antiguo constituyen la nueva población. Siles fué hasta hace poco tiempo cab. de p. j. SILESIA: f. Astron. Asteroide número doscientos cincuenta y siete, descubierto por el astrónomo austriaco Palisa en el Observatorio de Viena a el día 5 de abril de 1886. Aparece en el campo del anteojo como estrella de 13. magnitud, efectúa su revolución alrededor del Sol en cinco años y medio, y el plano de su órbita tiene, respecto del de la ecliptica, una inclinación de 3° 40'. Su órbita fué calculada por Berberich. - SILESIA: Geog. País de Alemania comprendido entre el Brandeburgo y la prov. de Posen al N., la Polonia al E., la Moravia y la Bolemia al S. y la Lusacia al O. Divídese en dos partes: la Alta Silesia, que comprende actualmente la Silesia austriaca y la regencia prusiana de Oppeln, y la Baja Silesia, que forma la regencia de Breslau y la mayor parte de la de Liegnitz. En tiempo de los romanos habitaban esta región los ligios y los cuados, pueblos germáni cos que fueron rechazados en el siglo vi hacia las regiones montañosas por la tribu eslava de los slesacos ó szlezanos. Formó parte del Imperio de los moravos, después perteneció á Bohemia, y en el siglo x cayó en poder de los duques polacos de la casa de Piast. Hacia 965 Miecislao I introdujo el cristianismo en el país. Dos siglos despues el rey Boleslao III dividió la Polonia entre sus hijos y la Silesia correspondió á Uladislao. Repartiéronsela los tres hijos de éste, pero todo el país vino á quedar en poder del mayor, Boleslao I, en 1178. Se dividió de nuevo, crearonse varios principados, hubo las consiguientes discordias y guerras, en 1327 la mayor parte de los príncipes reconocieron como soberano al rey Juan de Bohemia, y por fin en 1348 toda la Silesia quedó agregada á dicho reino De 1471 á 1525 perteneció al reino de Hungría, después pasó á poder de la casa de Austria, y en 1657 se incorporó al Imperio. La intolerancia del gobierno austriaco con la población protes tante de Silesia favoreció los planes de Federico II de Prusia, quien alegando derechos á parte de la Silesia la invadió en 1740. Vencedor el prusiano, adquirió por el tratado de Breslau toda la prov., menos el ducado de Teschen y varias fortalezas. Principal teatro de la guerra de los Siete Años fué la Silesia, cuya cesión quedó confirmada por el tratado de Huberstburg en 1763, y desde entonces existen las dos Silesias, prusiana y austriaca. – SILESIA AUSTRIACA: Geog. Prov. del Imperio austro-húngaro que formó parte del duca lo de Silesia, cedida á la casa de Austria en 1763 por el tratado de Hubertsburgo. El nombre nacional es Osterreichisch Schlesien. Está limitada al N. y al O. por la Silesia prusiana, al E. por la Galizia y al S. y S.O. por Hungría y Moravia, prolongándose esta última por una faja de tierra corta la prov. en dos porciones separando el círculo de Troppau del de Teschen; 5153 kilómetros cuadrados y 605649 habits.; por la densidad de población, 117 habits. por km., esta prov, ocupa el primer lugar entre las del Imperio. La separan de Moravia los montes Sudetes y su prolongación los Gesenke, y de Hungría los Jablunka; la frontera con Prusia es completamente convencional, á excepción de la parte en que sigue el curso del Oppa, el de su afl. el Goldoppa y el bajo Olsa. Geográficamente la Silesia austriaca depende de Prusia, ó mejor dicho de Polonia, pues forma una larga faja de territorio sit. en toda su extensión sobre la vertiente septentrional de los montes Sudetes, á cuyo vértice principal, el Alvater, de 1490 m. de altitud, se aproximan la extensa meseta de los Gesenke, que proyecta sus dentadas crestas al N. E. de la Moravia, encierra las fuentes del Oder y unen aquel sistema al de los Cárpatos. La cordillera de los Beskides occidentales empieza en la orilla derecha del Oder, en el monte Yavornik, de 1130 m. de alt., y termina en el collado de Jablunka con una alt. de 551. Más al E. los Beskides propiamente dichos envían hacia el N. un rainal que en el Klymezok se eleva á 1113 m., separando el valle del Alto Vistula del de su primer afl. dro., el Biala. El río Oder, que nace en Moravia, bordea al E. el círculo de Troppau, y después, al O., el de Teschen y se interna en Prusia; sus principales afls. dentro de la prov. son: el Oppa por la izq., al cual se une el Goldoppa, engrosado por el Mohra, y por la dra. el Oshawitza y el Olsa. Al E. del círculo de Teschen el El carbón, el hierro, el azufre y el mármol son las principales riquezas minerales del país; las cuencas hulleras de Karwin y de Polnisch Ostran son las más importantes del Imperio. Las fuentes minerales son numerosas. Sólo una pequeña parte del suelo es improductiva; se culti van especialmente cereales, patatas y lino, además de varias plantas leguminosas y remolachas. Aunque los bosques poblados de coníferas de gran desarrollo ocupan grandes extensiones, se explotan mal; en cambio la cría de ganados ha tomado gran desarrollo, especialmente la de carneros, que producen lana muy fina y muy apre ciada. Como país industrial, la Silesia ocupa uno de los primeros lugares entre los demás austrohúngaros; las industrias de más importancia son, en primer lugar, los tejidos é hilados, y después las explotaciones de las cuencas hulleras y minas de hierro, la fab. de máquinas, de alcohol de remolacha, de cervezas, quesos, licores, porcela nas, productos químicos y carruajes, preparación de cueros, etc. La agricultura y la industria alimentan un comercio muy activo, al que se añade el tránsito de los vinos, cueros y pieles austrohúngaros, de los cereales y lino de Rusia, de la sal de Galizia, de los ganados de Moldavia, etcétera. El camino de hierro principal es el de Neisse á Cracovia, que sigue a lo largo de casi toda la frontera prusiana y pasa por Troppau, Oderberg y Dzieditz; de éste se derivan otras líneas que de la Silesia prusiana van á Moravia pasando por la Silesia austriaca, formando en total una red de 427 kms. Las carreteras, perfectamente construídas y conservadas, suman en junto una long, de 3592 kms., y las vías navegables 27. La prov. envía al Reichsrath 10 diputados; la Asamblea provincial ó Landtag se compone de 31 individuos y reside en Troppau, Freudenthal, Jägerndorf, Freiwaldau, Teschen, Freistadt y Bielits. Judicial y militarmente está anexionada á Moravia. En Teschen reside un vicario apostólico con todos los poderes episcopales y dependiente del arzobispado de Breslau. La mayoría de los habits. profesan el catolicismo; los demás son protestantes é israelitas, y sólo un pequeño número pertenece a otras sectas religio sas. SILESIA PRUSIANA: Geog. Prov. sit. en el extremo S. E. del reino de Prusia, llamada en alemán Preussische Provinz Schlesien. Está formada del condado de Glatz, de la porción prusiana de la Alta Lusacia, excepto el círculo de Schwiebus, y de la mayor parte del antiguo ducado de Silesia. Confina al N. con las provs. de Brandeburgo y de Posen, al E. con Polonia, al S. E. con la Galizia, al S. con la Silesia austriaca y Moravia, al S.O. con Bohemia y el reino de Sajonia, y al O. con la Sajonia prusiana; 40307 kms.2 y 4224 458 habits. El río Oder, que atraviesa la prov. de S. E. á N.O., la divide en dos partes muy diferentes por su extensión y aspecto; la de la orilla dra, es un país poco accidentado; la de la izq. está sit. casi por completo en la vertiente N. E. de la cordillera de los Sndetes, nombre que se ha dado á los grupos distintos de montañas desunidas que separan la Silesia de la Bohemia; el poderoso macizo de Riesengebirge, que se alza al N.O. y cuyo vértice más alto, el Schneekoppe, tiene 1601 m. de altitud, se une por un lado al Eulengebirge, cuyas dos vertientes pertenecen á Prusia, y por el otro al Adlergebirge, que sigue la frontera hacia el S. E. y se enlaza por la cordillera transversal, Glatzer Schneegebirge, con los Sudetes propiamente dichos, enclavados en territorio austriaco. A la derecha del Oder, entre este río y el Malpana, la meseta Ol erschlesisches