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ras. Signorelli ejecutó gran número de obras, ya al óleo, ya al fresco, tanto en su ciudad natal como en otras varias ciudades de Italia, especialmente en Roma, á donde en 1474 fué llamado por el Papa Sixto IV para que adornase con pinturas la Capilla Sixtina, y en Orvieto, en donde terminó el decorado de la capilla de la Madonadi-San-Brizio, que fra Angélico había dejado sin concluir. Conto Lucas Signorelli varios discípulos distinguidos, entre ellos Arcángelo Bernabei, T. Zaccagni y su hijo Antonio. Llevó una vida austera y gozó de gran consideración como hombre y como artista. Entre sus frescos se citan los que ejecutó en 1472 en San Lorenzo de Arezzo, hoy destruídos; Viaje de Moisés á Egipto; Muerte de Moisés; Una Circuncisión; La Resurrección universal; El Juicio final, etc. De sus lienzos merecen mencionarse: El Huerto de los Olivos; La Flagelación; La Cena; La Virgen; San Agustín y la Trinidad; La Sagrada Familia; La Anunciación; La Adoración de los magos; La Nativide la Virgen; La Adoración de los pasto

La unión de los factores de un producto sin signo alguno de cálculo ú operatorio se encuentra en Stiefel (1544); el uso del aspa (x) como signo de multiplicación es debido á Oughtred (1631), y Leibnitz, hacia la mitad del siglo XVII, fué quien simplificó este signo de la multiplica-dad ción reduciéndolo á un punto (.).

a

La notación como expresiva del cocien" b te de los números a y b, aparece simultánea mente con las cifras índicas, y se halló ya en el Liber Abaci de Leonardo de Pisa. El colon se usaba como signo de separación ó diéresis entre los ingleses en el siglo XVII, pero su empleo actual como signo de división data de Leibnitz. El signo de Pell, que debía posponerse al dividendo, aparece en Inglaterra en el siglo XVII, pero no tuvo aceptación.

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La notación de las potencias fué preparada por Stiefel, que escribió, sobre los términos de la serie 1, 14, 1AA, 1AAA, los números 0, 1, 2, 3..., á los cuales dió el nombre de exponentes. Después que Stevin, en 1585, hubo introducido las denominaciones de las potencias según sus exponentes, fué extendido el uso de la designación actual de las potencias por Herigogne y por Descartes.

A principios del siglo XVI usaban algunos matemáticos para las raíces signos particulares, mientras otros ya comenzaron á colocar los índices al lado ó encima del sigo radical √.

Las cantidades polinómicas se encierran muchas veces en un paréntesis cuando se quiere indicar que una cierta operación afecta á toda ella. Vieta trazó líneas sobre los términos pertenecientes á una forma, como hoy se usa en las raíces de los polinomios. El uso de los paréntesis, que comenzó en el siglo XVII, no se generalizó hasta el siguiente.

Otros varios signos se emplean para la representación de formas analíticas determinadas y para la indicación de operaciones más complejas que las fundamentales, pero es imposible hacer una descripción completa de todos estos signos particulares que, por otra parte, en su lugar correspondiente quedan indicados.

Los signos principales para relacionar las cantidades son: el de igualdad, y los de desigualdad: mayor que >, menor que, no mayor que , no menor que . El signo de igualdad fué empleado primeramente por Recorde en 1552, pero no se generalizó su uso hasta cien años después. Los signos de desigualdad > y <aparecen á principios del siglo XVII en Harriot.

El empleo de todos estos signos facilita extraordinariamente el enlace de las ideas en los raciocinios que hay que hacer para demostrar un teorema ó para hallar la solución de un problema, y este lenguaje especial tan sencillo de las Matemáticas ha influído poderosamente, tanto en el gran desarrollo de estas ciencias como en el rigorismo de sus conclusiones.

- SIGNO: Geog. Aldea de la ayuda de parroquia de Santa Marina de Villar, ayunt. de Se. rantes, p. j. del Ferrol, prov. de la Coruña; 68 habits.

- SIGNO (EL) 6 TANQUILLO: Geog. Caserío del ayunt. de Realejo Alto, p. j. de La Orotava, provincia de Canarias; 55 habits.

SIGNORELLI (LUCAS): Biog. Pintor italiano llamado Luca de Cortona. N. en Cortona hacia 1440. M. en 1525. Discípulo de Mateo de Siena, y después de Pietro della Francesca, fue uno de los primeros pintores de la escuela florentina que dibujaron el cuerpo humano con verdadero conocimiento de la Anatomía, y supo juntar á la corrección del dibujo la expresión en las tigu

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res, etc.

SIGNY-L'-ABBAYE: Geog. Cantón del dist. de Mezieres, dep. de las Ardenas, Francia; 12 municipios y 8500 habits. Restos de una abadía fundada por San Bernardo en 1134.

SIGNY-LE-PETIT: Geog. Cantón del dist. de

Rocroi, dep. de los Ardenas, Francia; 10 municipios y 7500 habits.

SIGOFKA: Geog. V. SIG.

y

SIGONIO (CARLOS): Biog. Arqueólogo italiano. N. en Módena en 1524. M. en 1584. Tomó lecciones de griego de Portici ó Porto; estudió Filosofía Medicina en Bolonia, y estuvo durante algún tiempo al servicio del cardenal Grimani (1545). A los veintidós años de edad era profesor de Letras griegas en su ciudad natal. En 1552 fué á enseñar Literatura á Venecia, en donde estuvo ocho años; entró en relaciones con Panvinio, y adquirió como erudito una reputación que le valió ser llamado á Padua en 1560 á enseñar Elocuencia. Allí fundó, bajo los auspicios de la República de Venecia, una escuela que pronto llegó á ser célebre (Gymnasium patavinum), y tuvo por compañero al ilustre latinista Bonamico. En 1563, á consecuencia de altercados con Robertello, abandonó á Padua para ir á residir en Bolonia. Estudió especialmente las antigue dades políticas, y prestó en el dominio de la Historia excelentes servicios á la Ciencia. Fué el primero que puso en claro las cuestiones relativas al Derecho antiguo y á las instituciones de Italia y de Roma Además se le deben notables trabajos sobre Tito Livio. Sus principales obras son: Regum, consulum, dictatorum ac censorum romanorum fasti; De nominibus romanorum; Fragmenta e libris deperditis Ciceronis collecta; Orationes VII; De antiquo jure civium romanorum; De antiquo jure Italia; De dialogo; Dispu tationum patavinarum libri II, De republica atheniensium; De judiciis romanorum; De regno Italiæ libri XX; De occidentali imperio; Historiarum bononiensium libri VI; De republica hebræorum, etc.

SIGOULES: Geog. Cantón del dist. de Bergerac, dep. del Dordoña, Francia; 17 municips. y

9500 habits.

SIGRÁS: Geog. V. SANTIAGO DE SIGRÁS.

- SIGRÁS DE ABAJO. Geog. Aldea de la parroquia de Santiago de Sigrás, ayunt. de Cambre, P. j. y prov. de la Coruña; 149 habits.

- SIGRÁS DE ARRIBA: Geog. Aldea de la pa. rroquia de Santiago de Sigrás, ayunt. de Cambre, p. j. y prov. de la Coruña; 27 habits.

SIGTUNA: Geog. C. de la prov. de Estocolmo, Suecia, sit. al O. de la entrada del Garnviken, que es una bahía del Sigtunafjord, ramificación N. E. del lago Mälar. Hoy no tiene más que unos 600 habits., pero ha sido una de las principales c. de Suecia, fundada á principios del siglo XI por el rey Olaf Ericsson, y destruída por los estonios en 1187. Aún se ven ruinas de varias iglesias.

SIGUA: Geog. Puerto en la costa N. E. de la prov. de Santiago de Cuba, cerca de Maraví. Sólo puede servir de abrigo á embarcaciones muy chicas que se dirijan á él en circunstancias de mar llana y brisas flojas; presenta al N. E. una boca de medio cable de ancho con 2,2 m. de agua sobre piedra en los dos tercios de barlovento,

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que es su parte hondable, la cual apenas refresca la brisa se cierra completamente formando una rompiente corrida; figura un sector de 2 cables escasos de radio; es de fondo escaso y desigual, se halla dividido en dos mitades, de las cuales en la primera hay, entre piedras, pozas de arena con 3,3 á 5 m. de agua encima, al lado de otras de 1,1 á 1,4, mientras que en la segunda la profundidad media sólo es de 0,84 y está todo cercado de orillas de soboruco, si se exceptúa en su cabecera un corto trecho de manglar y una playi ta como de 170 m. de largo, en cuya medianía se encuentra un estero llamado embarcadero de Sigua. La costa, desde el puerto de Sigua hasta la punta de Maraví, extremidad oriental de la boca del puerto de este nombre, corre media milla como al O.; es toda de piedra, y forma un caletón que se llama de Sigua (Derrotero de las Antillas).

