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de sus élitros presenta tres lineas salientes, longitudinales y más ó menos unidas por delante. SIDONIO, NIA (del lat. sidonius): adj. Natural da Sidón. U. t. c. s.

- SIDONIO: Perteneciente á esta ciudad de Fenicia.

-SIDONIO: FENICIO. Apl. á pers., ú. t. c. s. - SIDONIO APOLINAR (CAYO SOLIO): Biog. Poeta latino, obispo de Clermont. N. en Lyon en 430. M. en Clermont en 489. En 450 se casó

con Papianila, hija de Avito, que fué emperador en 456, y que le llevó á Roma. Sidonio fué prefecto de esta ciudad y senador, y pronunció en verso el panegírico de su suegro. Después de la muerte de éste, Sidonio se retiró á su ciudad natal (457). Apaciguó la cólera de Mayoriano contra Lyón, que se había negado á reconocerle; pronunció el panegírico de este príncipe (458) y recibió el título de conde. En 461 fué á habitar á Avitatico, en Auvernia, en donde se consagró á los trabajos literarios. El emperador Antemio le hizo pasar á Roma en 467, y el poeta se apre suró á hacer su panegírico, recibiendo en recompensa los cargos de prefecto de Roma, jefe del Senado y patricio. Elevado á su pesar en 472 á la silla episcopal de Arverno (Clermont), sin embargo de ser lego y casado, se separó de su mujer, renunció sus dignidades, no compuso más que versos religiosos, y se distinguió en su nuevo cargo por su ardiente caridad y celo en favor de los desgraciados. Cuando la invasión de los godos en Auvernia, Apolinar fué arrojado de su diócesis y aprisionado en el castillo de Livia; pero el retórico León intervino para que le fuese devuelta la libertad, y el obispo de Clermont pudo volver á su diócesis después de hacer el panegírico del rey godo Eurico El fin de su vida fue agitado con motivo de las intrigas de dos sacerdotes, que llegaron á separarle por un momento de Clermont. Sidonio tenía una gran facilidad en componer versos latinos; y aunque inferior á los escritores del siglo de Augusto, se le coloca con razón entre los mejores poetas cristianos. Existen de él 24 composiciones poéticas y nueve libros de Cartas, muy curiosas para la historia de su tiempo Las primeras son los panegíricos citados y poesías de circunstancias. Las Obras de Sidonio, publicadas primeramente en Milán (1498, en 4.o), lo fueron también en Lyón (1552 y 1598, en 8.o), Hannover (1617, en 8.o), y otras partes. La mejor edición es la del Padre Labbe (París, 1652, en 4."), reproducida en la Bibliotheca Patrum de Galland, y en la Biblio. theca maxima Patrum. J. F. Gregoire y Collombet dieron el texto latino con la traducción francesa (Lyón, 1836, 3 vol. en 8.°).

SIDRA (del lat. sicera; del gr. oikepa): f. Bebida fermentada, acre y capaz de embriagar, que

se hace del zumo de las manzanas.

... muchos prados y heredades (de Asturias) se convirtieron en pumaradas, por el aumento del consumo y precios de la SIDRA, etc.

JOVELLANOS.

designar toda bebida fermentada diferente del vino. El uso de la sidra, aunque tan antiguo, no está tan repartido ni es tan general como el de su congénère obtenido de las uvas; pues si bien aquélla se fabrica en los países en que la vid no prospera por exceso de humedad ó falta de temperatura, en muchos de ellos es reemplazada por la cerveza.

Obtenida, según se ha dicho, de las manzanas, no todas las variedades de dicha fruta son igualmente apropiadas para fabricarla con las condiciones requeridas por los consumidores, si bien no es fácil designar cuáles son las más á propósito, no sólo por conocerse más de 100 de dichas variedades, sino porque sus nombres, desprovistos en absoluto de carácter científico, varían con excesiva frecuencia según las distintas localidades, aun dentro de un mismo país; además, otra circunstancia que influye en la calidad del producto obtenido es la naturaleza del terreno donde los manzanos se cultivan, influencia que se explica, como en el vino, teniendo en cuenta la diferente composición de los productos asimilados por la planta, y en consecuencia la de la savia que la nutre; así se ha observado que las tierras fuertes y elevadas donde no llegan los vientos procedentes del mar producen sidra rojiza, fuerte en alcohol y de conservación fácil; las fuertes y poco profundas la dan menos coloreada, de menor riqueza alcohólica y por tanto de conservación más difícil, las húmedas y margosas comunican á la sidra sabor desagradable y gran propensión á alterarse, y las ligeras y pedregosas, así como las situadas á las orillas del mar, hacen que la bebida fabricada con las manzanas que en ellos se cultivan sea floja y muy expuesta á torcerse agriarse, pudiendo decirse como resumen que los terrenos más apropiados para el objeto de que se trata son los elevados que contienen mucho cascajo y se hallan expuestos al Mediodía, pues las manzanas que producen dan una sidra delicada, ligera, bastante alcohólica, sabrosa, agradable y que se conserva inalterada por largo tiempo, cualidades todas que son las más apreciadas. Sean cualesquiera las variedades de manzana que se elijan y el terreno en que se