Steinkohlengebirge, dominada por el Sankt Annaberg, de 430 m. de altitud, recubre la cuenca hullera más importante de Alemania. A la dra. del Malpana se extiende una cordillera de colinas que por su formación geológica se ha llamado Jura silesiano. El río Oder, después de formar la frontera de Austria y Prusia, entra en Silesia un poco más abajo del pequeño pueblo de Oderberg, cruza la prov., y pasando al N. de Rothenburgo se interna en la de Brandeburgo. Sus tributarios son numerosos, pero la excesiva pendiente ó la falta de agua les quita importancia; los principales son el Olsa, el Klodnitz, el Malpana y el Bartsch, afls. de la orilla dra., y el Oppa, que separa las dos Silesias, el Zinna, el Neisse de Glatz y otros que se juntan al Oder, fuera de la prov., por la orilla izq. Los lagos son numerosos, pero sin importancia; su poca profundidad les convierte más bien en estanques ó pantanos. Los de mayor extensión son el Schlawa See, al N. de Glogau; el Kunitzer See, cerca de Liegnitz, y el Breuner Teich, en la Alta Silesia El clima es templado en la región de la llanura y valles poco elevados y frío en la parte montañosa; en Breslau, á 120 m. de altitud, la media anual es de +70,9; en Wang, á 574 m., no pasa de +4°, 4. Entre las grandes riquezas minerales del país se encuentran el hierro y la hulla; el principal yacimiento de esta materia, la célebre cuenca hullera de la Alta Silesia, en la presidencia de Oppeln, ocup a una superficie de 600 kms.2, sin contar otros depósitos inmediatos de formación más reciente. Las minas de hierro son numero. sas y ricas en los círculos de Bentheu y Tarnowitz; en la meseta de este nombre se encuentra abundantemente el ziuc con algunas cantidades de cadmio, y también plomo argentífero. Se explotan en diversos puntos de la prov. minas de cobre y arsénico, y canteras de mármol, arcilla plástica, serpentina, cristal de roca, amatistas, topacios, ágatas, etc. El suelo, fértil y bien cultivado, está destinado principalmente á la producción de cereales, patatas, pastos, remolacha, lino y tabaco; la viticultura y horticultura tienen importancia en algunas localidades, así como la explotación de los bosques, en los que dominan las coníferas. La cría de ganados se hace con mucho esmero, particularmente en la comarca que se extiende entre Liegnitz y Ratibor. Casi una tercera parte de la población está dedicada á la industria, muy floreciente merced á la considerable riqueza mineral del suelo; dividida en numerosos ramos, los principales son la confección de ropas, la fabricación de sombreros, guantes, calzado, hilados y tejidos de lana, hilo y algodón, azúcar, almidón, achicoria, cervezas, licores, conservas en aguardiente, vinos, papel, cueros, productos químicos, etc., además de las numerosas é importantes industrias que se derivan de la explotación de las minas y canteras que han colocado por este concepto la Silesia en primer lugar entre las demás provs. prusianas. Las vías fluvia es han favorecido el desarrollo del comercio al par que el de la industria; las principales materias de tráfico son carbón, minerales y metales, objetos de cristal y loza, alcohol, tabaco, tejidos, frutas, cereales, harinas y otros. Las vías férreas tienen un desarrollo de 3188 kms., y las carreteras pasan de 5000 kms. de longitud total. El principal centro del comercio es Breslau, cap. de la prov. Esta se divide administrativamente en tres regencias ó presidencias: Breslau, Liegnitz y Oppeln, que comprenden 64 círculos. En la cap. reside el Tribunal Superior, un arzobispo católico y un consistorio evangélico. La instrucción pública cuenta con una Universidad, la de Breslau, 36 colegios, 17 escuelas especiales y otras tantas normales. La mitad próximamente de la población profesa la religión católica; la cuarta parte es protestante y el resto pertenece á diversas sectas. SÍLEX: m. Miner. PEDERNAL. SILFIDE (de silfo): f. Ninfa, sér fantástico ó espíritu elemental del aire, según los cabalistas. SİLFIDOS (de silfo): m. pl. Zool. Familia de insectos del orden coleópteros, que ofrece la característica siguiente: menton entero ó algo escotado, lengüeta membranosa ó coriácea, ordinariamente bilobada, sin paraglosis distintos; maxilas terminadas por dos lóbulos, el interno generalmente provisto de un gancho córneo; palpos filiformes, los maxilares de cuatro y los labiales de tres artejos; antenas de 11 6 10 artejos, los últimos formando generalmente una maza; artejos de los tarsos en número variable; abdomen compuesto de seis segmentos, todos libres. La magnitud y forma general difiere notablemente entre estos insectos. La mayor parte son pequeños; los más grandes son de mediano tamaño. Su cuerpo es unas veces casi cuadrado y robusto, otras veces en forma de escudo, elíptico, brevemente ovalado y convexo ó casi globuloso. Los más grandes tienen la cabeza separada del tórax y muy móvil, y en este caso está provista por detrás de un cuello bien distinto, pero siempre grueso. En los de pequeña talla la cabeza es corta y está encajada en el protórax hasta el punto de no poder ejecutar más que movimientos muy restringidos. Los ojos suelen ser muy grandes, pero poco salientes. Las antenas están insertas al descubierto, inmediatamente por delante de los ojos, y tienen 11 artejos, á excep ción del género Necrophorus que no tiene más que 10; nada hay más variado en estos insectos que las modificaciones que experimentan estos órganos, sobre todo en lo que concierne á la maza que los termina. A los detalles sobre la boca, contenidos en la característica que hemos dado de la familia, hay que añadir las particularidades siguientes: entre el menton y la lengueta propiamente dicha se percibe muy distintamente, sobre todo en las grandes especies, una pieza intermedia. Las man. díbulas son unas veces muy salientes, como se puede ver en el género Silpha; otras veces son más o menos robustas, simples ó hendidas en su extremidad, y en raros casos (género Pteroloma) pluridentadas en el borde interno. Su diferencia más esencial consiste en la presencia ó ausencia de un diente molar en su base interna. Este diente existe constantemente en los insectos de la tribu anisotominos, mientras que los silfinos no lo poseen. El protórax es generalmente grande y tan ancho como los élitros en su porción posterior. Recubre siempre más o menos la base de los élitros, y sus bordes laterales son foliáceos, ó lo que es inás general forman en cada lado una bóveda profunda, debajo de la cual las patas anteriores pueden ocultarse completamente ó en parte. El escudo está siempre bien desarrollado. Los élitros en algunos géneros están truncados por detrás y dejan una parte mayor ó menor del abdomen al descubierto. Las alas inferiores no faltan más que en el género Leptinus. Los seis segmentos abdominales son poco diferentes en cuanto á su longitud. Las tibias son frecuentemente espinosas ó ciliadas. Los trocánteres posteriores presentan una diferencia importante entre los anisotominos y los silfinos; en estos últimos están colocados en el borde interno de los fémures posteriores, mientras que en los primeros están situados en el eje de estos órganos. Por lo que respecta á los tarsos, podemos decir que en los anisotominos el número de sus artejos varía mucho según los sexos, y en los silfinos son todos los tarsos pentameros. El prosternón es muy corto; el mesotórax está reducido á una simple lámina aplicada contra el metatórax, que es muy grande. Las larvas de estos insectos son en un todo semejantes á las de los estafilínidos. Su cuerpo, compuesto de 13 segmentos, es alargado, más ó menos deprimido, lineal ó un poco estrechado hacia atrás. La cabeza, córnea y horizontal, tiene casi la misma forma que ha de tener en el estado adulto y lleva antenas de cuatro artejos. La cavidad bucal es muy pequeña y parece que no puede admitir más que alimentos fluidos. Los órganos bucales se componen de un labro bien desarrollado; dos mandíbulas más o menos