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hierro metálico aparece en una forma más globulosa y la esteatita se presenta en los productos artificiales en el estado de largas agujas en lugar de afectar como los meteoritos la forma de cristales cortos ó de granos pequeños; estas diferencias, poco importantes, provienen sin duda de que la formación de la roca se ha producido en condiciones térmicas algo diferentes. Puede notarse que los meteoritos ofrecen muy frecuente. mente una estructura brechiforme, debida indudablemente á las violentas acciones mecánicas por que han atravesado ó á la aglutinación posterior de fragmentos heterogéneos, y por esto se comprende que esas particularidades no se presenten en los productos artificiales. Actualmente puede decirse que las experiencias de Daubrée hacían presumir el modo de formación de los meteoritos no feldespáticos y de las rocas similares, pero en la época en que se publicaron estas experiencias no se podía afirmar la acción puramente ígnea en la formación de las rocas básicas, aun en aquellas emitidas por los volcanes, pues los geólogos y petrólogos más competentes, especialmente Delesse, afirmaban que los tipos todos, aun el basalto, procedían de acciones hidrotermales; ó en otros términos, se establecía el tránsito entre las lavas propiamente dichas y las lavas fangosas; el mismo Daubrée, fundándose en el resultado de sus experiencias, relativas á la acción del agua sobrecalentada sobre los silicatos, se inclinaba naturalmente á explicar por la vía hidrotermal la génesis de casi todas las rocas. Más recientemente un sabio petrógrafo inglés, Sorby, ha formulado análogas conclusiones fundándose en sus estudios acerca de las formas que toman diversos óxidos metálicos cuando se les funde al soplete con el borax, haciendo constar que estos óxidos toman siempre formas cristalíticas arborescentes, bien diferentes de los contornos netos y aristados de los cristales de las rocas; añade que la influencia de la masa en que el enfriamiento es muy rápido y el recocido muy poco prolongado no bastan para explicar estas diferencias, creyendo que la acción del vapor de agua era absolutamente precisa en la formación de todas las erupciones rocosas. Actualmente se ha visto, merced á las experiencias de Fouqué y Levy, que cierto número de rocas volcánicas pueden reproducirse sintéticamente, obteniendo todos los detalles de estructura íntima por la única vía de la fusión ígnea y sin la intervención de ninguna substancia volátil.

Otro procedimiento de síntesis artificial de las rocas es el que recurre á ciertos disolventes químicos y á ciertas materias volátiles, y que ha sido seguido principalmente por el geólogo Meunier tratando de reproducir lo que ha debido pasar en la consolidación de las masas planetarias cuando una mezcla de diversos elementos gaseiformes se ha disociado, merced á una elevada temperatura, y ha cambiado su estado térmico permitiendo la combinación parcial de algunos elementos y la precipitación de una especie de nieve formada de minerales cristalizados, y dando lugar á la producción de una fotoesfera; por un mecanismo análogo es como se han producido las capas más profundas de la corteza terrestre, ó sean las situadas debajo del gneis, y que poseen una composición muy básica. Los meteoritos deben su origen á una reacción de este género que ha procurado imitar Meunier, si bien con la dificultad de elevar tanto la temperatura para mantener los elementos enteramente disociados, habiendo, sin embargo, hecho reaccionar vapores de cloruro de silicio sobre magnesio ó aluminio metálicos con la intervención de álcalis ó sin ella; por este procedimiento se han obtenido diversas especies cristalinas, tales como el corindón, la periclasa, el piroxeno, el peridoto, la leucita y otras, pero la reacción es tan brusca que la perfección de las formas deja mucho que desear y la agregación no es tan íntima como en los meteoritos. El mismo geólogo ha obtenido con verdadero éxito la producción de los hierros nativos, terrestres ó meteóricos, reduciendo al rojo por el hidrógeno, cloruro de hierro y cloruro de níquel.

Otro último medio de síntesis petrográfica es el empleado por Hautefeuille mediante el empleo de fundentes químicos, si bien debe tener escasísima ó nula importancia por no ser un procedimiento natural, aunque debe tenerse en cuenta que por este procedimiento se han obtenido bastantes minerales de los que se presentan en filo

nes.

El examen de las rocas ácidas, y especialmente el estudio de las inclusiones de los líquidos volátiles que se encuentran en las inclusiones del cuarzo, permite pensar que el aguá á una gran presión ha tenido grande influencia en la formación de las mismas; así, las experiencias hechas en condiciones análogas han permitido ob. tener varias especies, como la ortosa, la albita y el cuarzo, á Frielel y Sarasín, si bien hay que advertir que la reproducción ha sido sólo de cristales aislados y sin constituir rocas, y además que la ortosa así preparada forma láminas muy pequeñas y constituyendo la llamada macla de Carlsbad, mientras que la albita se obtiene más abundante y de mayor tamaño, lo contrario de lo que ocurre en las rocas naturales; análogamente, el cuarzo se ha producido siempre bajo la forma prismática de los filones, y muy rara vez en cristales bipiramidados análogos á los de las rocas ácidas. Mediante la acción del agua sobrecalentada en materias silicatadas, Daubrée ha visto formarse calcedonias, cuarzo y dióxido, pero este resultado exige tomar como base productos básicos.

Son sin duda las experiencias más decisivas de la síntesis petrográfica las de Fouqué y Michel Levy, comenzadas en 1878 y seguidas actualmente; el éxito ha sido completo empleando los procedimientos de fusión ignea en la obtención de la mayoría de las rocas básicas, particularmente las de estructura traquitoide, en los cuales se han llegado á obtener los más pequeños detalles de estructura; estos tipos se han obtenido en el laboratorio por un recocido posterior á la fusión sin intervención de ningún agente fusible ó volátil. Las experiencias han sido comprobadas por el examen microscópico, del cual ha partido, por otra parte, observando que una parte de los elementos de las rocas volcánicas, que son los microlitos, se forma durante ó después de su emisión. Las operaciones de fusión se verifican en un horno de Forquignón y Leclerc, calentado por un soplete Schlesing, al que alimenta una bomba Damoiseau; mediante este aparato se puede poner al rojo blanco en algunos minutos un crisol y mantenerle á esta temperatura durante un tiempo ilimitado; y á fin de evitar la introducción de elementos extraños, se usa un crisolón de 20 centímetros de capacidad herméticamente cerrado, y según el gasto del gas y la presión á que sale pueden variarse las temperaturas desde el rojo al blanco brillante; si se emplea el orificio máximo del tubo y se coloca el crisol en el centro del horno sobre un soporte de platino se alcanza en algunos minutos la temperatura del blanco brillante, que basta para fundir la leucita, el peridoto y el mismo platino; descubriendo el horno y empleando el tubo medio, sin variar la posición del crisol, se obtiene muy pronto el rojo anaranjado al cual se funde el hierro, el acero y casi todos los feldespatos; colocando el crisol sobre un triángulo de platino apoyado en el borde del horno, de modo que llegue à introducirse algo más de la mitad, se obtiene el rojo cereza, mediante el cual se funden el cobre, la angita y la nefelina; apretando el triángulo de modo que el crisol esté fuera del horno, se obtienen temperaturas bastante inferiores.

la de su punto de fusión, los diversos minerales que se originan lo harán sucesivamente y los menos fusibles cristalizarán á temperaturas más elevadas. Como el examen microscópico de las rocas demuestra que los elementos de éstas se han consolidado sucesivamente, es natural pensar que los elementos más antiguos son los menos fusibles; además, las experiencias de Fouqué y Levy han confirmado plenamente esta hipótesis, al menos en lo que se refiere á las rocas básicas.

