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abogacía en Lisboa. Vióse perseguido, preso y castigado por la Inquisición, hechos sobre los que guarda Barbosa absoluto silencio, como también sobre la publicación de sus obras con título de Teatro cómico (Lisboa, 1744). Como poeta dramático tuvo no escaso mérito. He aquí los títulos de sus comedias, citadas por Barbosa: Labirinto de Creta (Lisboa, 1736, en 8.°); Guerras do Alecrim e Mangerona (íd., 1737, en íd.); As variedades de Protheo (íd., íd., íd.); El pro

– SILVA (ANTONIO DE): Biog. Poeta español. | N. en Galicia. Aún vivía en 1575. Fué amigo ó protegido de D. Fernando Ruiz de Castro y Andrade, primogénito sucesor en los estados de Lemos, Andrade, Sarria y Villalva. En la censura de la obra que se cita más abajo, decía el Padre Alonso de Higuera: «Paréceme que es obra digna que se imprima, la primera que yo haya visto que sale á nuestro vulgar en este estilo y género de versos, en que el autor ha imitado a los antiguos griegos Sófocles y Eurí-digio de Amarante, San Gonzalo; Amor vencido pides, y de los latinos á nuestro Séneca, aunque en la verdad del argumento les excede. >> El libro, en el que se halla una carta del autor fechada en Madrid á 8 de mayo de 1575, lleva este título: Primeras tragedias españolas de Antonio de Silra, dirigidas al Ilmo. Sr. D. Fernando Ruiz de Castro (Madrid, 1577, en 8.°). Las tragedias son dos: Nise lastimosa y Nise laureada. En Madrid se guarda en la Academia Española un ejemplar de otra edición de Madrid hecha en 1575 (en 8.°).

- SILVA (JUAN DE): Biog. Escritor español, conde de Portalegre. Vivía á fines del siglo XVI. Fué hijo de Manrique y descendiente de los marqueses de Montemayor. Con una misión que le confió Felipe II, rey de España, acompañó á Sebastián, rey de Portugal, en su desgraciado viaje al Africa. De regreso en Madrid, pronto hubo de trasladarse á Portugal para defender los derechos de Felipe II á la corona lusitana. En Portugal, ya incorporado á España, ejerció el cargo de gobernador y Capitán General. Elogia Nicolás Antonio su gran ingenio, su perfectísima elocuencia, su rara astucia, su admirable habilidad para exponer en cartas ó por la palabra hablada los sentimientos del alma, y agrega que Silva tuvo fama por su prudencia y urbanidad. En castellano escribió Silva, en diversos tiempos, varias cartas á distintos personajes del reino. En vida de Nicolás Antonio formaban aquéllas un volumen manuscrito que poseía Jerónimo Mascareñas, obispo de Segovia. El mismo Silva redactó las Adiciones á la historia de la Guerra de Granada, por Diego Hurtado de Mendoza, y una Introducción á la citada obra. Quizá ambos trabajos son una misma cosa. Las Adiciones, con el libro de Hurtado, se imprimieron en Madrid (1610) y Lisboa (1627, en 4.0). La Introducción, acompañando también á la Historia de Mendoza, puede verse en el t. XXI (pág. 67) de la Biblioteca de autores españoles de Rivadeneira. En Madrid existen en la Biblioteca Nacional estos cinco manuscritos atribuídos á un conde de Portalegre, que creemos sea el escritor de que se trata en este artículo: Avisos políticos y morales que dejó á sus hijos, en tercetos; Instrucción á su hijo, cuando le envió á la corte, sobre la que Juan de Vega dió al suyo; Cartas á Felipe II y varios sujetos; Colección de sus cartas; Carta á D. Cristóbal de Mora. En dicha Biblioteca se guardan otros 12 manuscritos, de que se hace autor á D. Juan de Silva, marqués de Portalegre y Montealegre. Si no todos, algunos deben ser obra del autor alabado por Nicolás Antonio. He aquí sus títulos: Carta sobre la historia de Jeró nimo Franchi Conestaggio; Cartas familiares; Cartas políticas y familiares sobre asuntos públi cos, y los Epitafios á Carlos V y Felipe II; Cartas políticas y familiares desde el año 1597; Cartas á varios y al rey; Copia de tres cartas suyas al duque de Lerma; Carta que escribió á Felipe II, recomendándole al rey D. Sebastián de Portugal; Dos cartas á Cristóbal de Mora; Comentarios á los documentos que Juan de Vega dió á su hijo; Instrucción á su hijo, incluyendo la de Juan de Vega; Proyecto que dió á Felipe III, año 1598, al entrar á reinar, para el desempeño de la corona, duplicando el valor de la moneda de oro y plata: al proyecto acompañan las aprobaciones de teólogos, políticos y plateros; Expediente y sentencia contra él sobre la jurisdicción que pretendía tener del lugar de Magán. Comparando los títulos de esta lista con la anterior, se adquiere el convencimiento de que hay obras comprendidas en una y otra. Por sus Adiciones, Juan de Silva, conde de Portalegre, figura en el Catálogo de autoridades de la lengua publicado por la Academia Española.

- SILVA (ANTONIO JOSÉ DE): Biog. Poeta portugués. N. en Río de Janeiro en 1705. Ignoramos la fecha de su muerte. Fué hijo de Juan Méndez de Silva, abogado, y de Lorenza Coutiño. Estudió Jurisprudencia en Coimbra y practicó la

de amor, zarzuela epitalámica para las bodas de los príncipes del Brasil; Os amantes de escabeche, comedia burlesca; Amphitriać (manuscrita); Don Quixote (íd.); Phaetonte (íd.).

Carmona y otros rompieron las ventanas, entraron, y en poco tiempo hicieron un montón de cadáveres. Luego Silva concurrió á la segunda batalla de Carabobo y al asalto de Puerto Cabello (8 de noviembre de 1823). En Ayacucho se hizo notable por el modo que tenía de atacar cuando con lanza en mano acometía á sus enemigos. Acompañó á Sucre en su entrada en La Paz (8 de febrero de 1825). En 1827 mandaba en Angostura y restableció el orden allí turbado. Fué albacea fideicomiso instituído por Bolívar en su testamento del 10 de diciembre de 1830. Salió guardando al batallón Granaderos y los húsares de Apure sublevados en 7 de mayo de 1830. Defensor de Bolívar, se le desterró de Cartagena (23 de abril de 1831). En 1849 fué enemigo de Monagas. En 1854 venció en el Chaparral. En 1855 se le nombró secretario de Guerra y Consejero de Estado. La familia de Bolívar le contó entre sus individuos, como esposo de Felicia Bolívar.

- SILVA (PEDRO DE): Biog. General chileno. Dióse á conocer en el primer cuarto del presente siglo. Aún vivía en 1875. Distinguióse en todas las grandes campañas del Perú á las órdenes de San Martín, Blanco Encalada y Bulnes. Figuró en el sitio del Callao y en el asalto que se dió á dicha plaza (14 de agosto de 1821), y la ocupó á las órdenes del general Las Heras. Hizo la cam

SILVA (TADEO): Biog. Religioso y escritor chileno. N. en Santiago de Chile en 1776. M. en 1824. Tomó el hábito de Dominicano á los diecisiete años en el convento principal de su ciudad natal. Fué, al decir de José Domingo Cortés, hombre de grandes talentos y de estudio incesante, predicador insigne, profesor de Ciencias eclesiásticas en el Instituto Nacional, y Doctor en la Universidad de San Felipe. Escribió varias obras apreciables: Apéndice á la teolojía de Lyon acerca de la gracia; Tratado de los Sacramentos; Curso de teolojia expositiva; Curso de historia eclesiástica; Aviso que da al pueblo chileno un filósofo rancio; El observador eclesiástico; Curso de teolojia mística; Extracto de las princi-paña libertadora al Sur del Perú á las órdenes del pales virtudes morales. Sólo se imprimieron tres de ellas. Opinan algunos que su ímprobo estudio, especialmente en tiempo de las polémicas que sostuvo contra los librepensadores, le quitó la vida por consunción, y otros que murió de veneno. Su muerte privó á la provincia dominicana de Chile de su más robusta columna, y á la Iglesia de un sabio é infatigable apologista.