largas, dentadas en su borde interno y bífidas en su extremidad; dos maxilas terminadas por un solo lóbulo y llevando los palpos de tres ó cuatro artejos; un labio inferior que consiste en un menton córneo, una pieza intermedia y una pequeña lengueta. Los segmentos torácicos y abdominales llevan escudos cóineos. El último segmento del abdomen está provisto de dos apéndices estiliformes más ó menos largos y compuestos de dos á cuatro artejos. El cuerpo termina en una prolongación anal muy saliente, tubulosa é inclinada, que le sirve para la marcha. Las patas son cortas y compuestas de cinco piezas, de las cuales la primera, que representa el tarso, lleva una sola uña. Estas larvas se encuentran principalmente en otoño y en primavera. Las ninfas no presentan nada de partienlar, y las de algunas especies son activas, por lo menos cuando se las inquieta. Salvo raras excepciones, todos los sílfidos se alimentan de materias orgánicas en descomposición, y así es que los más viven dentro de los cadáveres putrefactos de los animales, al paso que otros devoran las setas más o menos podridas. Por el instinto que la naturaleza les ha concedido encuentran fácilmente las materias que deben constituir su régimen alimenticio, y parece que tienen por misión purgar la tierra de las substancias que, por el estado en que se haIlan, podrían llegar á ser nocivas para la salud del hombre. Algunas especies demuestran una singular destreza para enterrar los cadáveres de pequeños animales, que después de haberles servido de pasto son utilizados para depósito de los huevos de las hembras y alimiento de las larvas. En el interior de los restos putrefactos, ó de las setas cuya descomposición ha comenzado, es donde la mayor parte de los insectos de esta familia sufren todas las metamorfosis, si bien hay varios que, menos carnívoros, se metamorfosean en el seno de la tierra ó en la arena. Comúnmente se encuentran los sílfidos en campo descubierto, pero hay ciertas especies que prefieren los bosques y los parajes húmedos. Esta familia se compone de más de 200 especies, en su mayor parte de las regiones frías y templadas del hemisferio boreal en los dos continentes. Está muy poco representada en los países intertropicales, lo cual se explica naturalmente, para los necróforos y silfos en particular, por la razón de que su presencia no es nada necesaria en los países en donde las substancias animales en descomposición desaparecen en pocas horas bajo la acción combinada del sol y de la atmósfera. Los insectos de esta familia se han agrupado en tres tribus, fundadas principalmente en la diferencia de caracteres que presentan las patas; estas tribus son: Leptodcrinos, Silfinos y Anisotominos. SILFINOS (de silfo): m. pl. Zool. Tribu de insectos del orden de los coleópteros, familia de los sílfidos. Los insectos de esta tribu se distinguen por ofrecer los palpos maxilares mucho drico; sus bordes laterales foliáceos; trocánteres más largos que los labiales; el protórax no cilínposteriores salientes en el borde interno de los fémures; tarsos casi siempre de cinco artejos en los dos sexos; las parapleuras metatorácicas no recubiertas por los élitros. Los primeros estados de estos insectos han sido estudiados en las especies del género Silpha ovales; su cabeza córnea, pequeña, aflechada, y del Necrophorus. Las larvas son más o menos poco convexa por encima, plana por debajo, lleva dos antenas de cuatro artejos, muy largas, y en cada lado seis estemmas divididos en dos grupos: el uno, superior, de cuatro, y el inferior de dos; las partes de la boca consisten en un menton sinuado hacia delante; una lengüeta membranosa, bilobada, y que lleva dos palpos de dos artejos; las maxilas muy fuertes, terminadas por un solo lóbulo provisto en su extremidad externa de un penacho de pelos y denticulado por dentro; dos palpos maxilares de cuatro artejos; las mandíbulas fuertes, agudas y bífidas en su extremo: por fin, un labro grande, saliente y bilobado; los segmentos torácicos y abdominales son carnosos por debajo y recubiertos por encima de escudos córneos que se encorvan hacia atrás en su extremidad; el último segmento es algo cónico, provisto de una prolongación anal y de dos apéndices biarticulados; las patas son cortas, con los tarsos compuestos de un solo artejo que lleva un gancho muy grande. Estas larvas son tan ágiles como los insectos perfectos, y se las encuentra muy comúnmente en los mismos lugares que éstos. Después de haberse metamorfoseado durante cuatro veces consecutivas las larvas penetran en el suelo y se preparan para transformarse en ninfas. Estas son tan vimarchar cuando se las irrita. En tal estado pervas como las larvas y capaces de moverse y manecen de diez á catorce días, al cabo de cuyo tiempo llega el insecto á su estado perfecto. A más de los géneros Necrophorus y Silpha, ya citados, esta tribu contiene otros muchos, casi todos propios de Europa, y entre ellos po dremos citar el Necrophilus, Pteroloma, Leptinus, Colon, etc. SILFIO (del gr. olλptov, silfio, planta de la Cirenaica): m. Bot. Género de plantas (Silphium) perteneciente á la familia de las Compuestas, subfamilia de las tubulifloras, tribu de las senecionidaes, cuyas especies habitan en el Norte de América, y son plantas herbáceas, algunas veces resinosas, con tallo cilíndrico ó tetragonal; hojas alternas, verticiladas ú opuestas, generalmente soldadas en la base; cabezuelas pediceladas y flores amarillas; cabezuelas multifloras, heterógamas, con las flores del radio uniseriadas, liguladas y femeninas, y las del disco tubulosas, hermafroditas las más externas y las del centro masculinas por aborto del estilo; involucro acampanado, con escamas empizarradas aplicadas por la base, estrechas, con el ápice foliáceo y flojo; receptáculo paleáceo, libremente convexo; corolas del radio semiflosculosas y las del disco flosculosas, con el tubo muy corto, la garganta cilindrácea y el limbo con cinco dientes peloso-erizados por la cara superior; estilos del radio bífidos y los de las flores del disco enteros, erizados en el ápice; aquenios de la circunferencia planocomprimidos, con dos aletas escotadas en el ápice; vilano formado por los dientes ó aristas, bien libres ó bien soldados con las aletas de los aquenios. Con el nombre griego de Silphion se designó una planta á la que los latinos denominaron Laserpitium ó Silphium, atribuyéndola propiedades maravillosas, cuya historia se remonta á los tiempos fabulosos. Se encuentran medallas que representan por una de sus caras á Aristeo y por la otra el Silphium. Esta planta crecía exclusivamente en la Cirenaica, y según Teofrasto se obtenían de ella dos jugos distintos, uno de ellos extraído del tallo y que recibía el nombre de cualias, y otro de la raíz, al cual llamaban rhicias. El más apreciado era el jugo de la raíz, al que posteriormente llamaron laseros los griegos y laser los latinos, siendo opinión de varios autores que este producto es el conocido actualmente con el nombre de asafétida. Parece ser que ya en tiempo de Plinio era rara esta planta en la Cirenaica, y que después fué desapareciendo gradualmente hasta el punto de que à principios de este siglo el Silphium había caído en un olvido completo; pero en 1817, Della Cella, recorriendo la antigua Cirenaica, encontró una umbelífera que fué estudiada por Viviani, notando que se parecía mucho á la Thapsia gargánica, y también por su porte y la forma de las hojas á la representada en las medallas antiguas; supuso que era el Silphium de los griegos y romanos, y la denominó Thapsia Silphium. Diez años después recogió Pacho en las mismas localidades un vegetal en el que creyó reconocer también la planta de los antiguos, y la denominó Laserpitium Deria, dándole este nombre cspecífico por ser el nombre vulgar con que la designan los naturales del país. El doctor Laval encontró en 1859 en las mesetas de la Cirenaica un vegetal al que tomó por el silfio famoso, y le denominó Silphium