Cultivo de los rosales en macetas

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M. Tello, 1889 - 210 páginas
 

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Página 116 - Hacer menos violento el rayo agudo? Róbate en una hora, Róbate licencioso su ardimiento El color y el aliento; Tiendes aun no las alas abrasadas, Y ya vuelan al suelo desmayadas. Tan cerca, tan unida Está al morir tu vida, Que dudo si en sus lágrimas la aurora Mustia tu nacimiento ó muerte llora.
Página 115 - ¿Cómo naces tan llena de alegría, Si sabes que la edad que te da el cielo Es apenas un breve y veloz vuelo? Y no valdrán las puntas de tu rama (') Ni tu púrpura hermosa A detener un punto La ejecucion
Página 99 - Porque vean que no en vano Cuando en púrpura se tornen, Le halló en el campo aquella Vida y muerte de los hombres. Júpiter, pues, conmovido O indignado de que goce Sin los imperios de un alma Los de una vida tu nombre, Desa derramada sangre Quiere que una flor se
Página 159 - eres flor encendida, Pública admiracion de la belleza, Lustre y ornato á pura y blanca mano, Y ornato, lustre y vida Al mas hermoso pelo Que corona nevada y tersa frente; Sola merced de Amor, no de suprema Otra deidad alguna. ¡Oh flor de alta fortuna! Cuantas veces te miro
Página 115 - A LA ROSA. Pura, encendida rosa, Emula de la llama Que sale con el dia, ¿Cómo naces tan llena de alegría, Si sabes que la edad que te da el cielo Es apenas un breve y veloz vuelo? Y no valdrán las puntas de tu rama (') Ni tu púrpura hermosa A detener un punto La ejecucion
Página 159 - AL CLAVEL. A tí, clavel ardiente, Envidia de la llama y de la aurora, Miró al nacer mas blandamente Flora; Color te dió excelente, Y del año las horas mas suaves. Cuando á la excelsa cumbre de Moncayo Rompe luciente sol las canas nieves Con mas caliente rayo, Tiendes igual las hojas abrasadas; Mas
Página 159 - á la excelsa cumbre de Moncayo Rompe luciente sol las canas nieves Con mas caliente rayo, Tiendes igual las hojas abrasadas; Mas ¿quién sabe si á Flora el color debes Cuando debas las horas más templadas? Amor, Amor sin duda dulcemente Te bañó de su llama refulgente Y te
Página 161 - A UNA ROSA. Ayer naciste, y morirás mañana; Para tan breve ser, ¿quién te dió vida? ¡Para vivir tan poco estás lucida, Y para no ser nada estás lozana! Si te engañó tu hermosura vana
Página 166 - LA ROSA. Esta, á quien ya se le atrevió el arado, Con púrpura fragante adornó el viento, Y negando en la pompa su elemento, Bien que caduca luz, fue sol del prado: Tuviéronla los ojos por cuidado, Siendo su triunfo breve pensamiento; ¿Quién, sino el hierro, fuera tan violento, De la ignorancia rústica guiado?
Página 121 - DE LA ROSA. La rosa de Cupido Juntemos á Lieo, Y de ella laureados, Bebamos y juguemos; La rosa, que á las flores Es suave ornamento, Y del verano alegre El cuidado primero; La rosa, que á los dioses Es deleite, y por esto, De rosas coronado, Danzas sigue el de

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