SIGUANEA (LA): Geog. Río de la isla de Pinos, Antillas españolas. Nace al S.O. de la sierra de la Cañada, corre al S.O. y luego al S. hasta la gran ciénaga en que derrama, formando varios esteros y lagunatos. || Gran ensenada en la costa occidental de la isla de Pinos, Antillas españolas. La ensenada de la Siguanca tiene 25 kms. de abra, se interna 33 al S. E. con 5 á 11,7 m. de agua sobre hierba; desde Cayo Francés tiende de N.O. á S. E., en distancia de 30 kilómetros, su costa S.O., que es toda anegadiza y sembrada de multitud de cayos, y desde la punta de Buenavista, extremidad N.E. de la boca, tiende la costa opuesta, primero 17 kms. al S. Indios, luego 12 kms. al S. 16.° E. hasta la 30° E. hasta la puntilla oriental del río de los punta del estero de la Siguanea, y últimamente 13 kms. al S.S.O. hasta la cab.; ofrece abrigo de los vientos generales á su banda N. E., especialmente ante el río de los Indios y el estero de la Siguanea. El río de los Indios, que por 5 m. de agua, y como á 7 cables al S.S.E. de su boca, ofrece buen fondeadero, expuesto únicamente al lat. N., aunque se halla cerrado por una barra de O.S.O., descarga en la ensenada por los 21° 42′ fango que ni botes pueden salvar sin ayuda de marea, dentro profundiza de 1,6 á 5 m., permitiendo así que suban por él hasta 7 kms.; en gadizos, que luego hacen lugar á pinares, en que los 4 primeros corre por entre manglares anepueden cortarse muy buenas perchas para mas teleros, y en seguida ofrece en sus orillas gran abundancia de cocodrilos, jutias y palomas, y en los bosques de sus riberas grandes piaras de cochinos cimarrones. El estero de la Siguanea, que es el desagüe de la ciénaga que corriendo de E. á O. divide la isla por mitad, sale à corta distancia al S. de los cerros de su nombre; y didad, en su boca no tiene más de 2,5 de agua. aunque dentro tiene de 6,7 á 10 m. de profunAl pie de dichos cerros, y á corta distancia de la playa, hay buen agua en dos manantiales, y otro tanto sucede con las cacimbas de la falda del monte de San Pedro, que está inmediato (Derrotero de las Antillas). | Gran valle de la isla de Cuba, prov. de Santa Clara, sit. en los grupos del Guamuhaya. Tiene unos 15 kms. de E. á O. desde el abra por donde sale el Jibacoa (río del Ay) hasta el Saltadero ó cascada de la Siguanea, por donde corre el río de la Hanabanilla para confluir con el Arimao. La mayor anchura del valle es de una legua, y está sumamente cerrado por varias cadenas de lomas: las cadenas Siguanea por el S., las del Alcalde y de la Helladura del Cuabal al O., la sierra de la Jara por el N. y las lomas de Orano al E.; limitan también al valle el abra del río Negro, por donde entra éste y le baña; el abra de Guanayaro al E. N. E., entre la sierra de Jara y las lomas de Orano, y el abra largo y sinuoso de Jibacoa, que se halla separado del de Siguanea por dichas lomas de Orano. Como el valle es muy bajo con respecto á las alturas que le ciñen, y le riegan, además del Hanabanillo, del río de los Negros y de los arroyos Siguanea y de Guanayara varios manantiales, está casi siempre anegado y lleno de lagunas, por lo que apenas es habitable. En las guerras modernas promovidas por los filibusteros contra España, este valle, sus pantanos y los montes que lo rodean, han sido refugio de las bandas de forajidos del país y de aventureros y presidiarios extranjeros cuyos jefes pretenden vender la isla á los Estados Unidos de América. Allí establecieron campamentos y obras de defensa, fiados en que las pésimas

condiciones del terreno para la guerra habian de hacerlas inexpugnables. No obstante, á principios de 1896 unos cuantos centenares de soldados españoles, á las órdenes del bravo coronel Segura, penetraron en la Siguanea, destruyeron campamentos y defensas y causaron más de 500 bajas al enemigo, salvándose el resto por haber apelado á la desbandada. || Río del part. de Cárdenas, Cuba. Es una corriente muy sinuosa y de bastante long. Nace, con el nombre de río del Hático, al S. E., cerca de la loma del Cautel; corre al S. E. por los corrales de la sierra del Sabango y de Lagunillas; recibe por la dra, el arroyo de la Majagua, en cuyo lugar se le conoce con el nom. bre de la Siguanea, y dobla al N. directamente para desaguar, formando una zanja, en la ensenada del Júcaro, entre este embarcadero y Cár denas. Algunos afluentes del río de San Antón le envían varios brazos. || Pequeña ensenada en la prov. de Cárdenas, 2 millas á barlovento del embarcadero del Júcaro. || Laguna de Cuba, en la prov. de Pinar del Río, la mayor de la isla y de las muchas que ocupan el istmo de la península de Guanacabibes. Su forma es casi cuadrada y se levantan en ella algunos cayos. || Ciénaga en la misma prov., en la costa occidental del Golfo de Guaniguanico, entre la punta de Piedra y la boca del Cuyaguatege. En parte profundiza en el interior de la sierra, ocupando no pequeña porción de las de la hacienda Serranos (Pezuela, Die. de la isla de Cuba).

SIGUAPA (LA): Geog. Pequeño cerro del grupo camagüeyano, Cuba, sit. no lejos y al N. de Puerto Príncipe, á la izq. del Caunao. | Embarcadero, en el seno occidental de la ensenada de Cárdenas, Cuba, resguardado por el cayo de su nombre, también llamado de los Guaumos.

SIGUAS: Geog. Río del Perú, nace en los cerros de Ampato, corre hacia el S. hasta el pueblo de Siguas y luego al S.O., y se une al río Vitor ó Chili. Dist. de la prov. de Caylloma, dep. Arequipa, Perú; 1300 habits. Su cap., el pueblo del mismo nombre, tiene 700 habits. Dist. de la prov. de Camaná, dep. Arequipa, Perú; 400 habits.

SIGUATANEJO: Geog. V. SIHUATANEJO.

SIGUATEPEQUE: Geog. Dist. del dep. de mayagua, Honduras; 1950 habits. en los dos municips. de Siguatepeque y San José. Siguatepeque está á orillas del río Guaratoro, tiene 1050 habits., y en su término, muy fértil y ameno, hay minas de cobre y níquel.

- SIGUATEPEQUE: Geog. Volcán de la Rep. del Salvador, en el dep. de San Vicente, sit. al N. de la confl. del Acahuapa y el Lempa; mide 1300 m. de alt. sobre el nivel del mar.

SIGUEIRO: Geog. Aldea de la parroquia de San Andrés de Barciela, ayunt. de Enfesta, p. j. de Santiago, prov. de la Coruña; 93 habits. | Lugar de la parroquia de San Martín de Oroso, p. j. de Ordenes, prov. de la Coruña; 97 habits. SIGUENZA: Geog. Dióc. episcopal sufragánea del arzobispado de Toledo. Comprende territorios de las provs. de Guadalajara, Soria, Segovia y Zaragoza, distribuídos en los arciprestazgos de Sigüenza, Almazán, Ariza, Atienza, Ayllón, Barahona, Berlanga, Caracena, Cifuentes, Galves, Hiendelaencina, Hortezuela de Océn, Jadraque, Maranchón, Medinaceli, Milmarcos, Molina y Tordecilos. Hay conventos de Ursulinas en Sigenza y Molina, de Franciscanas en Sigüenza, Medinaceli y Cifuentes, de Clarisas en Molina y Almazán, de Jerónimas en Medinaceli, de Concepcionistas en Berlanga y Ayllón, de Benedictinas en Valfermoso y de Bernardas en Buenafuente. El primer obispo de que se conserva memoria es Protógenes, cuyo nombre figura entre los asistentes al concilio III de Toledo. Alfonso VI restauró la sede, y D. Bernardo reanudó la serie de los prelados de Siguenza.