Los elementos característicos más antiguos de las rocas parecen ser el peridoto y la leucita, que son precisamente los menos fusibles, y probablemente la anortita, que se encuentra en los grandes cristales y que es tan infusible como ellos; otras veces en medio de una pasta andesitica formada de microlitos de oligoclasa se destacan cristales más antiguos de labradorita, que es menos fusible que la oligoclasa, y se puede citar como ejemplo la ofita, en que el piroxeno, más fusible, sirve de molde á los microlitos de feldespato, que son más refractarios. En las rocas volcánicas y en los productos artificiales las substancias menos fusibles se depositan, pues las primeras aparecen cementadas por los otros elementos, siendo una excepción que tiene una explicación bastante clara el existir frecuentes inclusiones de piroxeno, cuerpo muy fusible, en la leucita mineral, que lo es mucho menos, pues en este caso el piroxeno se ha des arrollado á expensas de inclusiones vítreas, las cuales se han modificado bajo la influencia del recocido de igual modo que el magma exterior. Hay también otras excepciones que son anonialías aparentes, como algunos minerales formados en época diversa de la consolidación de la roca; para explicarlo es preciso considerar al magnia vitreo como un líquido completo capaz de dar origen á diversos compuestos, los cuales pueden transformarse los unos en los otros obedeciendo á las leyes de la disociación. Algunas especies presentan una estabilidad muy notable, como el piroxeno, la melilita y la magnetita; esta última especialmente aparece a veces en grandes cristales de primera consolidación incluídos en el olivino y en la leucita, y también en granos intercalados entre los microlitos feldespáticos: esta producción de un mismo mineral en épocas y temperaturas diferentes se explica, como ya hemos dicho, por una reacción química entre sus elementos constitutivos.

Las principales rocas producidas artificialmente por los trabajos de Fouqué y Levy son las formadas por feldespatos triclínicos, las andesitas augíticas, las labradoritas, los basaltos, las leucotefritas, las diabasas y doleritas y los meteoritos, de las que daremos alguna noticia.

Plagioclasitas. Son incoloras, lisas, y se hallan en absoluto desprovistas de relieve; los microlitos presentan una determinada orientación, la polarización es gris azulada pálida, un poco más viva en la anortita que en las otras especies; las extinciones son longitudinales para la oligoclasa, llegan á 30° en el labrador á 45 en la anortita. La fusión ígnea que los origina no da más que estos tres feldespatos, faltando por completo todos los términos intermedios que se deducen de la ley de Tschermak; también se presentan frecuentes maclas según la ley de la albita, y algunas otras según la Baveno. El ácido clorhi drico no ejerce ninguna acción sobre la oligoclasa, ataca difícilmente al labrador y más fácilmente á la anortita, que transforma en sílice gelatinosa.

Las substancias sometidas á la fusión, bien sean productos químicos ó minerales petrográ ficos, han de ser absolutamente puras, habiéndose servido generalmente los autores, al menos una vez en cada serie, de productos artificiales para realizar la síntesis total; estas substancias se mezclan íntimamente y constituyen una masa ligera y muy voluminosa, que se funde en pequeñas porciones evitando la formación de ampollas y escorias, operándose siempre la fusión al rojo blanco y ocultando una masa vítrea perfecta-te mente isótropa más ó menos pardusca y que enfriada bruscamente conserva su estado vítreo.

Con los anteriores datos, el procedimiente general empleado puede decirse que es el mismo empleado por Hall; las substancias silicatadas cristalinas son constantemente menos fusibles que los vidrios de ellas procedentes; así, basta mantener durante algún tiempo la masa vítrea á una temperatura superior á la de su fusión para que se desarrollen elementos cristalinos. Debe advertirse que los diversos silicatos que pueden formarse á expensas de un mismo magma vítreo no presentan el mismo punto de fusión, y resulta además que, si se somete un vidrio á una serie de temperaturas decrecientes, pero superiores á

Andesitas augíticas y porfiríticas andesíticas. - Se han obtenido estas rocas en pasta microlítica cristalina fundiendo durante tres días una mezcla de tres partes de oligoclasa con una parde augita. El resultado es un agregado de microlitos de oligoclasa, maclado según la ley de la albita y dispuesto sin orden alguno; á este feldespato se asocia la augita en pequeños miero litos alargados de color amarillo pálido y de cuatro centésimas de milímetro. También se encuentran algunos octaedros de magnetita formados á expensas del piroxeno, y por último una pequeña cantidad de microlitos de labrador alrededor de los cuales se concentra la angita de un modo muy notable. También se obtienen estas rocas por fusión de una mezcla de 10 partes de oligoclasa y una de hornblenda, que se transforma integralmente en augita merced al dimorfismo.

Porfiritas labradóricas. - Se obtiene la pasta microlítica de estas rocas por fusión de tres par

tes de labradorita y una de augita; los microlitos del labrador aparecen como los de la oligoclasa en la andesita; sus dimensiones son 2 á 25 décimas de milímetro, y los de augita presentan un color pardusco, siendo más cortos que en la andesita artificial, pues sus dimensiones medias varían de 2 á 5 centésimas de milímetro: también se presentan numerosos octaedros de mag. netita. Obtienese también esta roca por fusión y recocido de la roca denominada de wernerita y anfibol de Odegaarden en Noruega, apareciendo en este caso algunas láminas pardas de melilita. Basaltos y meláfidos labradóricos. - Para lograr la preparación de estas rocas, caracterizadas por la presencia del peridoto en cristales de primera consolidación, es indispensable separar la operación en dos tiempos bien marcados; partiendo de un vidrio negro homogéneo procedente de la fusión de los elementos de un basalto muy rico en peridoto, ó sean tres partes de olivino, una de augita y tres de labradorita, que se mantiene durante cuarenta y ocho horas al rojo blan co, permitiendo cristalizar al peridoto, elemento muy poco fusible. Examinando una lámina tallada de esta pasta después de un recocido á muy alta temperatura, se ven numerosos cristales de peridoto desarrollados en el seno de un magma vítreo cuyas dimensiones varían de 2 á 5 décimas de milímetro; la luz polarizada presenta vivas tintas y extinciones longitudinales, abriéndose transversalmente el plano de los ejes ópticos. Al propio tiempo fórmanse algunos cristales de piroxeno y pequeños octaedros de magnetita y de picotita, de 2 centésimas de milímetro aproximadamente. La segunda fase de la operación consiste en someter el producto anteriormente obtenido durante cuarenta y ocho horas á la temperatura del rojo cereza, consiguiéndose por este recocido la formación de una pasta microlítica idéntica à la de las labradoritas augíticas. Es de notar que el hierro oxidado se produce en los dos tiempos de la consolidación de la roca, y que el peridoto presenta formas nacientes muy curiosas, como son los cristales huecos y grandes placas formadas por la aglomeración de individuos igualmente orientados. La reproducción de los basaltos es una de las más interesantes, porque da productos idénticos en su composición y estructura á los mejores tipos naturales, como los de Auvernia, si bien hay que advertir que la experiencia sólo se ha realizado sobre algunos gramos de substancia, y la única advertencia que puede hacerse, por ser completamente anhidro el producto obtenido, es que el agua de los basaltos procede de alteraciones ulteriores á su formación.

Leucotefritas. - Se han obtenido con una mezcla química, representando ocho partes de leucita, cuatro de labrador y una de augita, que sometida á un recocido inmediatamente á su fusión durante cuarenta y ocho horas da lugar á la formación de leucitas en grandes y pequeños trapezoedros acompañados de picotita y de magnetita en octaedros también muy pequeños. Sometiendo posteriormente, y durante otras cuarenta ocho horas, al rojo cereza la pasta obtenida, se llega á obtener la cristalización del feldespato y se forman también microlitos de labrador de augita y de hierro oxidulado. Los microlitos augíticos son verdes y alargados y se desarrollan con extrema rapidez; la leucita ofrece generalmente inclusiones dispuestas en forma de corona, exactamente como la leucita natural. Peridotitas. - Para su obtención han repetido os autores las experiencias de Daubrée, obteniendo por recocido los elementos de estas rocas, como son el peridoto, la enstatita, piroxeno y picotita, obtenida la segunda por un brusco y rápido enfriamiento bajo la forma de largas agujas que se reducen extraordinariamente de longitud cuando la pasta sufre un recocido. Debe hacerse notar que no se ha podido conseguir la obtención de la picotita en grandes cantidades bajo la forma de pequeñas láminas muy abundantes como se presenta en los productos naturales, pues este granate no forma en las pastas artificiales más que unos pequeños octaedros agrupados como la magnetita; además las inclusiones vítreas desempeñan un papel mucho más importante en las leucolitas artificiales que en las naturales.