- SILVA (NICOLÁS): Biog. General venezolano. M. en marzo de 1864. Muy joven, en 1813, sentó plaza de soldado raso en las huestes americanas que mandaban en las llanuras Páez, Rangel y otros caudillos famosos en las campañas que produjeron la libertad de Costa Firme. Fué condecorado con la Estrella de Libertadores y ascendió grado á grado hasta el rango de coronel de los ejércitos de Colombia. Luego, constituída Venezuela en República independiente, la sirvió con igual lealtad y eficacia para defender y consolidar sus instituciones y su gobierno legislativo, y cuando los pueblos quisieron el régimen federal trabajó para establecerlo, mereciendo por esto el alto rango de general de los ejércitos federales.

- SILVA (JOSÉ LAURENCIO): Biog. General venezolano. N. en Tinoco á 7 de septiembre de 1792. M. á 27 de febrero de 1873. Entre los que con el general Toro salieron á la campaña marchó Silva en calidad de alférez, empleo que obtuvo en 19 de abril de 1810 en Caracas. Hallóse en la acción del Pedregal, y ganó las charreteras de general en Ayacucho, en donde cayó en tierra acuchillado. Antes, luchando contra los españoles, se distinguió en la jornada de Junín, en la que, unido a Miller, Carvajal, Bruix y otros, restableció el orden en las filas de sus regimientos, volviendo sobre los adversarios con más furia que antes. Luchó en la campaña de la

primera época en Venezuela, y en los campos de Baragua y Carora, donde fué herido, se distinguió también en Araure, Guáica, Guigué, Victoria y Pantanero. En Taguanes hizo prodigios de valor, y en Guanayén con 19 hombres se defendió de 400, mató á nueve, y con 10 regresó á su campo. Tenía 180 soldados en el desesperado sitio de la Victoria; dió cargas, perdió la flor de los suyos, y con 18 se sostuvo estando herido. Igual bravura mostró en Mosquitero, Barbula y San Mateo. Su vida estuvo en gran peligro en la acción de Pegones, pues hecho prisionero se le sentenció á muerte, que salvó merced á la intervención de Lino López Quintana, no sin dejar 150 enemigos en el campo, siendo ellos 1 200 y los de Silva apenas 380 hombres. Figuró en el Paso del Frío (junio de 1817) como digno compañero de Aramendi, á quien salvó bajaban el Apure conduciendo ropas, que tomaese día la vida, ganando con lanza las lanchas que ron los suyos. Formó parte de los congregados en Guadalito para decidir de la campaña sobre Nueva Granada. En 22 de junio de 1819 fué terrible el asalto dado en la casa atrincherada de la Cruz, defendida por el coronel Juan Durán y 100 cazadores del regimiento de Barinas; Silva,

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general Rudecindo Alvarado. Se encontró en las acciones generales que se libraron en Torata y Moquegua (19 y 21 de enero de 1823). Luchó en las fortalezas del castillo del Sol con su batallón, cuando los españoles ocuparon á Lima y sitiaron el Callao; concurrió á la acción de Quilca, que se dió contra los sitiados españoles, y continuó la campaña hasta la entrada á Arequipa á las órdenes del Capitán General Antonio José de Sucre. Por esta acción obtuvo una medalla de oro y un diploma. Regresó á Chile en 1824. Embarcó (16 de noviembre de 1825) á las órdenes del Capitán General Ramón Freire y peleó en la acción general que se dió en la altura de Bellavista (14 de enero de 1826). Cortés agrega: <Hizo las campañas al cantón de Maule en 1830, contra los Pincheira, á las órdenes del coronel Baquedano. Marchó á Coquimbo, á las órdenes del general Aldunate, á sofocar la revolución estallada en La Serena y encabezada por Uriarte; marchó á Vallenar á sofocar la insurrección de los presidiarios de Juan Fernández en el mismo año de 1831, y se halló en las batallas de 4 y 6 de junio de 1837 en la altura del castillo del Barón, á las órdenes del Teniente General Blanco Encalada, por las cuales se le ofreció una medalla de oro. Hizo la campaña al Perú en el año de 1837, á las órdenes de Blanco Encalada. En 1838 hizo también la campaña restauradora al Perú, á las órdenes del general Bulnes. Durante dicha campaña se distinguió en todas las grandes acciones que en ella se libraron. Se encontró en las batallas de Guías y Puente del Buín, donde fué herido de bala. Fué encargado por el gobierno de Bulnes de tomar posesión del Estrecho de Magallanes, y fué también el primer gobernador y comandante general de armas de esa colonia. Mandó en jefe las fuerzas que en 1851 batieron á las tropas sublevadas en Aconcagua. Se encontró en las batallas de Illapel y de Petoria,

que se dieron en el Norte en 1851. En la administración de Montt y Pérez fué adecán de dichos presidentes.>>

- SILVA (JOSÉ DE): Biog. V. MÉNDEZ LEAL (JOSÉ DE SILVA).

SILVA CHÁVEZ (JOSÉ MARÍA): Biog. Militar chileno. N. en Santiago de Chile en 1815. M. en 1869. Comenzó sus estudios en la Academia Militar, de la cual fué, durante algún tiempo, profesor. Habiendo ingresado en el ejército (1832), estuvo en sus filas treinta y nueve años y seis meses. Tomó parte en las campañas del Perú: en la de Valdivia; en la del Sur (1851); en la del Norte (1859), y en la del litoral (1865). La organización militar del ejército de Chile debió mucho á los esfuerzos de Silva Chávez. Este, como instructor de tropas, fué una notabilidad. El gobierno, conocedor de sus méritos, le encomendó en diversas ocasiones los trabajos que requerían conocimientos y estudios especiales. Escribió Silva dos obras y algunos opúsculos sobre la ciencia de la guerra. La Táctica de guerrillas y la Táctica de infantería, escritas por Silva, fueron adoptadas para la infantería chile..

na y produjeron brillantes resultados. Hizo Chávez innovaciones en los movimientos, simplificó y dió rapidez y un orden preciso y determinado á las operaciones de la infantería en sus diversos servicios. En la Administración civil ocupó en diversas épocas los puestos de intendente de Valdivia, Aconcagua y Atacama.

- SILVA LISBOA (JOSÉ DE): Biog. Jurisconsulto, político y escritor brasileño. N. en la provincia de Bahía en 1756. M. en 1835. Poseyó el título de vizconde de Cayrú. Educado en Portugal, se graduó en Derecho, Cánones y Filosofía (1779). Desempeñó durante veinte años la cátedra de Filosofía moral y racional en la provincia de su nacimiento; volvió (1797) á Portugal, donde consiguió ser jubilado, y designado al mismo tiempo para diputado y secretario de la mesa de inspección de Bahía, puesto en que prestó valiosos servicios á la agricultura y al comercio de dicha provincia. Entonces escribió sus Principios de Derecho mercantil, que publicó en Lisboa (1801), y en que expuso sus notables conocimientos en materia de Derecho civil, marí timo y de gentes. Luego (1804) publicó los Principios de Economia política, que tuvieron general aceptación y sirvieron de estímulo á los estudiosos para que se dedicasen á tan importante ciencia. Merced á sus trabajos, argumentos é influencia, se decretó la apertura de todos los puertos del Brasil al comercio de las naciones. Silva Lisboa fué nombrado profesor de Economía política, scstuvo con calor la medida anterior, combatida por los comerciantes portugueses, que veían en ella la destrucción de su monopolio, y publicó sus Observaciones sobre el comercio libre. En seguida quedó encargado de la redacción del proyecto del Código de Comercio, trabajo á que se consagró con asiduidad, pero que no pudo concluir por su fallecimiento. Como diputado se contó entre los más entusiastas defensores de la independencia del Brasil, y como escritor mereció por sus vastos conoci. mientos y ciencia el aprecio y consideración de todas las sociedades nacionales y de muchas extranjeras, que le nombraron su socio; fué individuo del Instituto de Francia, del Instituto Real de Nápoles, de la Sociedad Filosófica de Filadelfia, de la de Agricultura de Munich, de la de Agricultura de Bahía, de la de Industria de Río de Janeiro y de varias otras; comendador de la Orden de Cristo, oficial de la del Cruceiro. vocal de la Corte Suprema de Justicia y senador del Imperio del Brasil. El gobierno concedió pensiones á sus hijos, y honró su memoria mandando colocar su busto en la Biblioteca Nacional.