cyrenaicum; pero en 1875 Daveau remitió á París ejemplares de plantas, semillas, hojas y raíces de todas estas plantas, recogidas en un viaje de exploración por la Cirenaica, y de su estudio dedujo Herincq que ninguna de ellas era el Silphium de los griegos y latinos, y que todas las plantas que se habían considerado como tal no eran otra cosa que variedades de la Thapsia gargánica L., tan común en Argelia, España é Italia. Dedúcese de todo esto que la planta tan famosa en tiempos antiguos ha desaparecido por completo de la Cirenaica, y que no puede ser ninguna de las recogidas recientemente en el concepto de serlo, porque las propiedades médicas son muy distintas de las que á la antigua planta y á su zumo se asignaban, pero que por las descripciones y dibujos que de ella se han conservado es indudable que se refiere á una especie de la familia de las umbelíferas, y muy probablemente á una planta perteneciente al genero Narther, como ha supuesto Ersted. Lo que sí puede afirmarse es que nada tiene de común esta planta con el género Silphium admitido actualmente en la familia de las Compuestas, y que en éste como en otros muchos casos se ha apli cado un nombre antiguamente usado, pero designando con él plantas muy distintas de aquellas á que primeramente se aplicó. SILFIODÁCTILO: m. Zool. Género de insectos del orden de los coleópteros, familia de los cará bidos, tribu de los ancomeninos. Los caracteres principales que distinguen este género son los siguientes: menton muy corto, poco cóncavo, provisto de un diente medio, estrecho y redondeado en su extremidad; lengüeta mediana y cortada rectamente por delante; el último artejo de los palpos ovalado y redondeado en su extremidad; mandíbulas muy salientes, muy estrechas, rectas en la base, después encorvadas en su extremidad é inermes en su borde interno; labro transversal y casi entero por delante; cabeza cuadrada y ligeramente dilatada hacia atrás; ojos muy grandes y muy poco salientes; antenas delgadas, un poco más largas que el protórax, con el primer artejo grueso y cilíndrico, el segundo corto y el tercero más largo que los siguientes; éstos casi iguales y un poco comprimidos à partir del quinto; protórax plano, cuadrado y un poco estrechado hacia atrás; élitros ovoides; atas medianamente robustas; tibias anteriores debilmente ensanchadas en su extremidad; los tres primeros artejos de los tarsos del mismo par ligeramente ensanchados en los machos y súbitamente estrechados en su base: el primero más largo que ancho, y el cuarto corto y ligeramente escotado. Este género contiene tres especies de Méjico, de las cuales el tipo es el Sylphiodactylus mæsta Dej. SILFO (del lat. sulfi, sylfi y sylphi, sylphorum, silfo, genio entre los galos): m. Sér fantástico, espíritu elemental del aire, según los cabalistas. Mi amor le daré siempre, como su miel le daba La abeja de los cuentos al SILFO del rosal. ZORRILLA. SILFO (del gr. oλon, polilla): m. Zool. Género de insectos del orden de los coleópteros, familia de los sílfidos, tribu de los silfinos. Este genero de insectos se distingue por ofrecer los caracteres siguientes: menton transversal, un poco estrechado por delante, su borde anterior algo redondeado; lengüeta córnea en su base, membranosa por delante, su borde anterior más ó menos escotado; lóbulo interno de las maxilas terminado por un diente córnco, el externo por un mechón de pelos; el último artejo de los pal; pos casi siempre ovalado; mandíbulas cortas ó un poco salientes, robustas, rectas, después arqueadas y más o menos hendidas en su extremo; labro muy corto, escotado por delante; cabeza mucho más estrecha que el protórax, pequeña, más o menos alargada y aquillada transversalmente entre los ojos; epistoma escotado; ojos muy grandes, oblongos y transversales; antenas terminadas por una maza de tres á cinco artejos, de longitud y forma muy variables; protórax grande, foliáceo en sus bordes y recubriendo la base de los élitros; el escudo muy grande, en triángulo curvilíneo, agudo en su extremidad; élitros de forma variable, enteros ó truncados en su extremo, más ó menos aquillados y espinosos sobre sus bordes, terminados por dos espinas; Silfo torácico tarsos anteriores y algunas veces los intermedios dilatados en los machos; el cuerpo de forma variable, glabro en general y ciliado. Este género, bien conocido de los entomolo posición de los seres organizados; pero estos insectos no entierran las materias, como lo hacen los necroforos. Cuando se les coge vierten por la boca y el ano un licor negro y fétido que parece propio para acelerar el reblandecimiento de las carnes medio descompuestas. Cuéntanse, sin embargo, varias especies que se alimentan de presa viva, figurando entre ellas el Silpha quadripunetata L., que devora las orugas persiguiéndolas por los árboles cuando éstos visten sus primeras hojas. Sus movimientos en tierra son bastante rápidos; cuando se les inquieta doblan la cabeza, comunican cierta rigidez á sus patas, sin contraerlas, y permanecen así inmóviles durante algún tiempo. El número de especies descritas hasta hoy se eleva á más de sesenta, y de los dos continentes el más rico es el hemisferio boreal. SILFODIO (del gr. σiλøn, polilla, y eidos, aspecto): m. Zool. Género de insectos del orden de los coleópteros, familia de los cerambícidos, tribu de los hibosorinos. Los caracteres principales de este género son los siguientes: menton plano, tan largo como ancho, redondeado lateralmente y algo truncado por delante; lengieta muy corta y bilobada, sus lóbulos delgados, los lóbulos de las maxilas membranosos, el externo grande, redondeado y velloso en su extremo, el interno peque ño, terminado por dos pequeños dientes corneos; el último artejo de los palpos labiales casi ovalado, muy corto, el de los maxilares muy largo y algo cilíndrico; mandíbulas anchas, súbitamente encorvadas en su extremidad, con la punta bífida, y redondeadas hacia afuera; labro muy transversal y sinuado en su parte media por delante; la cabeza casi tan larga como ancha, y deprimida; epistoma cortado oblicuamente en cada lado y truncado por delante; ojos gruesos; el primer artejo de las antenas grueso y abultado en su extremo; la maza antenal muy gruesa y sub. lenticular; el protórax transversal un poco estrechado por delante, convexo sobre el disco, casi plano, un poco redondeado sobre los lados, débilmente sinuado cerca de sus ángulos posteriores y muy escotado por delante; el escudo muy grande; élitros ovalados y convexos; patas muy largas y medianamente robustas; tibias anteriores tridentadas, las cuatro posteriores apenas ensanchadas en su extremidad y enteras, guarnecidas en toda su longitud de cilos dispuestos sobre varias series regulares; tarsos más cortos que las tibias, sus uñas muy arqueadas en su base y simples, los anteriores muy ligeramente desiguales en cuanto á su volumen. Las especies de este género poseen un color que nunca varía del moreno negruzco al rojo obscuro. Todas son propias de las Indias orientales y del Africa. Una de ellas, el Silphedes sumatrensis Westw., se alimenta de substancias animales descompuestas. SILFOIDO (del gr. σíλøn, polilla, y eldos, aspecto): m. Zool. Género de insectos del orden de los coleópteros, familia de los cucúyidos, tribu de los micetofaginos. Este género se distingue por ofrecer los caracteres siguientes: menton transversal estrechado y truncado por delante; lengüeta córnea, con una escotadura ancha y con sus ángulos redondeados; el último artejo de los palpos maxilares es más grueso que los gos, se compone de in- precedentes, ovalado y truncado en su extremo; las mandíbulas provistas por dentro de una lasectos de gran tamaño, ninita membranosa, bidentadas en su extremi generalmente negros, salvo el protórax, que dad y recubiertas por el labro, que es transversal y redondeado por delante; epistoma separado de puede ofrecer un color rojo más ó menos intenso, la frente por un surco arqueado muy profundo; y