Diabasas y doleritas de estructura ofitica. Estas rocas, que son las conocidas generalmente con el nombre de ofitas, han dado origen á grandes discusiones, no sólo acerca de su edad geo

lógica, sino también sobre la manera de formarse; pues mientras unos las consideran como rocas eruptivas, para los otros son productos sedimentarios profundamente modificados por el me. tamorfismo, fundándose esta última manera de ver en que los afloramientos ofíticos no se muestran en relación directa con ninguna manifestación eruptiva ni volcanica. El examen microscó. pico de las ofitas, realizado primeramente por Michel Levy, ha demostrado que estas rocas se hallan compuestas de los misnios elementos que las rocas básicas francamente eruptivas, como las diabasas, doleritas, etc., pero que tienen de característico una estructura especial y propia; se ven en efecto microlitos de feldespato triclínicos asociados á microlitos de augita, pero estos últimos, en lugar de hallarse dispuestos en granos alrededor de las agujas feldespáticas, se presentan en muchas laminillas orientadas de modo que asemejan grandes cristales de augita atravesados por prismas feldespáticos. Resulta de este examen que las rocas ofíticas son de origen eruptivo, si bien han sufrido un enfriamiento mucho más prolongado que las restantes rocas; además, la observación estratigráfica ha permitido descubrir ofitas francamente eruptivas, como las señaladas por Breon en su viaje á Islandia, donde vió corrientes volcánicas cuyos materiales, examinados al microscopio, presentaban estructura unas veces traquitoide y otras ofítica, además de hallarse todos los tránsitos intermedios. Para obtener artificialmente estas rocas bastaba conseguir la cristalización de la augita con posterioridad á la cristalización del feldespato, y era de prever que la anortita, poco fusible, se prestaría mejor á la experiencia que la labradorita ó la oligoclasa. Después de fundir una mezela de anortita y augita se la hizo sufrir el recocido durante cuatro días en un aparato, y duran. te otros cuatro en otro segundo, obteniéndose así microlitos de anortita de 4 centésimas á 4 décimas de milímetro, con maclas de albita y de Baveno; estos microlitos se hallan moldeados por grandes enjambres de augita, y se presentan también pequeños cristales octaédricos de magnetita y picotita. Si el segundo recocido tuvo lugar a una temperatura mucho menos elevada se obtienen porciones traquitoides y porciones ofíticas en la misma masa, procediendo estas últimas de las partes más calentadas. Por el mismo método pueden prepararse ofitas labradoricas, si bien á causa de la gran fusibilidad del labrador se obtiene siempre una mezcla de las dos estructuras traquitoide y ofítica.

Meteoritos. En el grupo de los no feldespáticos se han obtenido artificialmente dos tipos principales: el de Rittersgrün y el de SokoBanya, en Serbia, el primero muy rico en piroxeno magnético, del que se halla desprovisto el segundo. El principal carácter de estas rocas extraterrestres consiste en la presencia de un piroxeno magnético de la fórmula MgO, SiO2, dimorfo de la enstatita, y que Ebelmen había obtenido artificialmente; reconócese este silicato de magnesia clinorrómbico en sus numerosas laminillas macladas según h', con extinción simétrica á 28° de esta cara cuando el cristal se coloca según el plano de simetría gl; la enstatita, por el contrario, es un mineral ortorrómbico que no presenta jamás maclas aparentes ni extinciones oblicuas. El tipo de Soko-Banya se reproduce por fusión y recocido durante tres días á una temperatura no muy elevada de una mezcla de 12 gramos de silice, 3 de magnesia y 5,5 de óxido férrico, obteniéndose así un agregado de estructura granitoide, formado principalmente de enstatita y olivino, á los que se une en muy pequeña cantidad el piroxeno magnético y algunos granos de magnetita producidos en diferentes tiempos de la consolidación de la roca. Debe hacerse notar que el grano de esta roca artificial es muy variable, análogamente á lo que ocurre en los meteoritos naturales, y que abundan las inclusiones vítreas igualmente que en aquéllos. La identidad sería completa si la estructura brechiforme fuera más marcada y magnetita estuviera sustituída por granos de hierro metálico, resultado este último fácil de obtener reduciendo á la temperatura del rojo sombra la pasta en fusión por medio del hidrógeno.

resultado es un agregado granitoide de peridoto, enstatita, piroxeno magnésico muy finamente maclado y magnetita en grupos irregulares, sirviendo como de magma á todos los otros la enstatita.

Los meteoritos feldespáticos se caracterizan por la presencia del feldespato anortita unido con la enstatita y el piroxeno; la estructura es traquitoide y ofítica, y el mejor tipo de este grupo, denominado también eucritas, es el de Juvinas. Su reproducción se ha obtenido con una mezcla de 6 gramos de sílice, 2,6 de alúmina, 1,5 de magnesia, 2,5 de carbonato de cal y 4 de óxido férrico, que se somete durante cuarenta y ocho doras al recocido al rojo naranja y otras cuarenta y ocho al rojo cereza, obteniéndose como resultado una asociación ofítica de anortita, olivino, enstatita y magnetita, presentándose la primera en microlitos alargados según la arista pgly con maclas de muy diversos tipos; el peridoto moldea á la anortita y se presenta á veces en sus formas habituales, y la magnetita en octaedros agrupados en dendritas.

Las experiencias de Fouqué y de Michel Levy han sido á veces completamente infructuosas para la obtención de determinados minerales; así, por ejemplo, ha sido completamente imposible obtener por fusión el cuarzo, la ortosa, la albita, las verneritas, las micas y algunos otros; estas substancias, ya se transforman en especies dimorfas, ó bien dan lugar por una descomposición química á la formación de tipos más estables; así, la sílice fundida con silicatos da un producto de estructura ofítica, en que verdade. ros enjambres de bisilicatos van unidos á microlitos no maclados de polarización débil y extinciones longitudinales, microlitos constituídos por sílice pura, pero bajo la forma de tridimita y no en la de cuarzo. La biotita no cristaliza tampoco por fusión y recocido de sus elementos, y se cambia en un producto cristalino pardusco dicroico netamente biáxico y arborescente. La microclina se ha fundido con diversos minerales y la masa recocida no ha dado jamás origen á ortosa ni á microlina regenerada; con la augita, oligoclasa y nefelina asociadas á la microlina se obtienen sólo estos minerales en medio de un magma vítreo de cristalización difícil é imperfecta, pero ni la moscovita ni la microclina dan ningún producto cristalino. No son éstos los solos inconvenientes que en la reproducción de las rocas han encontrado dichos experimentadores.