y

- SILVA PACHECO (DIEGO): Biog. Prelado escritor español. N. en Burgos hacia 1620. M. en Astorga (León) á 22 de marzo de 1677. Afirmase que era descendiente de la sangre real de Fruela II. Fué hijo de los condes de Cifuentes, Alonso de Silva y Gregoria de las Marinas. Monje profeso del convento de los Benedictinos de San Juan de Burgos, estudió Humanidades en el Seminario y Colegio de San Benito de Valladolid; Lógica y Filosofía, siendo monje, en la Universidad de Irache, y Teología en Salamanca hasta graduarse de Maestro. Ejerció las funciones de pasante tres años en Irache, donde luego leyó Artes, y pasó nuevamente á Salamanca para ser maestro de estudiantes durante dos años, lector durante ocho, y regente de los estudios. Después fué elegido abad de su convento de Burgos, durante cuatro años, encargándole al mismo tiempo la enseñanza de la Teología moral. Maestro general de los cuatro que tenía la religión, regente del Colegio de San Vicente de Salamanca, durante cuatro años, otro de San Pedro de Exlonza, tres abad de San Martín de Madrid, cuatro general de la congregación (1657-61) y otros cuatro abad de San Martín, tuvo dotes de gobierno é invirtió el mayor tiempo en la redacción y publicación de sus obras. Fué predicador de Felipe IV y de la Junta de la Inmaculada Concepción, como censor; Carlos II le nombró de la Junta de Medios de todas las otras de teólogos de la corte. Pacheco poseyó también los cargos de consultor de la Suprema y General Inquisición y examinador sinodal de la Iglesia Primada. Preconizado obispo de Guadix, le consagró en San Martín el Nancio, arzobispo de Milán, Vitaliano Vizconde Borromeo, con el obispo de Orense, Fr. Baltasar de los Reyes, del Orden de los Jerónimos, siendo asistentes los arzobis

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pos Egidio Colona y Pedro de Rojas. Este so-
lemne acto se verificó á 6 de mayo de 1668. En
27 de mayo de 1675 fué Pacheco trasladado á la
sede de Astorga, de la que tomó posesión en 20
de julio. Está sepultado en el crucero de la ca-
tedral de Astorga. Escribió: Commentaria in
Primam Partem D. Toma (1663-65, 4 vols. en
fol.). - Historia de la Imagen Sagrada de Nues-
tra Señora Santísima de Valvanera (Madrid,
1665, en 4.). La segunda edición se titula His-
toria de la Imagen Sagrada de María Santísima
de Valvanera (Madrid, 1679, en 4.°). Commen-
taria litteralia, moralia, mystica, in Genesim,
de opere sex diervm (Madrid, 1666, en fol.), etc.

- SILVA PARANHOS (JOSÉ MARÍA DE): Biog.
Político brasileño. N. en la provincia de Bahía
en 1819. Ingresó (1836) en la Academia de Ma-
rina de Río de Janeiro; fué más tarde nombrado
(1844) profesor sustituto de la misma, y pasó al
año siguiente con la misma categoría á la Escue-
la Militar del Imperio. Catedrático del sexto año
en el mismo establecimiento (1848), allí enseñó
con brillo las ciencias de artillería y de fortifica-

bierno portugués le nombró (1855) capitán mayor del Bihé y Bailundo, y allí permaneció Silva Porto, siempre defendiendo la bandera portuguesa, hasta su trágica muerte. Las intrigas de Stanley Arnot con el reyezuelo del Bihé, motivadas por la expedición del capitán Couceiro, colocaron á Silva en una situación difícil. Este último conoció que la bandera nacional portuguesa iba á ser objeto de vilipendio para los negros del Bihé. «Entonces (él mismo, ya moribundo, refirió la tragedia al citado capitán Couceiro) me levanté á las tres de la mañana, me vestí y arreglé como tenía por costumbre, y me envolví en la bandera de la patria portuguesa; tomé una caja de cerillas, acerquéme á dos barriles de pólvora, y el primer fósforo que dejé caer en ella no prendió; encendí otro fósforo,...> y de lo que sucedió después sólo se acordaba de verse postrado en el lecho. A pesar de la explosión de los dos barriles, no murió súbitamente. Vivió todavía veintisiete horas, presa de los más atroces sufrimientos, en largo y horroroso martirio. Sus restos mortales, llevados á Lisboa (feciudad recibidos (12 de abril) por una gran mubrero de 1891), y de allí á Oporto, fueron en esta chedumbre en la que se veían personas de todos los colores sociales y de todos los partidos polí

ticos.

- SILVA VELÁzquez (Diego DE): Biog. Célebre pintor español. V. VELÁZQUEZ DE SILVA (DIEGO).

ción permanente. Contóse (1844) entre los prin-
cipales redactores del periódico Novo Tempo,
que defendió con talento al Ministerio Alvez
Branco. Poco después obtuvo el empleo de secre-
tario y vicepresidente de la provincia de Río de
Janeiro. Elegido (1847) diputado á la Asamblea
General Legislativa, tomó asiento en los bancos
de la mayoría parlamentaria, distinguiéndose por
sus discursos y por sus trabajos en las Comisio-
- SILVA Y MENdoza (Diego dE): Biog. Poeta
nes de Marina y de Guerra. Después de la mu-
y escritor español. Vivía en los comienzos de la
danza política operada en el país por los años de
1848, Silva Paranhos pasó á ser redactor en jefe las Antonio, hijo de Rodrigo, primer conde de
segunda mitad del siglo XVII. Fué, según Nico-
de El Correo Mercantil, la publicación más im-
Pastrana, que mereció gran afecto á Felipe II,
portante de Río de Janeiro en aquella época, y
entonces se mostró como periodista infatigable y de Ana de Mendoza. Al decir del mismo bió-
grafo, estuvo casado con Ana de Sarmiento y
y esforzado partidario de las ideas liberales, pero
Villandrando; poseyó los títulos de conde de Sa-
siempre monárquico y hombre de orden. No mu-
cho más tarde se retiró de la política y aceptólinas, conde de Ribadeo y marqués de Alenquer,
éste debido á la munificencia de Felipe III; se
una parte distinguida en la redacción de El Jor-
contó entre los caballeros de la Orden de Alcán-
nal do Comercio, diario que entonces se mante-
tara, en la que era comendador de Herrera; tuvo
nía extraño á la política interior. Así vivía cuan-
do el marqués de Paraná le buscó para que le
el gobierno de Portugal à nombre del rey, y en
acompañase en su misión al Plata en calidad de
Madrid presidió el Supremo Consejo del reino.
Antonio le elogia como jurisconsulto, como poe-
secretario. De aquel puesto, que ocupó con ta
ta, como escritor y por su ameno trato. Afirma
lento, Silva Paranhos pasó á ser Ministro resi
dente en Montevideo (1852). Llamado (1853) á
que Silva dejó un tomo de Poesías castellanas
que con gran aprecio conservaban sus sucesores
desempeñar el Ministerio de Marina, en el mis-
los duques de Híjar y de Salinas, los cuales guar-
mo año fué reelegido diputado á la Asamblea Ge-
daban con igual estima varias memorias del mis-
neral por la provincia de Río de Janeiro. Fué
mo autor. Cree Antonio aceptable el testimonio
Ministro de Marina con general aplauso hasta
de José Pellicer, quien declara que Silva había
1855, año en que sucedió a su colega el vizconde
comenzado á escribir una historia de su tiempo,
de Abaeté en el Ministerio de Relaciones Exterio-
de la que sin duda formaba parte la Introduc-
res, firmando con este carácter el tratado de
ción á la Historia del rey D. Felipe III con los
amistad, navegación y comercio de 1856, que
evitó una guerra inminente y abrió las bocas principios de su Monarquía, que había visto Pe-
del río Paraguay à la rica provincia de Mattollicer, el cual la juzgó digna de ser comparada
con las mejores historias griegas y latinas. En
un curioso diario de noticias de la corte, que por
los años de 1654 y siguientes escribía en Madrid
D. Jerónimo de Barrionuevo, con suelta y pi-
cante pluma y en forma de cartas á un amigo,
manuscrito que en la capital de España existe
Hartzenbusch en el t. IV de las Comedias de
en la Biblioteca Nacional y del que da noticia
Calderón (pág. 678), se lee lo siguiente: «Junio
28 de 1655... Representóse en el Retiro la Res-
tauración de España, comedia burlesca; la pri-
mera jornada, de Monteses; la segunda, de Solís;
la tercera, de D. Diego de Silva, alias abad de
Salas, hijo de la princesa de Melito; el gracejo y
sainetes, de Cáncer; entremeses y danzas, de
otros ingenios selectos de la corte. Setenta muje-
res fueron las que la representaron, y Juan Rana
tan solamente hizo de hombre y papel de Rey.
La Romerilla salió en una haca á decir la Loa, y
en un entremés donde se remedaba lo que pasa
en el Prado aquella noche, entró un cochecillo
pequeño en el salón alto. » A la Restauración de
España se refieren sin duda estas líneas de la
carta que á la copiada antecede en dicho diario:
«Junio 23... El día de San Juan se hace en el
Retiro á los Reyes una comedia burlesca; estos
días atrás la han probado en el jardín del Almi-
rante. Cuestan los aparatos, ayudas de costas,
vestidos, meriendas y limonadas cien mil reales;
es cierto. Represéntanla los dos autores (de com
pañía); hanla hecho todos los mejores ingenios
de la corte, hay diversidad de bailes, juguetes,
entremeses, músicas; dura una tarde entera, y
mucha más parte de la noche.» El Silva autor
de la tercera jornada de la Restauración de Es
y Lunda hasta Casabi, Lulúa y Moío. El go-paña es, según toda verosimilitud, el mismo de