Agua.

Materias azucaradas.

Tejido vegetal.

cultiven, las destinadas especialmente á la fabricación de la sidra se dividen en dulces, amargas y ácidas, cada uno de cuyos grupos se subdivide a su vez en tempranas ó de primera floración, manzanas de segunda floración, y tardías ó de tercera floración; las amargas producen una sidra muy generosa y que puede conservarse por más tiempo, mientras que la fabricada con la mezcla de éstas con las dulces, si bien se conserva peor, es en cambio más agradable y ligera, cualidades de gran importancia, sobre todo tratándose de un líquido destinado á beberse en grandes cantidades, y que de ser muy alcohólico embriagaría con exceso.

Dejando aparte lo referente al cultivo del manzano, por no ser propio de este lugar, y la influencia que en la calidad de su fruto ejercen las circunstancias metereológicas, variables de uno á otro año, hay que decir algunas palabras acerca de la recolección de las manzanas, que aquí, lo mismo que en el vino la de las uvas, tiene gran importancia, por depender de ella en parte muy principal el éxito de la fabricación; en primer término es preciso fijar la época de dicha recolección con relación á la precocidad de las variedades cultivadas, habiendo enseñado la experiencia que el período del año más apropiado en general para efectuarla es la segunda quincena de octubre y la primera de noviembre, por más que se comprende fácilmente que esta regla no puede ser general, debiendo depender, como es lógico, no sólo de lo dicho con referencia á las variedades, sino también de las condiciones climatológicas y de la marcha de las estaciones; esta recolección debe hacerse en tiempo seco y días muy claros, dedicando á ella las horas comprendidas desde las diez de la mañana hasta las seis de la tarde, durante las cuales se despojan de sus frutos aquellos árboles en que la mayoría de ellos han llegado á su completa madurez, pero sin haberse pasado, pues la diferencia de composición entre estos frutos y los verdes ó maduros modifica notablemente las condiciones del producto obtenido, como se deduce lógicamente del siguiente cuadro, resumen de los análisis de unos

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Como se ve, la cantidad de azúcar que contie nen las manzanas maduras es notablemente su

De las manzanas semi-cultivadas se saca la perior á la de las verdes y pasadas; y como esta

SIDRA, etc.

OLIVÁN.

- SIDRA: Teen. Dan algunos el nombre de sidra, no sólo á la bebida alcohólica resultante de la fermentación del zumo de las manzanas, sino también á la procedente de las peras y de los frutos del serbal; pero en los países donde se hace gran consumo de esta bebida, como en nuestras Provincias Vascongadas, en Normandía, en Picardía y en Inglaterra, se reserva la denominación de sidra á la preparada con las manzanas, que es de la que se hace mayor uso. Si antiguo es el empleo del vino como bebida fermentada no lo es menos el de la sidra, pues ya era conocida de los griegos, que atribuían su invención á la diosa Ceres; Plinio el naturalista habla de ella en sus escritos (Plinio, lib. XIV, cap. XVI, y lib. XV, cap. XV), llamándola vino de manzanas, y Carlo Magno designa en sus Capitulares con la denominación de siceratores à los obreros que de su fabricación se ocupaban; se duda que los hebreos conocieran la sidra; pues si bien algunos autores derivan el origen etimologico de esta palabra de la voz sicher, que San Jerónimo tradujo al latín sicera, no existen datos suficientes para afirmarlo, pues lo más probable es que el nombre de sidra se derive del latín siera, que servía en el idioma del Lacio para TOMO XIX