Teniendo en cuenta una tabla general de la clasificación de las rocas, se ve que un gran número de éstas han resistido á todas las tentativas de reproducción artificial por fusión ígnea, especialniente aquellas que encierran como elementos fundamentales el cuarzo, la ortosa, las micas y el anfibol. Puede decirse que las rocas obtenidas artificialmente son las que se produ cen en las erupciones volcánicas que actualmente se realizan, es decir, las andesitas piroxénicas, las labradoritas, los basaltos, las linburgitas y algunas otras rocas de estructura ofítica, pues no se puede citar ningún ejemplo de rocas de formación contemporánea que encierre cuarzo, ortosa ni anfibol, como tanipoco se producen actualmente riolitas, dacitas, traquitas, andesitas ni fonolitas, ó sean precisamente las espe cies litológicas que no han podido ser reproducidas artificialmente, pudiendo además afirmarse que todas ellas han dejado de producirse después del período plioceno, y aun algunas después del cámbrico, estando sólo representados algunos tipos por ejemplares de lo que pudiéramos considerar las series paralelas en los tiempos posterciarios.

SINTÉTICAMENTE: adv. m. De manera sinté

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.. á par que en él (marido) aplica (la mujer) el [analitico, Al ajeno varón le echa el SINTÉTICO, la Y al más fuerte marido encuentra estítico Y al más débil galán encuentra atlético, etc. ESPRONCEDA. SINTETIZAR (del gr. ovvlerijw): a. Hacer sín

El meteorito de Rittersgrün se ha obtenido por una fusión de una mezcla formada de 6 gramos de sílice, 9 de magnesia y 1,8 de óxido férrico al estado de sulfato doble amoniacal. El

tesis.

Llego, Anatolio, al punto más comprometido de mi correspondencia; á aquel en que es preciso SINTETIZAR, etc.

CASTRO Y SERRANO.

SINTETO: m. Zool. Género de tunicados de la clase de las ascidias, que ofrecen cierta semejanza con una planta ensanchada. Estos animales son bastante transparentes y de un color verdoso; tienen el cuerpo más o menos pediculado y con los orificios que carecen de radios.

La especie tipo de este género es el Syntethis de las Hebridas; es la única especie conocida de este género, y sus caracteres, por consiguiente, son los en éste descritos.

Habita en las islas de que toma el nombre. SINTIN DO MATO: Geoy. Aldea de la parroquia de San Pedro de Canaval, ayunt. de Sober, p. j. de Monforte, prov. de Lugo; 95 habits. SINTIPAS: Biog. V. SENDEBAD.

SINTO: Geog. Río del Perú. Nace en los cerros de Candarave; corre hacia el S. y se une al Ticopampa, formando ambos el Locumba. En su valle se fabrica mucho aguardiente.

SINTOC: m. Bot. Nombre vulgar con que se designa una planta de la India oriental perteneciente á la familia de las Lauráceas, y la cual es conocida entre los botánicos bajo el nombre científico de Cinnamomum Sintok Blum.

SINTOCO: m. Zool. Género de insectos del orden de los coleópteros, familia de los curculiónidos, tribu de los birsopsinos. Los caracteres más importantes que ofrece este género de insectos son los siguientes: cabeza cóncava ó no sobre la frente; el rostro más estrecho que la cabeza, de variable longitud, más ó menos arqueado y grue so, casi paralelo y anchamente sinuado o truncado por delante; las escrobas estrechas, profundas y bruscamente arqueadas; las antenas muy cortas y poco robustas; el escapo bruscamente nudoso en su extremo y sin llegar hasta los ojos; el funículo de siete artejos: los dos primeros largos, los restantes muy cortos y muy apretados; la maza brevemente ovalada, muy gruesa y articulada, los ojos en forma de un triángulo curvilíneo y provistos de órbitas en forma de crestas; el protóráx de forma variable, siempre bruscamente estrechado por delante y más o menos saliente en la parte media de su borde anterior y profundamente acanalado por debajo; los élitros notablemente más anchos que el protórax en su base y de forma variable; las patas cortas y muy robustas; fémures y tibias lineales; el ángulo apical interno de éstas terminado por una espina corta; los tarsos medianos, más o menos deprimidos, planos y ciliados por debajo: su tercer artejo algo escotado y el cuarto grande; los tres segmentos intermedios del abdomen iguales entre sí y separados del primero por una sutura rectilinea; el apéndice intercoxal extremadamente ancho y truncado por delante; el mesosternón tubuloso; el cuerpo de forma variable, escamoso y algunas veces glabro.

El tipo de este género es el Synthocus truncatus, de mediano tamaño y con los élitros regu larmente cuadrados y planos. SÍNTOMA (del gr. σvμятwμа): m. Fenómeno propio de una enfermedad.

-¿Tan escasa es vuestra ciencia,
Doctor, que no halláis remedio
Para esta fiebre tenaz

Que me consunie? No advierto
SÍNTOMAS graves aún.

BRETÓN DE LOS HERREROS.

les se reconoce el proceso morboso, se establece
el diagnóstico. El diagnóstico, por lo tanto, es
la conclusión que se deduce del examen de los
diversos síntomas. Estos forman asimismo el
fundamento del pronóstico, es decir, del juicio
acerca de la marcha del proceso morboso.

Como síntoma puede servir toda alteración
provocada por la enfermedad y que el médico
puede apreciar por cualquiera de sus sentidos.
Pero en muchos casos es preciso que dichos sen-
tidos se hallen ejercitados para reconocer con
seguridad las alteraciones que se presentan; en
otros se necesita el auxilio de instrumentos, ya
para hacer accesible el punto de observación, ó
ya por medio de la iluminación reconocer mejor
el fenómeno. Mientras que la medicina antigua
distinguía muchos grupos de síntomas, clasifi-
cándolos en multitud de clases, en la actualidad
(según Samuel, cuyo es el artículo dedicado á
este asunto en el Dice. Enciclop. de Eulenburg)
sólo se dividen del modo siguiente, considerán-
dolos desde diferentes puntos de vista.

subjetivos aquellos que sólo puede apreciar el
Sintomas subjetivos y objetivos. - Se llaman
enfermo, y cuya manifestación, por lo tanto, de-
pende de la veracidad y de la sensibilidad de
éste; tales son, en primer lugar, los dolores, esto
es, la excitación anormal de los nervios sensiti-
vos, y también la fotofobia, el ruido de oídos, la
opresión, la sensación de angustia, el vértigo y
todas las demás sensaciones percibidas por los
enfermos, como el hambre y la sed, que no son
susceptibles de comprobación. Esta es imposible
ó difícil para el médico, á no ser que desarrolle
toda su astucia cuando sospeche una simulación.
Al formar juicio acerca de los síntomas subjeti-
vos, hay que tener en cuenta, no sólo la simula-
ción, sino también la distinta tolerancia de los
enfermos para las sensaciones más diversas, y es-
pecialmente para los dolores. Unos son muy ex-
citables, y otros, por el contrario, indolentes y
torpidos. Los niños son muy irritables, y los vie-
jos, en cambio, tan apáticos, que hasta afeccio- |
nes muy graves provoca en ellos molestias sub-
jetivas insignificantes. Por el contrario, muchas
veces los hombres robustos son tanto más sensi-
bles á los dolores y demás molestias subjetivas
cuantas menos enfermedades han padecido, sien-
do quizás mucho más intolerantes que la mayo-
ría de las mujeres, á excepción de las histéricas.
En este sentido, desempeñan importante papel
las condiciones individuales.