Pozancos, Ríosalido, Santiuste, Sauca, Sigüenza,
Tartonda, Torre de Valdealmendras, Torremo-
cha de Jadraque, Torremocha del Campo, To-
rresaviñán (La), Viana de Jadraque, Villacorza,
Villaseca de Henares y Villaverde del Ducado;
22881 habits. Sit. en el centro de la parte sep-
tentrional de la prov. y en los confines de la de
Soria.

SIGÜENZA: Geog. C. con ayunt., al que se
halla agregado el lugar de Barbatona, cap. de
dióc. episcopal y cab. de p. j., prov. de Guada
lajara; 4930 habits. Sit. al N. E. de Guadalajara,
cerca de la prov de Soria, en el f. c. de Madrid
á Zaragoza, con estación intermedia entre las de
Baides y Alcuneza, bañada al O. por el río He.
nares, que fecundiza su vega, y defendida al N.
por un barranco á cuyo pie hay hermosas huer-
tas. Al Poniente y al S. ha rebasado la población
de su primer recinto, dejando de pie é incrustada
en sus edifs. la fuerte cerca de sus murallas, y
metidas en lo interior, á la entrada de angostas
calles, sus antiguas puertas, flanqueadas de to-
rreones. Descuella en la cúspide de la c. el im-
ponente alcázar, destinado desde remotos tiem-
pos á palacio de los obispos. En una de sus al-
menadas torres se halla el gabinete, adornado
más tarde con labores del Renacimiento, en que
estuvo recluída la infortunada reina doña Blan-
ca. Las pendientes calles y tortuosas travesías
de la c. alta, y lo general del caserío, aun cuando
desnudo de arquitectónicos detalles, opaco y seve
ro, le imprimen un grave sello de antigüedad. Al-

rededor de San Vicente nótanse casas de remotí-
sima fecha, cuyos arcos semicirculares parecen
los unos remontarse al género bizantino, los otros
tocar ya al Renacimiento, con molduras de per-
las en los tres cuerpos del edif. No lejos de allí
se forma una irregular plazuela cercada de so-
portales, en la cual estuvo la antigua casa del
Consistorio. Sobre todo en la espaciosa plaza de
la Catedral abundan las fachadas de la decaden-
cia gótica ó plateresca, levantadas sobre arquea-
do pórtico y fabricadas en su mayor parte por
el opulento cabildo. Entre ellas se distingue la
del Ayuntamiento. Más nuevo y desahogado as-
pecto presenta la parte baja de la población, com-

sepulcrales. Las naves de ambas iglesias han sufrido restauración, especialmente la de Santiago, que agregada desde el siglo XVI al convento de monjas Franciscas, y cesando en su parroquial destino, sin duda por aquel tiempo revistió su bóveda de crucería. A la dra. yace el fundador del convento, D. Francisco de Villanuño, arcediano de Soria, cuya tendida estatua en traje sacerdotal cobija un nicho plateresco (Castilla la Nueva, por D. José María Quadrado).

La catedral, sit. en uno de los frentes de la plaza Mayor, es un edif. gótico muy sólido, construído con piedra de sillería y de grandísimo mérito. Su fachada principal tiene tres puertas precedidas de un espacioso atrio enverjado, en cuyos pies se ven leones y otras figuras de piedra. Un precioso medallón, bajo relieve, representando la aparición de la Virgen á San Ildefonso, corona la puerta central; á los costados de la fachada se clevan dos cuadradas y macizas torres, con almenas terminadas en gruesas bolas, y ambas se comunican por una balaustrada de piedra sobre la fachada. El interior del templo, también de estilo gótico, recibe luz en primer término por una vistosa claraboya colocada en la parte superior de la puerta del medio; tiene tres naves sostenidas por robustos pilares revestidos de multitud de columnitas, algunos á media altura engalanados con doble capitel, otros torneados y macizos, ceñidos de una guirnalda ó modillones. Las naves laterales, iguales en amplitud á la mayor y en altura inferiores, la acompañan hasta su intersección con el crucero. Según Ponz y Ceán Bermúdez, tiene la nave principal 98 pies de alt. y las laterales 63; la longitud del templo es de 313 pies; su total anchura 112, y cada uno de sus 10 pilares aislados tiene 50 de circunferencia. En el mismo crucero empieza la capilla Mayor como continuación de la nave principal; linda verja cierra la entrada, y arrimados á los pilares de ésta hay dos púlpitos de alabastro, en uno de los cuales se ven las armas del cardenal Mendoza, que lo mandó construir. El altar mayor está formado de tres cuerpos, jónico, corintio y compuesto, con un antiguo y precioso tabernáculo, adornados con sepulcros, estatuas y esculturas perfectamente trabajadas y de

grandísimo mérito artístico. En el crucero hay

talina, antes dedicada á Santo Tomás de Cantorbery. El coro está situado en el centro de la iglesia, tiene preciosas sillerías con profusión de adornos tallados con mucha maestría, con dos excelentes órganos en los arcos laterales; detrás del coro está el suntuoso altar de Nuestra Señora la Mayor, de jaspes negros y rojos, y por sus inmediaciones y el crucero de la iglesia se comunica con el hermoso claustro, de estilo gótico florido y de bellísimo dibujo, con menudos y exquisitos calados en todas sus ventanas cubiertas de cristales. Hay otras capillas de mucho mérito, con varios enterramientos, y por la Mayor se va á la sacristía ó sagrario, espaciosa sala cubierta de esculturas y mascarones labrados en piedra arenisca, preciosos en su mayoría y cuya bóveda está primorosamente cincelada; en su interior está la capilla de las Reliquias, que contiene una escogida colección, preciosos ornamentos y alhajas, entre ellas la riquísima custodia y viril, regalo del cardenal Mendoza. Su Sala Capitular posee muy notables pinturas, y otros buenos cuadros están repartidos por todas sus capillas y dependencias. No hay noticia exacta de la época en que empezó á construirse este magnífico templo, si bien se supone que fué en el siglo XII; lo que queda es muy posterior. En el siglo XV se construyó el altar mayor, de mármol blanco, que yace destrozado detrás del construído á fines del XVI y principios del XVII. La efigie llamada de Santa María la Mayor, que fué la titular, se talló en el siglo XI; á fines del xv se la llevó al trascoro, sustituyéndola en el nuevo retablo de madera con una efigie en el misterio de la Asunción.

Co-puesta de uniformes manzanas, que á fines del
una capilla con un retablo magnífico dedicado á
pasado siglo hizo levantar el obispo D. Juan
Díaz de la Guerra, y cuya propiedad cedió gene- Santa Librada, patrona de la c., en la que se
rosamente al hospital. Una grata y frondosa ala- veneran sus reliquias, y allí también, contigua
meda tiende allí sus umbrías calles á las márge-á la puerta del Mercado, la capilla de Santa Ca-
nes del río, bordando la opuesta orilla huertos
amenísimos al pie de eriales cuestas. De ellos
toma su nombre la antigua ermita de Nuestra
Señora, que á un lado del paseo ostenta su porta-
da del Renacimiento y el flanco de su larga nave,
cuyos estribos adornan en vez de botareles toscas
figuras, y cuya fábrica del siglo XVI no fué sino
reedificación de otra que, según tradiciones, sir-
vió interinamente de catedral. Varios templos y
edifs. rodean aquel sitio espacioso por donde
principió á remozarse Sigüenza; el Humilladero,
pequeña ermita gótica contemporánea de la de
los Huertos; el churrigueresco convento de Fran-
ciscanos con su convexa fachada; el moderno de
Ursulinas, antes casas de los infantes de coro; el
Hospicio y el Cuartel de Milicias, obras ambas
episcopales; más adelante el renovado Colegio de
Jeronimos y el contiguo de San Antonio, funda-
do por 13 colegiales en 1477 por el arcediano de
Almazán Juan López de Medina, criado del car-
denal Mendoza, en los cuales residió Universidad
de estudios por más de tres siglos, y en el centro
del arrabal la nueva parroquia de Santa María,
erigida á expensas de un obispo en la presente
centuria. Las parroquias primitivas de Santiago
y San Vicente conservan su monumental carác-
ter en armonía con el de la antigua c.: paredones
denegridos, torres bajas y gruesas, portadas de
arcos semicirculares en degradación, esculpidos
con estrellas, tableros y entrelazos, sostenidos
ya por seis, ya por tres columnas á cada lado
con capiteles de tosco follaje; en el testero de la
de San Vicente una estatua gótica de la Virgen
bajo afiligranado doselete, y en el de la portada de
Santiago un busto del Apóstol de escultura más
adelantada. Una y otra capilla mayor, de cua-
drada forma, apoya el arco ojivo de su entrada
sobre pareadas columnas bizantinas, y los cru-
zados arcos de su bóveda sobre otras semejantes
en los ángulos colocadas; en sus muros laterales
ábrense rosetones ó ventanas de medio punto
flanqueadas también de columnitas, y en la parte
inferior de ellos nótanse vestigios de hornacinas