substancia es la que, á consecuencia de la fermentación, se ha de transformar en alcohol determinando lo que se llama la fuerza ó riqueza alcohólica, importa mucho emplearlas en el estado en que la cantidad de dicho azúcar es la mayor posible. La recolección debe hacerse subiéndose los obreros á los árboles y agitando las ramas para que caigan sus frutos al suelo, y empleando solamente el apalco para los que tarden en desprenderse ó están colocados en sitios inaccesibles; las manzanas deben recogerse sobre mantas ó redes colocadas en el suelo para evitar que se deterioren, y en todos los casos es preciso separar cuidadosamente las cosechadas de este modo de las caídas espontáneamente, ya por exceso de madurez ya por haber sido atacadas por algún insecto. Efectuada la recolección se almacenan los frutos en graneros ó cobertizos, y mejor aún en silos, en los que se clasifican por variedades, separando en casillas cerradas por tablas las agrias, dulces, amargas, tempranas, tardías, maduras, verdes y pasadas, con objeto de mezclarlas luego en las proporciones convenientes, como se hace con las distintas variedades de uva, para que el producto presente las condiciones deseadas y sea además perfectamente homogéneo; en los silos, y una vez recubiertas de paja, deben permanecer durante un mes ó seis semanas, por haber demostrado la práctica las ventajas que

esto presenta, si bien es indispensable en este tiempo vigilar los montones con todo cuidado, á fin de evitar que la temperatura se eleve con exceso y que se establezca un principio de fermentación iniciada en los frutos más o menos averiados, lo que disminuiría el valor de la sidra y aun llegaría á hacer á ésta de mala calidad si el calor se elevase lo bastante para producir la fermentación acética.

Observadas todas estas precauciones y mezcladas las manzanas en las proporciones que la práctica enseña como más convenientes, se procede á su trituración, destinada á disgregar el tejido celular facilitando la extracción del zumo, operación que en nuestras Provincias Vascongadas se practica en especies de molinos semejantes á los de aceite, aunque de mayor tamaño, compuestos de una solera horizontal de 7 á 8 m. de diámetro, formada por losas de granito ú otra piedra dura, ó simplemente por entarimados de madera fijos en un suelo resistente; sobre esta solera, que suele tener 0,25 á 0,30 m. de profundidad, gira la volandera, que es una rueda de caliza, granito, ó de madera, de 1 1 m. de diámetro por 0,50 de espesor, siendo preferible las hechas con esta última substancia, pues las primeras son excesivamente pesadas y trituran las semillas ó pepitas de las manzanas, que comunican al mosto principios amargos y oleosos de sabor poco agradable, así como cantidades notables de mucilago, que aumentan su alterabili. dad. En Normandía, Picardía é Inglaterra se

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han adoptado, sobre todo de algunos años á esta parte, trituradoras ó molinos mecánicos, de los que el mejor es el inventado por Leblanc: com. pónese éste de dos ejes de hierro provistos de dientes que engranan unos en otros, si bien mantenidos à distancia variable por medio de un tornillo y sujetos á girar en sentido contrario y con velocidades iguales mediante un manubrio y dos ruedas dentadas; sobre los cilindros va colocada una tolva, en cuya parte inferior hay otro cilindro partidor, cuya acción, unida á la de las anteriores, tritura las manzanas reduciéndolas á fragmentos del tamaño próximamente de avellanas; todo el mecanismo del aparato va sos. tenido por un fuerte banco de madera y termina en su parte inferior en un tubo ancho que permite recoger la pulpa en vasijas apropiadas. Este triturador se mueve por el esfuerzo de un solo hombre y puede pulpar por término medio de 400 á 460 kilogramos de frutos en cada hora de trabajo. Obtenida la pulpa, se la abandona durante veinticuatro horas en grandes cubas de madera para que adquiera un color rojizo, que se comunica al mosto y se transforma por la fermentación en ese matiz amarillo de ámbar tan apreciado y característico de todas las buenas sidras.

Al cabo del tiempo que se acaba de indicar se procede à separar el mosto del orujo, sometiendo á la pasta á fuertes presiones mediante el empleo de prensas de forma variable y cuya acción es más o menos enérgica, según los sistemas; en aquellas localidades donde se fabrica esta bebida como en los tiempos antiguos utilízanse las prensas llamadas de viga, ó de viga y quintal, semejantes á las que sirven para extraer el aceite ó el mosto de las uvas, y que, sobre ser de manejo bastante engorroso, tienen el gravísimo inconveniente de ejercer poca presión, y aun ésta con mucha desigualdad; en las fábricas montadas con todos los perfeccionamientos debidos á los modernos adelantos de la Industria las prensas citadas han sido sustituídas por las de husillo, como la de Revillón, y mejor aún por las hidráulicas, en las que se han salvado las desventajas indicadas para las anteriores. Los capachos en que se introduce la pulpa para prensarla se hacen ordinariamente de paja ó de esparto, si bien en América se sustituyen estas materias con tejidos de crin, que luego de bien lavados no pueden comunicar sabor alguno á los mostos.

