor; reservó para sí ricas encomiendas fuera de la ciudad, terrenos de labor y extensas dehesas, á donde hizo llevar desde Santa Marta y Venezuela crías de ganados vacuno, lanar y de cerda. Así reunió una fortuna considerable, una de las más valiosas del Nuevo Reino de Granada. Cuando hubo llegado á la costa Quesada y dado noticias de sus conquistas, ocurrió á Jerónimo Lebrón, entonces gobernador de Santa Marta, por haber muerto el anterior, subir á arrebatar de manos del Teniente General de Quesada el gobierno del Nuevo Reino. Rondón evitó la guerra, facilitando un arreglo entre Lebrón y Fer

nán Pérez. Este, cuando se puso en marcha por la vía de los Llanos, dejó como gobernador interino á Suárez Rondón, á quien le tocaba por ser Justicia Mayor del Nuevo Reino de Granada. Subyugados por completo, y profundamente atli gidos con la muerte de sus caciques y caudillos, los indígenas parecían resueltos a guardar una paz duradera; pero la rapacidad de uno de los encomenderos de Tunja les exasperó tanto, que todas las tribus de la provincia se sublevaron de repente, á poco de haber partido Hernán Pérez. Rondón envió uno de sus más valientes jefes al cacique de Ocabitá, el cual se presentó desarmado en el campamento indígena, y habló al cacique con tanta dulzura y benevolencia que éste se rindió, con la condición de que no se trataría de vengar la muerte del encomendero, que había sido asesinado por los indios en castigo de su rapacidad, y que en adelante mandarian enco menderos que se contentasen con tributos mode. rados y fuesen menos codiciosos. Con esto quedó pactada la paz, y tras del de Ocabitá se entregaron los demás sublevados de la provincia de Tunja, la cual se sometió desde entonces y para siempre al yugo español. Gobernaba Gonzalo Suárez, según parece, á contentamiento de muchos, aunque se manifestara enemigo de conquistas sanguinarias; y cuando trabajal a para que adelantase la colonia que se le había encomendado, tuvo noticia, al empezar el año de 1543, de que iba al Nuevo Reino otro gobernador nombrado expresamente por el rey, y cuya autoridad era tan legítima que no se le podía negar audiencia. El nuevo gobernador era D. Luis Alonso de Lugo, que llegó a Vélez con 39 caballos de los 200 con que había emprendido la marcha, y 75 soldados de los 300 que tenía al empezar la jornada. Rondón fué á recibirle personalmente con señales de consideración y cariño, en memoria de su padre Pedro Fernández de Lugo, bajo cuyas órdenes habían militado juntos en la gobernación de Santa Marta. Entrególe además el mando del Nuevo Reino, y todos los capitanes le hicieron pleito homenaje como al representante del rey de España. Pero no convenía á Lugo que aquellos conquistadores le considerasen amigo suyo, pues su intención era arrancarles cuanto habían ganado en los años que habían pasado en aquel Nuevo Reino. Apenas se posesionó del mando hizo levantar sumarios contra los conquistadores. Sabiendo que Gonzalo Suárez poseía grande influencia en el país y era el más rico de todos los conquistadores, le mandó prender y encadenar, y con él á todos sus amigos y parciales, contra quienes fulminó procesos y causas criminales. Lugo mantuvo en prisiones al conquistador de Tunja durante nueve meses; y aunque le había quitado cuanto poseía, le obligaba a pagar 30 pesos de oro diarios para obtener algunas comodidades. Al fin, cuando comprendió que Rondón ya no poseía nada propio, ni sus parientes y amigos tenían más que prestarle, resolvió abrirle las puertas de la cárcel y ponerle en libertad. Al partir para España prendió de nuevo à Rondón y le hizo meter en un bergantín en el Magdalena y bajar en su compañía hasta Santa Marta. Rondón llegó á Santa Marta sin novedad alguna, ya entrado el año de 1545. En aquel puerto Lu. go compró un buen navío para embarcar sus tesoros, y, aún no satisfecho con sus riquezas, fué costeando por las orillas del mar, llevando consigo á su prisionero, en solicitud de las pesquerías de perlas, y apoderándose de cuantas halló á mano durante el tránsito. Pero la suerte no le fué siempre igualmente propicia. Habiendo llegado al Cabo de la Vela, en donde había un pequeño caserío en aquel tiempo, supieron los vecinos del lugar que llevaba preso á Rondón, á quien conocían y estimaban mucho, y resolvie ron hacerle soltar la presa. Arremetieron, pues, una madrugada á Lugo, armados con lo que pu dieron hallar á mano, y pidieron al Adelantado que soltase al preso. Como aquél se negase á ello, los amigos de Rondón quitaron el timón y las velas del buque é hicieron saltar á tierra á la tripulación. Asustado Lugo con aquello, y temiendo perder sus tesoros, no sólo puso en libertad al fundador de Tunja, sino que devolvió, como se lo exigieron, las perlas pertenecientes á las arcas Reales que había salteado, en cambio del timón y demás arreos que le habían quitado, y embarcándose apresuradamente con sus marineros se hizo á la vela con dirección á la isla Española, en donde pensaba hacer escala

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