-SIGÜENZA: Geog. Part. jud. de la prov. de Guadalajara. Comprende los ayunts. de Aguilar de Anguita, Alboreca, Alcolea del Pinar, Alcuneza, Algora, Almadrones, Anguita, Atance, Baides, Bujalaro, Bujarrabal, Carabias, Castejón de Henares, Castilblanco, Cendajas de Enmedio, Cendajas de la Torre, Cortes, Fuensavinán (La),│| Carvajosa, Guijosa, Huérmeces, Imón, Jadraque, Jirnegue, Laranueva, Luzaga, Mandayona, Mirabueno, Moratilla de Henares, Navalpotro, Negredo, Olmeda de Jadraque (La), Olmedillas, Orna, Palazuelos, Pelegrina, Pinilla de Jadraque,

El término de Sigüenza, fertilizado por el Henares, presenta algunos montes y bastante amenidad. Las producciones principales son: cereales, hortalizas, legumbres, frutas, cera y miel; críase algún ganado, y hay fábs. de bebidas gaseosas, chocolates, jabón, curtidos, tejidos de hilo y lana y alfarerías. Los establecimientos de enseñanza son: el Seminario Conciliar de San

Bartolomé, fundado en 1651; el Seminario Menor de la Purísima Concepción; un colegio dirigido por PP. de San Vicente de Paul; la Escuela Superior Elemental y otras particulares.

Hist. Según consigna Quadrado en su descripción de la prov. de Guadalajara, á media legua de la c., en el sitio llamado Villavieja, existió la antigua Segoncia ó Saguncia, fundada, á lo que suponen, por colonos griegos ó fugitivos de Sagunto, cuya reducción á la actual Sigüenza, entre las varias de aquel nombre, comprueban las distancias del Itinerario de Antonino; pero tampoco han quedado de ella más noticias que los nombres de sus qbispos en la época goda y la mención harto confusa de la victoria que en sus cerranías consiguieron los caudillos del rey Witerico á principios del siglo VII contra las agonizantes fuerzas del Imperio romano en la península. Sometida por Tarik en su tránsito de las riberas del Tajo a las del Ebro, la vemos nombrada á la vez por los sarracenos Segoncia ó Secunda, y en las sangrientas guerras que precedieron al establecimiento de los Omeyas en España figura como residencia del poderoso Samail, gualí de Toledo, jefe de la facción egipcia y sostén del gobernador Yusuf el Fehrí. Allí, en su magnífico palacio, ofreció el gualí pérfida hospitalidad á su enemigo Amer-ben-Amrú, quien advertido de la traición durante la cena, por los alaridos de su comitiva, bárbaramente degollada en el patio, se le escapó abriéndose paso con la espada; allí mismo fué preso Samail en 759 de orden del primer califa Abderramán, temeroso éste de su inquieta ambición y poco confiado en su aparente sosiego. En el siglo IX subsistía Segoncia, tolerada por los sarracenos su numerosa cristiandad, y era su obispo el prudentisimo Sisemundo cuando la visitó de paso San Eulogio; pero sin duda en posteriores tiempos decayó mucho de su rango ó se despobló en teramente, pues su nombre no aparece más en las crónicas, ni suena aún entre las conquistas de Alfonso VI, que sometió toda la comarca. La historia de su restauración es obscurísima; pues si bien noticias más recientes la atribuyen al rey citado por los años de 1102 al 1106, ora recayese en poder de los mahometanos, ora fuese repoblándose lentamente, hasta veinte años más tarde no se reanuda la serie de sus prelados en D. Bernardo, natural de Agén, traído de Francía, y formado en Toledo por el arzobispo de su mismo nombre. Para remediar la necesidad de aquella iglesia, por cuatrocientos y más años destruída de raíz, según expresión de los privilegios, concedióle la reina Urraca, en 1.° de febrero de 1124, la décima parte de todo el portazgo, y en 14 de marzo de 1140, hallándose en Atienza Alfonso VII, hizo donación al obispo y cabildo de los nuevos pobladores que se habían establecido cerca de la iglesia, con sus casas y heredades, otorgando permiso de avecindamien to á 100 familias más y dándoles el fuero de Medinaceli. De ahí aparece que la catedral se fijó desde luego en su actual sitio, inaugurando la nueva población, mientras que la vieja, reducida á la aldea de Medina, fué perdiendo ya su corto vecindario; y estas dos partes ó barrios de Siguenza dispuso el monarca en 1146 que formasen un solo concejo y se rigieran por un fuero mismo al trocar con el obispo el señorío de ella, por los lugares de Caracena y Alcubilla. La tenencia del Castillo, la percepción de rentas é impuestos, el nombramiento de alcaldes y jurados y demás oficios concejiles, fueron desde entonces atribuciones del prelado, única autoridad en la cual se refundieron todos los poderes. A Bernardo, tras de su largo episcopado, sucedió Pedro, á éste Cerebruno, que viendo la población de la vieja Sigüenza transmigrada ya enteramente á la nueva erigió en ésta las dos parro quias de Santiago y San Vicente, y dió principio, según parece, á la fábrica de la actual catedral. Después de éstos ciñeron la mitra el inglés Jocelino, que asistió con el rey á la toma de Cuenca; Arderico trasladado á Palencia, el santo Abad de Huerta, Martín de Hinojosa, que renunció su dignidad en 1192 para volver al monasterio, y su inmediato sucesor Rodrigo, de largo y glorioso pontificado. Ilustres prelados en los siglos posteriores gobernaron aquella iglesia, vasta por su jurisdicción, riquísima por sus productos; muchos vistieron la púrpura cardenalicia, los más fueron desde allí promovidos á las principales sillas metropolitanas, y algunos por este simple obispado abdicaron la dignidad ar

|zobispal. Figuró Sigüenza en las guerras civiles de los siglos XIII y XIV. En 1297 los partidarios de los Cerdas escalaron el Alcázar, del que fueron expulsados por los ciudadanos. En 1465 el deán Diego López de Madrid se hizo fuerte en la ciudad, disputando el obispado á los cardenales Juan de Mella y Pedro González de Mendoza. Este fué obispo de Sigüenza, á la vez que de Toledo, hasta su muerte en 1495. Su sucesor, don Bernardino de Carvajal, fué uno de los promotores del conciliábulo de Pisa, por lo que Julio II lo declaró cismático y lo desposeyó de la mitra.

En los tiempos modernos no registra la historia de Sigüenza hechos de importancia. Sus inmediaciones fueron teatro de las campañas de D. Juan Martín el Empecinado en 1812, y en la c. entraron los carlistas en 1836 para aban. donarla en breve. El escudo de armas de Sigüenza ostenta á la dra. un castillo sobre peñas, y á la izq. un águila coronada, con un hueso en las garras.