Después de obtenido el zumo por una primera presión, y colado á través de tamices de crin, se tritura el marco añadiéndole 25 por 100 de agua, con la que se deja en contacto durante veinticuatro horas y se vuelve á prensar, para obtener un mosto menos fuerte, aunque todavía de buena calidad, y repitiendo esta operación nuevamente, con lo que el marco queda ya completamente agotado, se tiene un líquido destinado á fabricar lo que se llama pequeña sidra; cuando se hace fermentar sin mezcla alguna el zumo obtenido de la primera presión resulta la sidra superior llamada en Inglaterra gran sidra, mientras que la media se produce de mezclar éste con el de la segunda presión, operación que se practica sólo en las fábricas en grande escala, pues en las pequeñas industrias se prefiere destinar para la venta la de primera y reservar la de segunda presión para el consumo doméstico.

Si en la fabricación de esta bebida hubiesen de seguirse aquellas prácticas que la experiencia ha enseñado ser más convenientes en la de los vinos, debieran pesarse los mostos para conocer su densidad, y por ella, aunque de una manera aproximada, la cantidad de azúcar, con objeto de corregirlos en el caso de que ésta fuera excesiva ó deficiente, corrección que se hace, ya añadiendo glucosa, ya haciendo más ó menos acuoso el zumo de la segunda presión, pues la adición de agua, una vez terminada la fermenta. ción, hace la sidra más insípida é indigesta; la determinación de dicha densidad, ó sea la operación de pesar los mostos, podría practicarse con el arcómetro de Beaumé; pero como es conveniente también conocer la cantidad de ácido málico que ha de comunicar acidez al producto, es preferible á éste el inventado por Masson-Fou con el nombre de ácidosidrómetro, y que se diferencia del anterior únicamente en la manera especial de graduarle.

En cuanto al rendimiento en mosto de una cantidad determinada de manzanas poco puede

decirse de una manera general, teniendo en cuenta que ha de variar necesariamente con el grado de madurez y aun con la cantidad de lluvia que haya caído durante el año; pero se calcula, sin enibargo, que cada 110 kilogramos de fruto producen 50 litros de gran sidra y 30 de la de segunda presión, por más que en los años excesivamente lluviosos esta misma cantidad de manzanas pueda dar hasta 80 de mosto de primera presión; y refiriéndose al volumen del fruto y no á su peso, puede decirse que un hectolitro de manzanas sometido á la acción de la prensa hidráulica desprende de 75 á 80 litros de zumo, por más que por los medios de que se dispone de ordinario en las granjas agrícolas esta cantidad desciende á 25 ó lo más á 35 litros.

