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hierro metálico aparece en una forma más glo. bulosa y la esteatita se presenta en los productos artificiales en el estado de largas agujas en lugar de afectar como los meteoritos la forma de cristales cortos ó de granos pequeños; estas diferencias, poco importantes, provienen sin duda de que la formación de la roca se ha producido en condiciones térmicas algo diferentes. Puede notarse que los meteoritos ofrecen muy frecuente. mente una estructura brechiforme, debida indudablemente á las violentas acciones mecánicas por que han atravesado ó á la aglutinación posterior de fragmentos heterogéneos, y por esto se comprende que esas particularidades no se presenten en los productos artificiales. Actualmente puede decirse que las experiencias de Daubrée hacían presumir el modo de formación de los meteoritos no feldespáticos y de las rocas similares, pero en la época en que se publicaron estas experiencias no se podía afirmar la acción puramente ígnea en la formación de las rocas básicas, aun en aquellas emitidas por los volcanes, pues los geólogos y petrólogos más competentes, especialmente Delesse, afirmaban que los tipos todos, aun el basalto, procedían de acciones hidrotermales; ó en otros términos, se establecía el tránsito entre las lavas propiamente dichas y las lavas fangosas; el mismo Daubrée, fundándose en el resultado de sus experiencias, relativas á la acción del agua sobrecalentada sobre los silicatos, se inclinaba naturalmente á explicar por la vía hidrotermal la génesis de casi todas las rocas. Más recientemente un sabio petrógrafo inglés, Sorby, ha formulado análogas conclusiones fundándose en sus estudios acerca de las formas que toman diversos óxidos metálicos cuando se les funde al soplete con el bórax, haciendo constar que estos óxidos toman siempre formas cristalíticas arborescentes, bien diferentes de los contornos netos y aristados de los cristales de las rocas; añade que la influencia de la masa en que el enfriamiento es muy rápido y el recocido muy poco prolongado no bastan para explicar estas diferencias, creyendo que la acción del vapor de agua era absolutamente precisa en la formación de todas las erupciones rocosas. Actualmente se ha visto, merced á las experiencias de Fouqué y Levy, que cierto número de rocas volcánicas pueden reproducirse sintéticamente, obteniendo todos los detalles de estructura íntima por la única vía de la fusión ígnea y sin la intervención de ninguna substancia volátil.

El examen de las rocas ácidas, y especialmente el estudio de las inclusiones de los líquidos volátiles que se encuentran en las inclusiones del cuarzo, permite pensar que el aguá á una gran presión ha tenido grande influencia en la formación de las mismas; así, las experiencias hechas en condiciones análogas han permitido obtener varias especies, como la ortosa, la albita y el cuarzo, á Frielel y Sarasín, si bien hay que advertir que la reproducción ha sido sólo de cristales aislados y sin constituir rocas, y además que la ortosa así preparada forma láminas muy pe queñas y constituyendo la llanıada macla de Carlsbad, mientras que la albita se obtiene más abundante y de mayor tamaño, lo contrario de lo que ocurre en las rocas naturales; análogamente, el cuarzo se ha producido siempre bajo la forma prismática de los filones, y muy rara vez en cristales bipiramidados análogos á los de las rocas ácidas. Mediante la acción del agua sobrecalentada en materias silicatadas, Daubrée ha visto formarse calcedonias, cuarzo y dióxido, pero este resultado exige tomar como base productos básicos.

Son sin duda las experiencias más decisivas de la síntesis petrográfica las de Fouqué y Michel Levy, comenzadas en 1878 y seguidas actualmente; el éxito ha sido completo empleando los procedimientos de fusión ígnea en la obtención de la mayoría de las rocas básicas, particularmente las de estructura traquitoide, en los cuales se han llegado á obtener los más pequeños detalles de estructura; estos tipos se han obtenido en el laboratorio por un recocido posterior á la fusión sin intervención de ningún agente fusible ó volátil. Las experiencias han sido comprobadas por el examen microscópico, del cual ha partido, por otra parte, observando que una parte de los elementos de las rocas volcánicas, que son los microlitos, se forma durante ó después de su emisión. Las operaciones de fusión se verifican en un horno de Forquignón y Leclerc, calentado por un soplete Schlesing, al que ali menta una bomba Damoiseau; mediante este aparato se puede poner al rojo blanco en algunos minutos un crisol y mantenerle á esta temperatura durante un tiempo ilimitado; y á fin de evitar la introducción de elementos extraños, se usa un crisolón de 20 centímetros de capacidad herméticamente cerrado, y según el gasto del gas y la presión á que sale pueden variarse las temperaturas desde el rojo al blanco brillante; Otro procedimiento de síntesis artificial de si se emplea el orificio máximo del tubo y se las rocas es el que recurre á ciertos disolventes coloca el crisol en el centro del horno sobre un químicos y á ciertas materias volátiles, y que ha soporte de platino se alcanza en algunos minusido seguido principalmente por el geólogo Meu- tos la temperatura del blanco brillante, que basnier tratando de reproducir lo que ha debido ta para fundir la leucita, el peridoto y el mismo pasar en la consolidación de las masas plane-platino; descubriendo el horno y empleando el tarias cuando una mezcla de diversos elementos tubo medio, sin variar la posición del crisol, se gaseiformes se ha disociado, merced á una ele- obtiene muy pronto el rojo anaranjado al cual vada temperatura, y ha cambiado su estado tér- se funde el hierro, el acero y casi todos los felmico permitiendo la combinación parcial de despatos; colocando el crisol sobre un triángulo algunos elementos y la precipitación de una de platino apoyado en el borde del horno, de especie de nieve formada de minerales cristali- modo que llegue á introducirse algo más de la zados, y dando lugar á la producción de una mitad, se obtiene el rojo cereza, mediante el cual fotoesfera; por un mecanismo análogo es como se funden el cobre, la augita y la nefelina; aprese han producido las capas más profundas de la tando el triángulo de modo que el crisol esté corteza terrestre, ó sean las situadas debajo del fuera del horno, se obtienen temperaturas basgneis, y que poseen una composición muy básica. tante inferiores. Los meteoritos deben su origen á una reacción de este género que ha procurado imitar Meunier, si bien con la dificultad de elevar tanto la temperatura para mantener los elementos enteramente disociados, habiendo, sin embargo, hecho reaccionar vapores de cloruro de silicio sobre magnesio ó aluminio metálicos con la intervención de álcalis ó sin ella; por este procedimiento se han obtenido diversas especies cristalinas, tales como el corindón, la periclasa, el piroxeno, el peridoto, la leucita y otras, pero la reacción es tan brusca que la perfección de las formas deja mucho que desear y la agregación no es tan íntima como en los meteoritos. El mismo geólogo ha obtenido con verdadero éxito la producción de los hierros nativos, terrestres ó meteóricos, reduciendo al rojo por el hidrógeno, cloruro de hierro y cloruro de níquel.

Otro último medio de síntesis petrográfica es el empleado por Hautefeuille mediante el empleo de fundentes químicos, si bien debe tener escasísima ó nula importancia por no ser un procedimiento natural, aunque debe tenerse en cuenta que por este procedimiento se han obtenido bastantes minerales de los que se presentan en filo

nes.

Las substancias sometidas á la fusión, bien sean productos químicos ó minerales petrográ ficos, han de ser absolutamente puras, habiéndose servido generalmente los autores, al menos una vez en cada serie, de productos artificiales para realizar la síntesis total; estas substancias se mezclan íntimamente y constituyen una masa ligera y muy voluminosa, que se funde en pequeñas porciones evitando la formación de ampollas escorias, operándose siempre la fusión al rojo blanco y ocultando una masa vítrea perfectamente isotropa más ó menos pardusca y que enfriada bruscamente conserva su estado vítreo.