- SIGÜENZA (FRAY JOSÉ DE): Biog. Poeta é historiador español. N. en Siguenza (Guadala jara) en 1540 o 1544. M. en El Escorial á 22 de mayo de 1606. Desde la edad primera mostró gran amor á los estudios. Parece que se pensó dedicarle á la carrera de las armas, pero es lo cierto que ingresó en la Orden de San Jerónimo, recibiendo el hábito en el monasterio del Parral de Segovia, donde estaba un religioso que era tío de José. Este, siguiendo la costumbre de los Jerónimos, dejó el nombre patronímico, que ig noramos, y adoptó el de su pueblo natal, por lo que se le llamó el Padre Sigüenza. Del Parral marchó al Real Colegio de San Lorenzo, que había sido trasladado desde Parraces al magnífico monasterio del Escorial, en el que tuvo la fortuna de encontrar al célebre Arias Montano, de quien se hizo discípulo. Juan González, en el Discurso preliminar inserto en la última edición de la Vida de San Jerónimo escrita por Sigüenza, afirma que este último adelantó <tanto en los idiomas hebreo y griego y en la ciencia de las Sagradas Escrituras, que una de las glorias de tal maestro fué el dejar tal discípulo y sucesor. >> Consta, en efecto, la extraordinaria aplicación del Padre Sigüenza, que bajo la dirección de Arias Montano aprendió el griego y el hebreo, y que llegó á ser habilísimo en el conocimiento de la Historia y de la Elocuencia Sagrada. Sucesor de Arias Montano como profesor y como bibliotecario mayor del monasterio del Escorial, probó el Padre Sigüenza en este último cargo su ilustración y actividad, ya ordenando los libros de la biblioteca, ya dando al italiano Peregrín de Peregrini asuntos para las pinturas de la bóveda y paredes de la misma. Fué elocuente predicador. Felipe II oía siempre con profundo respeto sus sermones, y le estimaba mucho por su talento, mcdestia y vida ejemplar. Despertada por estas causas la envidia de sus hermanos, Fray José hubo de comparecer ante el Tribunal de la Inquisición, y estuvo preso poco menos de un año en el monasterio de la Sisla por suponer que había manifestado sentimientos luteranos en un comentario del Eclesiastés, titulado Jesus heri et hodie ipse et in sæcula; pero logró justificarse y recobró sus cargos. Volvió en triunfo al monasterio del Escorial, en el que desempeñó las funciones de superior de su Orden, y allí acabó sus días. Felipe II, refiriéndose al soberbio monasterio construído en memoria de la batalla de San Quintín, decía: «Los que vienen á ver esta maravilla del mundo, no ven lo principal que hay en ella si no ven á Fr. José de Siguenza, y, según lo que merece, durará su fama más que el mismo edificio, aunque tiene tantas circunstancias de perpetuidad y firmeza.» Cierto día que los Ministros hablaban del Padre Siguenza, calificándole unos de santo, otros de sabio, les interrumpió el rey diciendo: «¿Para qué os cansáis en eso? Decid lo que no es Fray José y lo que no sabe, y acabaréis más pronto.» Razón tenía Felipe II, pues el Padre Sigüenza cultivó con fruto las Matemáticas y la Geografía, fué muy versado en los idiomas orientales, muy aficionado á la Música, como también á la Poesía; sobresalió como profundo teólogo, y para historiador tuvo tan excelentes condiciones que, á juicio de Gil y Zárate, «si en lugar de escribir vidas de santos escribiera Historia, aventajara al mismo Padre Mariana. Y un extranjero, Puibusque, en su Historia comparada de las literaturas españo

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la y francesa (t. I), escribió, refiriéndose al Padre Sigüenza: «Talento superior, que supo escribir la historia de su Orden de modo que obliga á lamentar que no se le confiara la historia general de la península.» Por el esmero y buen gusto con que están escritas, merecen recuerdo las poesías religiosas de Fray José, quien no sobresalió por la elevación de su numen poético; casi todas sus composiciones, cuyo mayor número se guarda en la Biblioteca Escurialense, son parafrasis de los Salmos. Como historiador el Padre Sigüenza eligió por modelos á Salustio, Tito Livio y Tácito, acreditando en sus obras buen gusto literario, á pesar de su anhelo de aparecer erudito. Escribió Fray José: La vida de San Jerónimo, doctor de la Santa Iglesia (Madrid, 1595, en 4.°; íd., 1629, en 4.o, é íd., 1853, en fol.). Es obra erudita en el fondo y elegante en la forma. Los Jerónimos costearon la última edición citada, en la que la obra consta de un prólogo y seis libros, subdivididos en varios discursos, estando precedida de dos discursos preliminares por el presbítero Juan González, de dos composiciones poéticas del Padre Sigüenza tituladas Parafrasis del Miserere y Encomio á N. P. San Jerónimo, y de la dedicatoria á la Orden. - Historia de la Orden de San Jerónimo (Madrid, 1595-1600, 3 t., el I en 4.o, los otros dos en fol. ; íd., 1600-1605, 2 vol. en 4.°). En la primera edición, que acaso es distinta de la segunda, el tomo I comprende la vida de San Jerónimo. Esta Historia, que fué continuada (1680) por Francisco de los Santos, da muchas é interesantes noticias acerca de la fundación del Escorial. Dícese que cuando la obra llegó á manos de Felipe III agradó al rey su lectura de tal suerte, que la aurora del nuevo día le sorprendió con el libro en las manos. Escuela de novicios, dedicada, como indica su título, á la instrucción de los novicios. De otras obras que pensaba escribir, entre ellas una Historia eclesiástica, hace el Padre Sigüenza algunas indicaciones en la Vida de San Jerónimo, pero no llegó á realizar sus propósitos. - Con carácter dudoso le atribuye algún otro libro Nicolás Antonio. - De la Historia de la Orden de San Jerónimo se ha sacado sin duda esta otra, publicada en nuestro tiempo: Historia primitiva y exacta del monasterio del Escorial, la más rica en detalles de cuantas se han publicado, escrita en el siglo XVI por el Padre Fray José de Sigüenza, arreglada por Miguel Sánchez y Pinillos (Madrid, 1881, en 8.°), con el retrato del autor. - El nombre de Fray José de Sigüenza figura en el Catálogo de autoridades de la lengua publicado por la Academia Española.

- SIGÜENZA Y CHAVARRIETA (JOAQUÍN): Biog. Pintor español. N. en El Peral (Cuenca) á 5 de junio de 1825. Fué en Madrid alumno de la Academia de San Fernando, y completó sus estudios en la Escuela de Bellas Artes de París. En esta última capital recibió las lecciones de León Cogniet. Concurrió con las siguientes obras á las Exposiciones Nacionales de Bellas Artes celebradas en Madrid en 1862, 1864 y 1866: Una licbre muerta; Un pato y un ánade: Los trofeos ganados por las tropas españolas en la toma de Tetuán, paseados triunfalmente por delante de los reyes; Entusiasmo del pueblo de Madrid al saberse la noticia de la toma de Tetuán, obra, como la anterior, adquirida por Isabel II, que concedió al artista los honores de pintor de cámara; Grupo de caza muerta; Procesión en una iglesia (efecto de luna); Entrada de la procesión en el templo; Entrada triunfal en Madrid del ejército de Africa en 11 de mayo de 1860; Gallina y pollos en su gallinero; Unos pollos. En las dos últimas Exposiciones citadas obtuvo Sigüenza dos menciones honoríficas, y el Estado adquirió para el Museo Nacional su Entrada de la procesión en el templo. El Ministerio de la Guerra conserva su Entrada triunfal en Madrid del ejército de Africa. Las dos obras compradas por Isabel II, y otra de la Batalla de Wad-Ras, del mismo artista, se hallan en el Real Palacio de Madrid. Otro lienzo de Siguenza: Jura del duque de la Torre como regente del reido ante la Cámara Constituyente en 18 de junio de 1869, figuró en la Exposición madrileña de 1871 y valió á su autor una encomienda de Isabel la Católica. Sigüenza fué nombrado (1872) conservador del monasterio del Escorial y profesor de Dibujo del colegio establecido en aquel monasterio. Son cuadros suyos: La entrada de Alfon so XII por la calle de Alcalá (Madrid) en

1875, y El acto solemne de ser investido Alfonso XII con las insignias de Gran Maestre de las Ordenes Militares. En Madrid fué profesor del citado monarca y del Colegio de Santa Isabel. También desempeñó la plaza de inspector general de la Compañía General de Minas de España. Está condecorado con el título de caballero de la Orden portuguesa de Cristo y de la española de Carlos III. En la Exposición Nacional de Bellas Artes verificada en Madrid en 1887 presentó su cuadro del Interior de la sacristía de la Real basílica del Escorial, con varias figuras.