medianamente ágiles en sus movimientos. Se las antenas terminan en una maza de cuatro ó neuentran en los campos debajo de las piedras, ó debajo de las cortezas, los musgos, etc. Tanto el cinco artejos; los ojos transversales, un poco sillo torácico (Silpha thoracica F.), como el negro escotados por delante; el protórax transversal, (Silpha atrata L.) y el pardo (Silpha opaca), un poco estrechado anteriormente, con dos senos bien marcados en su base y con sus ángulos exhalan un olor nauseabundo, debido sin duda posteriores más ó mencs agudos y arqueados; cl escudo en forma de un triangulo curvilíneo; los élitros de la anchura del protórax en su base; los tarsos muy largos; su primer artejo alargado: el de los anteriores provisto de largos pelos por debajo y algunas veces un poc ensanchado en los machos; el cuerpo oblongo-oval y mediana Silfo de cuatro puntos á su régimen alimenticio, pues sólo viven de cadaveres en putrefacción y de excrementos, pareciendo destinado por la naturaleza á purgar el suelo de las inmundicias que produce la descom mente convexo. Este género contiene las especies más grandes de la familia; le forman unos insectos muy lindos, negros y adornados de manchas ó bandas flexuosas amarillas sobre los élitros. Estos órganos están siempre punteados formando estrías muy apretadas, y el protórax, que es finamente ugoso, presenta en cada costado, en su base, una depresión redondeada más ó menos distinta, pero que desaparece algunas veces. El género es muy numeroso y parece propio del hemisferio boreal en los dos continentes, y se le encuentra casi exclusivamente en los hongos. El tipo de este género es el Silphoides populi Fab. SILFOMORFA (del gr. σion, polilla, y μopoń, forma): f. Zool. Género de insectos del orden de los coleópteros, familia de los carábidos, tribu de los seudomorfinos. Sus caracteres principales son: menton corto, íntimamente confundido con el submenton y formando con él una gran placa cóncava, estrechada en su base y profundamente escotada por delante, sin diente medio; la lengeta grande, gruesa, truncada en su extremo é igualando casi los lóbulos laterales del menton; palpos cortos y robustos, el último artejo de los labiales ovalado y muy agudo, el de los maxilares grueso en su vértice y truncado oblicuamente; las mandíbulas cortas, arqueadas, ensanchadas en su base, en donde forma un gran lóbulo redondo; el labro corto, casi entero, con sus ángulos anteriores redondeados; los ojos muy gran des y redondos; las antenas, más largas que el protórax, compuestas de artejos largos muy delgados y un poco comprimidos; el protórax transversal, redondeado en sus ángulos posteriores; los élitros oblongoparalelos, poco convexos y truncados por detrás; las patas cortas y contráctiles; fémures muy grandes, comprimidos, ovalados y acanalados por debajo, para alojar convenientemente las tibias, que son delgadas, las anteriores escotadas cerca de su vértice; tarsos delgados; dos series de papilas sobre los tres primeros artejos de los anteriores; el prosternón prolongado posteriormente en una lámina comprimida. Las especies de este género son todas propias de Australia, y el tipo de ellas es la Silphomorpha fallax Westw., que vive debajo de las cortezas de los árboles y posce una agilidad extraordinaria. SILGJORDSVAND 6 SILJORDSVAND: Geog. Lago de la prov. de Christiansand, Noruega; tiene 17 kms. de largo de O.N.O. á E.S. E. por 2 de anchura máxima. Su efl. el Silgjordselv vierte en el Norjo, lago cuyas aguas van al Skager Rak. Al N.O. se halla la colina llamada 1870, dos aeronautas franceses que se habían Sifjeld, donde cayeron, en 15 de noviembre de elevado en París durante el sitio, y que hicieron este viaje en quince horas. En la extremidad N.O. del lago está la aldea de Siljord. SILHET: Geog. V. SAILHET. SILHOUETTE (ESTEBAN DE): Biog. Hacendista francés. N. en Limoges en 1709. M. en Brie-sur-Marne en 1767. Sus continuados estudios sobre el sistema de Hacienda de Inglaterra, otros sobre Historia, Política y Filosofía, y sus traducciones inglesas, comenzaron á echar las bases de su reputación. Desempeñó varios cargos importantes, tales como el de Consejero del Parlamento de Metz, comisario encargado de arreglar los límites de las posesiones francesas y británicas en Acadia, y, por último, director general de Hacienda. La corte tenía en él una confianza ciega, hasta el punto de ser más de una vez llamado al Consejo de Ministros para ser consultado. En 1759 abandonó su cargo y se retiró á Brie, donde buscó descanso y consuelo al pie de los altares. Sus obras más principales son: Idea general del gobierno y moralidad de los chinos; Cartas sobre las transacciones públicas del reinado de Isabel; Viaje por España, Francia, Portugal é Italia en 1729; Miscelánea de Literatura y Filosofía, etc. SILIA: f. Bot. Género de plantas (Sillia) perteneciente al tipo de las talofitas, clase de los hongos, orden de los ascomicetos, familia de los Esferiáceos, cuyas especies habitan sobre las raíces y ramas muertas del avellano común, y se caracterizan por tener el estoma alargado ó casi ángulos obtusos y de unos 2 milímetros de diáorbicular, frecuentemente provisto de cuatro metro; peritecas ovoideas finamente erizadas, más ó menos alargadas y provistas de orificios. Es bastante frecuente la Sillia ferruginea Karst., que vive todo el año. SILIANA: Geog. Río de Túnez. Lo forman varios guadis, uno de los cuales nace al pie del Sukel-Yema y pasa cerca de las ruinas romanas de Makter con el nombre de Guad- Usafa; el Siliana corre hacia el N. y N.E., baña las llanuras lla madas del Siliana y del Amusa, después pasa por varios desfiladeros y se une al Meyerda por la dra., cerca de Testur. Su curso es de unos 140 kms. SILIATONOMO: m. Zool. Género de insectos del orden de los coleópteros, familia de los escarabeidos, tribu de los coprinos, caracterizado por ofrecer el menton casi cuadrado, un poco alargado y medianamente escotado por delante; el primer artejo de los palpos labiales triangular y redondeado; epistoma plano, transversal, redondeado y escotado por delante, generalmente provisto de dos dientes en medio de la escotadura, y algunas veces de un haz de pelos en cada lado; ojos imperfectamente divididos, su perción superior muy pequeña; el primer artejo de las antenas tan largo como el tallo; su maza corta y gruesa; sus dos primeros artejos cóncavos; protórax transversal, redondeado en su base con una impresión media, y sus ángulos posteriores distintos y muy escotados en semicírculo por delante; élitros oblongo-ovales, ligeramente redondeados y poco convexos; patas cortas; tibias anteriores muy anchas, no aserradas y tridentadas exteriormente, los cuatro posteriores muy ensanchados en su extremo y simplemente ciliados por fuera; tarsos anchos; sus artejos trígonos, y con quilla sobre sus dos caras; uñas muy pequeñas; pigidio en forma de un triángulo curvilíneo; me. tasternón separado por un surco arqueado del mesosternón; éste muy corto. Este género contiene insectos de pequeño tamaño, deprimidos por encima, con el protórax más convexo que los élitros, que están finamente estriados; su color es verde más o menos obscuro, y son propios del Brasil. El tipo de este género es el Siliatonomo viridis Erich. SILIBO (del gr. olλußov, espino): m. Bot. Género de plantas (Silybum) perteneciente á la familia de las Compuestas, subfamilia de las tubulifloras, tribu de las cinareas, cuyas especies habitan en el Mediterráneo y hoy están difundidas por todo el orbe, y son plantas herbáceas, anuales, erguidas, ramificadas, con las hojas abra zadoras, sinuado-espinosas, veteadas de blanco, lampiñas por ambas caras, y las cabezuelas terminales con flores purpúreas; cabezuelas homógamas, multifloras, con todas las flores iguales; involucro ovoide con las brácteas foliáceas, las exteriores ensanchadas en un apéndice aovado, largo, espinoso, acuminado, redondeado en parte y aserrado-espinoso, las interiores lanceoladas