Grosso. En 1856 firmó un nuevo tratado con la

República Argentina, y en ese mismo año se en-
cargó interinamente del despacho de Marina. En
1857 volvió á ser elegido diputado por el segundo
distrito del municipio de la corte. Terminada la
guerra del Paraguay (1869), fué nombrado Mi-
nistro plenipotenciario y firmó el tratado preli-
minar de paz, siendo entonces Ministro de Rela-
ciones Exteriores. En 1875 estaba condecorado
Cruceiro, y con la gran cruz de Santa Ana de
con la Orden imperial de la Rosa, con la del

Rusia; era además individuo del Instituto His-
tórico y Geográfico del Brasil y de la Sociedad
Universal Promotora de Artes é Industrias de

Londres, etc. Ocupaba entonces, desde 1871, el
puesto de Ministro de Hacienda y presidente del
Consejo. Era también vizconde de Río Branco.

- SILVA PORTO: Biog. Célebre explorador por
tugués. N. en Oporto á 24 de agosto de 1817. M.
en Bihé (Africa ecuatorial) á 1.° de abril de
1890. Después de residir algunos años en el Bra-
sil, marchó á Loanda (1837) y se estableció en
la comarca de Angola. Encantado de aquel país
maravilloso realizó varios viajes de exploración
en el Africa ecuatorial, penetrando en las llanu-
ras del interior. Fundó (1839) algunas factorías
en el Bihé, y dirigió (1841) la expedición al Qui-
belo, Lutembo y Riambeje, en la cuenca superior
del Zambeze. Comenzó (1845) la exploración del
Barotse, que abrió al comercio de Benguella, en
sucesivas jornadas, y no sólo hizo (1852-53) la
travesía desde el Bihé á Mozambique, sino que
exploró los orígenes del río Zambeze y penetró
en los desiertos del Norte por el Quanza, Quioco

SILVACHA: Geog. Aldea de la parroquia de Santa María de Trobo, ayunt. y p. j. Fonsagrada, prov. de Lugo; 84 habits.

SILVALONGA: Geog. Aldea de la parroquia de Santa María de San Saturnino, ayunt. de San Saturnino, p. j. del Ferrol, prov. de la Coruña;

85 habits.

SILVALLA: Geog. Lugar de la parroquia de San Martín de Taramundi, ayunt. de Taramundi, p. j. de Castropol, prov. de Oviedo; 92 habits. SILVALLANA: Geog. Aldea de la parroquia de Santa María de Trabada, ayunt. de Grandas de Salime, p. j. de Castropol, prov. de Oviedo; 58 habits.

En Europa se encuentran los representantes de los siguientes géneros que contiene la tribu: Lamophæus, Lathropus, Phlæostichus, Psammachus y Silvanus.

que habla Nicolás Antonio. Así á lo menos se se deduce de estas palabras que Barrera escribe después de reproducir los citados pasajes del diario de Barrionuevo: «Parece que este D. Diego de Silva debía de ser uno de los hijos de D. Rodrigo de Silva y Mendoza, príncipe de Melito y SILVANITA: f. Min. Telururo de oro y plata, Eboli, duque de Pastrana, y de su esposa doña conteniendo casi siempre plomo y aun antimo. Catalina de Mendoza y Sandoval (con quien casónio, el cual preséntase de ordinario en la natuen el año de 1630), hermana del duque del In. raleza en dos formas distintas: unas veces sus fantado, y sucesora en este título y Estado al cristales, pertenecientes al sistema del prisma gunos años después, el de 1657. Tuvieron estos ortorrombico, con una exfoliación fácil y perfecseñores sucesión dilatada, su primogénito fué ta, aparecen aislados, y se determinan y recono D. Gregorio María, que heredó la casa. - - Nuescen con cierta facilidad á pesar de no ser nunca de tro D. Diego llevaría este nombre en memoria gran tamaño, y no demasiado terminados á causa de su tío el célebre conde de Salinas, marqués de aparecer sumamente alargados, y otras, las de Alenquer. No es conocida la comedia titu- más de ellas, vense los cristales de silvanita como lada Restauración de España. El nombre de Die- empotrados paralelamente entre sí, en una sugo de Silva y Mendoza, marqués de Alenquer, perficie plana, y no es tampoco raro que sean cirfigura por sus poesías en el Catálogo de autori- culares ó se crucen también formando ángulos de dades de la lengua publicado por la Academia 60 y de 120°, según los ejemplares, para constiEspañola. tuir dendritas especialísimas, las cuales tienen toda la apariencia en ocasiones de escritura persa, y en otras de muy regulares caracteres hebraicos, de donde viene el llamar, de muy antiguo, teluro gráfico al mineral cuya descripción nos ocupa; también por las mismas razones, y atendiendo á la circunstancia de ser mineral de oro, diósele el nombre de oro gráfico y llamáronle silvano, siendo conocido asimismo por schrifterz entre los alemanes; teluro aurífero y ferrifero se denomina en algunas obras no modernas, y oro gris amarillento es también llamado, aunque las cualidades expresadas con este nombre mejor convienen á otro mineral, la mulerina, referible también, atendiendo á su composición química, á la silvanita, y ahora considerada variedad de esta bien definida especie mineralógica, cuyo conocimiento es de bastante larga data, al punto de que es creencia muy generalizada pensar que el mineral objeto del presente artículo es aquel famosísimo áurum problemáticum tantas veces mencionado en antiguas recetas, preconizadas como eficaces para extraer el oro de los cuerpos en los cuales está contenido casi siempre nativo, y en la silvanita, por rara excepción, combinado y unido á substancia muy enlazada con el azufre atendiendo á sus funciones químicas, pero sumamente escasa y bastante poco estudiada á pesar de sus parentescos con el citado cuerpo, y sus más próximas relaciones todavía con el selenio, otro elemento de la misma familia. Teniendo presente tales enlaces, no tan íntimos como pudiera creerse, dando por buenos los estudios más recientes relativos al teluro, el cual mejor parece colocado en el grupo de los metales que al lado de los cuerpos simples metaloides, podría entenderse la formación de la silvanita partiendo de una poco estable combinación del oro y el azufre, habiendo sido sustituído este elemento por otro que, aunque dotado de menores afinidades respecto de otros varios metales, pudo haberlo desalojado dado cierto estado particular de las combinaciones, condicionado por la temperatura, tanto como por las mutuas influencias de los cuerpos destinados á reaccionar cuando puede producirse la que es, en realidad, bastante complicada, de variable composición, aunque no muy distinta, en cuanto á las cantidades de sus elementos constitutivos, y bien definida desde el punto de vista mineralógico.

SILVAMAR: M. ZARZAPARRILLA. SILVAMAYOR: Geog. Lugar de la parroquia de San Miguel de Trevias, ayunt. de Valdés, p. j. de Luarca, prov. de Oviedo; 303 habits.

SILVAN: Geog. Lugar del ayunt. de Benuza, p. j. de Ponferrada, prov de León; 533 habits. || Lugar de la parroquia de Santa María de Armentera, ayunt. de Meis, p, j. de Cambados, provincia de Pontevedra; 93 habits.