-SIGÜENZA Y GÓNGORA (CARLOS DE): Biog. Poeta y escritor español. N. en Méjico en 1645. M. á 22 de agosto de 1700. Era hijo de padres españoles. Estudió con los Jesuítas, y á los diecisiete años de edad compuso una descripción de la primavera bajo la zona tórrida, en versos la tinos, la cual reveló su genio poético. Abrazó el estado eclesiástico y se dedicó á la instrucción pública. Enseñó más de veinte años en la Universidad de Méjico Filosofía y Ciencias exactas. En el incendio que hubo en Méjico en 1692 perecieron varios escritos de este ilustre americano sobre los caracteres jeroglíficos que usaban los indígenas, los cuales eran hijos de muchos años de investigaciones y descubrimientos. De sus obras en verso se imprimieron en distintos años: Ver indicum ó Verindicum, poema sacro-epicum (Mejico, 1660, en 8.°); Las glorias de Querétaro; | La primavera indiana; Triumphus partheniens (Méjico, 1684, en 8.o); Orientalis Planeta, epopeia sacro-panegyrica Indiarum apostolo magno San Francisco Xaverio (1700, en 4.o). Las demás en prosa sobre asuntos científicos y literarios, que se imprimieron también, son las siguientes: El Belerofonte matemático, contra la quimera astrologica de Martín de la Torre; Expositio philosophica adversus cometes (1681, en 4.o); Libra astronómica et philosophica (1690, en 4.°); Mercurius volans et novum Mexicum restauratum pre se ferens, que otros titulan Mercurio volante, viendo en él un periódico, el primero que se imprimió en Méjico; Relación histórica de los sucesos de la armada de Barlovento, desde fines de 1690 á fines de 1691; Trofeo de la justicia española contra la perfidia francesa; Los infortunios de Alonso Ramírez, que después de ha ber dado la vuelta al mundo arribó náufrago en las costas de Yucatán; El Paraíso occidental. De 1668, año en que comenzó sus investigaciones científicas sobre la historia azteca, y en el que contaba apenas veintitrés años, á 1681, en que vió el público su Libra astronómica, cuya impresión fué costeada por Sebastián de Guzmán, habían transcurrido trece años, durante los cuales la fama de Siguenza pasó los mares y llegó á la metrópoli. Carlos II, para premiar su talento, le nombró cosmógrafo regio, catedrático de Matemáticas de la Universidad de Méjico, y le confirió sucesivamente otros empleos, todo por cédulas reales fechadas en Madrid. Mas incansable su fama, no detuvo su vuelo en la península, si no que, pasando los Pirineos, llegó á la corte de Luis XIV, deslumbró á aquel monarca, que viendo durante su reinado descollar tantos ingenios, se había apresurado á proteger el talento, y le inspiró la idea de escribir á Siguenza y de invitarle á que pasase á su corte, donde sería colmado de honores y riquezas. Sigüenza rehusó, con vivas muestras de reconocimiento y gratitud hacia aquel monarca. Siguió entregado al ejercicio de su ministerio, publicando algunos opúsculos, escribiendo sus obras sobre la historia y antiguedades de los indios, y desempeñando igualmente el cargo de examinador general de artilleros desde 1681 hasta 1693. En 12 de enero de este último año fué llamado á palacio por el virrey Gaspar de Sandoval, conde de Galve, quien le anunció que le había nombrado para que formase parte de la comisión científica encargada del reconocimiento del Seno Mejicano, bajo la direción del general almirante de la armada de Barlovento, Andrés de Pes ó Pez, gobernador del Real Consejo de Indias y secretario del Despacho Universal de la Marina. Siguenza no pudo negarse, y su retiro para ir a servir á su patria en expedición de tanta utilidad. A fines de febrero del mismo

abandonó

año salió de Méjico para Veracruz, y en 25 de marzo, día en que había reunido todo lo que necesitaba para el reconocimiento, se hizo á la vela en dicho puerto. Desempeñó su comisión y volvió á Méjico, en donde publicó un tomo TOMO XIX

que se imprimió luego en folio, con el título de Descripción de la bahía de Santa Maria de Galve, de la Movila y río de la Palizada ó Mississippi, en la costa septentrional del seno mejicano. En sus manuscritos se ve patente el fruto de sus estudios y trabajos durante toda su vida, objeto de sus más detenidas y escrupulosas investigaciones. En ellos, dice el americano Cortés, «el ingenio de Sigüenza había desplegado su vuelo de águila para remontarse hasta las generaciones más remotas y seguir los pasos de las naciones que po blaron nuestro continente, desde el Diluvio hasta que sucumbieron bajo el yugo de los conquista. dores españoles, y en los que, si no se resuelven del todo tantos problemas como con respecto á los antepasados de Méjico han ocupado y aún ocupan à tantos y tan distinguidos sabios, derrama al menos sobre ellos una vivísima luz.» Los títulos de los manuscritos de Sigüenza son los siguientes: La piedad heroica de Fernando Cortés; Tratado sobre los eclipses de sol; Tratado de la esfera, Elogio fúnebre de sor Juana de la Cruz; Vila del arzobispo Alonso Cuevas Dávalos; Teatro de la Santa Iglesia metropolitana de Mejico; Historia de la Universidad de Mejico; Tribunal histórico; Historia de la provincia de Tejas; Ano

taciones críticas á las obras de Bernal Díaz del Castillo y Torquemada; El Fénix de Occidente; Genealogía de los reyes mejicanos; Ciclografía mejicana; Historia del Imperio de los chichimecas; Calendario de los meses y fiestas mejicanos; Año mejicano. Durante su vida Sigüenza trató con frecuencia y con intimidad á la poetisa sor Juana Inés de la Cruz, y con motivo de su muerte escribió un Elogio fúnebre en correspondencia tal vez de un hermoso Soneto en que ella tributa justos elogios á su reconocido mérito. En los últimos cinco años de su vida Sigüenza se decidió á volver al seno de la Compañía de Jesús, en donde siguió entregado á sus estudios y en donde se le confirió el empleo de corrector general del Santo Oficio. Además de un gran número de opúsculos que compuso, existe de él un Plan topográfico de las cercanías de Méjico. Todas las obras que publicó fueron impresas en Méjico.

-SIGÜENZA Y ORTIZ (MARIANO): Biog. Pinde los primeros años del presente siglo. M. hator y grabador español. N. en Valencia en uno

cia 1860 Individuo de una familia dedicada al las clases de la Academia de San Carlos, hacien arte de la sedería, asistió en su ciudad natal á do en ellas notables adelantos en el Dibujo y la Pintura, como lo acredita su lienzo La Virgen con el Niño, copia de Mengs, que se conserva en el Museo provincial de la capital citada. Dedicado después exclusivamente al ejercicio del grabado en cobre, llevó á efecto numerosos y muy apreciables trabajos de este género, entre los que sobresale El Niño Jesús, copia del cuadro de Murillo, por cuyo mérito fué nombrado individuo de esta clase de la Academia de San Carlos y posteriormente director de la enseñanza del Grabado en la misma. Las luchas políticas le privaron de aquella plaza; y reducido al ejercicio particular del arte, que no le bastaba para satisfacer sus más perentorias necesidades, hubo de volver a ejercitarse en la Pintura, trabajando algunos asuntos de devoción. En los últimos años de su vida, perdida toda su fortuna y obscurecida su razón, mendigó el sustento de puerta en puerta. Falleció en un establecimiento de beneficencia por el año citado.

SIGUERO: Geog. V. con ayunt., al que está agregado el lugar de Aldealapeña, p. j. de Sepúlveda, prov. y dióc. de Segovia; 309 habitantes. Sit. al pie de la sierra Carpetovetónica, en terreno pedregoso regado por arroyos que forman el río Duratón. Cereales, hortalizas y lino.

SIGUERUELO: Geog. Lugar con ayunt., p. j. de Sepúlveda, prov. y dióc. de Segovia; 193 habitantes. Sit. al pie de la sierra Carpetovetónica, cerca de Siguero. Terreno montuoso; cereales, legumbres y lino.

que

está

SIGÜES: Geog. Lugar con ayunt., al agregado el lugar de Asoberal, p. j. de Sos, provincia de Zaragoza, dióc, de Jaca; 816 habits. de hecho 618 de derecho. Sit. á la izq. del río Esca, cerca de Navarra. Terreno montuoso con algún llano; cereales, vino, cáñamo y hortalizas.

SIGÜEYA: Geog. Lugar del ayunt. de Benuza, p. j. de Ponferrada, prov. de León; 465 habits. Ha sido cab. del ayunt.

SIGUIENTE (del lat. sequens, sequentis): p. a. de SEGUIR. Que sigue.

- SIGUIENTE: adj. POSTERIOR.

... serán dignos de loable memoria... así como Hércules lo fué temporalmente á los presentes y SIGUIENTES. ENRIQUE DE VILLENA.

SIGUILA: Geog. V. SAN MIGUEL SIGÜILÁ.

SIGURDO I: Biog. Rey de Noruega. N. hacia 1089. M. en 1130. Fué proclamado rey de las Hébridas, de las Orcadas y de otras islas; en 1098 sucedió á su padre en el trono de Noruega y repartió con su hermano los productos del país. Tomó (1107) el mando de una escuadra compuesta de 60 barcos, é hizo rumbo á Palestina, no volviendo hasta 1110, después de haberle ocurrido innumerables aventuras. Combatió con los ribereños de Galicia y Portugal, derrotando una escuadra sarracena en el Estrecho de Gibraltar. Ayudó al rey Balduíno, que le hizo una buena acogida, en la toma de Sidón, y volvió á Noruega después de haber cedido su escuadra al emperador de Constantinopla. Durante su ausencia gobernó su hermano sus Estados con mucha prudencia. Decretó Sigurdo leyes eclesiásticas, y hacia el fin de sus días repudió á su mujer para casarse con una joven noruega. Le sucedió Magno IV, hijo ilegítimo.