Se llaman objetivos los síntomas que pueden apreciarse en el cuerpo enfermo, independientemente de los datos que proporcione el individuo, y aun contra su voluntad. Tienen, por lo tanto, gran valor, y para aumentarlos se emplean todos los medios auxiliares posibles. Para ampliar los dominios de la inspección ocular se usan medios artificiales de iluminación, y aparatos con los cuales se puede llegar á distinguir los órganos profundos (oftalmoscopio, laringoscopio, otoscopio, espéculo, etc.); se utiliza el oído para percibir los sonidos cardíacos y el ruido respiratorio (auscultación), para apreciar el sonido de las partes percutidas (percusión) y juzgar si se hallan más o menos llenas de líquidos ó de aire. El tacto se emplea para estudiar las alteraciones de consistencia en la hidropesía, los tumores, las osificaciones, etc., y para apreciar las alteraciones del pulso. El olfato se utiliza poco, si bien puede servir para comprobar las alteraciones en las secreciones y excreciones, para conocer los procesos de la putrefacción y en algunos otros casos. Estos reconocimientos adquieren seguridad cuando sus resultados se comprueban objetivamente con instrumentos (termómetro, esfigmógrafo, neumómetro, etc.). En el mismo grupo figura también el examen químico y microscópico de las excreciones y secreciones (orina, materias fecales, esputos, sudor, esperma, leche). En ocasiones se necesitan para ese estudio objetivo pequeñas operaciones, como punciones exploradoras para obtener cortas cantidades de líquido ó partículas de un tumor ó gotitas de sangre. Entre los síntomas objetivos, se llaman persistentes los que Por la estructura del organismo humano sólo se encuentran en cualquier época de la enfermeson accesibles al examen inmediato su superficie dad, é intercurrentes los que sólo se perciben y algunas de las mucosas; pero en estas partes mientras se halla en actividad el órgano corresrara vez puede apreciarse claramente un proceso pondiente, esto es, por los movimientos, al hamorboso en todo su curso, y menos aún sus efec- lar, al escribir, al andar, ó bien al orinar y tos sobre el organismo en general. Por consi- hasta durante el coito. Se llaman estáticos los guiente, tanto en las enfermedades internas como síntomas persistentes que pueden comprobarse en las externas, sólo pueden comprobarse, cuan- inmediatamente, como las alteraciones de esdo más, algunos procesos anormales por los cua-tructura ó de extensión de la caja torácica, las

- SÍNTOMA: fig. Señal, indicio de una cosa que está sucediendo ó va á suceder.

apenas llega á Madrid (el general Riego) cuando los SÍNTOMAS de descontento, de des. orden y de sedición empiezan, etc.

QUINTANA.

- SÍNTOMA: Patol. Desde los albores de la Medicina se ha empleado esta palabra como si nónima de fenómeno ó signo morboso, manifestación patológica. El estudio de estos signos se llama sintomatología.

luxaciones articulares, las fracturas, etc. Son intercurrentes, por el contrario, los fenómenos morbosos que sólo se presentan alguna que otra vez en el curso de la enfermedad, como la expulsión de cálculos vesicales ó biliares, las convulsiones, las neuralgias, las hemoptisis, la hematuria, la hematemesis, etc.

No existe razón alguna para admitir la exis tencia de síntomas ocultos, latentes, pues muchos de ellos parecen ser así porque no se buscan bien; en otros términos, son difíciles de encontrar, pero pueden comprobarse. Pero si con ninguno de los medios indicados se consigue demostrar un síntoma, entonces esta alteración morbosa pierde su valor como tal, puesto que no sirve como signo de enfermedad. Entonces puede decirse (Samuel) que la enfermedad es latente, pero no que lo es el síntoma. Algunas enfermedades pueden permanecer latentes bastante tiempo; como los aneurismas, los trombos venosos, los tumores, y también las inflamaciones crónicas ligeras. Entre los síntómas objetivos y subjetivos ocupan un lugar intermedio los síntomas subjetivos que son influídos por el estado del ánimo, como la actividad cardíaca, la respiración y la inyección vascular.

Se llaman síntomas directos los fenómenos procedentes del mismo tejido ú órgano enfermo, es decir, las alteraciones en su color, en su porosidad, en su consistencia ó en sus funciones mismas, é indirectos los fenómenos morbosos que se manifiestan en partes distintas de aquellas en que tienen su origen: tales son las alteracio nes del pulso y de la temperatura, como fenómenos generales de la fiebre, ciertas alteraciones de la orina y del sudor consecutivas à enfermedades del hígado y del cerebro, y las de los órganos sexuales en los padecimientos de la medula espinal. Los síntomas directos son los que los antiguos llamaban primitivos, protopáticos ó idiopáticos, y los indirectos los que antes recibían el nombre de secundarios, deuteropáticos ó simpáticos.

Se llaman síntomas patognomónicos aquellos que necesariamente y con seguridad caracterizan á una afección, cuya existencia puede por lo tanto deducirse de ellos con facilidad. El diagnóstico no sería una operación mental tan compli cada como suele serlo en la mayoría de los casos si hubiera muchos síntomas patognomónicos. La experiencia ha limitado cada vez más su exclusivismo. El carácter especial de los esputos en la inflamación del pulmón, y el pulso fuerte de la vena yugular y el pulso del hígado en la oclusión deficiente de la válvula tricúspide, son casi los únicos síntomas patognomónicos que quedan. Llámase síntomas patognomonicos negativos á los fenómenos que nunca ó casi nunca se presentan en ciertas enfermedades, de modo que su presencia excluye la de éstas; así, por ejemplo, en los tifus no se presenta el herpes labial, en la escoliosis y cifosis intensas casi nunca se presenta la tuberculosis, y también es vana ésta en las lesiones cardíacas avanzadas. Pero puede decirse que no son raras las excepciones; hasta que no se explique satisfactoriamente por qué un estado excluye necesariamente á otro ó en qué circunstancias sucede así, no es posible marcar la trascendencia de estos síntomas patognomónicos negativos.

Tales son las distinciones más importantes: todas las demás denominaciones antiguas de los síntomas son, ó puramente pleonasticas, ó fundadas en diferencias no esenciales. El objeto del reconocimiento facultativo no consiste en descubrir tal ó cual síntoma y deducir por él la naturaleza y asiento de la afección, sino en trazar un cuadro fiel del foco morboso y del estado general del organismo. Al efecto, es necesario tener en cuenta, no sólo la parte enferma, sino también todas las funciones importantes del cuerpo, debiendo utilizarse los diversos medios de investigación, y siendo indispensables, además del diagnóstico á distancia, la anamnesia y el examen objetivo.

Se llama diagnóstico á distancia el juicio que se forma á primera vista, y casi involuntariamente, por el aspecto del enfermo, su hábito, su postura, etc. En las partes fácilmente accesibles, en la piel, en las mucosas visibles, en las articulaciones, basta muchas veces la primera mirada para juzgar de la clase y extensión de la afección local, y siempre se adquiere un material muy provechoso para juzgar de la constitución del cuerpo, los efectos de la enfermedad sobre el es

tado general, y especialmente la actividad respiratoria.

La anamnesia, es decir, la historia del origen y curso de la enfermedad, con las molestias subjetivas que indica el enfermo, es una fuente de conocimientos casi siempre indispensable, pero muy confusa. Generalmente el médico tiene que fiarse de los datos que suministra el enfermo ó sus allegados, y esto ofrece los mismos inconvenientes que los síntomas subjetivos. Es muy importante en los traumatismos y en las intoxicaciones involuntarias la descripción del accidente con todas sus consecuencias, y también son á veces muy útiles los datos que suministre el enfermo acerca de sus padres y hermanos para conocer la constitución de la familia.

tación. Los machos y hembras se buscan durante las horas de más calor, y muchas veces se ven en gran número volando por los matorrales.