y enterísimas; receptáculo carnoso y con pestañas; corolas desigualmente quinquéfidas, infladas en la parte superior, con limbo mitad más corto que el tubo; estambres con los filamentos papilosos y monodelfos, y las anteras provistas de apéndices cortos; aquenios comprimidos, lampiños, con aréola ancha, basilar, y la terminal formada por un anillo córneo con papilas; vilano formado por varias series de cerditas ligeramente pelo sas. SILICATO: m. Sal compuesta de ácido silícicc yuna bas. - SILICATO: Quím. Dos grandes grupos pue den formarse con los cuerpos comprendidos bajo esta denominación, según la naturaleza del elemento ó grupo de elementos que sustituya al hidrógeno, y en ambos se incluyen gran nú mero de especies de composición sumamente variable y á veces en extremo compleja; en el primero, caracterizado por la naturaleza metálica del radical electropositivo, están los silicatos metálicos; y en el segundo, en el que dicho radical es uno de los característicos de los alcoholes, se agrupan los silicatos alcohólicos conocidos también bajo la denominación de éteres silícicos: como las propiedades de unos y otros son distintas, así como su composición y la manera de obtenerlos, hacese indispensable estudiarlos por separado, si se ha de seguir una marcha metódica que exponga los hechos con claridad y evite todo género de confusiones. SILICATOS METÁLICOS. - La tendencia que presenta el ácido silícico á condensar su molécula formando hidratos polisilícicos, cada uno de los cuales es susceptible de engendrar derivados salinos ya de un solo metal, ya de varios á la vez, hace aumentar el número de silicatos metálicos de manera que exceda á toda previsión, y produce cuerpos cuyo análisis exacto constituye una prueba de sagacidad y de habilidad manual para el químico que le realiza. Por otra parte, el reino mineral es extremadamente pródigo en compuestos de esta índole, hasta el punto de que dondequiera que el hombre extienda su mirada encuentra rocas de las que los silicatos forman parte esencialmente integrante, y de los que la inteligencia saca partido en prácticas aplicacio nes de excepcional importancia; silicatos son los que constituyen la vajilla que adorna las mesas más suntuosas, las cristalerías de mayor valor artístico, los toscos materiales que sirven para fabricar las tejas y ladrillos destinados á la conslos minerales de que se extraen ciertos y detertrucción de las habitaciones, y silicatos, en fin, minados metales, así como muchas de las más preciadas piedras utilizadas en Joyería. De lo dicho se deduce la importancia que tienen los silicatos bajo el punto de vista de sus aplicaciones, y sin embargo esta importancia no es mayor que la que ofrecen en Geología, pues las rocas que, según todos los autores, deben considerarse como primordiales del globo terráqueo, y que por tanto constituyen lo que pudiera denominarse su esqueleto, están constituídas por el granito y los feldespatos, y éstos no son otra cosa que silicatos, así como en aquél entran los mismos compuestos como elementos constitutivos; además no existe un solo terreno que carezca de cuerpos de esta índole, y en todos ellos se hallan por sí solos en mayor abundancia que el conjunto de los restantes minerales. No obstante la gran importancia que los silicatos presentan bajo cualquier aspecto que se los considere, existe, sin embargo, lamentable confusión acerca de su composición química, á pesar de haberse dedicado á su estudio químicos tan deler, Weltzien y tantos otros que, habiendo deeminentes como Berzelius, Odling, Wurtz, Stoedicado gran parte de su actividad é inteligencia á dilucidar esta cuestión, no han llegado á clasificarlos de una manera completa por orden de complejidad, y sólo han conseguido establecer los cimientos que han de servir sin duda alguna de base á su clasificación, lo que se debe á multitud de razones de diferentes órdenes, y que importa sobremanera conocer. En primer término existe como dificultad, y no pequeña, el análisis exacto de estas sales tanto naturales como artificiales, pues se observan en los referentes á un mismo cuerpo, publicados por distintos investigadores, diferencias que exceden con mucho á los errores posibles de observación, y son debidas, á lo que se cree, ya á la mezcla del mineral analizado con compuestos isomorfos, ya á impu. rezas imposibles de eliminar, pero que tanto en un caso como en otro imposibilitan representar los cuerpos analizados por fórmulas racionales estrictamente ajustadas á las leyes fundamentales de la ciencia; además la fijeza de estos compuestos impide conocer con exactitud su peso molecular, en tal forma que, aun suponiendo se poseyesen análisis rigurosos y precisos, siempre quedaría la duda de si el cuerpo analizado debería expresarse por la fórmula más sencilla, deducida de las relaciones mutuas en que entran sus elementos, ó por alguno de sus múltiplos. Por otra parte, dada la facilidad con que el ácido silícico se condensa eliminando agua, y dada también la frecuencia con que este ácido se presenta en los silicatos naturales unido á metales polivalentes, se hace por todo extremo difícil calcular la saturación de las dinamicidades de unos y otros de una manera satisfactoria; esta dificultad es aún mayor en el caso en que el áci do silícico se halle combinado con el aluminio, como tan frecuentemente sucede, pues á causa de la naturaleza mixta de la alúmina, que puede funcionar como base y como ácido, no hay dato alguno que permita comprobar si todos los me. tales, incluso el aluminio, encontrados por el aná lisis, se hallan saturados por la sílice, ó si sólo parte de ellos están combinados en esta forma, mientras que el resto se encuentra al estado de aluminatos; y buen ejemplo existe de la importancia de esta dificultad en los trabajos de Weltzien, que ha admitido un número indefinido de hidratos silícicos describiendo los silicatos correspondientes, y suponiendo á aquéllos formados por simple polimerización del hidrato nor. mal sin que se elimine agua, hipótesis que no puede admitirse sin afirmar que las bases, y par ticularmente la alúmina, intervienen para soldar las partes que constituyen el agrupamiento molecular, en cuyo caso los cuerpos resultantes no pueden considerarse como derivados propiamente dichos de los citados hidratos. Otra dificultad para la clasificación de los silicatos reside en la ignorancia que existe acerca del papel desempeñado en las moléculas complejas por diversos cuerpos simples, como el boro, el fluor, y en particular el hidrógeno; sabido es que el agua puede funcionar alternativamente como base y como ácido, y aun añadirse á las moléculas salinas saturadas bajo forma de agua de cristalización; y si bien en ciertos casos es posible distinguir ésta de la de constitución, hay en cambio otros muchos en que el estado actual de los conocimientos no permite llegar á tal extremo, con lo que se aumenta la complejidad del problema de que se trata. En cuanto á saber si el agua de combinación se encuentra saturando al ácido ó á la base es mucho más difícil aún de resolver, pues no hay otro camino para ello que dejarse guiar por la mayor o menor sencillez de las relaciones à que conduce la admisión de una ú otra hipótesis. Es verdad que pudiera tomarse como base de una clasificación el referir todos los silicatos á un mismo hidrato silícico; pero semejante sistema presentaría grandes deficiencias bajo el punto de vista mineralógico; en efecto, los feldespatos mismos, que tan semejantes son entre sí, no sólo en sus propiedades exteriores sino en el papel que representan en la constitución de las rocas, ofrecen variaciones considerables en las relaciones que existen entre las cantidades de oxígeno del ácido y de la base, y que demuestran no corresponder á un mismo hidrato, pero que se pucden considerar como formando una serie cuyo primer término es la anortita (CaOALO2SiO), y del que se derivan los demás por adición de moléculas de anhidrido