- SIGURDO II: Biog. Rey de Noruega. M. en 1139. Hijo natural de Magno III, abandonó la carrera eclesiástica, en la cual estaba bastante adelantado, para dedicarse á viajar por Europa en busca de aventuras, dirigiéndose á Jerusalén. De vuelta en Noruega formó un partido conspirador contra la vida de su hermano Haroldo IV, el cual fué asesinado durante la noche en su palacio de Bergem en 1136, viéndose Sigurdo obligado á huir para librarse de las iras del pueblo. Mientras le aclamaban rey en las ciudades del Este, Sigurdo III, hijo de Haroldo, de cuatro años de edad, era proclamado por el distrito de Drontheim. Viendo la imposibilidad de sostenerse contra los hijos de Haroldo, reclutó scldados en Suecia y Dinamarca y dió un combate, en el cual quedó Sigurdo II vencido y muerto.

- SIGURDO III: Biog. Rey de Noruega. N. en 1132. M. en 1155. Asoció consigo en el trono á su hermano Ingón, viéndose ambos en la preciilegítimo Eystein II. Bien pronto se alió Sigursión de dar también participación á su hermano do con Eystein para destronar á Ingón, que estaba enfermo; pero el hábil y experto general Gregorio tomó la defensa del último, consiguien do una victoria sobre Sigurdo, á quien mató.

SIGVA Ó SYGVA: Geog. Río de la Siberia. Nace en la vertiente oriental del Ural, en la parte O. del gobierno de Tobolsk; corre al S.S.O. y luego al S. E. en una long. de 240 kms.; pasa por Ho. rum-Paul ó Sukker-Ia-Paul; recibe por ambas orillas numerosos afl., siendo los más importantes, por la dra., el Man-Ia, el Sukker-Ia y el Iatria-Ia, y por la izq. el Saraj-Ia, y vierte sus aguas en el Sosva.

SIHANAKAS: m. pl. Enog. Tribu malgache, cuyo nombre significa las Gentes del lago. Habitan en la depresión comprendida entre las sierras del litoral E. de Madagascar, cuyo fondo ocupa el lago Alaotra. Su país lleva el nombre de prov. ó dist. de Antsianaka.

SIHL: Geog. Río de Suiza. Nace en el collado de Pragel, en la parte oriental del cantón de Schwyz; dirígese al N.O., corre por profundo desfiladero entre los macizos del Drusberg y del Biet al O. y del Flühberg y Auberg y el monte Pfiffegg al E.; recibe por la izq. el Gurgeltbobel y el Amsel, y después el Alp unido con el Bibenbach; atraviesa el desfiladero de Schindellegghi, sale del cantón de Schwyz, forma el límite entre los de Zurich y Zong, entra en el primero, y desagua en el Limmat después de un curso de 65 kms.

SIHNAH: Geog. V. SENNA.

SIHOR: Geog. C. del principado de Baunagar, en el Gohilvar, Kattivar, India, sit. cerca y al O.S.O. de Baunagar, en los montes Sihor, y en el f. c. de Baunagar á Vadvan; 9600 habits. Llamóse primeramente Singpur ó Ciudad del León.

- SIHOR Ó SEHORE: Geog. C. del principado de Bopal, Malva, India, sit. al O.S.O. de Bopal,

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en la orilla dra. del Saven; 5 200 habits. Manufactura de muselinas estampadas.

SIHORA: Geog. C. del dist. de Yabalpur, Provincias Centrales, India, sit. cerca de la orilla dra. del Hiran y en el f.c. de Bombay á Allahabad; 6000 habits. Comercio de cereales y otros productos de la región.

SIHSUR: Geog. Monte del Himalaya meridional, sit. en el Nepal, á 23 kms. N.S. E. del Gaurisankar; por su alt. de 8475 m. es uno de los montes más altos de la Tierra.

SIHUAS: Geog. Río del Perú, en el dep. de Ancachs; es tributario del Rupac. | Dist. de la prov. de Pomabamba, dep. de Ancachs, Perú; 8000 habits. La v. cap. de este dist. lo fué de la prov. de Conchucos, está en la orilla izq. del río de su nombre y tiene 700 habits.

SIHUATANEJO: Geog. Puerto de Méjico en las costas del Mar del Sur, á 336 kms. al N.O. de Acapulco, est. de Guerrero. Tiene fondeadero limpio y lleno de conchas de perlas y capaz de recibir toda clase de embarcaciones, pero en abril y mayo se le considera desabrigado en parte, expuesto á los temibles vientos del S., pudiendo dar tan sólo abrigo á dos ó tres buques à la espalda de uno de los cerros que limitan el canal de la entrada. De este puerto se hizo á la vela, en 1527, y víspera de Todos los Santos, la expedición española dirigida por Alvaro de Saavedra. SIHÚN Ó DIYUN: Geog. Nombre árabe del río Sir-Daria, Turquestán ruso.

SIJA: Geog. V. SAN CARLOS SIJA.
SIJÁN: Geog. V. SIGEÁN.

SIJOTA-ALÍN: Geog. Cordillera de la provincia Primorskaia ó del Litoral, Manchuria rusa, Siberia, sit. en el litoral N. del Mar del Japón y de la Manga de Tartaria, desde la frontera meridional de la prov. Primorskaia hasta la desembocadura del Amur. Su alt. media es de 900 á 1200 m., pero algunas de sus cimas meridionales se elevan á 1500.

SIJS Ó SEIJS: Geog. é Hist. Secta religiosa de la India. Durante un siglo fué una verdadera nación militar y tuvo gran preponderancia en el Penyab; en la actualidad sólo conserva los seis principados de Yind, Faridkot, Kapurtala, Kalsia, Nabha y Petiala; pertenecen á esta secta, según el censo de 1881, 1853 426 individuos; de ellos la mayoría, ó sean 1121004, viven en los dists. ingleses del Penyab, y 595110 en los diversos principados tributarios sijs, hindus y mahometanos. Aglomerados en Penyab alrededor de su ciudad santa, en el dist. de Amritsar forman el 24 por 100 de la población; en los de Yalandav, Lahore, Ludiana y Firozpur del 11 al 26, y en el principado de Petiala el 28; mas en la población total del Penyab sólo representan el 7,5, y el 5,3 en la de Sindi. Todos los sijs están unidos por las tradiciones, y ejercen verdadera influencia religiosa sobre sus vecinos; los mismos brahmanes leen con reverencia sus libros sagrados ó Grantah, y algunos ingleses se han ini ciado en el culto predicado por Baba Nanek, indio de elevado origen, que nació en Lahore en 1469 y murió en Dera en 1539; fué el fundador de la secta religiosa de los sijs, predicando, con poca diferencia, la doctrina de Kabir, uno de los apóstoles de Bengala. Las bases de esta doctrina eran: el monoteísmo, la supresión de la mayor parte de las prácticas especiales, la aboli. ción de las castas y la obligación de observar una vida de pureza. Angad, sucesor de Nanek, escribió el primer Grantah ó libro sagrado; más tarde Ram-Das consiguió del rey Akbar terreno para hacer el Amrita Sara ó Estanque de la Inmortalidad, en cuyo centro comenzó á erigir un templo, que fué el origen de Amritsar, y el cual terminó su hijo Aryún Mall, celebrándolo con tanto esplendor que excitó la envidia de los mongoles, ya inquietos por el rápido progreso de la secta. A causa de una cuestión con el gobernador de Lahore, Aryún Mall fué hecho prisionero. A su muerte, en 1606, el rumor de que había sido envenenado bastó para convertir á los pacíficos sijs en guerreros fanáticos; y vencedores primero y vencidos después, tuvieron que refugiarse en las montañas, en donde se inició su división en varias sectas. Organizados en comunidad religiosa y militar por Govind, emprenden de nuevo la lucha con desastrosos resultados; los hombres se dispersaron, y las mujeres y niños

fueron bárbaramente sacrificados por los mahometanos. Banda, el último apóstol ó guru, reunió á sus compañeros, y á su frente invadió el Sirhind y cruzó el Satley y el Yemna, consumando terribles represalias hasta que, rechazado en Saharanpur, fué á refugiarse entre las montañas y Ludiana, desde donde continuó guerreando hasta que fué preso y ejecutado en Dehli. Los sijs estaban entonces amenazados de un exterminio completo; pero la muerte de Bahadur en 1712, anarquía del Imperio, les salvó y se constituyeron definitivamente en nación. La invasión de Nadir Xa en 1738-39 casi no se sintió en el territorio