Con los anteriores datos, el procedimiente general empleado puede decirse que es el mismo empleado por Hall; las substancias silicatadas cristalinas son constantemente menos fusibles que los vidrios de ellas procedentes; así, basta mantener durante algún tiempo la masa vítrea á una temperatura superior á la de su fusión para que se desarrollen elementos cristalinos. Debe advertirse que los diversos silicatos que pueden formarse á expensas de un mismo magma vítreo no presentan el mismo punto de fusión, y resulta además que, si se somete un vidrio á una serie de temperaturas decrecientes, pero superiores á

la de su punto de fusión, los diversos minerales que se originan lo harán sucesivamente y los menos fusibles cristalizarán á temperaturas más elevadas. Como el examen microscópico de las rocas demuestra que los elementos de éstas se han consolidado sucesivamente, es natural pensar que los elementos más antiguos son los menos fusibles; además, las experiencias de Fouqué y Levy han confirmado plenamente esta hipóte sis, al menos en lo que se refiere á las rocas básicas.

Los elementos característicos más antiguos de las rocas parecen ser el peridoto y la leucita, que son precisamente los menos fusibles, y probablemente la anortita, que se encuentra en los grandes cristales y que es tan infusible como ellos; otras veces en medio de una pasta andesítica formada de microlitos de oligoclasa se destacan cristales más antiguos de labradorita, que es menos fusible que la oligoclasa, y se puede citar como ejemplo la ofita, en que el piroxeno, más fusible, sirve de molde á los microlitos de feldespato, que son más refractarios. En las rocas volcánicas y en los productos artificiales las substancias menos fusibles se depositan, pues las primeras aparecen cementadas por los otros elementos, siendo una excepción que tiene una explicación bastante clara el existir frecuentes inclusiones de piroxeno, cuerpo muy fusible, en la leucita mineral, que lo es mucho menos, pues en este caso el piroxeno se ha des arrollado á expensas de inclusiones vítreas, las cuales se han modificado bajo la influencia del recocido de igual modo que el magma exterior. Hay también otras excepciones que son anonialías aparentes, como algunos minerales formados en época diversa de la consolidación de la roca; para explicarlo es preciso considerar al magnia vitreo como un líquido completo capaz de dar origen á diversos compuestos, los cuales pueden transformarse los unos en los otros obedeciendo á las leyes de la disociación. Algunas especies presentan una estabilidad muy notable, como el piroxeno, la melilita y la magnetita; esta última especialmente aparece a veces en grandes cristales de primera consolidación incluídos en el olivino y en la leucita, y también en granos intercalados entre los microlitos feldespáticos: esta producción de un mismo mineral en épocas y temperaturas diferentes se explica, como ya hemos dicho, por una reacción química entre sus elementos constitutivos.

Las principales rocas producidas artificialmente por los trabajos de Fouqué y Levy son las formadas por feldespatos triclínicos, las andesitas augíticas, las labradoritas, los basaltos, las leucotefritas, las diabasas y doleritas y los meteoritos, de las que daremos alguna noticia.

Plagioclasitas. - Son incoloras, lisas, y se hallan en absoluto desprovistas de relieve; los microlitos presentan una determinada orientación, la polarización es gris azulada pálida, un poco más viva en la anortita que en las otras especies; las extinciones son longitudinales para la oligoclasa, llegan á 30° en el labrador y á 45 en la anortita. La fusión ígnea que los origina noda más que estos tres feldespatos, faltando por completo todos los términos intermedios que se deducen de la ley de Tschermak; también se presentan frecuentes maclas según la ley de la albita, y algunas otras según la Baveno. El ácido clorhidrico no ejerce ninguna acción sobre la oligoclasa, ataca difícilmente al labrador y más fácilmente á la anortita, que transforma en sílice gelatinosa.

Andesitas augíticas y porfiríticas andesíticas. - Se han obtenido estas rocas en pasta microlítica cristalina fundiendo durante tres días una mezcla de tres partes de oligoclasa con una parte de augita. El resultado es un agregado de microlitos de oligoclasa, maclado según la ley de la albita y dispuesto sin orden alguno; á este feldespato se asocia la augita en pequeños microlitos alargados de color amarillo pálido y de cuatro centésimas de milímetro. También se encuentran algunos octaedros de magnetita formados á expensas del piroxeno, y por último una pequeña cantidad de microlitos de labrador alrededor de los cuales se concentra la angita de un modo muy notable. También se obtienen estas rocas por fusión de una mezcla de 10 partes de oligoclasa y una de hornblenda, que se transforma integralmente en augita merced al dimorfismo.

Porfiritas labradóricas. – Se obtiene la pasta microlítica de estas rocas por fusión de tres par

tes de labradorita y una de augita; los microlitos del labrador aparecen como los de la oligoclasa en la andesita; sus dimensiones son 2 á 25 décimas de milímetro, y los de augita presentan un color pardusco, siendo más cortos que en la andesita artificial, pues sus dimensiones medias varían de 2 á 5 centésimas de milímetro: también se presentan numerosos octaedros de magnetita. Obtienese también esta roca por fusión y recocido de la roca denominada de wernerita y anfibol de Odegaarden en Noruega, apareciendo en este caso algunas láminas pardas de melilita. Basaltos y meláfidos labradóricos. - Para lograr la preparación de estas rocas, caracterizadas por la presencia del peridoto en cristales de primera consolidación, es indispensable separar la operación en dos tiempos bien marcados; partiendo de un vidrio negro homogéneo procedente de la fusión de los elementos de un basalto muy rico en peridoto, ó sean tres partes de olivino, una de augita y tres de labradorita, que se mantiene durante cuarenta y ocho horas al rojo blanco, permitiendo cristalizar al peridoto, elemento muy poco fusible. Examinando una lámina tallada de esta pasta después de un recocido á muy alta temperatura, se ven numerosos cristales de peridoto desarrollados en el seno de un magma vítreo cuyas dimensiones varían de 2 á 5 décimas de milímetro; la luz polarizada presenta vivas tintas y extinciones longitudinales, abriéndose transversalmente el plano de los ejes ópticos. Al propio tiempo fórmanse algunos cristales de piroxeno y pequeños octaedros de magnetita y de picotita, de 2 centésimas de milímetro aproximadamente. La segunda fase de la operación consiste en someter el producto anteriormente obtenido durante cuarenta y ocho horas á la temperatura del rojo cereza, consiguiéndose por este recocido la formación de una pasta microlítica idéntica à la de las labradoritas augíticas. Es de notar que el hierro oxidado se produce en los dos tiempos de la consolidación de la roca, y que el peridoto presenta formas nacientes muy enriosas, como son los cristales huecos y grandes placas formadas por la aglomeración de individuos igualmente orientados. La reproducción de los basaltos es una de las más interesantes, por que da productos idénticos en su composición y estructura á los mejores tipos naturales, como los de Auvernia, si bien hay que advertir que la experiencia sólo se ha realizado sobre algunos gramos de substancia, y la única advertencia que puede hacerse, por ser completamente anhidro el producto obtenido, es que el agua de los basaltos procede de alteraciones ulteriores á su formación.