SILVANECTES: Geog. ant. m. pl. Pueblo de la Galia, Bélgica Segunda, sit. entre los Viducasos y Belovacos al N. y los Parisios y Meldos al S. Ha bitaban la parte S. E. del actual dep. del Oise, y eran sus c. principales Silvanectes y Ratomagos ó Augustomagos, hoy Senlis.

SILVANES Geog. V. SYLVANES.

SILVANINOS (de silvano): m. pl. Zool. Tribu de insectos del orden de los coleópteros, familia de los cucúyidos. Los insectos de esta tribu se distinguen por los caracteres siguientes: maxilas al descubierto; lengüeta entera ó ligeramente escotada, en raros casos bilobada; antenas terminadas por una pequeña maza de tres artejos; los tarsos unas veces heterómeros en los machos y pentameros en las hembras, y otras pentámeros en los dos sexos.

Esta tribu se compone de una serie de peque ños insectos, de los que algunos solamente han podido conservar el aspecto propio de la familia; los demás parecen pertenecer más bien á otros grupos que á los silvaninos. En las antenas reside el caráter que los distingue de los demás cucúyidos.

La larva de estos insectos ha sido bastante bien estudiada. Es larga, estrecha, algo deprimida, de consistencia carnosa, excepto la cabeza y el último segmento del cuerpo, que son amarillentos, con dos pequeñas antenas de cuatro artejos y seis patas cortas; los segmentos torácicos Son transparentes hasta el punto que dejan ver los movimientos de las patas por debajo. Cuando se la inquieta levanta la extremidad de su cuer19, que está terminada por dos ganchos cortos y rígidos. Según Blison, en el momento de metamorfosearse en ninfa esta larva se fija á un cuerpo sólido por la extremidad del abdomen con el auxilio de una substancia viscosa que segrega con tal objeto, después de haber sido mezclada con otras materias extrañas. La ninfa es muy notable, pues sus segmentos torácicos y los ocho primeros del abdomen llevan pequeños apéndices may regulares que les da el aspecto denticulado; el último segmento abdominal está terminado por dos puntas anchas y cónicas, que parecen destinadas á fijar la ninfa á los despojos de la larra.

Posee la silvanita color intermediario entre el gris llamado de acero y el blanco de plata, siempre es clara, algunos ejemplares tienen ciertos tonos amarillentos, como latón, otros hay bron. ceados, y en pocos tienense observadas variadas irisaciones con marcadas tendencias á los tonos amarillos; posee lustre metálico de extraordinaria intensidad, que en ocasiones parece de metal cuya superficie se hallase pulimentada; á pesar de este aspecto, que á primera vista le da trazas de mineral metálico resistente, déjase cortar sin gran resistencia por la navaja, pudiendo con este instrumento reducirse á virutas y á láminas delgadas, y mancha el papel y el bizcocho de por celana, dejando huella pardonegruzca bastante obscura y difícil de borrar; su estructura puede ser granuda y á veces también laminar, aunque no frecuente ni bien determinada, y la fractura desigual. El peso específico de la silvanita represéntase en el número comprendido entre 7,5 y 8,3, y en cuanto à la dureza es uno de los minerales metálicos más blandos que se conocen: fácilmente déjase rayar por la uña, sin ser deleznable, y esta propiedad, apreciada numéricamente, bien puede decirse que está comprendida

entre la dureza del talco y la designada al yeso. En lo referente á la composición química de la silvanita, aun cuando puede ser referida á la de un telururo normal de oro y plata, para constituir la especie mineralógica, los resultados de distintos análisis no son tan concluyentes como fuera de desear tratándose de la definición perfecta de una especie química; pues sin hablar de variedades que han de ser mencionadas más adelante, parecen aquí resultado de ensayos he chos en distintas épocas, los cuales son parte á admitir la asociación del teluro, la plata y el oro con otros metales, siendo de ellos los más frecuentes el plomo y el antimonio; así, algunos quizá admitirían, no sin buenas razones y hechos ciertos, varios tipos de silvanita en cuanto á su composición química, conforme se admiten teniendo presente la manera particular de hallarse en la naturaleza, según queda anteriormente dicho. En prueba de la variabilidad de composición de la silvanita, debida à asociaciones con otros metales, he aquí algunos de los análisis más dignos de crédito: al oro gráfico puro corresponderían, en 100 partes, 60 de teluro, 30 de oro y 10 de plata; en un cuarzo antiguo falta completamente la plata, habiéndose hallado en su lugar el oro, pero estos dos metales en proporciones tan exiguas que el metal pudiera tomarse por teluro nativo, en cuanto contenía 92,55 por 100 de teluro, 7,20 de hierro y 0,25 de oro; lo más frecuente es que en 100 partes de mineral haya de 24 á 30 de oro y de 3 à 14 de plata, de suerte que si abundara sería un excelente mineral aurífero. Petz, que ha hecho repetidos y numerosos análisis de la silvanita, encontro que en la mayoría de los casos su composición centesimal es como sigue: teluro 58,81 en 100 partes de mineral, antimonio 0,66, oro 26,47, plata 11,31 y plomo 2,75, en vista de cuyos resultados bien puede definirse como telururo de plata y oro, y en tal concepto represéntase la composición química de la silvanita en la fórmula (Au. Ag),Te,. Sus caracteres químicos son fácilmente determinables y pueden apreciarse en seguida; calentando el mineral que nos ocupa en un tubo abierto da al momento una especie de sublimado muy especial; su color cerca del mineral es gris bastante acentuado, y luego aclárase poco a poco á medida que asciende en el tubo, y en la boca de éste y en las partes más frías es enteramente blanco; dicho sublimado llega á fundirse y liquídase en menudas gotas dotadas de bastante peso específico. Colocando la silvanita en un soporte de carbón, y sometiéndola al fuego del soplete, se funde bastante pronto en un glóbulo notable por su color gris bastante obscuro y pronunciado, y á su alrededor prodúcese la cubierta metálica de color blanco característica del plomo y del antimonio; si la acción del calor continúa y por mucho tiempo está el mineral sometido al dardo del soplete, los depósitos amorfo y pulverulento formados en torno del glóbulo metálico se volatilizan y desaparecen cuando se usa el fuego llamado de reducción, y la llama adquiere marcado color azul verdoso, que denuncia la presencia del teluro, bastante menos volátil que sus congéneres el azufre y el silurio, y después de largo tratamiento, cuando esta misma llama colorida ha desaparecido y se ha soplado durante larguísimo rato, sólo resta de la silvanita sometida á tan violentas acciones del fuego un botón de oro puro, brillante, de color amarillo, fácilmente reconocible. Si el mineral contuviese plomo, como acontece frecuentemente y es constante en aquella variedad denominada mulerina, entonces este metal manifiéstase al pronto, mediante una cubierta ó depósito formado oxidándose alrededor del mineral fundido sobre el carbón. Por vía húmeda puede decirse cómo los ácidos sulfúrico y nítrico y el agua regia son los reactivos adecuados para reconocer pronto los compuestos más constantes de la silvanita; con el ácido sulfúrico, sobre todo calentando, lógrase una disolución parcial, y el líquido resultante tiene el color purpúreo característico del teluro; con el ácido nítrico oxidase éste, la plata se disuelve convirtiéndose en nitrato, y queda por residuo oro metálico muy dividido, y en el agua regia, que ataca á los tres cuerpos, lograse disolver el teluro y el oro, quedando así un residuo de color blanco formado de cloruro argéntico, que es muy soluble en el amoníaco.

Son los yacimientos del teluro gráfico, como los de otros minerales de hierro, muy pocos y res

tringidos; no forma ni constituye filones, antes aparece diseminado y disperso en el cuarzo ó mezclado con oro en algunos pórfidos traquíticos; en esta última forma vese en Offenbanya y Nagyag y en Transilvania, de donde vienele su nombre al mineral, y encuéntrase asimismo en Calaveras, en California; á la continua es muy diseminado y con marcada tendencia de agruparse sus alargados y prismáticos cristales, constituyendo dendritas producidas entrelazándose aquéllos, no en el interior de una masa de roca, sino sobre una superficie casi siempre plana. Entre las variedades mejor caracterizadas de silvanita es sin duda alguna la más importante y definida el mineral denominado por todos los autores krennerita, cuyo yacimiento está, como el del cuerpo al cual refiérese, en Nagyag, y hállase á la continua asociada al cuarzo y á la pirita de hierro, sus obligados acompañantes; trátase, en realidad, de una substancia bastante complicada, atendiendo á su composición química, referible á la combinación del teluro con el oro, la plata y el cobre, sustituyendo este último metal al plomo contenido en casi todos los ejemplares de silvanita hasta el presente analizados; así, pues, la krennerita es el telururo de oro, plata y cobre, caracterizado por cristalizar en el sistema rómbico, y reconocible porque, ensayado el mineral por vía seca y empleando el fuego del soplete durante cierto tiempo, decrepita con grandísima violencia; no siendo los ácidos enérgicos como reactivos, por vía húmeda pueden determinarse, al igual del caso anterior, todos los cristales asociados y combinados que forman la krennerita, cuyas propiedades físicas son casi iguales á las reconocidas en la silvanita, excep. tuando la dureza, algo mayor en el caso presente, y el color, cuyos tonos son más amarillos ó rojizos, como si quisieran denunciar la presencia

del cobre.