- SINTOMIO: Zool. Género de insectos del orden coleópteros, familia estafilínidos, tribu oxitelinos. Los caracteres más importantes de este género son los siguientes: menton transversal; Tengueta ancha, sinuada por delante, con dos espinas medias; último artejo de los palpos la biales más pequeño que los dos anteriores, que son iguales; maxilares con el segundo y tercer artejos gruesos y casi iguales, el último más pequeño; mandíbulas cortas, muy robustas, inerdo; labro corto, sinuado anteriormente, sus mes, con un borde interno membranoso y ciliaEl reconocimiento del enfermo tiene por ob- apéndices membranosos laterales, pequeños y anjeto establecer su estado actual. Al efecto, lo gulosos; cabeza mediana, más estrecha que el mejor es proceder con un orden determinado, grandes y redondeados; antenas rectas, con el protórax y no estrecha por detrás; ojos muy empezando por comprobar ciertos fenómenos geprimero y segundo artejos muy gruesos, el ternerales, el estado de nutrición, el color, la temcero más largo que los siguientes, que son peperatura y el pulso. Después se reconocen las distintas partes del cuerpo, y en primer término queños, globulosos, y forman una maza oblonga; protórax transversal, mucho más estrecho que aquellas de que se queja el enfermo, y después los élitros y redondeado en los lados; élitros todas las demás, aun aquellas que no ocasionan molestia alguna al paciente. Cuando sea opor-go-ovalado; patas muy cortas, las intermedias muy largos, un poco convexos, abdomen oblontuno el reconocimiento de los órganos genitales

debe hacerse de un modo prudente. Por último, debe el médico fijar su atención en las secreciones y excreciones del enfermo. Es indispensable el reconocimiento minucioso de los órganos más importantes para adquirir un cuadro exacto del estado general del organismo, y no tan sólo del estado del órgano entermo. Muchas veces se presentan varias afecciones al mismo tiempo, ó afecciones agudas además de otras crónicas en órganos distintos, y por lo tanto no es prudente dejarse imponer por un síntoma notable hasta el punto de no fijar la atención necesaria en otras partes del cuerpo.

Después de establecer los distintos síntomas, tratará el médico de darse cuenta de su conexión íntima y su dependencia mutua, esto es, de hacer el diagnóstico y el pronóstico (véase esta palabra).

SINTOMÁTICO, CA (del gr. σνμπтWμаTIKOS): adj. Perteneciente al síntoma.

Este autor (el doctor Félix Bouband) admite en el hombre una impotencia por vicios de conformación,... otra SINTOMÁTICA, otra consecutiva, etc.

MONLAU.

SINTOMIO (del gr. oúvтouos, acostado): m. Zool. Género de insectos del orden de los lepidopteros, familia de los zigénidos, caracterizado por presentar las antenas delgadas, ligeramente

Sintomio

hinchadas en su parte media, simples en los dos sexos y menos largas que el cuerpo; palpos muy cortos, cilíndricos y vellosos; trompa gruesa, larga, arrollada en espiral; tórax robusto; alas oblongas, alargadas, negras ó azuladas, con man. chas blancas o de color amarillo transparente, dispuestas simétricamente; alas inferiores mucho más cortas que las superiores, del mismo color y siempre con manchas semejantes á las de las primeras alas; cuerpo prolongado, nunca erizado de pelos.

Solamente se conoce una especie de este género en Europa; pero Asia, Africa y Nueva Holanda poseen gran número de especies. La especie de Europa es el Syntomis phegea L., cuya oruga es negra, con pequeños tubérculos del mismo color, sobre los cuales están implantados los pelos fasciculados; la cabeza y las patas son de color rojo pardusco. La oruga vive sobre varias plantas, y preferentemente sobre el Plantago lanceolata; fabrica debajo de las hojas y de los musgos un capullo blanco y muy ligero; la crisalida es parda, con las envolturas de las alas y el segundo anillo del abdomen amarillos; el insecto perfecto sale de este capullo á fines de la primavera ó más tarde, según el calor de la es

aproximadas, los cuatro primeros artejos de los tarsos son cortos, iguales, y el último tan largo como todos los demás reunidos; cuerpo corto, muy grueso, punteado, finamente pubescente y alado

El tipo de este género es el Syntomium æneum Muller, insecto pequeño muy notable por su color verde metálico, con el vértice de las antenas y las patas de un color moreno rojizo. En el estado perfecto estos insectos buscan particular mente las substancias pútridas animales y vege tales. Algunas especies viven sobre las flores ó en los hongos y parecen ser carnívoras, dando caza á los insectos más pequeños ó devorando las larvas que abundan en los mismos hongos. Se les encuentra también en los cadáveres, estercoleros, debajo de los musgos y de las cortezas. Su marcha es ágil y toman el vuelo con mucha frecuencia, pero lo prolongan poco.

Las larvas de estos estafilínidos tienen costumbres semejantes á los insectos perfectos, y sus caracteres generales son los siguientes: cuerpo compuesto de 13 segmentos, alargado, más ó menos deprimido, lineal ó un poco estrechado por detrás; la cabeza, córnea y horizontal, tiene casi la misma forma que ha de tener más tarde, y lleva las antenas de cuatro ó cinco artejos; cavidad bucal muy pequeña, y parece no poder admitir más que alimentos fluidos; los órganos bucales, sin embargo, están completos y se componen de un labro, dos mandíbulas más ó menos largas, dentadas por dentro ó bífidas en su extremidad; dos maxilas alejadas de la lengueta, terminadas por un solo lóbulo y con palpos de tres á cuatro artejos; un labio inferior que consiste en un menton córneo; una pieza intermedia que lleva palpos de tres artejos y una pequeña lengüeta; los segmentos torácicos y abdominales llevan por encima y por debajo escudos córneos; el segmento noveno ó último del abdomen está provisto de dos apéndices estiliformes más o menos largos y compuestos de dos ó cuatro artejos; una prolongación anal muy saliente, tubulosa, inclinada, y que sirve en la progresión del animal, termina el cuerpo, las patas son cortas y están compuestas de cinco piezas, de las cuales la última, que representa el estigmas: uno situado sobre la membrana que tarso, lleva una sola uña, hay nueve pares de une el protórax al mesotórax y los demás corresponden á los ocho primeros segmentos abdominales. Estas larvas aparecen especialmente en otoño y primavera. Las ninfas no ofrecen nada de particular.

SINTOMOPO (del gr. ouvroμos, acostado, y TOûs, pie): m. Zool Género de insectos del orden de los himenópteros, familia de los calcídidos, tribu de los espalanginos. Sus caracteres principales son los siguientes: cabeza más ancha que larga; antenas insertas cerca de la boca, de 13 artejos, en maza, con el primer artejo alargado, los tres siguientes muy pequeños, los artejos 5, 6, 7, 8, 9 y 10 lineales en los machos y disminuyendo de longitud é iguales en las hembras; maza antenal ovalada, de tres artejos y un poco más larga que los dos artejos anteriores; dorso del protórax grande, casi cuadrado; pedículo del abdomen lineal y muy alargado; patas cortas;

fémures un poco abultados y tibias un poco arqueadas; las larvas de estos insectos son pequeñas y están desprovistas de patas, ordinariamente de un color blanquecino y de una consistencia carnosa; su forma es ovalada, alargada, con la extremidad posterior delgada y con ligeras seña. les de articulaciones; cabeza pequeña, casi estérica y situada en la extremidad más gruesa del cuerpo; ella puede entrar en el primer anillo del tórax, que es muy irregular y de una forma variable; la cara inferior del cuerpo presenta dos tubérculos por segmento, que son los rudimentos de otras tantas patas.

Las ninfas generalmente no se encierran en un capullo, pero algunas especies hacen entrar en la construcción de su envoltura los mismos restos de las orugas en cuyo cuerpo han penetrado Las especies que poseen un oviscapto gran. de tienen este órgano puesto sobre el dorso durante el estado de ninfa.

Este género contiene pocas especies, propias de países meridionales.