Leucotefritas. Se han obtenido con una mez. cla química, representando ocho partes de leucita, cuatro de labrador y una de augita, que sometida á un recocido inmediatamente á su fusión durante cuarenta y ocho horas da lugar á la formación de leucitas en grandes y pequeños trapezoedros acompañados de picotita y de magnetita en octaedros también muy pequeños. Sometiendo posteriormente, y durante otras cuarenta y ocho horas, al rojo cereza la pasta obtenida, se llega á obtener la cristalización del feldespato y se forman también microlitos de labrador de augita y de hierro oxidulado. Los microlitos augíticos son verdes y alargados y se desarrollan con extrema rapidez; la leucita ofrece generalmente inclusiones dispuestas en forma de corona, exactamente como la leucita natural. l'eridotitas. - Para su obtención han repetido os autores las experiencias de Daubrée, obteniendo por recocido los elementos de estas rocas, como son el peridoto, la enstatita, piroxeno y picotita, obtenida la segunda por un brusco y rápido enfriamiento bajo la forma de largas agujas que se reducen extraordinariamente de longitud cuando la pasta sufre un recocido. Debe hacerse notar que no se ha podido conseguir la obtención de la picotita en grandes cantidades hajo la forma de pequeñas láminas muy abundantes como se presenta en los productos naturales, pues este granate no forma en las pastas artificiales más que unos pequeños octaedros agrupados como la magnetita; además las inclusiones vítreas desempeñan un papel mucho más importante en las leucolitas artificiales que en las naturales.

Diabasas y doleritas de estructura ofitica. Estas rocas, que son las conocidas generalmente con el nombre de ofitas, han dado origen á grandes discusiones, no sólo acerca de su edad geo

| resultado es un agregado granitoide de peridoto, enstatita, piroxeno magnésico muy finamente maclado y magnetita en grupos irregulares, sirviendo como de magma á todos los otros la enstatita.

Los meteoritos feldespáticos se caracterizan por la presencia del feldespato anortita unido con la enstatita y el piroxeno; la estructura es traquitoide y ofítica, y el mejor tipo de este grupo, denominado también eucritas, es el de Juvinas. Su reproducción se ha obtenido con una mezcla de 6 gramos de sílice, 2,6 de alúmina, 1,5 de magnesia, 2,5 de carbonato de cal y 4 de óxido férrico, que se somete durante cuarenta y ocho doras al recocido al rojo naranja y otras cuarenta y ocho al rojo cereza, obteniéndose como resultado una asociación ofítica de anortita, olivino, enstatita y magnetita, presentándose la primera en microlitos alargados según la arista pol y con maclas de muy diversos tipos; el pe. ridoto moldea á la anortita y se presenta á veces en sus formas habituales, y la magnetita en octaedros agrupados en dendritas.

lógica, sino también sobre la manera de formar-
se; pues mientras unos las consideran como ro-
cas eruptivas, para los otros son productos sedi
mentarios profundamente modificados por el me
tamorfismo, fundándose esta última manera de
ver en que los afloramientos ofíticos no se mues-
tran en relación directa con ninguna manifesta-
ción eruptiva ni volcanica. El examen microscó
pico de las ofitas, realizado primeramente por
Michel Levy, ha demostrado que estas rocas se
hallan compuestas de los mismos elementos que
las rocas básicas francamente eruptivas, como
las diabasas, doleritas, etc., pero que tienen de
característico una estructura especial y propia;
se ven en efecto microlitos de feldespato triclí-
nicos asociados á microlitos de augita, pero estos
últimos, en lugar de hallarse dispuestos en gra-
nos alrededor de las agujas feldespáticas, se pre-
sentan en muchas laminillas orientadas de modo
que asemejan grandes cristales de augita atra-
vesados por prismas feldespáticos. Resulta de
este examen que las rocas ofíticas son de origen
eruptivo, si bien han sufrido un enfriamiento
mucho más prolongado que las restantes rocas; Las experiencias de Fouqué y de Michel Levy
además, la observación estratigráfica ha permiti- han sido á veces completamente infructuosas
do descubrir ofitas francamente eruptivas, como para la obtención de determinados minerales;
las señaladas por Breon en su viaje á Islandia, así, por ejemplo, ha sido completamente impo
donde vió corrientes volcánicas cuyos materiales, sible obtener por fusión el cuarzo, la ortosa, la
examinados al microscopio, presentaban estruc albita, las verneritas, las micas y algunos otros;
tura unas veces traquitoide y otras ofítica, ade- estas substancias, ya se transforman en especies
más de hallarse todos los tránsitos intermedios. dimorfas, ó bien dan lugar por una descomposi-
Para obtener artificialmente estas rocas bastaba ción química á la formación de tipos más esta-
conseguir la cristalización de la augita con pos- bles; así, la sílice fundida con silicatos da un
terioridad á la cristalización del feldespato, y producto de estructura ofítica, en que verdade-
era de prever que la anortita, poco fusible, se ros enjambres de bisilicatos van unidos á micro-
prestaría mejor á la experiencia que la labrado- litos no maclados de polarización débil y extin-
rita ó la oligoclasa. Después de fundir una mez- ciones longitudinales, microlitos constituídos por
cla de anortita y augita se la hizo sufrir el reco- sílice pura, pero bajo la forma de tridimita y no
cido durante cuatro días en un aparato, y duran- en la de cuarzo. La biotita no cristaliza tampoco
te otros cuatro en otro segundo, obteniéndose así por fusión y recocido de sus elementos, y se cam-
microlitos de anortita de 4 centésimas á 4 dé-bia en un producto cristalino pardusco dicroico
cimas de milímetro, con maclas de albita y de netamente biáxico y arborescente. La microclina
Baveno; estos microlitos se hallan moldeados se ha fundido con diversos minerales y la masa
por grandes enjambres de augita, y se presentan recocida no ha dado jamás origen á ortosa ni á
también pequeños cristales octaédricos de mag- microlina regenerada; con la augita, oligoclasa
netita y picotita. Si el segundo recocido tuvo y nefelina asociadas á la microlina se obtienen
lugar a una temperatura mucho menos elevada sólo estos minerales en medio de un magma ví-
se obtienen porciones traquitoides y porciones treo de cristalización difícil é imperfecta, pero
ofíticas en la misma masa, procediendo estas ni la moscovita ni la microclina dan ningún
últimas de las partes más calentadas. Por el mis- producto cristalino. No son éstos los solos in-
mo método pueden prepararse ofitas labradori- convenientes que en la reproducción de las rocas
cas, si bien á causa de la gran fusibilidad del han encontrado dichos experimentadores.
labrador se obtiene siempre una mezcla de las
dos estructuras traquitoide y ofítica.

Meteoritos. En el grupo de los no feldespáticos se han obtenido artificialmente dos tipos principales: el de Rittersgrún y el de SokoBanya, en Serbia, el primero muy rico en piroxeno magnético, del que se halla desprovisto el segundo. El principal carácter de estas rocas extraterrestres consiste en la presencia de un piroxeno magnético de la fórmula MgO, SiO2, dimorfo de la enstatita, y que Ebelmen había obtenido artificialmente; reconócese este silicato de magnesia clinorrómbico en sus numerosas laminillas macladas según h1, con extinción simétrica á 28° de esta cara cuando el cristal se coloca según el plano de simetría gl; la enstatita, por el contrario, es un mineral ortorrómbico que no presenta jamás maclas aparentes ni extinciones oblicuas. El tipo de Soko-Banya se reproduce por fusión y recocido durante tres días á una temperatura no muy elevada de una mezcla de 12 gramos de silice, 3 de magnesia y 5,5 de óxido férrico, obteniéndose así un agregado de estructura granitoide, formado principalmente de enstatita y olivino, á los que se une en muy pequeña cantidad el piroxeno magnético y algunos granos de magnetita producidos en diferentes tiempos de la consolidación de la roca. Debe hacerse notar que el grano de esta roca artificial es muy variable, análogamente á lo que ocurre en los meteoritos naturales, y que abundan las inclusiones vítreas igualmente que en aquéllos. La identidad sería completa si la estructura brechiforme fuera más marcada y la magnetita estuviera sustituída por granos de hierro metálico, resultado este último fácil de obtener reduciendo á la temperatura del rojo sombra la pasta en fusión por medio del hidrógeno.