Terminadas todas las operaciones anteriores cuya importancia no puede desconocerse para el buen éxito de la fabricacion, procédese a hacer fermentar el mosto con objeto de que la glucosa que contiene se transforme en alcohol y anhi drido carbónico y se desarrollen al mismo tiempo productos aromáticos, pertenecientes en general al grupo de los éteres y que le dan su olor y sabor característicos; el fermento necesario para que este fenómeno se desarrolle procede de gérmenes depositados en la parte exterior de los frutos, y que colocados en condiciones apropiadas para su nutrición desarrollan el ciclo evolutivo de su actividad vital, reproduciéndose con la fecundidad propia de todos los seres colocados al principio de la escala animal ó vegetal. Esta operación, cuya práctica varía mucho según los países, hace que la temperatura del mosto se eleve y se desprendan burbujas gaseosas, por lo que los prácticos la denominan cocer los mostos; en unas localidades se colocan éstos en grandes depósitos de 600 á 700 litros de cabida, que se recubren con un lienzo mojado, y en los que al producirse la fermentación tumultuosa que arroja al exterior las espumas y las heces se forma una especie de costra que no debe romperse en manera alguna, porque preservando al líquido del estado del aire se evita el peligro de la acetificación; en otros puntos se abandona el mosto en las cubas por espacio de algunas horas, y una vez iniciada la fermentación se separan las heces y se trasiegan los zumos á toneles cuyo orificio se obtura de manera que impida la entrada del aire, dejando salir, sin embargo, el anhidrido carbónico, y en Inglaterra se obtienen sidras de excelente calidad efectuando trasiegos cada vez que se forman heces en la superficie del líquido, con lo cual, sustraído éste á la influencia perjudicial de aquéllas, resulta transparente, muy grato al paladar y susceptible de conservarse por cierto número de años. Como resumen, el procedimiento que debe considerarse como preferible es aquel en el que se coloque el mosto en condiciones tales que la fermentación pueda desarrollarse fuera del contacto del aire y de las heces, para evitar, no sólo la pérdida de alcohol, sino la formación de ácido acético, que tanto perjudica á la calidad de la sidra, y en todos los casos es sumamente esencial someterla á dos trasiegos, uno al terminar la fermentación tumultuosa y otro un mes después del primero, echándola en este segundo en toneles donde permanece hasta el momento de usarla. En algunos puntos de Normandía y en Inglaterra preparan una sidra de sabor algún tanto dulce siguiendo un procedimiento particular que se funda en la interrupción forzosa de la fermentación, en virtud de la cual se evita que toda la glucosa se transforme en alcohol quedando inalterada una parte que es la que comunica al líquido su sabor dulce; para conseguir esto se comienza por elegir cuidadosamente las frutas, prefiriendo las más azucaradas, y, obtenido el mosto con todas las precauciones dichas anteriormente, se le introduce como de costumbre en toneles en los que se deja reposar, y una vez aclarado se trasiega á otros que deben llenarse por completo antes de que comience la primera fermentación; á las dieciséis ó dieciocho horas de estar el mosto en la segunda vasija se averigua si dicho fenómeno ha empezado, lo que de ordinario se practica aproximando al líquido una luz, que se apagará en el caso de desprenderse ya anhidrido carbónico, procediéndose cuando esto suceda á un nuevo trasiego; al cabo de cinco ó seis días se renueva esta operación, que se repite luego de tres en tres semanas siempre que se conozca que el líquido empieza á fermentar.

Una variedad de sidra nuy apreciada por los

consumidores, sobre todo en los países donde esta bebida se emplea como refresco, es la denominada espumosa, que se caracteriza porque al destapar las botellas donde se encierra salta el tapón con violencia y el líquido forma espuma abundante á semejanza del vino de Champagne; esta sidra se prepara trasegando los mostos, antes de su primera fermentación, á un tonel lleno del gas sulfuroso desprendido de la combustión del azufre ó de las pajuelas, ó mejor aún que contenga cierta cantidad de alcohol, para que la acción del gas ó la del líquido, según los casos, haga que el mosto no fermente y pueda á los seis ó siete días embotellarse, tapando las botellas con buenos corchos introducidos á presión, lacrados y sujetos con alambre; en esta forma el mosto citado fermenta dentro de las botellas, sin que pueda desprenderse el gas carbónico, que fuertemente comprimido se disuelve en grandes cantidades; una vez preparadas las botellas, que por lo que se acaba de decir deben ser muy resistentes, se conservan durante dos meses en cuevas frescas, para entregarlas al consumo después de pasado este período. Según Chesnon, se obtiene también sidra espumosa de excelente calidad y fácil conservación embotellándola después de la fermentación lenta, y añadiéndola en el momento de practicar la operación cierta cantidad de agua y 6 á 7 gramos de azúcar candi por litro; de este modo el azúcar añadido primero se invierte y después fermenta haciendo á la bebida más alcohólica y desprendiendo el gas carbónico necesario para formar la espuma. La sidra de esta naturaleza, ya se obtenga por uno ú otro procedimiento, tiene la ventaja de poderse conservar por dos ó tres años, y de ser fácilmente transportable, sobre todo en invierno, á grandes distancias.

Respecto del tiempo que ha de pasar, en la sidra no espumosa, para poderla entregar al consumo, hay que hacer notar que ya puede beberse inmediatamente después de la segunda fermentación, si bien todavía desprende mucho ácido carbónico y es bastante indigesta, pero su sabor suave y azucarado la hace muy agradable á las personas poco habituadas á su uso; en cambio los habitantes de los países donde se bebe de ordinario la dejan durante tres ó cuatro meses después de la fermentación hasta que haya adquirido sabor ligeramente amargo, ó á veces ácido y picante, y siempre algo aromático.