SINTONINA (del gr. our, con, y reivw, yo tiendo): f. Quím. Substancia nitrogenada que resulta de la acción del ácido clorhídrico diluído sobre

diversas materias albuminoideas, y especialmen

te sobre la miosina de la carne muscular. Aunque este nombre fué dado por Liebig á un solo cuerpo obtenido por él haciendo hervir dicha carne, después de lavada y triturada, con ácido clorhidrico diluído en la proporción de una parte de ácido y 1000 de agua, y que según el eminente químico alemán no era otra cosa que la misma materia contráctil de los músculos, este

nombre se ha hecho hoy generico á consecuencia de los grandes adelantos realizados por la Química biológica, adelantos en cuya virtud y á beneficio de nuevos métodos de investigación se ha logrado descubrir nuevas especies, además de establecer diferencias bien marcadas, entre otras que, á pesar de parecer muy análogas, no eran, sin embargo, completamente idénticas; así, en la actualidad se designan con la denominación de sintoninas en la clasificación de las materias albu

minoideas, establecida por Hoppe-Seyler y ligeramente modificada por Wurtz, á un grupo de cuerpos muy próximos á la caseína, con la que han sido confundidas frecuentemente, y que se caracterizan por ser insolubles en agua, así como en la disolución de cloruro sódico, muy solubles sin experimentar alteración en el ácido clorhídrico sumamente diluído y en la sosa cáustica, y precipitarse de sus disoluciones cuando se las neutraliza aun después de haber añadido previamente fosfato sódico; grupo que, según el último de los químicos citados, comprende los tres cuerpos siguientes: 1 La materia albuminoidea que resulta de la acción de los álcalis sobre la albú mina y sus congéneres, y denominada albuminato por Hoppe-Seyler, albuminosa por Wurtz y ál calialbumina por otros químicos. 2. La sintonina propiamente tal, producida por la ac ción de los ácidos sobre la miosina; y 3. La ácidalbúmina, originada haciendo actuar dichos ácidos sobre la albúmina misma; esta última parece ser idéntica con la anterior, y algunos opinan que estas tres substancias pueden reducirse á una sola, si bien se verá más adelante que la primera se diferencia de las otras en algunas de sus propiedades; teniendo en cuenta la incertidumbre que reina acerca de estos cuerpos, se describirán con el nombre de sintoninas los

comprendidos en los números 2.° y 3.°, exponiéndose á continuación las razones que existen para separar de ellas la primera, no siendo de extrañar esta incertidumbre y aparente confusión tratándose de cuerpos tan complejos como las materias albuminoideas, acerca de las cuales la ciencia posee datos poco seguros, no obstante las investigaciones de Schützenberger, á las que se deben las primeras, aunque incompletas, nociones acerca de su constitución.

Chando se tratan ciertas substancias albuminoideas insolubles, tales como la miosina de la carne muscular, el gluten ó la clara de huevo cocida, por ácido clorhídrico ordinario diluído en 500 6 1000 veces su peso de agua, se observa que la substancia proteica se disuelve frecuentemente con rapidez y adquiere la propiedad de ser en adelante precipitable si se satura exacta. mente el líquido; estos hechos, descubiertos por Bouchardat en 1842, han sido después generalizados, y hoy se sabe que casi todos los cuerpos comprendidos en el grupo de los albuminoideos,

ya sean solubles ó insolubles, se modifican bajo la influencia de los ácidos muy diluídos ó de las lejías alcalinas débilmente concentradas, y especialmente bajo la del amoníaco, transformándose en otros precipitables por la neutralización del liquido y aparentemente idénticos al denominado sintonina por Liebig, habiéndose notado además que las sintoninas procedentes de los distintos albuminoides son entre sí lo bastante análogas para que su conocimiento sea completo, estudiando sólo la sintonina muscular, é indicando las diferencias que ésta presenta con las demás.

al

Esta substancia, que según Kühne no existe formada en los músculos, se obtiene triturando finamente la carne de buey, lavándola bajo un chorro de agua y tratándola en seguida por disolución de ácido clorhídrico ordinario al 1 por 1 000; en estas condiciones, y al cabo de algún tiempo, la carne aumenta de volumen, se hace diáfana y se disuelve en su mayor parte quedando en suspensión las grasas, el sarcolema gunos cuerpos poco conocidos; el líquido filtrado puede neutralizarse exactamente por carbonato sódico, que precipita la sintonina en copos gelatinosos, ó mejor aún, y entonces resulta exenta de sales, se somete la disolución ácida á la diálisis, en cuyo caso el ácido clorhídrico atraviesa el diafragma de papel pergamino, y el cuerpo que se desea obtener se deposita bajo la forma de copos translucientes.

Así obtenida la sintonina, es una materia blanca, transparente, gelatinosa, soluble en ácido clorhidrico diluído al 1 por 1000 y en los líquidos ligeramente alcalinos, y precipitable de sus disoluciones por diversas sales, aunque no por el calor; conservada durante algún tiempo, aun estando húmeda, adquiere suficiente consistencia para desprenderse facilmente de los filtros en forma de películas ó láminas foliáceas, y humedecida con ácido acético concentrado se transforma en una jalea de aspecto lechoso incompletamente soluble en el agua.

Cuando se la hierve con este líquido pierde su solubilidad en el ácido clorhídrico, efecto que también se consigue casi en el mismo grado agotándola por alcohol y éter y después desecándola, se disuelve en el agua de cal, de cuya disolución no es precipitada por el calor por más que se forme espuma, y en cambio lo es haciendo atravesar por el líquido corriente de anhidrido carbónico. Mantenida la sintonina por algún tiempo en contacto con el agua deja de ser soluble en el ácido clorhídrico y en el agua de cal, pero no en los álcalis diluídos al 1 por 1 000, y si se abandona esta disolución á temperaturas comprendidas entre 35 y 45° regenera por neu. tralización la sintoniua primitiva, si bien dotada de la propiedad de que nuevamente disuelta en agua de cal, saturada la disolución con cloruro amónico sólido y finalmente neutralizada por los acidos acético ó clorhidrico, produce un líquido opalescente que vertido gota á gota en agua destilada origina un coágulo de composición idéntica, según Danilewski, á la de la miosina musenlar. Las disoluciones acéticas de sintonina dan con el platinocianuro potásico un precipitado gelatinoso que después se hace coposo, susceptible de contraerse por la ebullición en masas compactas, y que después de desecado adquiere la dureza del cuero, y finalmente se vuelve vítreo y transparente; este precipitado contiene 5,55 por 100 de platino. Las disoluciones de sintonina, como las de todas las substancias albuminoideas, desvían el plano de la luz polarizada, presentando la muscular, disuelta en ácido clorhidrico diluído, un poder rotatorio específico para la luz amarilla de 72°, que puede elevarse á 84°,8 cuando se calienta la disolución ácida en vasos cerrados al baño de María; respecto de las sintoninas obtenidas con otras materias albuminoideas, este poder rotatorio oscila entre 70 y -74° según su origen; no se conoce la transformación que experimenta la miosina al convertirse en sintonina; pues conteniendo ésta en 100 partes 54,1 de carbono, 7,2 de hidrógeno, 16,1 de nitrógeno, 21,5 de oxígeno y 1,1 de azufre, parece resultar idéntica en su composición á dicha miosina, si bien este dato no es de suficiente valor tratándose de cuerpos acerca de cuya fórmula no se han puesto aún de acuerdo los distintos autores.

Hase dicho al principio de este artículo que varios químicos, siguiendo las opiniones de Soyka, habían admitido la identidad del cuerpo de

que se trata con la álcalialbúmina ó albuminosa resultante de la acción de los álcalis sobre dicha albúmina, conclusión errónea según las investigaciones de Morner, que ha comprobado la existencia de notables diferencias entre ambas, y que explica el error del primero por la transformación de la sintonina en álcalialbúmina bajo la influencia del carbonato sódico al baño de María, aun en disoluciones muy diluídas; estas diferencias las ha estudiado el citado químico entre dicha alcalialbúmina preparada por el mé todo de Liberkühn y: 1.° la sintonina de la clara de huevo originada por la acción del ácido clorhídrico al 1 por 1 000 en baño de María, seguida de precipitación con carbonato amónico y redisolución en ácido clorhídrico; 2.° la sintonina muscular preparada con carne de esturión ago. tada por el agua, pero á la temperatura ordinaria; 3. la parapeptona resultante de la acción del jugo gástrico sobre la clara de huevo cocida; y 4. la fibrinasintonina obtenida según las indicaciones de Hoppe-Seyler: este estudio tiene gran importancia por haber dado nuevas nociones, no sólo acerca de la cuestión que con él se pretendía resolver, sino también acerca de las diferencias que existen entre las distintas sintoninas, por lo cual es indispensable exponer a continuación los resultados obtenidos por dicho quí

mico.