El meteorito de Rittersgrün se ha obtenido por una fusión de una mezcla formada de 6 gramos de sílice, 9 de magnesia y 1,8 de óxido férrico al estado de sulfato doble amoniacal. El

Teniendo en cuenta una tabla general de la clasificación de las rocas, se ve que un gran número de éstas han resistido á todas las tentativas de reproducción artificial por fusión ígnea, especialmente aquellas que encierran como elementos fundamentales el cuarzo, la ortosa, las micas y el anfibol. Puede decirse que las rocas obtenidas artificialmente son las que se produ cen en las erupciones volcánicas que actualmente se realizan, es decir, las andesitas piroxénicas, las labradoritas, los basaltos, las linburgi. tas y algunas otras rocas de estructura ofítica, pues no se puede citar ningún ejemplo de rocas de formación contemporánea que encierre cuarzo, ortosa ni anfibol, como tanipoco se producen actualmente riolitas, dacitas, traquitas, andesitas ni fonolitas, ó sean precisamente las espe cies litológicas que no han podido ser reproducidas artificialmente, pudiendo además afirmarse que todas ellas han dejado de producirse después del período plioceno, y aun algunas después del cámbrico, estando sólo representados algu nos tipos por ejemplares de lo que pudiéramos considerar las series paralelas en los tiempos posterciarios.

SINTÉTICAMENTE: adv. m. De manera sinté

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SINTETO: m. Zool. Género de tunicados de la clase de las ascidias, que ofrecen cierta semejanza con una planta ensanchada. Estos animales son bastante transparentes y de un color verdoso; tienen el cuerpo más o menos pediculado y con los orificios que carecen de radios.

La especie tipo de este género es el Syntethis de las Hebridas; es la única especie conocida de este género, y sus caracteres, por consiguiente, son los en éste descritos.

Habita en las islas de que toma el nombre. SINTIN DO MATO: Geoy. Aldea de la parroquia de San Pedro de Canaval, ayunt. de Sober, p. j. de Monforte, prov. de Lugo; 95 habits. SINTIPAS: Biog. V. SENDEBAD.

SINTO: Geog. Río del Perú. Nace en los cerros de Candarave; corre hacia el S. y se une al Ticopampa, formando ambos el Locumba. En su valle se fabrica mucho aguardiente.

SINTOC: m. Bot. Nombre vulgar con que se designa una planta de la India oriental perteneciente á la familia de las Lauráceas, y la cual es conocida entre los botánicos bajo el nombre científico de Cinnamomum Sintok Blum.

SINTOCO: m. Zool. Género de insectos del orden de los coleópteros, familia de los curculiónidos, tribu de los birsopsinos. Los caracteres más importantes que ofrece este género de insectos son los siguientes: cabeza cóncava ó no sobre la frente; el rostro más estrecho que la cabeza, de variable longitud, más o menos arqueado y grueso, casi paralelo y anchamente sinuado ó truncado por delante; las escrobas estrechas, profundas bruscamente arqueadas; las antenas muy cortas y poco robustas; el escapo bruscamente nudoso en su extremo y sin llegar hasta los ojos; el funículo de siete artejos: los dos pri meros largos, los restantes muy cortos y muy apretados; la maza brevemente ovalada, muy gruesa y articulada, los ojos en forma de un triángulo curvilíneo y provistos de órbitas en forma de crestas; el protóráx de forma variable, siempre bruscamente estrechado por delante y más o menos saliente en la parte media de su borde anterior y profundamente acanalado por debajo; los élitros notablemente más anchos que el protórax en su base y de forma variable; las patas cortas y muy robustas; fémures y tibias lineales; el ángulo apical interno de éstas terminado por una espina corta; los tarsos medianos, más o menos deprimidos, planos y ciliados por debajo: su tercer artejo algo escotado y el cuarto grande; los tres segmentos intermedios del abdomen iguales entre sí y separados del primero por una sutura rectilinea; el apéndice intercoxal extremadamente ancho y truncado por delante; el mesosternón tubuloso; el cuerpo de forma variable, escamoso y algunas veces glabro.

El tipo de este género es el Synthocus truncatus, de mediano tamaño y con los élitros regu larmente cuadrados y planos.

SINTOMA (del gr. σνμятwμа): m. Fenómeno propio de una enfermedad.

-Tan escasa es vuestra ciencia,
Doctor, que no hallais remedio
Para esta fiebre tenaz

Que me consume? - No advierto
SÍNTOMAS graves aún.

BRETÓN DE LOS HERREROS.

les se reconoce el proceso morboso, se establece el diagnóstico. El diagnóstico, por lo tanto, es la conclusión que se deduce del examen de los diversos síntomas. Estos forman asimismo el fundamento del pronóstico, es decir, del juicio acerca de la marcha del proceso morboso.

Como síntoma puede servir toda alteración provocada por la enfermedad y que el médico puede apreciar por cualquiera de sus sentidos. Pero en muchos casos es preciso que dichos sentidos se hallen ejercitados para reconocer con seguridad las alteraciones que se presentan; en otros se necesita el auxilio de instrumentos, ya para hacer accesible el punto de observación, ó ya por medio de la iluminación reconocer mejor el fenómeno. Mientras que la medicina antigua distinguía muchos grupos de síntomas, clasifi cándolos en multitud de clases, en la actualidad (según Samuel, cuyo es el artículo dedicado á este asunto en el Dice. Enciclop. de Eulenburg) sólo se dividen del modo siguiente, considerándolos desde diferentes puntos de vista.

Se llaman

Sintomas subjetivos y objetivos. subjetivos aquellos que sólo puede apreciar el enfermo, y cuya manifestación, por lo tanto, depende de la veracidad y de la sensibilidad de éste; tales son, en primer lugar, los dolores, esto es, la excitación anormal de los nervios sensitivos, y también la fotofobia, el ruido de oídos, la opresión, la sensación de angustia, el vértigo y todas las demás sensaciones percibidas por los enfermos, como el hambre y la sed, que no son susceptibles de comprobación. Esta es imposible ó difícil para el médico, á no ser que desarrolle toda su astucia cuando sospeche una simulación. Al formar juicio acerca de los síntomas subjeti vos, hay que tener en cuenta, no sólo la simulación, sino también la distinta tolerancia de los enfermos para las sensaciones más diversas, y especialmente para los dolores. Unos son muy excitables, y otros, por el contrario, indolentes y torpidos. Los niños son muy irritables, y los viejos, en cambio, tan apáticos, que hasta afecciones muy graves provoca en ellos molestias subjetivas insignificantes. Por el contrario, muchas veces los hombres robustos son tanto más sensibles á los dolores y demás molestias subjetivas cuantas menos enfermedades han padecido, siendo quizás mucho más intolerantes que la mayoría de las mujeres, á excepción de las histéricas. En este sentido, desempeñan importante papel las condiciones individuales.