La sidra bien fabricada y bien madura es un líquido transparente, de color amarillo ambarino, olor peculiar y característico y sabor que recuerda en cierto modo el de la fruta que la produjo; aunque su composición sea sumamente variable, con especialidad en lo que se refiere á la proporción en que entran sus componentes, puede decirse que todas ellas contienen los siguientes principios: 1.°, azúcar en mayor cantidad que los vinos y las cervezas; 2.°, alcohol, cuyo tanto por 100 varía según las fuerzas; 3.o, mucilago ó materia gomosa, variable según las especies y edades; 4., un principio extractivo amargo procedente del tejido celular y de la piel de las manzanas; 5.°, materias colorantes, cuyo origen se encuentra en la maceración del hollejo y de la pulpa; 6., glicerina y ácido succínico, desarrollados durante la fermentación del azúcar; 7., gluten y materias albuminoideas solubles; 8., ácidos málico y carbónico; y 9.°, sales alcalinas y alcalinotérreas. Boussingault ha analizado cuidadosamente una sidra de Alsacia cuya densidad era 1,020, y que contenía por litro:

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Cenizas..

20,5
19,3 gr. por litro
2,5
1,5

3,50

y geógrafas griegos y latinos. Se le representaba
como un seno sin mar y sin tierra, sembrado de
arena movediza, y se decía que los buques que
llegaban á verse arrastrados hacia él por los
vientos ó las corrientes ya no podían salir, pe-
reciendo sus tripulaciones de hambre ó asesina-
das por tribus salvajes. Pero estos negros y exa.

En cuanto a los procedimientos de análisis gerados colores con que los poetas presentaban

destinados á determinar la cantidad de cada una de estas substancias nada se ha de decir en este lugar, pues el alcohol se aprecia por los métodos descritos en la Alcohometría (V. ALCOHOMETRIA), y los restantes por otros que, siendo idénticos á los correspondientes de los vinos, y con objeto de evitar repeticiones se describirán al tratar de esta bebida (V. VINO), cuya importancia en España es con mucho superior à la de la sidra.

Durante la conservación de la sidra suelen presentarse en ella enfermedades que, modificando sus condiciones, llegan á hacerla en un todo impropia para el consumo, por lo que importa sobremanera á los fabricantes conocer, no sólo sus causas, sino sus remedios, caso de tenerlos; la primera de todas, á la vez que la más grave y más común, es la acidez, que consiste en la transformación del alcohol en ácido acético á consecuencia del acceso del aire y del desarrollo del Mycoderma aceti ó fermento aerobio propio de esta transformación, en cuya virtud la sidra adquiere sabor agrio; no existiendo medio para combatir esta enfermedad, y no pudiéndose emplear el líquido que la padece, es esencial evitarla, lo que se consigue tomando las precauciones necesarias para que, durante las distintas operaciones que comprenden la fabricación y conservación, los caldos estén el menor tiempo posible en contacto con el aire. Otra enfermedad bastante común es la conocida bajo el nom. bre de ahilado ó engrasado, análoga á la de igual denominación que también padecen los vinos, en virtud de la cual el líquido se pone espeso á consecuencia de la fermentación viscosa determinada por la falta de cierta cantidad de tanino; esta fermentación se detiene, y por tanto la enfermedad se corrige, añadiendo por cada 7

8 hectolitros de sidra alterada 15 gramos de ácido tánico, ó, según Malaguti, 3 litros de alcohol, y decantando y aun filtrando el líquido enando al cabo de cierto tiempo se ha precipitado la materia que le comunica su viscosidad. Por último, la sidra está sujeta á alterarse por medio de lo que se llama el ennegrecimiento, manifestado por el color obscuro que aquélla toma, y se produce principalmente en los países fríos y húmedos, así como en las sidras dotadas de exceso de acidez; parece provenir de la transformación de los malatos alcalinos, que bajo la influencia de oxidaciones lentas pasan al estado de carbonatos, los cuales, reaccionando sobre las materias colorantes, las hacen adquirir el tinte negruzco citado, unido á modificaciones en su sabor; determinado este defecto por no estar siempre del todo llenas las barricas donde se conserva la sidra, se evita cebando aquéllas á medida que se extrae líquido, y una vez presentada la enfermedad puede combatirse en sus comienzos disolviendo 30 ó 40 gramos de ácido tartrico por hectolitro de caldo, ó, en opinión de Malaguti, añadiendo azúcar pulverizado ó goma.