la

de los sijs, pero en 1762 el afgano Ahmed Ohah Durani los derrotó completamente, saqueó á Amritsar, incendió el templo y mandó cegar el es tanque; sin embargo, como las monarquías afganas descuidaron por demasiado alejada la parte oriental del Penyab, los sijs se hicieron poco á poco dueños de ella. Rangit Singh, para extender sus dominios, reclamó la protección de los ingleses, y concertó con éstos un tratado en 1809 por el cual quedó reconocido como rey de toda la orilla dra, del Satley; con un ejército organizado por oficiales europeos puso todo su empeño en conquistar, Multan y Peichaver en 1818, y luego el Dera Yat y Cachemira. Muerto este rey, y envenenado su hijo y sucesor, el partido militar, aprovechando los disturbios interiores, logró imponerse y declaró la guerra á los ingleses, aprestando un ejército de 60000 hombres con 150 cañones. Fueron vencidos en Mudki, los ingleses entraron en Lahore é impusieron la paz, reconociendo por rey á Dhulip Singh, niño de corta edad, hijo de Rangit. La corrupción del Consejo de Regencia y sus abusos; la inmoralidad de la reina madre; la sublevación de Multan y la muerte de dos oficiales ingleses motivaron una nueva expedición de éstos, cuyo resultado fué la anexión del Penyab á Inglaterra, señalando al rey destituído una pensión de 5000000 de reales anuales. En los sucesos de 1857 á 58, que se desarrollaron principalmente en el Indostán, los sijs permanecieron fieles, y algunos principados contribuyeron con un contingente de tropas irregulares.

Los sijs son muy refractarios al estudio y su educación muy deficiente; el número de los que saben leer y escribir no llega al 6 por 10 de la población total; el carácter guerrero es el distintivo de este pueblo. Extraordinariamente hermosos por lo general, cubiertos de armas brillantes y dejando flotar sus largas cabelleras, que nunca se tonsuran, los leones ó sijs se hacen distinguir desde lejos en las batallas por su marcial aspecto, en el que no tienen rival.

SIKAIANA Ó STEWART: Geog. Isla del Archipiélago Salomón, Melanesia, Oceanía, sit. al E. de Malaita. Es un arrecife de forma triangular, de 10 kms.2, en el que hay dos grandes tierras, Sikaiana al E. y Faole ó Faore al O., y algunos islotes cubiertos de vegetación.

SIKAK: Geog. V. SAF-SAF.

SIKAMATS: Geog. C. del ken de Hiogo, proJapón, sit. cerca y al E. S. E. de Himedsi, en la vincia de Harima, región meridional de Hondo,

desembocadura del brazo derecho del delta del Itsi-Gava; 8000 habits.

SIKANDARABAD: Geog. V. SEKANDERABAD.
SIKANDARPUR: Geog V. SEKANDERPUR.

SIKAR: Geog. C. y plaza fuerte del principado de Yeipur, Rayputana, India, sit. á 454 m. de alt., en el camino de Yodpur á Sirsa; 17900 ha

bitantes.

SIKASO: Geog. C. del Sudán francés, cap. de los estados de Tieba ó Thieba, sit. en la orilla dra. del Koba Diela, en los 11° 19' de lat. N.; 5000 habits. La rodea un muro de tierra de 4 kms. de circuito, gracias al cual pudo la ciudad sostener victoriosamente en 1887 un sitio de más de un año contra las fuerzas de Samori, soberano del Uassulu.

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pecies habitan en Madagascar y en la isla Mauricio, y son plantas arbóreas, con las hojas opuestas, pecioladas, sencillas, con limbo coriaceo, oblongo y enterísimo; estípulas envainadoras, cilíndricas, enteras ó filamentosas en el ápice, y flores dispuestas en cimas terminales, apanojadas ó corimbiformes; cáliz provisto en su base de dos bracteitas, corto, acampanado, con cinco dientes persistentes; corola hipogina, embudada, con limbo quinquéfido, con las lacinias arrolladas en la estivación y casi patentes en la antesis; cinco estambres insertos en la garganta de la corola, incluídos, con los filamentos muy cortos ó casi nulos y las anteras oblongas y erguidas; ovario bilocular, con óvulos anátropos, solitarios en las celdas, erguidos é insertos sobre una placenta muy pequeña situada en la base del tabique medianero y en ambas caras de éste; estilo filiforme saliente; estigma bífido, con las lacinias aleznadas y patentes. El fruto es una baya seca, con dos núcleos papiráceos, convexos por el dorso y planos por la cara ventral, monospermos; semillas erguidas, con el ombligo situado cerca de la base de la cara ventral; embrión ortótropo y casi recto situado en la base de un albumen cartilaginoso; cotiledones aleznados, engrosados en la base, y raicilla apeonzada, próxima al ombligo é ínfera.

SIKIA: Geog. Canal en la costa O. del Peloponeso ó Morea, Grecia, sit. unos 13 kms. al S. de la isla Proti, formado entre la costa y la isla

Staguia; es la entrada N. de la bahía de Navarino, y las costas de ambos lados son bajas, llenas de piedras y bajos fondos, viéndose tierra adentro terrenos cultivados. Este canal fué obstruído en 1571 con barcos y piedras para refugiarse en él las galeras turcas escapadas del combate de Lepanto, y sólo tiene en la actualidad 2 pies de agua. En un cerro cónico, sit. á 0,5 milla al N. de este canal, cortado á pique por el N. y O., se encuentra Paleo Averino, antiguo Pilos, restos de un fuerte castillo elevado á 137 m. sobre el nivel del mar; fué la residencia de

Nestor, y en la pendiente que da al N. hay una cueva que lleva su nombre. Al pie del castillo, por su parte N., existe una ensenada llamada puerto Voithio Kilia, frecuentado sólo por los pescadores, que comunica por un paso estrecho con el pantano de Dagh (Derrotero del Mediterráneo).

SI-KIANG: Geog. Río de la región meridional de China, llamado también Sei-kong y Puékiang. La falta de una nomenclatura precisa ha inducido á que se cometan muchos errores por los viajeros que pretendiendo seguir el curso del brazo principal del Si-kiang han navegado por aguas de otros ríos; así Huc y Gabet siguieron guhoun y otros exploradores remontaron el curel Pe-kiang, que nace al pie del Mei-ling; Colso del río Yu ó Yuh-kiang, formado por dos brazos, que uno viene del Tonkín y otro de Kuang-si, y todos refieren estos viajes como si los hubiesen realizado siguiendo el Si-kiang. Desde la preponderancia que los franceses han adquirido en el Tonkin, en todos los documentos oficiales se considera el Yu-kiang como el curso principal del Si-kiang, no obstante tener mucha menos longitud que el Hung-chui, que es al que los mapas chinos dan aquella importancia; pero la exactitud de estos mapas es muy dudosa. Bourne, que ha recorrido uno y otro río, no vacila en afirmar que el Hung-chui no es más que un afl. del Yu-kiang, y que éste es el curso principal del Si-kiang. Pero mientras la cuestión se resuelve se considera que forma el río dos brazos: el septentrional el Hungchui, y el meridional de Yu-kiang, que se reunen cerca de la ciudad de U-chu y toman el nombre de Si-kiang, que con el Pe-kiang forma el delta del río de las Perlas ó de Cantón.

El Hung-chui nace en el Yun-nañ, en la meseta de Hai-tsu-pu, y con el nombre de Ta-chenkiang corre hacia el S. O.; recibe dos afls: el Inko-chu, el Lin-ñan, y después de rodear los escarpes de las montañas metalíferas del Yunnañ cambia de dirección, primero hacia el N. y luego al E. con el nombre de Pa-ta-ho, y entra en la prov. de Kuang-si, en cuya frontera se le une un afl. importante, el Ching-ho, que viene de las montañas del N., habitadas por los salvaSang-jes mantsé é y-yen. Desde este punto hasta el centro de la prov. el curso del Hung-chui es completamente desconocido por los europeos: los mapas chinos indican que pasa por la ciudad de

SIKAYAM: Geog. Río de la prov. Oeste de Borneo, Indias holandesas, Archip. Asiático. Nace en la vertiente E. del monte Bayang-Miut; corre al E., baña á Sikayam; tuerce bruscamente al S.; atraviesa un ancho valle, va á desaguar en el Kapuas, cerca de la c. de Sanggau ó

guw.

SIKESIA: f. Bot. Género de plantas perteneciente à la familia de las Loganiáceas, cuyas es

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