Se llaman objetivos los síntomas que pueden apreciarse en el cuerpo enfermo, independientemente de los datos que proporcione el individuo, y aun contra su voluntad. Tienen, por lo tanto, gran valor, y para aumentarlos se emplean todos los medios auxiliares posibles. Para ampliar los dominios de la inspección ocular se usan medios artificiales de iluminación, y aparatos con los cuales se puede llegar á distinguir los órganos profundos (oftalmoscopio, laringoscopio, otoscopio, espéculo, etc.); se utiliza el oído para percibir los sonidos cardíacos y el ruido respiratorio (auscultación), para apreciar el sonido de las partes percutidas (percusión) y juzgar si se hallan más ómenos llenas de líquidos ó de aire. El tacto se emplea para estudiar las alteraciones de consistencia en la hidropesía, los tumores, las osificaciones, etc., y para apreciar las alteraciones del pulso. El olfato se utiliza poco, si bien puede servir para comprobar las alteraciones en las secreciones y excreciones, para conocer los procesos de la putrefacción y en algunos otros casos. Estos reconocimientos adquieren seguridad cuando sus resultados se comprueban objetivamente con instrumentos (termómetro, esfigmógrafo, neumómetro, etc.). En el mismo grupo figura también el examen químico y microscópico de las excreciones y secreciones (orina, materias fecales, esputos, sudor, esperma, leche). En ocasiones se necesitan para ese estudio objetivo pequeñas operaciones, como punciones exploradoras para obtener cortas cantidades de líquido ó partícu las de un tumor ó gotitas de sangre. Entre los síntomas objetivos, se llaman persistentes los que Por la estructura del organismo humano sólo se encuentran en cualquier época de la enfermeson accesibles al examen inmediato su superficie dad, é intercurrentes los que sólo se perciben y algunas de las mucosas; pero en estas partes mientras se halla en actividad el órgano corresrara vez puede apreciarse claramente un proceso pondiente, esto es, por los movimientos, al hamorboso en todo su curso, y menos aún sus efec- blar, al escribir, al andar, ó bien al orinar y tos sobre el organismo en general. Por consi- hasta durante el coito. Se llaman estáticos los guiente, tanto en las enfermedades internas como síntomas persistentes que pueden comprobarse en las externas, sólo pueden comprobarse, cuan- inmediatamente, como las alteraciones de esdo más, algunos procesos anormales por los cua.tructura ó de extensión de la caja torácica, las

- SÍNTOMA: fig. Señal, indicio de una cosa que está sucediendo ó va á suceder.

... apenas llega á Madrid (el general Riego) cuando los SÍNTOMAS de descontento, de desorden y de sedición empiezan, etc.

QUINTANA.

- SÍNTOMA: Patol. Desde los albores de la Medicina se ha empleado esta palabra como sinónima de fenómeno ó signo morboso, manifestación patológica. El estudio de estos signos se llama sintomatología.

luxaciones articulares, las fracturas, etc. Son intercurrentes, por el contrario, los fenómenos morbosos que sólo se presentan alguna que otra vez en el curso de la enfermedad, como la expul sión de cálculos vesicales ó biliares, las convulsiones, las neuralgias, las hemoptisis, la hematuria, la hematemesis, etc.

No existe razón alguna para admitir la existencia de síntomas ocultos, latentes, pues muchos de ellos parecen ser así porque no se buscan bien: en otros términos, son difíciles de encontrar, pero pueden comprobarse. Pero si con ninguno de los medios indicados se consigue demostrar un síntoma, entonces esta alteración morbosa pierde su valor como tal, puesto que no sirve como signo de enfermedad. Entonces puede decirse (Samuel) que la enfermedad es latente, pero no que lo es el síntoma. Algunas enfermedades pueden permanecer latentes bastante tiempo; como los aneurismas, los trombos venosos, los tumores, y también las inflamaciones crónicas ligeras. Entre los síntómas objetivos y subjetivos ocupan un lugar intermedio los síntomas subje tivos que son influídos por el estado del ánimo, como la actividad cardíaca, la respiración y la inyección vascular.

Se llaman síntomas directos los fenómenos procedentes del mismo tejido ú órgano enfermo, es decir, las alteraciones en su color, en su porosidad, en su consistencia ó en sus funciones mismas, é indirectos los fenómenos morbosos que se manifiestan en partes distintas de aquellas en que tienen su origen: tales son las alteraciones del pulso y de la temperatura, como fenómenos generales de la fiebre, ciertas alteraciones de la orina y del sudor consecutivas á enfermedades del hígado y del cerebro, y las de los órganos sexuales en los padecimientos de la medula espinal. Los síntomas directos son los que los antiguos llamaban primitivos, protopáticos idiopáticos, y los indirectos los que antes recibían el nombre de secundarios, deuteropáticos ó simpáticos.

Se llaman síntomas patognomónicos aquellos que necesariamente y con seguridad caracterizan á una afección, cuya existencia puede por lo tanto deducirse de ellos con facilidad. El diagnóstico no sería una operación mental tan compli cada como suele serlo en la mayoría de los casos si hubiera muchos síntomas patognomónicos. La experiencia ha limitado cada vez más su exclusivismo. El carácter especial de los esputos en la inflamación del pulmón, y el pulso fuerte de la vena yugular y el pulso del hígado en la oclu sión deficiente de la válvula tricúspide, son casi los únicos síntomas patognomónicos que quedan. Llámase síntomas patognomónicos negativos á los fenómenos que nunca ó casi nunca se presentan en ciertas enfermedades, de modo que su presencia excluye la de éstas; así, por ejemplo, en los tifus no se presenta el herpes labial, en la escoliosis y cifosis intensas casi nunca se presenta la tuberculosis, y también es vana ésta en las lesiones cardíacas avanzadas. Pero puede decirse que no son raras las excepciones; hasta que no se explique satisfactoriamente por qué un estado excluye necesariamente á otro ó en qué circunstancias sucede así, no es posible marcar la trascendencia de estos síntomas patognomónicos negativos.

Tales son las distinciones más importantes: todas las demás denominaciones antiguas de los síntomas son, ó puramente pleonásticas, ó fundadas en diferencias no esenciales. El objeto del reconocimiento facultativo no consiste en descubrir tal ó cual síntoma y deducir por él la naturaleza y asiento de la afección, sino en trazar un cuadro fiel del foco morboso y del estado general del organismo. Al efecto, es necesario tener en cuenta, no sólo la parte enferma, sino también todas las funciones importantes del cuerpo, debiendo utilizarse los diversos medios de investigación, y siendo indispensables, además del diagnóstico á distancia, la anamnesia y el examen objetivo.

Se llama diagnóstico á distancia el juicio que se forma á primera vista, y casi involuntariamente, por el aspecto del enfermo, su hábito, su postura, etc. En las partes fácilmente accesibles, en la piel, en las mucosas visibles, en las articulaciones, basta muchas veces la primera mirada para juzgar de la clase y extensión de la afección local, y siempre se adquiere un material muy provechoso para juzgar de la constitución del cuerpo, los efectos de la enfermedad sobre el es

tado general, y especialmente la actividad respiratoria.

La anamnesia, es decir, la historia del origen y curso de la enfermedad, con las molestias subjetivas que indica el enfermo, es una fuente de conocimientos casi siempre indispensable, pero muy confusa. Generalmente el médico tiene que fiarse de los datos que suministra el enfermo ó sus allegados, y esto ofrece los mismos inconvenientes que los síntomas subjetivos. Es muy importante en los traumatismos y en las intoxicaciones involuntarias la descripción del accidente con todas sus consecuencias, y también son á veces muy útiles los datos que suministre el enfermo acerca de sus padres y hermanos para conocer la constitución de la familia.

tación. Los machos y hembras se buscan durante las horas de más calor, y muchas veces se ven en gran número volando por los matorrales.

- SINTOMIO: Zool. Género de insectos del orden coleópteros, familia estafilínidos, tribu oxitelinos. Los caracteres más importantes de este lengueta ancha, sinuada por delante, con dos género son los siguientes: menton transversal; espinas medias; último artejo de los palpos la biales más pequeño que los dos anteriores, que son iguales; maxilares con el segundo y tercer artejos gruesos y casi iguales, el último más pequeño; mandíbulas cortas, muy robustas, inermes, con un borde interno membranoso y ciliado; labro corto, sinuado anteriormente, sus

El reconocimiento del enfermo tiene por ob- apéndices membranosos laterales, pequeños y anjeto establecer su estado actual. Al efecto, lo gulosos; cabeza mediana, más estrecha que el mejor es proceder con un orden determinado, protórax y no estrecha por detrás; ojos muy empezando por comprobar ciertos fenómenos ge- primero y segundo artejos muy gruesos, el tergrandes y redondeados; antenas rectas, con el nerales, el estado de nutrición, el color, la temcero más largo que los siguientes, que son peperatura y el pulso. Después se reconocen las distintas partes del cuerpo, y en primer término queños, globulosos, y forman una maza oblonga; aquellas de que se queja el enfermo, y después los élitros y redondeado en los lados; élitros protórax transversal, mucho más estrecho que todas las demás, aun aquellas que no ocasionan molestia alguna al paciente. Cuando sea opor-go-ovalado; patas muy cortas, las intermedias muy largos, un poco convexos, abdomen oblontuno el reconocimiento de los órganos genitales debe hacerse de un modo prudente. Por último, debe el médico fijar su atención en las secreciones y excreciones del enfermo. Es indispensable el reconocimiento minucioso de los órganos más importantes para adquirir un cuadro exacto del estado general del organismo, y no tan sólo del estado del órgano enfermo. Muchas veces se presentan varias afecciones al mismo tiempo, ó afecciones agudas además de otras crónicas en órganos distintos, y por lo tanto no es prudente dejarse imponer por un síntoma notable hasta el punto de no fijar la atención necesaria en otras partes del cuerpo.