- SIDRA: Geog. Ancho golfo del Mediterráneo, en la costa de Africa, por los antiguos llamado Gran Sirte ó Syrte. Corresponde á la costa de Trípoli, entre el Řas Sem y el Cabo Misrata, que distan entre sí algo más de 600 kms., y se interna unos 220 hasta Mujtar. En realidad el golfo propiamente dicho es la parte comprendida entre Bengasi y Sirt. El Golfo de Sidra, el mayor que presenta la costa septentrional de Africa, fué muy temido de los navegantes antiguos si hemos de dar crédito á los historiadores

la Syrtis Magna á los crédulos y timoratos na-
vegantes de aquellas épocas, fueron desvanecién-
dose á medida que las ciencias náuticas iban sa-
liendo de su infancia. Las escuadras romanas
que dominaban todo el Mediterráneo debieron
visitar á menudo el Golfo de Sidra para prote-
ger el comercio que sostendrían en las poblacio-
nes de su litoral, cuyas ruinas nos atestiguan su
importancia; y aun cuando no se posean más
noticias acerca de este gran seno que las de la
ficción poética de aquellos tiempos, se compren.
de que los buques europeos frecuentarían el gol
fo como lo hacen en el día. Debió quedar, sin
embargo, interrumpida su navegación cuando
las tribus árabes salidas del Desierto, y conduci-
das por el alfanje y la media luna, invadieron
sus orillas y destruyeron los establecimientos
europeos. Esta interrupción duró todo el tiempo
en el cual los sectarios de Mahoma, dueños de
los mares de Levante y poseedores absolutos de
la costa africana, esparcían el terror con sus pi-
raterías entre los pacíficos navegantes de los
pequeños estados de la Europa meridional; pero
desde el momento en que la suerte de las armas
decidió la encarnizada contienda entre musul-
manes y cristianos en favor de estos últimos, la
navegación y comercio europeo ha ido propa-
gándose de nuevo por toda la costa septentrio-
nal de Africa, sin exceptuar el Golfo de Sidra.
Pocas eran las noticias hidrográficas y descrip-
ciones modernas que del golfo se tenían, y aun
éstas muy erróneas y obscuras, pues se ven aún
en la carta de Lapie, de 1814, multitud de bajos
é islas que se suponían en el fondo de él, pro-
ducto sin duda del exagerado miedo de algún
capitán y de la acalorada imaginación de los
modernos navegantes, que, con la prevención de
los antiguos, se encontraban, por error de esti-
ma ó por efecto de los temporales y corrientes,
ensacados en el golfo, viendo en cada mégano
de arena una isla, un bajo en cada golpe de mar
y un arrecife de rocas negras en las afiladas al-
gas que la resaca arroja á la playa. Gracias á las
exploraciones verificadas por mar y tierra en 1816
por la Comisión Hidrográfica á las órdenes del
capitán Smyth, no menos que á las practicadas
durante las campañas hidrográficas de M. Gau-
tier en la corbeta de guerra francesa Chevrette
durante la misma época, los navegantes pueden
abordar ya sin ninguna clase de riesgo el Golfo
de Sidra, guiados por las cartas levantadas por
dichas comisiones y por las instrucciones que las
acompañan (Derrotero del Mediterráneo, t. III).
SIDRE: Geog. Lugar de la parroquia de San
Juan de Froufe, ayunt. de Irijo, p. j. de Carba-
llino, prov. de Orense; 53 habits.

SIDSRAN 6 SYZRAN: Geog. Río de Rusia. Nace
en la parte S.O. del gobierno de Simbirsk; corre
hacia el S. E. y luego al E.; recibe por la dra. el
Kanadei y el Kubrai y por la izq. el Tomichefka,
y en Sizran vierte sus aguas en un brazo del
Volga, á los 123 kms. de curso. || C. cap. de dis-
trito, gobierno de Simbirsk, Rusia, sit. en la
orilla dra. del Sizranskaia Volojka, brazo dere-
cho del Volga, y en el f. c. de Tula á Orenburg;
30 000 habits. Comercio de cercales; fundiciones
de hierro; fab. de sebo, curtidos, cerveza, má-
quinas agrícolas y otros artículos; pesquerías.
Iglesias, una de las cuales, la de la Natividad,
data del siglo XVIII; convento de la Asunción,
construído por Pedro el Grande.