No son únicamente los aquí descritos los minerales compuestos de oro y teluro que se encuentran en la naturaleza, aunque no constituyen jamás verdaderos filones, y se hallan, por lo común, muy diseminados en la masa de ciertas rocas ó asociados á sulfuros de hierro y cobre en varias localidades; así que la carencia de minerales sulfurados de oro está en cierto modo comprendida en la abundancia de combinaciones de dicho metal con el teluro, siendo tipo de ellas la calaverita, así llamada por hallarse en el distrito de Calaveras, en California, y es el telururo de oro, de la forma AuTe4, escasísimo mineral que suele contener plata en cantidades inferiores al 3 por 100, y se encuentra constituyendo pequeñas masas de aspecto cristalino, sin que en ellas se haya determinado, de una manera exacta, forma referible á ninguno de los sistemas regulares conocidos. Al grupo pertenece asimismo la nagyagita, cuyos cristales tiénense por cuadraticos, mineral más pobre en oro que los anteriores, en cuanto los ejemplares más ricos no llegan á dar el 12 por 100, conteniendo, en cambio, mucho plomo, azufre y también antimonio. Y muy semejante á la silvanita, respecto de la composición química, es la mulerina, ó sea telururo de oro y plata, á la vez plombífero y antimo. nífero, cuerpo duro del cual valióse Müller para aislar el cuerpo simple teluro, apelando al método que lleva su nombre. La abundancia de los telururos de oro, y el hecho de no encontrarse sino rarísimas veces la combinación pura de ambos cuerpos, siendo por lo general verla asociada á otros cristales, tampoco semejantes á ellos, como el plomo, el antimonio y el cobre, viene á demostrar de qué manera, aun los cuerpos calificados de más raros y escasos, se hallan distribuídos en la naturaleza, á pesar de la inestabilidad de sus combinaciones y de la marcada tendencia á desligarse de todo enlace, presentándose nativos y puros, diseminados en la masa de determinadas rocas.

SILVANO (del lat. silvanus; de silva, selva, bosque): m. Zool. Género de insectos del orden coleópteros, familia cncúyidos, tribu silvaninos. Los caracteres más importantes de este género son los siguientes: menton transversal un poco ensanchado sobre los lados, después estrechado y muy escotado por delante; lengüeta córnea, ensanchada y truncada en su extremo, con sus ángulos anteriores redondeados; los lóbulos de las maxilas cortos, el externo más ancho, truncado y con muchos pelos en su extremo, el interno más pequeño, delgado, ciliado en su extre

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midad; el último artejo de los palpos maxilares gradualmente atenuado y el de los labiales casi ovalado; las mandíbulas cortas y simples en su extremidad; el labro muy transversal, redondeado y ciliado por delante; la cabeza casi cuadrada por detrás, estrechada, prolongada y truncada anteriormente; ojos medianos, redondeados, poco salientes; las antenas de la longitud de la cabeza y el protórax reunidos, medianamente robustas, con el primero y segundo artejos más gruesos que los siguientes, el tercero, cuarto, quinto, sexto y séptimo casi iguales, cónicos ó moniliformes, el octavo un poco más pequeño, y el noveno, décimo y undécimo forman una maza alargada; el protórax es largo, estrechado gradualmente de delante atrás, en general dentado lateralmente, con sus ángulos anteriores salientes; los élitros alargados, paralelos, redondeados en su extremo; patas medianas: fémures delgados en su base y algo abultados en el resto de su extensión; tibias cortas, lineales, terminadas por una espina apenas distinta; tarsos de cinco artejos, el primero de la longitud de los dos siguientes reunidos, el tercero un poco escotado en su extremo, el cuarto muy pequeño, el quinto tan largo como los tres primeros; el cuerpo alargado y deprimido.

Las costumbres de estos insectos son muy variadas, pues viven debajo de las cortezas, otros en el suelo entre las hierbas, algunos en el trigo, mercancías coloniales, etc.

Algunas especies han sido transportadas á lejanos países, y se encuentran repartidas en la mayoría de las regiones del globo Entre las especies que hoy habitan en Europa hay algunas que parecen haber sido introducidas de esta ma. nera y luego se han aclimatado. Entre las especies europeas citaremos el Silvanus frumentarius y el Silvanus fagi, de las partes meridio

nales.

- SILVANO: Quím. Cuerpo homólogo del furfurano y contenido en los productos resultantes de someter á la destilación seca la madera de pino silvestre. Para aislarle basta separar las materias volátiles de esta destilación redestilarlas

y

nuevamente con fracción de productos, recogiendo los volatilizados entre 63 y 54°; así se obtiene un líquido incoloro ó ligeramente amarillento, que hierve á la temperatura indicada y cuya densidad es 0,887. Inalterable por el sodio, los alcalis y el anhidrido acético, reacciona violentamente con el bromo, formándose, si la operación se practica en presencia del agua, un compuesto soluble en este líquido y en el éter, y que se resinifica por la evaporación de sus disoluciones. El silvano, cuya composición se representa con la fórmula CH ̧O=C,H ̧O.CH, se oxida por la acción del permanganato potásico, produciendo ácido acético, y en presencia del cloruro de fósforo se carboniza en parte y origina la vez una materia volátil con el vapor de agua y que parece ser una mezcla del silvano no atacado y de clorhidrato CHO. HC1; el ácido clorhídrico, tanto gaseoso como en disolución concentrada y á la temperatura ordinaria, origina productos resinosos, pero operando con disoluciones etéreas sometidas á bajas temperaturas da lugar á la producción de un líquido volátil entre 235 y 245°, y cuya fórmula parece ser

C15H16029

equivalente á tres moléculas de silvano menos una de agua.

- SILVANO: Mit. Dios latino de los campos y de los bosques, llamado también protector de los límites de las tierras; como divinidad de los bosques presidía especialmente á las plantaciones y protegía los animales que allí se criaban; en tal concepto se le representaba llevando un tronco de ciprés. También estuvo considerado Silvano como protector de los ganados, cuya fecundidad favorecía y de quienes alejaba los lobos. Los escritores clásicos de los últimos tiempos identifican a Silvano con Pan, Fauno, Inuus y Egipán. Tanto los poetas latinos como las obras de arte nos le representan en la figura de un viejo jovial y enamorado de Pomona. Los sacrificios que se le prestaban consistían en racimos de uva, espigas de trigo, leche, comida, vino y puercos.

Según Preller, Silvano responde en la parte más esencial de su concepto á Fauno (V. FAUNO), sólo que su actividad se restringe al dominio de los bosques. Tanto Fauno como Silvano

son genios favorables: á veces son un espectro cuyo grito terrible se escucha en el misterio de la selva; ambos son dioses del pastoreo y del ganado. Por esto sin duda solía representarse a Silvano bajo la forma de un viejo curtido, con un palo nudoso en la mano; bajo tal forma le sacrificaban los pastores en modestos altares un carnero ó un puerco y le sacrificaban también los cazadores. Otras veces en bosques ó jardines se le representaba como dios que preside á la Arboricultura.