Después de establecer los distintos síntomas, tratará el médico de darse cuenta de su conexión íntima y su dependencia mutua, esto es, de hacer el diagnóstico y el pronóstico (véase esta palabra).

SINTOMÁTICO, CA (del gr. σvμπтWμаTIKOS): adj. Perteneciente al síntoma.

Este autor (el doctor Félix Bouband) admite en el hombre una impotencia por vicios de conformación,... otra SINTOMÁTICA, otra consecutiva, etc.

MONLAU.

SINTOMIO (del gr. σúvтouos, acostado): m. Zool. Género de insectos del orden de los lepidépteros, familia de los zigénidos, caracterizado por presentar las antenas delgadas, ligeramente

Sintomio

hinchadas en su parte media, simples en los dos sexos y menos largas que el cuerpo; palpos muy cortos, cilíndricos y vellosos; trompa gruesa, larga, arrollada en espiral; tórax robusto; alas oblongas, alargadas, negras ó azuladas, con man. chas blancas ó de color amarillo transparente, dispuestas simétricamente; alas inferiores mucho más cortas que las superiores, del mismo color y siempre con manchas semejantes á las de las primeras alas; cuerpo prolongado, nunca erizado de pelos.

Solamente se conoce una especie de este gé nero en Europa; pero Asia, Africa y Nueva Holanda poseen gran número de especies. La especie de Europa es el Syntomis phegea L., cuya oruga es negra, con pequeños tubérculos del mismo color, sobre los cuales están implantados los pelos fasciculados; la cabeza y las patas son de color rojo pardusco. La oruga vive sobre varias plantas, y preferentemente sobre el Plantago lanceolata; fabrica debajo de las hojas y de los musgos un capullo blanco y muy ligero; la crisalida es parda, con las envolturas de las alas y el segundo anillo del abdomen amarillos; el insecto perfecto sale de este capullo á fines de la primavera ó más tarde, según el calor de la es

aproximadas, los cuatro primeros artejos de los tarsos son cortos, iguales, y el último tan largo como todos los demás reunidos; cuerpo corto, muy grueso, punteado, finamente pubescente y alado

y vege

El tipo de este género es el Syntomium æneum Müller, insecto pequeño muy notable por su color verde metálico, con el vértice de las antenas y las patas de un color moreno rojizo. En el estado perfecto estos insectos buscan particularmente las substancias pútridas animales tales. Algunas especies viven sobre las flores ó en los hongos y parecen ser carnívoras, dando caza á los insectos más pequeños ó devorando las larvas que abundan en los mismos hongos. Se les encuentra también en los cadáveres, estercoleros, debajo de los musgos y de las cortezas. Su marcha es ágil y toman el vuelo con mucha frecuencia, pero lo prolongan poco.

Las larvas de estos estafilínidos tienen costumbres semejantes á los insectos perfectos, y sus caracteres generales son los siguientes: cuerpo compuesto de 13 segmentos, alargado, más ó menos deprimido, lineal ó un poco estrechado por detrás; la cabeza, córnea y horizontal, tiene casi la misma forma que ha de tener más tarde, y lleva las antenas de cuatro ó cinco artejos; cavidad bucal muy pequeña, y parece no poder admitir más que alimentos fluidos; los órganos bucales, sin embargo, están completos y se com. ponen de un labro, dos mandíbulas más ó menos largas, dentadas por dentro ó bífidas en su extremidad; dos maxilas alejadas de la lengueta, terminadas por un solo lóbulo y con palpos de tres á cuatro artejos; un labio inferior que consiste en un menton córneo; una pieza intermedia que lleva palpos de tres artejos y una pequeña lengüeta; los segmentos torácicos y abdominales llevan por encima y por debajo escudos córneos; el segmento noveno ó último del abdomen está provisto de dos apéndices estiliformes más o menos largos y compuestos de dos ó cuatro artejos; una prolongación anal muy saliente, tubulosa, inclinada, y que sirve en la progresión del animal, termina el cuerpo, las patas son cortas y están compuestas de cinco piezas, de las cuales la última, que representa el tarso, lleva una sola uña, hay nueve pares de estigmas: uno situado sobre la membrana que une el protórax al mesotórax y los demás corresponden á los ocho primeros segmentos abdominales. Estas larvas aparecen especialmente en otoño y primavera. Las ninfas no ofrecen nada de particular.

SINTOMOPO (del gr. ouvroμos, acostado, y Toûs, pie): m. Zool Género de insectos del orden de los himenópteros, familia de los calcídidos, tribu de los espalanginos. Sus caracteres principales son los siguientes: cabeza más ancha que larga; antenas insertas cerca de la boca, de 13 artejos, en maza, con el primer artejo alargado, los tres siguientes muy pequeños, los artejos 5, 6, 7, 8, 9 y 10 lineales en los machos y disminuyendo de longitud é iguales en las hembras; maza antenal ovalada, de tres artejos y un poco más larga que los dos artejos anteriores; dorso del protórax grande, casi cuadrado; pedículo del abdomen lineal y muy alargado; patas cortas;

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fémures un poco abultados y tibias un poco arqueadas; las larvas de estos insectos son pequeñas y están desprovistas de patas, ordinariamente de un color blanquecino y de una consistencia carnosa; su forma es ovalada, alargada, con la extremidad posterior delgada y con ligeras señales de articulaciones; cabeza pequeña, casi estérica y situada en la extremidad más gruesa del cuerpo; ella puede entrar en el primer anillo del tórax, que es muy irregular y de una forma variable; la cara inferior del cuerpo presenta dos tubérculos por segmento, que son los rudimentos de otras tantas patas.

Las ninfas generalmente no se encierran en un capullo, pero algunas especies hacen entrar en la construcción de su envoltura los mismos restos de las orugas en cuyo cuerpo han penetrado Las especies que poseen un oviscapto gran de tienen este órgano puesto sobre el dorso durante el estado de ninfa.

Este género contiene pocas especies, propias de países meridionales.