En primer término ha observado que la álcalialbúmina constituye un precipitado no gelatinoso y de reacción fuertemente ácida aun después oy de prolongadas lociones, mientras que las sintoninas muscular y de la clara de huevo son ge. latinosas y no enrojecen el tornasol con tanta energía. Cuando se añade álcalialbúmina á los carbonatos bárico, cálcico ó estróncico, tritura. dos con agua, aquélla se disuelve desalojando al anhidrido carbónico, en tanto que en estas condiciones sólo la fibrinasintonina es disuelta parcialmente, no siéndolo las otras tres en manera alguna. Estas diferencias de solubilidad se observan también, aunque no tan marcadas, con los carbonatos neutro y ácido de sodio, el neutro de litio y la sosa caustica, en las que la primera es más soluble que las otras y da líqui dos de reacción ácida, siendo alcalina la de la sintonina; estas disoluciones de las diferentes substancias, sometidas á la acción del calor, producen distintos fenómenos, pues la álcalialbúmina y la sintonina no se coagulan á la tempe. ratura de la ebullición, pero prolongando ésta la primera no experimenta modificación alguna y la segunda es profundamente alterada, porque neutralizado el líquido por un ácido, filtrado y calentado al baño de María, produce una substancia semejante á la primera y que como ella se disuelve en el agua que contenga carbonato cálcico, ó en los álcalis, á los que comunica reacción ácida. La diálisis da una nueva prueba de esta transformación, pues la alcalialbúmina dialisada en disolución alcalina tarda bastante en precipitarse y el líquido pierde su acidez à medida que aumenta el precipitado, fenómenos que se reproducen con la disolución, también alcalina, de sintonina calentada antes de someterla á la diálisis; además, el depósito obtenido en las últimas condiciones presenta las mismas propiedades que la primera.

puesto puede decirse que las disoluciones de álcalialbumina en el ácido clorhídrico precipitan con dificultad por la diálisis, mientras que lo hacen fácilmente las de sintonina, y que la diferencia esencial entre una y otra estriba en su diferente solubilidad en los distintos vehículos y en que la primera presenta una reacción ácida mucho más enérgica que la segunda.

SINTOR (del gr. σívтwp, dañoso, nocivo): m. Zool. Género de insectos del orden de los co

leópteros, familia de los curculionidos, tribu de los tropiderinos. Los caracteres más importantes que ofrece este género de insectos son: cabeza más larga que ancha; rostro mucho más largo y más estrecho que la cabeza, acanalado por encima, muy ensanchado y truncado por delante; antenas un poco más largas que la mitad del cuerpo, con el primer artejo grueso, cilíndrico, y la maza muy corta; el protórax más largo que ancho, poco convexo, gradualmente estrechado por delante; el escudo cuadrado; los élitros regularmente largos, planos, triangulares, un poco más anchos que el protórax y un poco ensanchados en su porción posterior; patas anteriores notablemente más largas que las otras; fémures en maza fusiforme, los posteriores tan largos como el abdomen; tibias cilíndricas; tarsos con el pri mer artejo mucho más largo que el segundo; el diente de los escudetes muy pequeño y vertical; pigidio en forma de triángulo rectilíneo; metasternón muy largo, sus episternones anchos y paralelos; cuerpo oblongo-elíptico y con una pubescencia muy fina; las antenas de las hembras llegan hasta la base del protórax, y la maza de éstas es más ancha que la de los machos; el pigidio es redondeado en su extremidad.

La única especie de este género (Sintor quadrilineatus Schh.) es originaria de Sumatra y muy grande. Con un fondo negruzco, está su cuerpo adornado de finas rayas blancas longitudinales sobre el protórax y los élitros.

SINT-PHILIPSLAND: Geog. Isla de la provincia de Zelanda, Holanda, separada del Brabante septentrional por el Slaak, y sit. entre las islas Owerstakkee, Duiveland y Tholen. Es una tierra baja y con frecuencia inundada, de 24 kms.2, y cuyos habitantes viven principalmente de la pesca. La localidad principal es SintPhilipsland, sit. en la costa S., con unos 2000 habits.

SINT-PIETERSBERG Ó MONTAÑA DE SAN PEDRO: Geog. Pequeña serie de alturas á lo largo de la orilla izq. del Mosa, entre Maestrich (Holanda) al N. y Lieja (Bélgica) al S. Es célebre por las canteras que se encuentran en su parte septentrional, cerca de Maestricht, y cuya entrada se halla unos 2 kms. al S. de la c., en Slavanden, antiguo convento transformado hoy en casino de una sociedad particular, no lejos de la aldea de Saint Pieter. Está construída la montaña, dice Baedeker, por una caliza arenosa y amarillenta, resto de aluviones marinos, lo que explica por qué se encuentran frecuentemente on las canteras conchas, corales, dientes y otros restos de animales marinos, osamentas de un animal gigantesco que tiene la forma de un cocodrilo, y por último muchos sílex. Una de las más notables curiosidades de las canteras son los órganos geológicos, cavidades cilíndricas, verticales, casi siempre algo inclinadas, que tienen de 30 centímetros á 2 m. de diámetro, llenas de arcilla, arena y escombros. Supónese que son producto de los movimientos del mar en el período de formación de la corteza terrestre, ensanchados luego sucesivamente por la acción del agua. Una de las principales ventajas de la piedra es que se deja cortar fácilmente y se endu rece en seguida al contacto del aire. Tiénese enidado de dejar, en forma de pilares, gruesos bloques cuadrados, que tienen, la mayor parte, 12 m. de circuito, y se destinan á servir de soporte en las galerías, que tienen de 6 á 16 de alt. Como la explotación de las canteras no se ha interrumpido desde tiempo inmemorial (pues ya los romanos hacían trabajar en ellas á sus soldados), hay infinidad de estos pilares y galerías. El laberinto de las galerías ó criptas de San Pedro se extiende en una longitud de 5 leguas y en una anchura de 3, y de tal suerte se cruzan y entrelazan que se necesita gran experiencia para orientarse en ellas. Por esto el peligro que se corre de extraviarse, aventurándose en ellas sin guía, obliga á cerrar las entradas. En otro tiemex-po no eran raros los accidentse acaecidos á los

Si se añade un ácido á las disoluciones alcalinas de estos cuerpos cuando el líquido no contiene fosfatos, la alcalialbúmina no precipita hasta que la reacción es francamente ácida, en tanto que aun siendo ésta alcalina se depositan, primero la sintonina muscular, después la de la clara de huevo, y por último la fibrinasintonina; estas disoluciones en que los ácidos precipitan siendo la reacción alcalina no lo hacen después de calentadas hasta que dicha reacción es ácida, observándose análogo fenómeno cuando el líquido contiene fosfato disódico. La presencia del fosfato monosódico determina la producción de los fosfatos mono y disódicos, y también la precipitación de la alcalialbúmina cuando la disolución contiene de 35 á 45 moléculas de la primera sal para una de la segunda, electo que se produce con la sintonina de la clara de huevo y la fibrinasintonina cuando la relación entre las cantidades de dichas sales es de una á cinco.

La álcalialbúnina sólida es más soluble en el ácido clorhídrico que en el acético, y la disolución en aquél no se altera por el calor y se convierte en sintonina, en tanto que ésta en líquidos ácidos se transforma en la primera cuando se la calienta, y como resumen de todo lo

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