Era muy frecuente su imagen en los bosques sagrados y en los parques; en el campo era objeto de un culto de gratitud, como los Lares, Feres y Liber Pater, teniendo como éstos su parte en las solemnidades y fiestas que se celebraban con motivo de las cosechas. Añade Preller que la gran extensión de bosques en la Italia primitiva fué causa de que se considerase á Silvano como dios de las limitaciones de la propiedad, fuera privada ó pública, nuevo atributo que le hizo muy popular. Los linderos de los bosques fueron los límites más antiguos, y por eso las partes claras se consagraban à Silvano, con lo que quedaba bajo su protección el dominio limitado. A causa de haberse mantenido siempre vivo y popular el recuerdo de aquella vida primitiva de los bosques que precedió al desenvolvimiento de la Agricultura, Silvano fué adorado siempre bajo todas sus formas como dios de los bosques, que había cedido de su dominio parcelas luego culti vadas, y que al propio tiempo había erigido los linderos de la propiedad. A tres Silvanos diferentes se invocaba en cada propiedad: al Silvano doméstico, que velaba por la casa y el corral; al Silvano agreste, protector de los ganados y de los pastores; y al Silvano oriental, ó sea al de los límites: el tutor finium. En las inscripciones aparece con otros epítetos, por ejemplo, de casanicus, bilicus, conservator, curtos y salutaris.

También fué invocado con el nombre de Lar

agrestis. Dos poemas se conocen sobre Silvano: el primero es de un administrador del Imperio; el segundo es una plegaria en que se le pide favor para los Antoninos y su propiedad. En los jardines de Roma se le invocó como Sanctus Salutaris, bajo cuyo nombre se le rindió culto en el Aventino. Entiende Preller que los collegia Silvani debieron ser empresas de fúnepompas bres. A este concepto deben responder las imágenes de Silvano con un álamo blanco ó un ciprés en la mano, cuyos dos árboles son el emblema de la muerte y de los funerales.

Alguna vez se habla de las Silvanas, que sólo pertenecen á las tradiciones germánicas, célticas y eslavas.

SILVAPLANA: Geog. Lazo de Suiza, en el cantón de los Grisones, formado por el Inn. Tiene 3 kms. de long., 1300 m. de anchura máxima y 74 de máxima profundidad. Está dividido en dos partes que comunican entre sí por el Stretta del Piz, canal rápido de 13 m. de profundidad que nunca se hiela.

SILVAR: Geog. Aldea de la parroquia de San Martín de Sésamo, ayunt. de Culleredo, p. j. y prov. de la Coruña; 98 habits.

- SILVAR (EL): Geog. Lugar de la parroquia de San Lorenzo de Siabal, ayunt. de Paderne, p. j. de Allariz, prov. de Orense; 77 habits.

SILVARDO: m. BRUSCO; planta perenne que echa varios tallos cilíndricos estriados, de unos dos pies de altura, de color verde obscuro y cubiertos de hojas ovaladas, puntiagudas y del mismo color. En la cara superior de las hojas nacen las flores y el fruto, que es una baya carmesí.

SILVARES: Goog. Lugar de la parroquia de San Mamed de Grou, ayunt. de Lovios, p. j. de Bande, prov. de Orense; 89 habits.

SILVARREDONDA: Geog. Aldea de la parroquia de San Juan de Buján, ayunt. de Rois, p. j. de Padrón, prov. de la Coruña; 89 habits. ! Aldea de la ayuda de parroquia de San Pedro de Silvarredonda, ayunt. de Cabana, p. j. de Carballo, prov. de la Coruña; 81 habits. Véase SAN PEDRO DE SILVARREDONDA.

SILVARREY: Geog. V. SAN JUAN DE SILVA

RREY.

SILVÁTICO, CA: adj. SELVÁTICO.

SILVATO (de silvico): m. Quím. Sal resultante de la sustitución del hidrógeno básico del ácido

silvico por los radicales metálicos; funcionando | dedicado á doña Ana Carrafa, señora de la casa
dicho ácido como monobásico, sus sales, la mayor de Guzmán, duquesa de Medina de las Torres.
parte solubles en éter, se preparan ya combinán- La dedicatoria está firmada en Nápoles á 20 de
dole directamente con los álcalis, ya por doble abril de 1639. El poema consta de 82 octavas.
descomposición, ya, en fin, precipitando la di- Partenope Ovante, poema (íd., sin año, en 4.0),
solución alcohólica de un acetato por otra diso- en 50 octavas, cuyo argumento es la entrada del
Inción también alcohólica de colofonia, disol- condeduque, á quien está dirigido el poema, en
viendo el precipitado en éter y añadiendo al lí- Nápoles. A la obra acompaña un soneto de doña
quido etéreo alcohol de 80° centesimales.
Isabel Henríquez á Silveira. - Vida de Elio Se-
yano, citada por Nicolás Antonio, quien dice
que la elogia Cardoso.

Silvato potásico, CHOK. - Obtenido haciendo hervir la disolución del ácido en el alcohol con carbonato potásico, se presenta en agujas lanuginosas, poco solubles en agua y alcohol frio, aunque bastante en este último líquido

hirviendo. Siewer ha obtenido una sal ácida de

formula CHOK, 3C, HO, pre ipitando la disolución alcohólica de ácido sílvico por otra igualmente alcohólica de acetato potásico, ó tam. bién haciendo hervir el ácido sílvico disuelto en la potasa alcohólica, en cuyo caso se solidifica el cuerpo de que se trata, durante el enfriamiento, en forma de masa cristalina que se purifica por recristalización y compresión.

Silvato de plomo - Constituye un precipitado blanco no cristalino é insoluble en el alcohol, y según Laurent puede obtenerse en largas agujas muy finas que se depositan lentamente añadiendo disolución diluída de ácido sílvico en el alcohol hirviendo, á la disolución alcohólica también hirviente y muy poco concentrada de acetato de plomo; estas agujas están constituídas por prismas de cuatro caras terminados por pi. rámides ó por biseles muy agudos.

Además de los silvatos anteriores, se conocen: el de plata, cristalino y soluble en el alcohol; el de amonio, que es una masa viscosa; el de bario, en forma de copos blancos solubles en alcohol absoluto hirviente; y el de cobre, que se presenta también en copos, pero de color azul pálido. SILVEIRA Ó SILVEIRAS: Geog. C. cap. de municipio, comarca de Lorena, est. de São Paulo, Brasil, sit. á orillas del río Guedes y en el f. c. de São Paulo á Río de Janeiro, 8000 habits. Ocupa el lugar en que estuvieron los dominios de la familia de los Silveiras, en un valle fértil, entre la Serra Bocaina, que la separa del Océano, y la Serra da Mantiqueira. El valle produce café, algodón y cereales.

- SILVEIRA MARTINS: Geog. Colonia agrícola del municip. de Santa María da Boca do Monte, comarca de Caçapava, est. de Río Grande do Sul, Brasil, sit. en el f. c. de Porto Alegre á Uruguayana; 4500 habits. Fué fundada en 1877.

Martín en Santiago, los del retablo mayor de la
parroquia de Santa María del Camino, todas del
tamaño natural, y las de vestir de San Antón y
de Santa Bárbara para las procesiones en estas
mismas iglesias, con otra también de San An-
tón para Pontevedra: tienen naturalidad y ex-
presión, y manifiestan que su autor no carecía
de práctica y conocimiento en el arte, pero que
no salió del camino común de aquellos profeso
res que no aspiran á la perfección. >>