SINTONINA (del gr. σúv, con, y reivw, yo tiendo): f. Quím. Substancia nitrogenada que resulta de la acción del ácido clorhidrico diluído sobre diversas materias albuminoideas, y especialmente sobre la miosina de la carne muscular. Aunque este nombre fué dado por Liebig á un solo cuerpo obtenido por él haciendo hervir dicha carne, después de lavada y triturada, con ácido clorhidrico diluído en la proporción de una parte de ácido y 1000 de agua, y que según el eminente químico alemán no era otra cosa que la misma materia contráctil de los músculos, este nombre se ha hecho hoy génerico á consecuencia de los grandes adelantos realizados por la Química biológica, adelantos en cuya virtud y á beneficio de nuevos métodos de investigación se ha logrado descubrir nuevas especies, además de establecer diferencias bien marcadas, entre otras que, á pesar de parecer muy análogas, no eran, sin embargo, completamente idénticas; así, en la actualidad se designan con la denominación de sintoninas en la clasificación de las materias albuminoideas, establecida por Hoppe-Seyler y lige. ramente modificada por Wurtz, á un grupo de cuerpos muy próximos á la caseína, con la que han sido confundidas frecuentemente, y que se caracterizan por ser insolubles en agua, así como en la disolución de cloruro sódico, muy solubles sin experimentar alteración en el ácido clorhídrico sumamente diluído y en la sosa cáustica, y precipitarse de sus disoluciones cuando se las neutraliza aun después de haber añadido previamente fosfato sódico; grupo que, según el último de los químicos citados, comprende los tres cuerpos siguientes: 1° La materia albuminoidea que resulta de la acción de los álcalis sobre la albú mina y sus congeneres, y denominada albuminato por Hoppe-Seyler, albuminosa por Wurtz y ál calialbumina por otros químicos. 2. La sintonina propiamente tal, producida por la ac. ción de los ácidos sobre la miosina; y 3.° La ácidalbúmina, originada haciendo actuar dichos ácidos sobre la albúmina misma; esta última parece ser idéntica con la anterior, y algunos opinan que estas tres substancias pueden reducirse á una sola, si bien se verá más adelante que la primera se diferencia de las otras en algunas de sus propiedades; teniendo en cuenta la incertidumbre que reina acerca de estos cuerpos, se describirán con el nombre de sintoninas los

comprendidos en los números 2.° y 3.°, exponiéndose á continuación las razones que existen para separar de ellas la primera, no siendo de extrañar esta incertidumbre y aparente confusión tratándose de cuerpos tan complejos como las materias albuminoideas, acerca de las cuales la ciencia posee datos poco seguros, no obstante las investigaciones de Schützenberger, á las que se deben las primeras, aunque incompletas, nociones acerca de su constitución.

Chando se tratan ciertas substancias albuminoideas insolubles, tales como la miosina de la carne muscular, el gluten ó la clara de huevo cocida, por ácido clorhídrico ordinario diluído en 500 1000 veces su peso de agua, se observa que la substancia proteica se disuelve frecuentemente con rapidez y adquiere la propiedad de ser en adelante precipitable si se satura exactamente el líquido; estos hechos, descubiertos por Bouchardat en 1842, han sido después generalizados, y hoy se sabe que casi todos los cuerpos comprendidos en el grupo de los albuminoideos,

ya sean solubles ó insolubles, se modifican bajo la influencia de los ácidos muy diluídos ó de las lejías alcalinas débilmente concentradas, y especialmente bajo la del amoníaco, transformándose en otros precipitables por la neutralización del líquido y aparentemente idénticos al denominado sintonina por Liebig, habiéndose notado además que las sintoninas procedentes de los distintos albuminoides son entre sí lo bastante análogas para que su conocimiento sea completo, estudiando sólo la sintonina muscular, é indicando las diferencias que ésta presenta con las demás.

Esta substancia, que según Kühne no existe formada en los músculos, se obtiene triturando finamente la carne de buey, lavándola bajo un chorro de agua y tratándola en seguida por disolución de ácido clorhídrico ordinario al 1 por 1 000; en estas condiciones, y al cabo de algún tiempo, la carne aumenta de volumen, se hace dialana y se disuelve en su mayor parte quedando en suspensión las grasas, el sarcolema y algunos cuerpos poco conocidos; el líquido filtrado puede neutralizarse exactamente por carbonato sódico, que precipita la sintonina en copos gelatinosos, ó mejor aún, y entonces resulta exenta de sales, se somete la disolución ácida á la diálisis, en cuyo caso el ácido clorhídrico atraviesa el diafragma de papel pergamino, y el cuerpo que se desea obtener se deposita bajo la forma de copos translucientes.

que se trata con la álcalialbúmina ó albuminosa | puesto puede decirse que las disoluciones de ál-
resultante de la acción de los álcalis sobre dicha calialbumina en el ácido clorhídrico precipitan
albúmina, conclusión errónea según las investi- con dificultad por la diálisis, mientras que lo
gaciones de Morner, que ha comprobado la exis- hacen fácilmente las de sintonina, y que la dife-
tencia de notables diferencias entre ambas, y rencia esencial entre una y otra estriba en su
que explica el error del primero por la transfor diferente solubilidad en los distintos vehículos
mación de la sintonina en alcalialbúmina bajo y en que la primera presenta una reacción ácida
la influencia del carbonato sódico al baño de mucho más enérgica que la segunda.
María, aun en disoluciones muy diluídas; estas
diferencias las ha estudiado el citado químico
entre dicha álcalialbúmina preparada por el mé
todo de Liberkühn y: 1.° la sintonina de la clara
de huevo originada por la acción del ácido clor-
hídrico al 1 por 1 000 en baño de María, seguida
de precipitación con carbonato amónico y redi-
solución en ácido clorhídrico; 2.° la sintonina
muscular preparada con carne de esturión ago-
tada por el agua, pero á la temperatura ordina-
ria; 3. la parapeptona resultante de la acción del
jugo gástrico sobre la clara de huevo cocida; y 4.o
la fibrinasintonina obtenida según las indica-
ciones de Hoppe-Seyler: este estudio tiene gran
importancia por haber dado nuevas nociones, no
sólo acerca de la cuestión que con él se preten-
día resolver, sino también acerca de las diferen-
cias que existen entre las distintas sintoninas,
por lo cual es indispensable exponer á conti-
nuación los resultados obtenidos por dicho quí

mico.

En primer término ha observado que la álcalialbúmina constituye un precipitado no gelati noso y de reacción fuertemente ácida aun después Así obtenida la sintonina, es una materia blanca, transparente, gelatinosa, soluble en ácido de prolongadas lociones, mientras que las sinclorhídrico diluído al 1 por 1000 y en los líqui-toninas muscular y de la clara de huevo son ge dos ligeramente alcalinos, y precipitable de sus latinosas y no enrojecen el tornasol con tanta disoluciones por diversas sales, aunque no por energía. Cuando se añade álcalialbúmina á los el calor; conservada durante algún tiempo, aun carbonatos bárico, cálcico ó estróncico, trituraestando húmeda, adquiere suficiente consistencia dos con agua, aquélla se disuelve desalojando al para desprenderse facilmente de los filtros en anhidrido carbónico, en tanto que en estas conforma de películas ó láminas foliáceas, y hume- diciones sólo la fibrinasintonina es disuelta pardecida con ácido acético concentrado se trans- cialmente, no siéndolo las otras tres en manera forma en una jalea de aspecto lechoso incom- alguna. Estas diferencias de solubilidad se obpletamente soluble en el agua. servan también, aunque no tan marcadas, con los carbonatos neutro y ácido de sodio, el neutro de litio y la sosa caustica, en las que la primera es más soluble que las otras y da líqui dos de reacción ácida, siendo alcalina la de la sintonina; estas disoluciones de las diferentes substancias, sometidas á la acción del calor, producen distintos fenómenos, pues la alcalialbúmina y la sintonina no se coagulan á la temperatura de la ebullición, pero prolongando ésta la primera no experimenta modificación alguna y la segunda es profundamente alterada, porque neutralizado el líquido por un ácido, filtrado y calentado al baño de Maria, produce una substancia semejante á la primera y que como ella se disuelve en el agua que contenga carbonato cálcico, ó en los álcalis, á los que comunica reacción ácida. La diálisis da una nueva prueba de esta transformación, pues la alcalialbúmina dialisada en disolución alcalina tarda bastante en precipitarse y el líquido pierde su acidez á medida que aumenta el precipitado, fenómenos que se reproducen con la disolución, también alcalina, de sintonina calentada antes de someterla á la diálisis; además, el depósito obtenido en las últimas condiciones presenta las mismas propiedades que la primera.