silícico, de análoga manera que en Química orgánica ciertos polilactatos se derivan del éter láctico por adición de lactida; lo que sí es notable en el caso de los feldespatos, es que este aumento de anhidrido silícico no hace variar, sino entre límites muy restringidos, sus propiedades físicas y químicas. Teniendo en cuenta todas las consideraciones anteriores, la mayoría de los autores no clasifican sino aquellos silicatos cuya composición se supone conocida con exactitud, y aun en éstos consideran el agua en la mayoría de los casos como de cristalización formando con ellos los grupos siguientes: 1. Ortosilicatos. - Caracterizados porque el oxígeno de la base y el del ácido guardan entre sí la relación de 1: 1, y en esta clase se forman tres grupos, según que dicha base sea un protóxido, un sesquióxido y un bióxido; en el primero se incluyen como anhidros el peridoto, la fayalita, monticelita, tefroíta, knebelita, willenita, gadolinita y fenacita, y como hidratados la dioctasa, la calamina, y la cererita, en las que el agua se considera como básica en la primera y como de cristalización en las otras dos; los silicatos mixtos de protóxido y sesquioxido y anhidros son la anortita, meyonita, zoisita, epidota, alanita, granate, sarcolita, idoerasa, humboldtilita y las micas, y los hidratados el mesotipo, la prenita y la laumonita, cuya agua es básica; la euclasa, en la que este cuerpo se admite como saturando en parte á la alúmina; y la licorita y la cronstedtita, en las que el agua satura parcialmente al óxido férrico; por último, entre los silicatos de bióxido, sólo se admite el zircón. 2.° Disilacatos exabásicos, - Son aquellos en que el oxígeno de la base y del ácido son entre sí como 3:4, y en los que se hace abstracción del agua: en ellos se agrupan la okenita, serpentina y caolín. 3. Bisilicatos. - Contienen el oxígeno en la base y el ácido, guardando la relación 1: 2; como de protóxido están la wollastonita, enstatita, piroxenos, hiperstena, rhodonita, anfiboles y antofilita, é hidratados el talco, pectolita, analcima, chabasia y carfelita. 4. Trisilicatos. En ellos la relación del oxígeno en la base y el ácido es como 1:3, y son la ortosa, albita, edelforita y manimita; y 5. Silicatos básicos. - En que dicha relación es como 3:2, y comprende la andalucita y la dis tena. Los compuestos comprendidos en la clase de los silicatos son todos, excepto los de potasio y sodio, insolubles en agua, pero una acción prolongada de este líquido, sobre todo si se favorece por medios mecánicos, tales como la pulverización y el frotamiento, descompone algunos silicatos dobles alumínoalcalinos, disolviendo el silicato del alcali y dejando como residuo la sal hidratada de aluminio: y Daubrée, haciendo sufrir á fragmentos de ortosa en presencia del agua una rotación prolongada durante largo tiempo, ha obtenido un limo muy tenaz, semejante en cierto modo á la arcilla, mientras que el agua al fin de la operación contenía cantidades notables de potasio; este mismo químico, calentando tu. bos de vidrio á 300° bajo presión en presencia del agua, los ha visto transformarse en una materia fibrosa de composición idéntica á la de la wollastonita. Gran número de estos cuerpos, una vez reducidos a polvo, son atacados por los ácidos nítrico ó clorhídrico concentrado, y los que gozan en mayor grado esta propiedad son los hidratados y los que no contienen una cantidad excesivamente grande de sílice; otros, como la sodalita, la hayna y la mesotipa, se disuelven completamente en el ácido clorhídrico muy diluído, mientras que en el concentrado dejan residuo de sílice gelatinosa, y lo más frecuente entre los atacables por los ácidos dichos es que dejen sílice insoluble, unas veces pulvurulenta y otras en la forma gelatinosa que se acaba de indicar. El ácido sulfúrico diluído descompone también á muchos silicatos, pero su acción es natablemente más enérgica empleándole bajo presión á temperaturas comprendidas entre 220 y 240°, en cuyas condiciones ataca á la turmalina, los anfíboles, la estaurótida y otros que no se alteran en las circunstancias ordinarias; el único cuerpo que puede decirse que actúa sobre todos los silicatos sin la menor excepción es el ácido fluorhidrico, ya libre ya al estado de fluorhidrato amónico, pues en virtud de la afinidad tan enérgica que presenta el fluor para con el silicio, y del carácter exotérmico de la combinación de estos elementos, se unen para formar fluoruro de silicio que se desprende. La acción que los ácidos minerales ejercen sobre los silicatos puede modificarse por ciertas circunstancias, como la calcinación ó la fusión, que hacen inatacables á algunos que no lo eran antes de esta operación, y facilitan la descomposición de otros como la idocrasa y la axinita; si la fusión se produce en presencia de una cantidad de carbonato potásico ó sódico que exceda de cuatro á cinco veces al peso del mineral, se forman silicatos, facilmente descomponibles por los ácidos nítrico ó clorhídrico diluídos, efecto que también se consigue calcinándolos con litargirio ó con los carbonatos de bario, estroncio y calcio. En cuanto a los caracteres analíticos de los silicatos, se fundan todos ellos en la insolubilidad de la sílice; si son solubles se reconocen fácilmente en que, tratados por un ácido mineral, evaporado el líquido à sequedad y tratado el residuo por agua, dejan anhidrido silícico, insoluble, en forma de polvo áspero al tacto; y caso de ser insolubles el mejor medio de caracterizarlos es apelar á la reacción que producen al soplete en presencia de la sal de fósforo ó fosfato solo-amónico, en cuyo caso la substancia se disgrega, observándose en la perla transparente la silice opaca, y, como ha demostrado Rose, cristalizada en laminillas hexagonales macladas análogas á las de tridimitas. Poco puede decirse acerca de los métodos generales de obtención de los silicatos, pues los artificiales se preparan siempre por fusión directa del anhidrido silícico con los óxidos, hidratos ó carbonatos; y respecto de la reproducción artificial de las especies mineralógicas nada debe hablarse en este lugar, por corresponder, ya á la síntesis mineral, ya al estudio de cada una de ellas en particular. Terminadas las consideraciones anteriores acerde los cuerpos objeto de este artículo, resta ahora, para completar su estudio, ocuparse de su análisis cuantitativa y de la cantidad de anhidrido silícico que contienen, problema en la mayoría de los casos de difícil resolución, á causa de las especialísimas propiedades, tanto de dicha sílice, como de los silicatos. La primera operación que hay que practicar en los análisis de este género es reducir á polvo lo más fino posible la substancia ensayada, lo que se consigue empleando morteros de acero ó de ágata y teniendo en cuenta la pequeña cantidad de hierro ó de sílice procedente del mortero que queda mezclada con el polvo obtenido; después se deseca éste, ya al aire libre, ya en estufas calentadas á distintas temperaturas según los casos, pues hay silicatos que pierden á 100° toda ó parte de su agua de cristalización, mientras que en otros, como la TOMO XIX idocrasa y la euclasa, sólo se consigue este efecto calentándolos casi hasta llegar á su punto de fusión; es útil recoger el agua desprendida por los minerales para asegurarse de si es pura, á conse cuencia de que á veces, como sucede con la esmeralda de Muzo, va acompañada de materias orgánicas, cuya cantidad se determina calcinandolas en corriente de oxígeno. Preparado de esta manera el silicato que se analiza se procede á la dosificación de la sílice, haciéndole digerir con ácido clorhídrico y evaporando el líquido á sequedad en baño de María, y tratando el residuo, después de calcinado á temperaturas no muy elevadas, nuevamente por dicho ácido, que disuelve las bases al estado de cloruros, dejando insoluble la sílice, que basta recoger sobre un filtro, lavar, calcinar y pesar; esta operación debe hacerse en cápsulas