ejército francés y ofreció al duque de Angulema sus servicios, que fueron rechazados con pretexto de que Francia no estaba en guerra con Portugal. El general Luis de Rego le persiguió en territorio español, en el cual tenía derecho á penetrar en virtud de los tratados concluídos con los constitucionales; pero el temor de tener un encuentro con el ejército francés le obligó á retirarse Ꭹ tomar posiciones en la frontera. La insurrección parecía enteramente dominada y el gobierno constitucional más sólido y firme que -SILVEIRA (BENITO): Biog. Escultor espanunca, por efecto de los acontecimientos que se han referido, cuando un regimiento enviado ñol. N. en Galicia. Aún vivía en la segunda á la frontera, á las órdenes del brigadier Souza mitad del siglo XVIII. Fué discípulo de Miguel de Sampayo, se sublevó y reanimó las esperanzas Romay en la ciudad de Santiago. Acompañó á de los absolutistas, comprometiendo de nuevo la su condiscípulo Felipe de Castro cuando fué á existencia de las Cortes. Este regimiento se diriPortugal y á Sevilla, y no queriendo seguirle á Roma se volvió á Madrid con la corte de Feli- gió en 27 de mayo hacia Villafranca, y en la noche de aquel día el infante D. Miguel, escapado pe V. Los escultores del rey le ocuparon en las del palacio en que se hallaba su padre detenido obras de los jardines del Sitio de San Ildefonso, por orden de las Cortes, fué á unirse á dicho redonde trabajó algún tiempo, hasta que cansado de aquella residencia se retiró á Santiago Llegimiento, después de haber publicado una prosino en cuanto ésta le socorría para poder vivir vado de su genio, no trabajaba en su profesión taba para que libertasen al rey Los más imporclama que llamaba á los portugueses y les exhortantes personajes del país se apresuraron á ir á obscuramente, por lo que son pocas las obras que Santarem á ofrecer sus servicios al infante don dejó en el largo espacio de su vida. «Son de su Miguel. El rápido é inesperado buen éxito de esta mano, dijo Ceán, las estatuas de los santos que están en los colaterales del monasterio de San empresa ha hecho suponer, no sin razón, que la reina, detenida también en uno de los castillos, y vigilada por las Cortes, había, á pesar de los aquel movimiento decisivo. En efecto, pocos días obstáculos de su situación, organizado y dirigido habían transcurrido, cuando el general Sepúlveda, gobernador de Lisboa, se unió al infante, y el mismo rey, defendido por los soldados y el pueblo, fué à refugiarse en Villafranca, mientras buscaban un asilo á bordo de buques extranje que los individuos de las Cortes con sus familias ros. Desde este día, 2 de junio de 1823, la contrarrevolución quedó hecha, y el 5 entró el rey en Lisboa, seguido del infante D. Miguel, que fué nombrado generalísimo del ejército portugués. Todos los partidarios del nuevo orden de cosas fueron pródigamente recompensados, y la familia Silveira no fué olvidada en la distribución de honores; el conde de Amarante fué reintegrado en todos sus títulos y emolumentos, y nombrado marqués de Chaves en memoria de la ciudad en que la contrarrevolución había sido proclamada por primera vez; además de este título recibió tierras por valor de 6 000 cruzados. El nuevo marqués de Chaves hizo su entrada triunfal en Lisboa al frente de su ejército de 3 000 hombres, y por orden del rey se mandó acuñar para los individuos de aquel reducido ejército una medalla que llevaba la siguiente inscripción: Fidelidad heroica de los Tramonta nos. Desde esta época hasta el fin del reinado de Juan VI no tomó el marqués de Chaves una parte muy directa en los asuntos políticos del país, ni tampoco en la nueva revolución que causó el destierro del infante D. Miguel y la desgracia de la reina (9 de mayo de 1824). Promulgada la Constitución liberal de D. Pedro, fué aquélla la señal de una segunda insurrección, más temible aún que la primera. Mientras que desembarcaban los ingleses en Lisboa para prestar su apoyo al partido constitucional, el marqués de Chaves, á la cabeza de 8 000 á 10 000 insurrectos, secundados por casi toda la población de las provincias de Tras os Montes y de Beira, alzaba otra vez el estandarte del absolutismo (9 de enero de 1827). El conde de Villaflor, enviado contra él con una fuerza de 7 000 hombres próximamente, le atacó cerca de Concha de Beira, y después de un encarnizado combate le obligó á retirarse y refugiarse en territorio español. No había transcurrido un mes cuando el marqués de Chaves, con un pequeño ejército formado por 4 000 infantes, 500 caballos y 10 piezas de arti

SILVEIRA PINTO DE FONSECA (MANUEL, conde de AMARANTE, marqués de CHAVES): Biog. Célebre general portugués. N. en Villarreal. M. de una familia de la provincia de Tras os Monen Lisboa á 7 de marzo de 1830. Descendiente tes, dió cierto brillo á la historia de los últimos años del reinado de Juan VI, y contribuyó más que nadie al triunfo pasajero del partido defensor del antiguo orden de cosas. Al principio del año de 1823, cuando los franceses entraban en España para sustraer al rey de la influencia de las Cortes, el partido absolutista, que desempeñaba en Portugal el mismo papel que el partido opuesto á la Constitución española, deseaba ardientemente la destrucción de las nue- SILVEIRA (MIGUEL DE): Biog. Poeta espa- vas Cortes y de la Constitución del año de 1820. ñol de origen portugués. N. en Celorico (Portu- El marqués de Chaves, creyendo el momento gal). Vivía en la primera mitad del siglo XVII. oportuno para dar la señal de la contrarrevolu En el prólogo de El Macabeo da estas noticias ción, reunió á todos sus servidores y partidarios de su vida: «Pudiendo tener alguna confianza en Villarreal, les distribuyó armas, y dirigió á los en estudios de 40 años continuos en las uni-portugueses, con fecha 23 de febrero, una proversidades de Coimbra y Salamanca, donde en clama en la cual les llamaba á las armas. Esta mis principios estudié Filosofía, Jurisprudencia, proclama fué recibida con gran entusiasmo por Medicina y Matemáticas, y habiéndolas leído 20 los habitantes de Villarreal, y Silveira, aproveaños en la Corte de S. M. C. con noticias de las chándose de este primer momento de efervescenciencias y Poética, no me he atrevido à empezar cia, marchó con algunos soldados sobre la peesta acción sin consulta de los más doctos hom- queña ciudad de Chaves, capital de la provincia bres de España, y aprobación de los de Italia, á de Tras os Montes, cuya guarnición, compuesta quien remití el argumento antes de dar principio de 700 hombres, se declaró en su favor. Allí fué a la ejecución.» Silveira, que usó el título de donde se estableció el centro de la contrarrevoDoctor, había practicado en Madrid la enseñan-lución, que no tardó en contar con numerosos za á que se refieren las líneas anteriores, y mar- prosélitos, sobre todo en aquella provincia, en chó luego á Nápoles cuando allí gobernaba como la que la familia Silveira gozaba de una gran virrey D. Ramiro Felipe de Guzmán, duque de influencia y de considerables propiedades terrilas Torres y príncipe de Stigliani, del cual se toriales. El marqués de Chaves se ocupó en pridice criado el portugués. Este imprimió El Ma- mer lugar en nombrar una regencia ó junta procabeo, poema heroico (Nápoles, 1638, en 4.°) en vincial, al frente de la cual colocó al arzobispo octava rima, dedicado á D. Ramiro Felipe de de Braga. Se organizó una insurrección en toda Guzmán, con el retrato del autor. En el prólogo la provincia; se reclutó un gran número de dese expone así el argumento: «El asunto de este sertores del ejército, y Chaves llegó á tener á poema es la restauración del templo de Jerusa- sus ordenes 2000 6 3000 hombres, á los cualén, hecha por el invicto capitán Judas Macabeo, les dió el pomposo título de Ejército regenera-llería, entraba por Ruivaes en la provincia de acción la más ilustre y heroica que conocemos... dor. En Lisboa, por un decreto de 4 de marzo, Como un poema heroico no se puede construir fué privado de todos sus titulos y honores, pero sin episodios verosímiles, y necesarios para or- mientras que el general Luis de Rego se apodenamento y preparación de su conveniente gran- raba de Villarreal le cortaba toda comunicadeza, fué forzoso que de su misma acción los ción con el resto del reino, el conde de Amarandedujese con la castidad y moderación que pedía te consiguió en 13 de marzo una victoria complela materia, sin alterar la sustancia de la histo- ta sobre uno de sus lugartenientes, cerca de ria. Y si el trabajo de continua asistencia de Santa Bárbara, y se apoderó del regimiento de 22 años en que con perseverantes estudios y Valencia. La guerra se prolongó hasta el mocensuras acabé este poema merece el aplauso de mento (3 de abril) en que el marqués de Chaves los doctos.. tendré por felicidad, no tanto la tomó el partido de retirarse con 4 000 hombres gloria, cuanto el haberlo merecido. » He aquí los próximamente á territorio español, cerca de Vatítulos de las restantes obras de Silveira: El Sol İladolid. Allí reunió su gente á la del cura Mevencido, poema heroico (Nápoles, 1639, en 4.°), rino; después se dirigió al cuartel general del

Miño, acompañado de su mujer, que se interesaba grandemente en el éxito de aquella empresa. Se dirigió á Porto, y hallándose á unas 10 millas de esta ciudad, el conde de Villaflor, que se había unido al marqués de Angeja, general en jefe de las tropas de la regencia, atacó á los insurrec tos, quienes después de una larga resistencia se vieron obligados à huir. Este solo golpe parecía haber sofocado la insurrección; pero la estación de las lluvias vino en su ayuda, paralizando los movimientos del ejército constitucional. Mientras que el marqués de Angeja buscaba á los insurrectos en las fronteras de Galicia, Téllez Jordão, lugarteniente del marqués de Chaves, en

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