Cuando se la hierve con este líquido pierde su solubilidad en el ácido clorhidrico, efecto que también se consigue casi en el mismo grado agotándola por alcohol y éter y después desecándola, se disuelve en el agua de cal, de cuya disolución no es precipitada por el calor por más que se forme espuma, y en cambio lo es haciendo atravesar por el líquido corriente de anhidrido carbónico. Mantenida la sintonina por algún tiempo en contacto con el agua deja de ser soluble en el ácido clorhídrico y en el agua de cal, pero no en los álcalis diluídos al 1 por 1 000, y si se abandona esta disolución á tenperaturas comprendidas entre 35 y 45° regenera por neu tralización la sintoniua primitiva, si bien dotada de la propiedad de que nuevamente disuelta en agua de cal, saturada la disolución con cloruro amónico sólido y finalmente neutralizada por los acidos acético ó clorhídrico, produce un líquido opalescente que vertido gota à gota en agua destilada origina un coágulo de composición idéntica, según Danilewski, á la de la miosina musenlar. Las disoluciones acéticas de sintonina dan con el platinocianuro potásico un precipitado gelatinoso que después se hace coposo, susceptible de contraerse por la ebullición en masas compactas, y que después de desecado adquiere la dureza del cuero, y finalmente se vuelve vítreo y transparente; este precipitado contiene 5,55 por 100 de platino. Las disoluciones de sintonina, como las de todas las substancias albuminoideas, desvían el plano de la luz polarizada, presentando la muscular, disuelta en ácido clorhidrico diluído, un poder rotatorio específico para la luz amarilla de 720, que puede elevarse á 84°,8 cuando se calienta la disolución ácida en vasos cerrados al baño de María; respecto de las sintoninas obtenidas con otras materias albuminoideas, este poder rotatorio oscila entre 70 y -74° según su origen; no se conoce la transformación que experimenta la miosina al convertirse en sintonina; pues conteniendo ésta en 100 partes 54,1 de carbono, 7,2 de hidrógeno, 16,1 de nitrógeno, 21,5 de oxígeno y 1,1 de azufre, parece resultar idéntica en su composición á dicha miosina, si bien este dato no es de suficiente valor tratándose de cuerpos acerca de cuya fórmula no se han puesto aún de acuerdo los distintos autores.

Hase dicho al principio de este artículo que varios químicos, siguiendo las opiniones de Soyka, habían admitido la identidad del cuerpo de

SINTOR (del gr. σívrwp, dañoso, nocivo): m. Zool. Género de insectos del orden de los coleópteros, familia de los curculionidos, tribu de los tropiderinos. Los caracteres más importantes más larga que ancha; rostro mucho más largo y que ofrece este género de insectos son: cabeza más estrecho que la cabeza, acanalado por encima, muy ensanchado y truncado por delante; antenas un poco más largas que la mitad del cuerpo, con el primer artejo grueso, cilíndrico, y la maza muy corta; el protórax más largo que ancho, poco convexo, gradualmente estrechado por delante; el escudo cuadrado; los élitros regularmente largos, planos, triangulares, un poco más anchos que el protórax y un poco ensanchados en su porción posterior; patas anteriores notablemente más largas que las otras; fémures en maza fusiforme, los posteriores tan largos como

el abdomen; tibias cilíndricas; tarsos con el primer artejo mucho más largo que el segundo; el diente de los escudetes muy pequeño y vertical; pigidio en forma de triángulo rectilíneo; metasparalelos; cuerpo oblongo-elíptico y con una pu ternón muy largo, sus episternones anchos y bescencia muy fina; las antenas de las hembras llegan hasta la base del protórax, y la maza de éstas es más ancha que la de los machos; el pigidio es redondeado en su extremidad.

La única especie de este género (Sintor quadrilineatus Schh.) es originaria de Sumatra y muy grande. Con un fondo negruzco, está su cuerpo adornado de finas rayas blancas longitudinales sobre el protórax y los élitros.

SINT-PHILIPSLAND: Geog. Isla de la provin cia de Zelanda, Holanda, separada del Brabante septentrional por el Slaak, y sit. entre las islas Oweritakkee, Duiveland y Tholen. Es una tierra baja y con frecuencia inundada, de 24 kms.2, y cuyos habitantes viven principalmente de la pesca. La localidad principal es SintPhilipsland, sit. en la costa S., con unos 2000 habits.

SINT-PIETERSBERG Ó Montaña de SAN PEDRO: Geog. l'equeña serie de alturas á lo largo de la orilla izq. del Mosa, entre Maestrich (Holanda) al N. y Lieja (Bélgica) al S. Es célebre por las canteras que se encuentran en su parte septentrional, cerca de Maestricht, y cuya entrada se halla unos 2 kms. al S. de la c., en Slavanden, antiguo convento transformado hoy en casino de una sociedad particular, no lejos de la aldea de Saint Pieter. Está construída la montaña, dice Baedeker, por una caliza arenosa y amarillenta, resto de aluviones marinos, lo que explica por qué se encuentran frecuentemente on las canteras conchas, corales, dientes y otros restos de animales marinos, osamentas de un animal gigantesco que tiene la forma de un cocodrilo, y por último muchos sílex. Una de las más notables curiosidades de las canteras son los órganos geológicos, cavidades cilíndricas, verticales, casi siempre algo inclinadas, que tienen de 30 centímetros á 2 m. de diámetro, llenas de arcilla, arena y escombros. Supónese que son producto de los movimientos del mar en el período de formación de la corteza terrestre, ensanchados luego sucesivamente por la acción del agua. Una de las principales ventajas de la piedra es que se deja cortar fácilmente y se endurece en seguida al contacto del aire. Tiénese cui dado de dejar, en forma de pilares, gruesos bloques cuadrados, que tienen, la mayor parte, 12 m. de circuito, y se destinan á servir de soporte en las galerías, que tienen de 6 á 16 de alt. Como la explotación de las canteras no se ha interrumpido desde tiempo inmemorial (pues ya los romanos hacían trabajar en ellas á sus soldados), hay infinidad de estos pilares y galerías. El laberinto de las galerías ó criptas de San Pedro se extiende en una longitud de 5 leguas y en una La álcalialbúmina sólida es más soluble en el anchura de 3, y de tal suerte se cruzan y entreácido clorhídrico que en el acético, y la disolu- lazan que se necesita gran experiencia para ción en aquél no se altera por el calor y se con- orientarse en ellas. Por esto el peligro que se vierte en sintonina, en tanto que ésta en líqui corre de extraviarse, aventurándose en ellas sin dos ácidos se transforma en la primera cuando guía, obliga á cerrar las entradas. En otro tiemse la calienta, y como resumen de todo lo ex-po no eran raros los accidentse acaecidos á los

Si se añade un ácido á las disoluciones alcali-
nas de estos cuerpos cuando el líquido no contie-
ne fosfatos, la alcalialbúmina no precipita hasta
que la reacción es francamente ácida, en tanto
que aun siendo ésta alcalina se depositan, pri-
mero la sintonina muscular, después la de la
clara de huevo, y por último la fibrinasintonina;
estas disoluciones en que los ácidos precipitan
siendo la reacción alcalina no lo hacen después
de calentadas hasta que dicha reacción es ácida,
observándose análogo fenómeno cuando el líqui-
do contiene fosfato disódico. La presencia del fos-
fato monosódico determina la producción de los
fosfatos mono y disódicos, y también la precipi-
tación de la alcalialbúmina cuando la disolu-
ción contiene de 35 á 45 moléculas de la primera
sal para una de la segunda, efecto que se pro-
duce con la sintonina de la clara de huevo y la

fibrinasintonina cuando la relación entre las can-
tidades de dichas sales es de una á cinco.

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