de platino, a menos que el silicato contenga metales cuyos cloruros ataquen á aquél, siendo preciso en este caso sustituir dichas vasijas por otras de porcelana. Sainte-Claire Deville prefiere atacar los silicatos descomponibles por los ácidos mediante el ácido nítrico, y una vez terminada la descomposición, y evaporado el líquido á sequedad, calentar el residuo en baño de arena hasta que dejan de desprenderse vapores ácidos; el residuo de la desecación se humedece con disolución concentrada de nitrato amónico y se calienta de nuevo, haciéndole digerir finalmente con agua á temperaturas poco elevadas; de este modo queda la sílice mezclada con la alúmina, el óxido férrico y el bióxido de manganeso, cuerpos que se separan, los dos primeros tratando la mezcla por ácido nítrico y el último mediante el ácido sulfúrico unido á cortas cantidades de los ácidos nítrico y oxálico, con lo que queda libre la sílice, que se puede recoger, lavar, calcinar y pesar. Si los silicatos no fuesen descomponibles por los ácidos se los ataca por otros medios, de los que los más importantes son: la fusión con el carbonato bárico ó la acción del ácido fluorhídrico; lo primero se consigue mezclando el silicato, reducido á polvo extremadamente fino, con cinco ó seis veces su peso de carbonato bárico químicamente puro, y calcinando la mezcla colocada en crisol de platino á la clevadísima temperatura producida por el soplete de gas; después de la calcinación, y una vez fría la masa, se trata primero por agua y después por ácido clorhídrico diluído, que disolverá las bases contenidas en el mineral, así como el exceso de bario y dejará el anhidrido silí cico, que se pesa, previo el lavado y la calcinación necesarios; la única precaución que hay que tomar en este procedimiento consiste en cerciorarse de que la descomposición del silicato ha sido completa, haciéndose necesario, en el caso de no serlo, repetir la calcinación. El carbonato bárico puede sustituirse por el hidrato potásico, que si bien exige temperaturas menos elevadas que aquél presenta en cambio el inconveniente de requerir crisoles de plata, en los que es preciso operar con muchas precauciones. El ataque por el ácido fluorhídrico, empleado por primera vez por Berzelius, sólo sirve para disgregar aquellos silicatos que resisten á los otros medios de descomposición, á consecuencia de que en él se pierde la sílice bajo la forma de fluoruro de silicio gaseoso, y por lo tanto es preciso determinarla por diferencia después de averiguar el peso de los óxidos contenidos en el mineral; la manera de practicarle consiste en colocar la substancia ensayada, reducida á polvo fino, en cápsula de platino, añadir ácido fluorhídrico convenientemente diluído, y calentar suavemente hasta que cese el desprendimiento de fluoruro de silicio; análogo resultado se consigue sustituyendo dicho ácido por el fluorhidrato amónico, para lo que se mezcla el mineral, reducido á polvo fino, con siete veces su peso de esta sal y una pequeña cantidad de agua; se calienta ligeramente la masa durante algún tiempo, y una vez bien desecada se eleva la temperatura hasta el rojo sombra mantenién. dola en tanto que se desprenden vapores, y el residuo se trata luego por ácido sulfúrico para determinar en la disolución los metales que contienen. dejando aparte los numerosos casos particulares que pudieran presentarse, y cuya consideración es más propia de un tratado de Análisis química que de este artículo, sólo se hablará del que tan frecuentemente se ofrece en aquellas especies mineralógicas en que los silicatos se hallan unidos á fluoruros metálicos; todos los cuerpos que se encuentran en este caso pierden su fluor al estado de fluoruro de silicio cuando se les somete á la calcinación, ó si la cantidad de sílice fuese débil con relación á la de agua, el citado elemento se desprende al estado de ácido fluorhídrico, hechos que, tanto uno como otro, producen, como consecuencia inmediata, el falsear los resultados del análisis. Para evitar estas causas de error, el mejor medio consiste en calcinar el silicato colocado en un crisol de platino, recubierto de otro mayor de la misma substancia é invertido, y rellenando el espacio que queda entre ambos con carbonato cálcico desecado y pesado; el conjunto formado por ambos crisoles se introduce en un tercero, y se somete á la calcinación calentando primero al rojo cereza para descomponer el carbonato cálcico, y después al rojo blanco durante un tiempo suficiente para que todo el fluoruro de silicio se haya desprendido; fría la masa se pesa todo el sistema, y la pérdida de peso representará el anhidrido carbónico y el agua, tanto del carbonato cálcico como de la materia analizada. Pesada la materia contenida en el interior del crisol, la disminución que haya experimentado representará el fluoruro de silicio desprendido y que ha sido retenido por la cal, en la que se puede determinar como comprobación recogiéndola cuidadosamente y tratándola por nitrato amónico, en el que se disolverá desprendiendo amoníaco y dejando como residuo el fluoruro y el silicato cálcicos, que se recogen, se pesan y se descomponen por ácido sulfúrico. Terminado el estudio de las generalidades de los silicatos, debería entrarse ahora en la descripción particular de cada uno de ellos; pero es preferible dejar esta descripción para los lugares correspondientes, teniendo en cuenta que los naturales se conocen mejor que por su nombre químico por el mineralógico, que comúnmente no guarda relación alguna con su composición, y los artificiales deben incluirse entre las sales propias de cada metal, atendiendo á que la naturaleza de éste imprime carácter peculiar á todos sus compuestos, por lo que la generalidad de los químicos consideran el elemento electropositivo como el más importante en la clasificación de las sales, y sería una anomalía inexplicable separar los silicatos de los demás compuestos salinos de cada metal. SILICATOS ALCOHÓLICOS. - Resultantes de la sustitución total o parcial del hidrógeno contenido en cualquiera de los hidratos que se conocen del ácido silícico por los radicales alcohólicos, son cuerpos de singular importancia, si no por sus aplicaciones prácticas, al menos por haber servido algunos de ellos para dilucidar de una manera segura la tan debatida cuestión del peso atómico del silicio; pero más conocidos en general con la denominación de éteres silícicos, hacese su estudio en la palabra correspondiente. V. SILICICO (ETER). SILICE (del lat. silex, silicis): f. Combinación ácida del silicio con el oxígeno. La arena ¿quién no la conoce? Es la sÍLICE, que en granos más ó menos finos, duros, como que son pedernal, está en las playas del mar, OLIVÁN. etc. - SILICE: Min. y Geol. Constituye por sí misma un género mineralógico perfectamente definido y determinado, y se presenta en la naturaleza muy abundante, anhidro ó hidratado, formando minerales tales como el cuarzo, el pedernal, las ágatas, jaspes y otros (V. estas palabras), ya descritos en varios lugares de este DICCIONARIO, por lo cual en el presente artículo nos limitaremos á completar aquellas descripciones, tratando con los indispensables pormenores el problema de la Los procedimientos que, aunque muy á la lige- síntesis ó reproducción artificial de la sílice anra, acaban de indicarse, se refieren á los casos de hidra, cuyo cuerpo ha sido recientemente reduanálisis de los silicatos, pero es preciso modifi- cido á vapor empleando para ello la elevada carlos de una ú otra manera cuando en el com- temperatura conseguida trabajando con el horno puesto analizado existen cuerpos que por sus eléctrico de Moissan. Gracias a su extremada propiedades pudieran, ya hacer perder sílice, ya, abundancia, y á los diversos y variadísimos aspor el contrario, quedar insolubles con esta subspectos que toma el ácido silícico, tiñéndose, por tancia, aumentando su peso é induciendo á error; ejemplo, de violeta (amatista), coloreándose de 16 |