SIDSUOKA Ó SIDZUCA: Geog. Ken ó gobierno del Japón; 7771 kms.2 y 1200000 habits. La ciu

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dad del mismo nombre, cap. del ken, sit. á 59 m. de alt. y en el f.c. de Tokio á Osaka, tiene 40600 habits.

SIDZUKA: Geog. V. SIDSUOKA.

SIEBENBURGEN: Geog. Nombre alemán de la Transilvania.

SIEBENGEBIRGE: Geog. Macizo montañoso de la prov. del Rhin, Prusia, sit. en la orilla derecha del Rhin, al S. de la confl. del Sieg, entre Colonia y Neuwied; tiene de largo unos 12 kilómetros de N.N.O. á S.S. E. y 5 de anchura. Se le considera como la prolongación N.O. del Westerwald. Es un grupo de antiguos conos volcánicos y series de colinas de pendientes suaves y formas redondeadas, cubiertas de seculares arboledas. Entre esas cimas son particularmente notables siete, y de aquí el nombre del macizo; sus nombres son Löwenburg, Lohrberg, Petersberg, Drachenfels, Wolkenburg, Gonsehals y Oelhberg, que es la más alta (464 m.).

SIEBERA (de Sieber, n. pr.): f. Bot. Género de plantas perteneciente á la familia de las Umbelíferas, tribu de las hidrocotíleas, cuyas especies habitan en los Andes del Perú y en el Territorio de Magallanes, y son plantas herbáceas, pequeñas ó acaules, cespitosas, con las hojas enteras, tri ó quinquéfidas, las umbelas sentadas ó pedunculadas, paucifloras, y los pedicelos tan largos como el involucro; cáliz con el tubo comprimido y el limbo quinquedentado; pétalos ovales Y enteros; estilos cortos; frutos aovados, angostados en la comisura, con los mericarpios desprovistos de bandas glandulosas y el dorso algo comprimido, con costillas filiformes poco prominentes.

-SIEBERA: Bot. Género de plantas perteneciente á la familia de las Compuestas, subfamilia de las tubulifloras, tribu de las cinareas, cuyas especies habitan en Oriente, y son plantas herbáceas, anuales, con el tallo muy ramoso en su base, las hojas lineales ú oblongas, enterísimas, revueltas en el margen, y las cabezuelas terminales ó sentadas; cabezuelas multifloras, heterógamas, con todas las flores aparentemente iguales, las periféricas muy poco numerosas y femeninas y las demás hermafroditas; involucros empizarrados, con las hojuelas escariosas, aovadas, prolongadas en una espina, y las interiores tan largas que exceden en longitud á los flósculos; receptáculos provistos de pajitas aleznadas; corolas tubulosas, hermafroditas, con cinco dientes, las femeninas bilabiadas, con los labios desiguales y bilobulados; estambres con los filamentos lampiños, adheridos al tubo, monadelfos en la parte superior, y con las anteras provistas de unas orejuelas muy pequeñas; estilo en las flores hermafroditas incluído, y saliente en las femeninas; estigmas primero erguidos y después divergentes; aquenios de las flores hermafroditas comprimidos sin alas, y los de las flores femeninas alados; vilanos formados por cinco escamitas más largas que la corola, aleznadas en el ápice y ásperas.

SIEBERELA: f. Paleont. Género perteneciente á la familia de los rinconélidos, orden de los articulados, clase de los braquiópodos y tipo de los moluscoideos. Caracterízase por presentar una concha inclinada, generalmente plegada y á ve ces lisa, con la valva ventral bastante más profunda que la otra y que generalmente lleva en la región frontal un pliegue medio correspondiente á una depresión de la otra valva; el gancho es agudo, entero y más o menos encorvado por encima de la abertura de forma triangular, á que oculta completamente algunas veces; no existe área ni deltidio, siendo el caparazón completamente imperforado; valva ventral con placas dentales bastante anchas, reunidas para constituir una especie de cazoleta bastante más pequeña que en el género Conchidium, por lo cual se distingue del mismo, siendo libre en todo su límite, excepto en la parte anterior, en la que se halla colocada sobre un septo bastante corto pero muy alto. En la valva dorsal falta por completo el proceso cardinal, y las placas fobeales son anchas y arqueadas, reuniéndose para constituir la cazoleta ó depresión que llega al fondo de la valva, y donde se continúa por un septo me. dio y único; las impresiones de los dos músculos diductores se presentan algunas veces distintas en el vértice de la valva, y las impresiones de los músculos adductores son piriformes, están situa das entre los septos, y se hallan separadas en

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